Trataré de ser lo más conciso posible.
Existe un error de concepto: confundir lo que sucede
dentro de una revolución socialista, que no es lo mismo que una populista.
Las revoluciones surgen como una necesidad histórica. El líder
surge dentro de las condiciones objetivas y es un portavoz del pueblo que hace
la revolución. Muchas veces recibe de ese mismo pueblo el rango de dictador, es
decir, alguien que tiene la responsabilidad de gobernar por cuanto tiempo el
pueblo lo decida.
El populismo es la imagen inversa. Un hombre aprovecha
ciertas condiciones objetivas (no todas las necesarias para una verdadera revolución)
y se hace del poder (manera violenta o por elecciones) y comienza a fabricar
una revolución, es decir, a provocar un caos pues la sociedad todavía no está
lista, no la mayoría del pueblo desea un cambio radical. Con el tiempo el líder
populista puede convertirse en tirano o en los tiempos modernos pierde elecciones
pues el capitalismo ha creado los mecanismos, los espejismos, para sacar
personajes así de la historia.
En Cuba ocurrió una revolución verdadera. Aunque a muchos
les cueste aceptarlo, la mayoría de la población apoyaba un cambio radical en
la nación. Y de una manera tácita el líder se convirtió en el hombre que dirigiría
los destinos de la nación, al menos mientras durase el conflicto con Estados
Unidos. Es decir, por siempre.
Desde un mismo comienzo y por mecanismos medio marxistas
y por otros aun inexplicados, se llegó a la conclusión de que la posesión de
riqueza era, sino el principal, uno de los principales enemigos del pueblo y
sus planes de una sociedad justa. En otras palabras, llevan 60 años evitando
que tengamos dinero más allá de las
necesidades básicas.
Durante todo este periodo se han valido de:
.nacionalizaciones
. Decomisos y confiscaciones
.leyes contra la acumulación de capital (y definiciones
como la de enriquecimiento ilícito)
. Nuevas leyes de herencia (solo los que estaban en el país
tenían y todavía tienen derecho a heredar)
.prohibición de todo tipo de negocio propio
Ciertamente todo eso fue posible por el apoyo de la ex Unión
Soviética y los recursos que brindó para paliar, y solo paliar pues nunca logró
realmente llenar el vacío que dejaron los negocios privados.
Y llegaron los años 1990s. Desapareció el gigante soviético
y en su caída arrastró a todo el mundo de izquierdas. Y a Cuba con él. Pero como
hubo una revolución verdadera y no impuesta como en la Europa del Este, Cuba
resistió, con muchas pérdidas, como un barco haciendo aguas los días estaban
contados, o al menos lo parecía.
De repente lo que parece un retroceso en la Historia:
regreso a algunas formas de propiedad privada: permisos de renta para turistas
en la casas (recordar que más de la mitad
de las casas buenas fueron primero decomisadas u ocupadas de los que
abandonaban el país y otorgadas por la revolución a sus hombres más confiables,
llámense militares, ministros, etc.).
.permisos de paladares, es decir, restaurantes privados
en casas, solo 12 sillas en 3 mesas. Hoy en día los hay lujosos y en casas espectaculares
Más adelante nuevos permisos de compra venta de casas. Apartamentos
lujosos y casas por 200 000 a un millón de dólares en una Cuba donde la mayoría
de la población percibe salarios entre 20 a 50 dólares al mes. Entonces los
hijos de los que recibieron esas mansiones de los antiguos ricos se hacen
millonarios y se van del país. Los cubanos ricos en el exterior regresan “victoriosos”
a comprar propiedades y a abrir negocios; extranjeros que con 100 000 euros no
pueden hacer nada en sus países vienen atraídos por las nuevas oportunidades usando testaferros.
Y casi lo último, todavía caliente del horno de la política:
nacionalidad a hijos de cubanos residentes en el exterior (incluidos los llamados
gusanos. Entrada al país solo con pasaporte sin necesidad de visados. Entrada
en yates por Marinas, aunque todavía los cubanos que vivimos en Cuba, y la mayoría
defienden el proyecto social que comenzó hace 60 años, no podemos subir a
embarcaciones con motor.
Pero no lo pudieron quitar todo. Hay cosas que no quitaron
en el interior del alma del cubano. En todos estos años hubo situaciones bien
serias en el 1980, en el 1994 y hoy en día, como con guante de seda los más jóvenes
van pasando de una mentalidad de sacrificio y pobreza a una mentalidad de
mercantilismo y ansias de muchas cosas que son intrínsecamente incompatibles
con el sistema.
¿Se les puede criticar? ¿Reeducar?
La cuestión es que los pobres de hoy somos los hijos de
los honestos de ayer. Estamos caminando desolados en un campo que se está
sembrando de oro y donde ya las primeras espigas han brotado. Pero aunque nos
traten de convencer de lo contrario, cada vez más tenemos el sentimiento de que, sea
intencional o no, se quiera o no, no es para nosotros. Son solo fuentes de
ingresos y no para nuestro disfrute o llevar conceptos como la libertad a un
nuevo nivel para nosotros.
Seguimos siendo un país pobre. Seguimos en conflicto con
la potencia mas grande de todos los tiempos. Se intenta una y otra vez, pero es
difícil.
Cada uno buscará su propia receta, tratará de encontrar
una solución. Y no siempre será la más justa o la más compasiva. Momentos como
este dejan aflorar el tipo de gente que le gusta moverse en aguas turbias. Así
que mi consejo es:
NOLITE TE BASTARDES (spurius)
CARBORUNDORUM
No dejes que los cabrones te hagan polvo.