sábado, 15 de agosto de 2020

¿CREES EN DIOS?

"Pues la verdad que no se'. 
todo es tan confuso"

"¿Y que' le preguntarias a Dios si se presentara ante ti?"

"Nada. Creo que entonces todas las preguntas estarian respondidas"

sábado, 8 de agosto de 2020

UN LIBRO. UNA REALIDAD. UN SENTIMIENTO


Hay libros que todos leemos. Unos por disciplina cultural. Otros por la fascinación de la lectura. No todos dejan una huella profunda, ni una enseñanza, a veces solo un recuerdo vago, lejano , que cuando alguien lo menciona nos permite no pasar “la vergüenza” de parecer incultos.
Pero lo importante es leer porque nos enseña a pensar, a que personas como yo que vivimos en una isla, son pobres, y durante mucho tiempo el goce de viajar se consideraba peligroso por el gobierno podamos transportarnos a otras realidades mas allá de nuestros ambientes cerrados y tristes.
Hay libros que no parecen importantes, que son anecdóticos y un dia adquieren un valor diferente, porque nos recuerdan una verdad, una sensación que de niños nos horrorizó, por ejemplo.
Aquí les dejo unos fragmentos del último capítulo de uno de esos libros que hoy en día su recuerdo me golpeó como un mazazo. Les dejo el suspense del título para el final, aunque imagino que ya al leer las primeras líneas sabrán a cual me refiero

“Había sucedido lo que yo y muchos otros podríamos haber previsto …. Los gérmenes de las enfermedades han atacado a la humanidad desde el comienzo del mundo, exterminaron a muchos de nuestros antecesores pre humanos desde que se inició la vida en la Tierra. Pero en virtud de la selección natural de nuestra especie, la raza humana desarrolló las defensas necesarias para resistirlos. No sucumbimos sin lucha ante el ataque de los microbios, y por ejemplo muchas de las bacterias -las que causan la putrefacción en la materia muerta, por ejemplo- no logran arraigo alguno en nuestros cuerpos vivientes.



. . . Con un billón de muertes ha adquirido el hombre su derecho a vivir en la Tierra y nadie puede disputárselo; no lo habría perdido aunque hubieran sido diez veces más poderosos de lo que eran, pues no en vano viven y mueren los hombres.
. . .Y mientras contemplaba aquella vasta extensión de casas, fábricas e iglesias, silenciosas y abandonadas; mientras pensaba en las esperanzas y esfuerzos, en las vidas que contribuyeron a la construcción de aquel refugio humano y en la terrible amenaza que se cernió sobre todo ello; cuando comprendí que la sombra habíase disipado, que los hombres recorrerían sus calles y que esta vasta ciudad muerta volvería una vez más a la vida, experimenté una emoción que estuvo a punto de arrancar lágrimas de mis ojos.
Había pasado la tempestad. Ese mismo día comenzaría la cura. Los sobrevivientes diseminados por el país -sin líderes, sin ley, sin alimentos, como ovejas sin su pastor-, los miles que huyeran por el mar, emprenderían el regreso; la pulsación de la vida, cada vez más fuerte, volvería a latir en las calles desiertas y a verterse por las plazuelas abandonadas.
Fuera cual fuese la destrucción, habíase ya detenido la mano destructora. Todas las ruinas, los ennegrecidos esqueletos de los edificios, que parecían mirar con desesperación hacia el verdor de la colina, resonarían ahora con los martillazos de los constructores. Al pensar esto tendí las manos hacia el cielo y di las gracias a Dios. En un año, me dije; en un año.
Y luego, con fuerzas aplastadoras, volvió a mi mente la idea de mi situación, el recuerdo de la vida de esperanza y ternura que había cesado para siempre…

LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS

Entonces cuidémonos los unos a los otros, velemos los unos a los otros,  juntos podemos, de manera individualista difícilmente.


martes, 4 de agosto de 2020

CITA CON LOS TRUENOS

LA HABANA

Una noche que comenzó de manera increíble.
Los rayos corrían el cielo como si removieran piedras entre las nubes y el mar.
Iluminaban todo el norte de la ciudad  de manera extraña, pues no caían, simplemente parecían retozar en el cielo.
Solo unos pocos quedamos en las calles.
Miraba extasiado el cielo cuando sentí sus pacitos.
Pequeñito vino corriendo hacia mi. No me llegaba ni a la rodilla.
¿Habría caminado ya sus primeros 5000 pasos? No me parecía.
Cruzó con una destreza de principiante la pequeña ranura llena de agua en la acera que de seguro le pareció ancha y profunda, y me regaló la pequeña flor blanca que traía  entre sus diminutos dedos.
Una sonrisa que se convirtió en risa cuando la mamá lo levantó desde atrás y lo llevaba a algún lugar donde no pudieran mojarse cuando comenzara la tormenta.
Aun en los brazos de su mamá se las arregló para virarse y decirme adiós.
Ojos de luciérnaga, sonrisa de pillo, dientecitos como gotitas de rocío, manitas que brillaban en la oscuridad.
Como todo lo bello que me ocurre medite' sobre ello un buen rato.

