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martes, 4 de abril de 2023

UCRANIA- CUBA

CUBA- UCRANIA - NIÑOS DE CHERNOBIL

Hoy en día el mundo vive otra guerra. Es curioso como ese mundo que se horroriza ante esta guerra , calla y mira hacia otro lado con el sufrimiento de otros pueblos y la agresión de otras potencias. Es también curioso que se mire con malos ojos porque Cuba comprende a Rusia y sabe que Ucrania ha sido manipulada y llevada a un callejón sin salida. Es interesante ver como dan tanto apoyo en armas, dinero para armas, soldados mercenarios y sabemos lo que traerá  para el pueblo ucraniano. Porque de alguna manera ya hemos estado allí con ellos. Cuba está entre dos amigos que se pelean y poco resta por hacer.

Cuba hizo lo que había que hacer cuando, como ahora con otroa pueblos, el mundo mira hacia el otro lado si no es tema que se pueda manipular políticamente. Chernobil fue perfecto para denigrar a la ex URSS, el sufrimiento de sus pueblos era irrelevante.

Hoy les cuento una historia que no muchos fuera de Cuba conocen, porque no hay que alardear de las acciones buenas, solo hacerlas.

Algunos años después de la explosión del cuarto reactor de la Central electronuclear de Chernóbil, la entonces URSS solicitaba al mundo auxilio para atenuar la huella de la explosión nuclear en su población, fundamentalmente infantil. 

Un día de 1989, el entonces Secretario General del Komsomol o Juventud Comunista en Ucrania en una recepción oficial se dirigió al Cónsul cubano y le mostró su preocupación por el estado de los niños ucranianos después del accidente nuclear .

Y se creó una comisión de especialistas en hematología, oncología, endocrinología, clínicos y otras especialidades, que enviarían a Ucrania. Una vez allí, en contacto con las autoridades de salud de ese país los médicos cubanos comienzan la exploración de la situación en el terreno con los pacientes que necesitaban atención médica urgente. Se seleccionan los más enfermos, el primer grupo.

Así se organiza el primer vuelo a Cuba de 139 niños, muy enfermos, fundamentalmente de problemas oncohematológicos. Llegan a La Habana y esa misma noche da inicio la preparación de un programa que fuera capaz de atender al mismo tiempo a miles de niños y niñas de las regiones más afectadas en Rusia, Bielorusia y Ucrania.

¿Cómo se organizó el programa para la atención en Cuba de los niños de Chernóbil?

En Tarará ya se habían atendidos 75 mil niñas y niños cubanos con el propósito de suministrarles tratamientos inmulógicos con interferón. A partir de esta experiencia se crea un programa integral que fuera capaz de atender a 10 mil niños y niñas impactados por el accidente nuclear de Chernóbil, en el mismo Balneario de Tarará al este de La Habana.

Para la creación del programa se tuvo en cuenta no solo a las niñas y niños enfermos, sino su presencia en lugares contaminados con impactos notables en el agua, los alimentos y el medio ambiente en general. Tres repúblicas de la antigua URSS fueron las más afectadas por su cercanía a la zona de la catástrofe: Rusia, Bielorrusia y Ucrania; fundamentalmente esta última, con la característica de que había poco yodo en el agua que consumía su población.

Entre los elementos para la atención a esos pacientes estuvo el hecho de que si le lograba sacar a la población de un medio contaminado a un medio limpio, el organismo tenía posibilidades de recuperarse de manera más rápida.

En un principio, en Tarará se crearon condiciones de camas hospitalarias para 350 niños y niñas. Se establecieron áreas especializadas de acuerdo con las enfermedades que presentaban y médicos y enfermeras permanecían con ellos de manera permanente.

A todos se les midieron las radiaciones con que llegaban en el Centro de Higiene de las Radiaciones de Cuba y luego de los resultados se determinaba si había que realizar estudios genéticos.

En Tarará se creó un sector para los niños y niñas que requerían de tratamiento de histoterapia placentaria para la caída del cabello y la soriasis. A los niños y niñas se les implementó, además, un programa de atención psicológica. 

