Hace unos días una amiga me llamó para que la acompañara el viernes a comprar a una de las tiendas en MLC (moneda libremente convertible). ¿acompañar?¿por qué? . Es que re-abrieron una de las mas grandes e importantes, la tienda Palco.
La tienda Palco se encuentra en Miramar, esa zona especial de La Habana que
ya en los años 1950s era un barrio especial por la arquitectura, la gente rica
que empezaba a mudarse hacia allí, las embajadas y en fin, la zona de futuro de
La Habana. El reino de Miramar como lo comento en otro de mis blogs. Allí todo
es diferente incluso hoy en dia.
Palco es una agencia que incluye desde inmobiliarias, hoteles, mercados,
venta y alquiler de coches, un centro de convenciones que durante mucho tiempo
ha sido el lugar de congresos nacionales e internacionales. Y su tienda fue
durante un tiempo largo solo para diplomáticos.
Para ir de compras en estos momentos en Cuba debes despertar a las 4 am,
salir sobre las 5 am y entonces marcar en una cola. Usualmente cuando llegas ya
hay unas 20 o 30 personas que a su vez han marcado para amigos y familiares. Es
decir, que si todo va bien puedes coger un turno del 80 al 100. Eso en todas y
cada una de las tiendas, incluidas las de MLC donde las compras son diferentes
porque son productos que en estos momentos son deficitarios. Realmente cuando
llegas, marcas y esperas 5 horas de cola para entrar no sabes lo que encontrarás.
Puede que tengas suerte y haya algo de lo que necesites.
La tienda Palco abrió nuevamente sus puertas el lunes. Está bien lejos, 20
minutos en auto desde el Vedado. Llegamos a oscuras (por eso quería que la
acompañara). Llegamos a las 5:15 am y la policía se había dado gusto poniendo
multas de 2500 pesos a los que habían llegado antes de la 5 am por incumplir el
toque de queda por la COVID. Todos los que estaban allí tenían autos, todos
eran blancos, todos profesionales o con profesiones remuneradas o familiares en
el extranjero que le depositan en sus tarjetas en dólares o euros.
El policía a cargo de repartir los turnos se presentó a las 6 am. Organizó
la cola y dijo: los turnos son contra carnet de identidad. Es decir, solamente
los presentes. Un carnet un turno y solo
200. Es decir, nada de marcar para otras personas, asi que mi amiga y yo
hicimos el 50 y el 51. A las 9 am abrió el mercado. Entraron los primeros 25 y
a los otros 25 (por magia entramos mi amiga y yo) nos pusieron en el parqueo en
espera de que salieran los primeros clientes. ¿les parece complejo? Pues para
nada, esperen y ya verán.
El viernes, a las 9: 20 am Cuba tuvo un apagón de internet, datos, comunicaciones entre bancos, TODO. Los clientes se quedaron dentro de la tienda con sus carritos llenos. Nosotros fuera, 27 personas agrupadas debajo de un árbol para la sombra. ¡Por 5 horas! Pues todo se restableció a las 2 pm. Ni agua se podía tomar, pues como todo funciona por tarjeta magnética no se podía comprar nada, nadie se movía de su puesto, nadie abandonó la cola. No se podía llamar por teléfono ni recibir sms, mucho menos mensajes de whatssap. Nada. Silencio absoluto. Mi amiga, que es amante de las teorías de la conspiración estaba asustadísima porque decía que seguramente estaban dando un golpe de estado y nosotros allí, sentados debajo de una árbol para comprar un pedazo de queso mientras pudiera estar ocurriendo una masacre en las calles.
En fin, yo no paraba de reírme con sus miedos y tenía unas ganas tremendas de irme pues en definitiva yo iba de acompañante y si acaso compraría una o dos cosas y no muy caras, recuerden que el punto no es tener dinero es tener dólares o euros, ¿pero cómo regresaba a mi casa si por allí no pasan ni taxis solo carros diplomáticos y gente con autos privados?
Por fin a las 2 pm se restableció el servicio, en una llamada “desde arriba”
al gerente de la tienda (y de las otras también supongo) le dijo que todos los
200 turnos tenía que despacharse aunque tuvieran que quedarse trabajando hasta
la noche tarde.
Por fin entramos. Wow, todo bien surtido para los estándares de Cuba.
Quesos, carne de res (ciencia ficción), pescados, mariscos, pechugas de pollo
(algo muy valorado por los cubanos), yogures , leches de todo tipo, pastas,
tomates de todos los tipos (pastas, frito, salsas), granos, arroces, cereales,
jugos, refrescos, galletas, en fin, como diría un guajiro que conocí: ¡el mundo
colorao!¡esto padece Miami!
El gerente , muy amable en verdad , se disculpaba con los clientes, aun no
siendo su culpa, y que por las molestias causadas no se iban a limitar las
compras. Porque esa es otra cosa, no importa el dinero que tengas en la
tarjeta, no puedes comprar más de dos o cuatro unidades de la mayoría de los artículos.
Mi amiga realmente hizo muy buena compra.
Y a las 4 pm cuando estábamos poniendo la compra en el maletero del auto y
cuando se iba apenas por el turno 100 sentimos una exclamación colectiva. Un
corte de electricidad, como decimos en Cuba: sendo apagón.
Y la planta eléctrica no tenia diesel para funcionar.
Nunca digas que no puede ser peor
Sin comentarios. Bueno, sí, solo uno: el viernes debí perder unos 100 millones de neuronas.