‘un saludo del pasado, pero desde muy atrás en el tiempo, desde cuando llegamos a caminar por primera vez esta tierra, este planeta. Los rayos fueron los días azarosos que le tocaron vivir al hombre desde el mismo comienzo. El pequeño era cómo lucíamos entonces, diminutos en un mundo de gigantes, a expensas de los elementos y de los peligros que acechaban.
Fue un milagro que sobreviviéramos.
La flor es la esperanza, porque ellas fueron tan frágiles como nosotros en los comienzos, y lograron sobrevivir donde otros no pudieron. Esperanza con belleza. Simpleza y eficiencia es la lección.
La madre representa a Dios, el universo o el espiritu del conocimiento, da igual. ¿no es femenino en espíritu? Nos protege, nos levanta entre sus brazos porque aun cuando las tormentas no sean peligrosas siempre lloramos por estar en su regazo. Ella nos lleva entre sus brazos, y entre ellos desafiamos al mundo con una sonrisa picara, sin temores.
Y finalmente yo solo, en la calle, con la tormenta formándose sobre mi cabeza, sobre la ciudad,  representa la vanidad del hombre que se dice a si mismo, ya de grande, cuando ha dejado a la madre y sobre todo renegado del amor , que puede hacerlo solo, que no necesita de nadie, que es un héroe,  aun cuando los truenos le hagan recordar con temor otros tiempos en que desnudo y sin posibilidades fue guiado por una voluntad mas allá de su alcance de entendimiento desde la llanura a la caverna, de la caverna a la choza hasta terminar en la ciudad, sobre ella, sobre el planeta’

Anoche dormí bien, me complace saber que el espíritu que nos anima es femenino, y sobre todo que aun envía mensajes.






lunes, 3 de agosto de 2020

LUMPEN PROLETARIADO O EL ENEMIGO DENTRO


(no solo para Cuba y los cubanos)

En estos días de pandemia, en una sociedad como la cubana con graves problemas económicos, por causas propias y por interferencias ajenas muy poderosas ha sucedido lo que otras veces. Unos comienzos caóticos ante cualquier factor que desestabilice un equilibrio precario de la economía. Precario cuando ha existido.

Y el elemento visible de este desequilibrio ha sido la escases en las tiendas que se ha agudizado aún más, sobre todo en las de alimentos, que por demás son las únicas que han permanecido abiertas. Y dentro de todo esto un elemento que ha logrado levantar olas de furor en la población cubana:  el colero (de colas) y acaparador de alimentos. 
Sin escrúpulos logra organizar un sistema para comprar cantidades de alimentos que luego venderá en el mercado negro a los que trabajan, a los ancianos y enfermos que no pueden hacer colas por horas, muchas veces desde la madrugada.  Y eso en momentos de pánico por una pandemia y una situación que todos estamos conscientes puede romper nuestras vidas, hacerla añicos

Lo curioso es que pocos, si alguien , los llama por su nombre verdadero. Les dicen acaparadores, coleros, delincuentes, e incluso anarquistas en otros paises, pero en realidad, y no importa la sociedad en que vivan, su nombre es: lumpen proletariado.

Ellos son  ese producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la sociedad, pueden a veces ser arrastrados a manifestaciones sociales; sin embargo, en virtud de todas sus condiciones de vida están más bien dispuestos a venderse. Su sueño es acceder a las riquezas de alguna manera y lograr lo que los delincuentes famosos y ricos, hacen; la misma prostitución, el mismo fraude descarado, el mismo afán por enriquecerse, no mediante la producción, sino mediante el escamoteo de la riqueza ajena.

Políticamente y socialmente forman un grupo peligroso, en realidad no tienen conciencia de clase. Pongamos uno o dos ejemplos actuales. Son los que se unen a las manifestaciones en Estados Unidos en el movimiento BLACK LIVES MATTERS para hacer saqueos y asaltos a la propiedad. Son los que han logrado salir de la miseria traficando con drogas en Colombia y otros países (por ejemplo, un Pablo Escobar), son los que emigran a Europa Occidental para formar grupos criminales y controlar la trata de blancas y la droga misma. Y así muchos e infinitos ejemplos. Y en Cuba, pequeñita y frágil económicamente, trafican con alimentos en momentos de pandemia.

El lumpen proletariado es una escoria integrada por los elementos desmoralizados de todas las capas sociales y concentrada principalmente en las grandes ciudades. Ese desecho es absolutamente venal y de lo más molesto. Cuando los obreros franceses escribían en los muros de las casas durante cada una de las revoluciones: «Mort aux voleurs!» ¡Muerte a los ladrones!, y en efecto fusilaban a más de uno, no lo hacían en un arrebato de entusiasmo por la propiedad, sino plenamente conscientes de que ante todo era preciso desembarazarse de esta banda.

Y pese a quien le pese (y debe haber muchos pesares) esos son los que cada día mas luchan desde Estados Unidos por cambiar las cosas en Cuba y apoyan a los que en Cuba “defienden la ley de la oferta y la demanda” con los alimentos que compran en las tiendas para después revenderlos hasta tres veces sus precios.
Suenan feos y repugnantes, y es inevitable que en el menor de los casos despierten sentimientos de rechazo, como un ente que apesta y al que hay que destruir. Y repito, en cualquier sociedad.