Cercano a los hospitales donde permanecían internados los más enfermos, se acondicionaron viviendas para que sus familiares permanecieran cerca; sobre todo aquellos que continuaron hospitalizados por largos periodos, incluso años. Este programa tuvo diferentes etapas y se concibió y realizó por 21 años de manera gratuita. Un total de 26 114 pacientes.

 Desde 1998 y hasta 2011 trabajó, en la Ciudad de Evpatoria, Provincia de Crimea, una brigada de médicos cubanos. Entre 5 000 y 6 000 personas pasaron cada año por ese programa que fue asesorado por cubanos. En Kiev se contó con la presencia de un médico cubano, Especialista en Pediatría, quien trabajó en la selección y clasificación de los pacientes conjuntamente con el Fondo Juvenil de Chernóbil y posteriormente con el Ministerio de Salud de Ucrania.


NOTA: vale la pena recordar que precisamente esos primeros 10 años fueron los mas terribles de la historia de Cuba después del 1959. La URSS había desaparecido y toda la estructura económica giraba alrededor de esto. Esa década trajo hambre, enfermedades por desnutrición, éxodo masivo en el 1994. Lo digo una y otra vez, pero no puedo olvidar esos mese y meses solo comiendo col. 

https://www.youtube.com/watch?v=eXWQBX11vXY&feature=youtu.be


Humberto Linares

Guia  de Turismo y Maestro en la Habana

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sábado, 25 de septiembre de 2021

CONFESIONES (lamento que sea tan largo)

 Cada cierto tiempo escribo sobre cómo me siento. Es de suponer que estos dos últimos años no han sido buenos. Nuevamente nuestra condición de persona, de buen ser humano ha sido puesta a prueba. ¿acaparar medicinas y alimentos o compartirlos? ¿Buscar y ayudar o mirar al otro lado? Nadie puede imaginar lo difícil que es vivir en una especie de zona crepuscular de la mente. Eso es Cuba.

Hay cubanos que no olvidan la gratitud, durante la lucha por sobrevivir todos estos años hemos sido ayudados por hombres comunes y por hombres casi ángeles que nos han permitido hacer cosas tremendas, servir de ayuda a su vez y poder dar lo mejor de nosotros. Por eso al final del día algunos cubanos agradecemos no solo a lo divino sino también a los amigos. Quizás algún día, en esta u otra vida, podremos repartir la recompensa o la alegría.

Hay cubanos que hemos luchado mucho y  duro por la libertad de nuestro espíritu y por bañarnos siempre en el rio de eventos que corren en nuestras vidas. No siempre hemos sido libres de elegir, porque también las decisiones costaban el aislamiento social o incluso la libertad física, y aun hoy, aunque menos. Cuando más jóvenes esas decisiones se toman con valor y cierta locura. Con el tiempo se van viendo las cosas más claras, los lazos creados y las consecuencias para familia y amigos, y aprendemos a distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.

Hay cubanos que hemos aprendido de los enemigos, los cercanos y los que están en otros países. La lucha ha sido larga y a medida que avanza, década a década descubrimos que ni la ideología ni las armas son suficientes para vencer, para eso hace falta la experiencia y un corazón limpio.

Lo más difícil ha sido el crecimiento de la mentira y la trampa como excusa de supervivencia, como un arma para lograr un objetivo. Muchas veces hemos perdido las fuerzas, pero sabemos lo que queremos en lo individual y no necesitamos a los tramposos y mucho menos darle explicaciones a los aprovechadores cuando reciban el castigo, siempre las excusas para el ladrón y el especulador serán las del sistema político, pero un buen ser humano no roba ni estafa a su hermano que también sufre.

Los cubanos hemos luchado unos contra otros. Creo que casi todos los países han sido así, pero los mejores cubanos no han sido dominados por las tormentas del alma y la existencia, hemos tenido la fuerza para vencer las dificultades y seguir adelante. No obstante han surgido cubanos que han desafiado a sus propias familias y amigos y los provocan para una batalla en que nadie ganará. Es necesario mostrar que la ilusión no debe vencer a las ideas claras. Los cubanos del gobierno deben aprender que cuando sus compatriotas lo desafían en realidad están queriendo conversar, y todavía no somos buenos conversando unos con otros.

Algunos cubanos han sufrido mucho por décadas por cosas absurdas y también por otras muy relevantes. Algunas de las cosas hechas nos hicieron sufrir más de lo necesario. Las familias se han alejado y han muerto sin verse nunca más, algunos han pedido la muerte, algunos han colocado bombas. En ambos lados muchos han perdido el tiempo y hasta la vida por causa de una mentira. Pero al pasar el tiempo uno aprende a arriesgarse por algo que vale la pena, se lo que sea para cada cual, pero que nunca deberá ser lo material, lo mezquino e irracional.

En mi caso muchas veces hago cosas fuera de lo común. Puedo bailar en la calle, mientras espero a un amigo, mirar los ojos de un desconocido y preguntar de su vida, defender una idea que puede parecer ridícula. Me alegro siempre con nuevos descubrimientos. Muchas veces he salido  del combate. A veces trato de pasar mis días intentando representar el papel que los otros escogieron para mí, aunque  pese, escogí la senda por donde camino ahora y no tengo motivo para protestar.

Muchos cubanos  ya tuvimos alguna vez miedo de entrar en combate por nuestra libertad individual. Muchos cubanos ya recorrimos un camino que no nos pertenecía. Ya sufrimos por cosas sin importancia y muchos han fallado en sus obligaciones espirituales que nos hubieran salvado de muchos errores costosos. Muchos cubanos dijeron sí cuando querían decir no.

Los cubanos que dijeron que sí porque su corazón se los mandaba han sido humanos especiales. El camino que escogieron incluye el respeto por todo lo que es pequeño y sutil. Y supieron siempre el momento de tomar las actitudes necesarias para comprender que acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad.

Debido al aislamiento que hemos sufrido el mundo no sabe las cosas que hemos pasado o hecho los cubanos. Y si lo saben es a través de prensa tan parcializada en contra que incluso les hace creer a algunos cubanos que están equivocados. Pero nosotros fluimos como el agua, y como el agua jamás podemos ser quebrados por un martillo, ni heridos por un cuchillo. Todas las almas de los cubanos que han dado sus vidas por enseñar y curar, por defender dignidades ajenas y propias, en estas y otras épocas son como un manantial, que frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que encuentra hasta lograr el objetivo: el mar.

Porque los cubanos no permanecemos indiferentes ante la injusticia, sabemos que todo es una unidad, y que cada acción individual afecta a todos los hombres del planeta. Por eso, cuando presenciamos el sufrimiento ajeno y nos piden ayuda, usamos la espada para poner las cosas en orden. Lo hemos hecho en África, América Latina, Asia. Es decir, donde viven los pobres del mundo. Y ciertamente eso no lo entienden ni perdonan muchos.

Creo que soy un cubano atípico. Muchas veces me desánimo y siento que  nada consigue despertar la emoción que deseaba. Muchas tardes y noches debo permanecer manteniendo una posición conquistada sin que ningún acontecimiento nuevo me devuelva el entusiasmo, pero cuando menos lo esperaba se han entreabierto nuevas puertas. Las puertas nunca se me han abierto del todo, pero al menos entra algo de luz y aire fresco, y al menos siempre mantengo mi corazón limpio de sentimientos de odio. Pero sé que el acto de perdonar no  me obliga a aceptarlo todo; no puedo bajar la cabeza, pues de hacerlo perdería de vista el horizonte. Acepto que los adversarios están allí para poner a prueba mi bravura, mis capacidades. Ellos me obligan a luchar.

La mayoría de los cubanos mantienen las lecciones del pasado en mente. Recuerdan algunos de sus peores capítulos: masacres, esclavitud, golpes de estado, prostitución, anexionismo, y también sacrificios, oscurantismo. Y vimos a mucha gente abandonar la búsqueda por no poder responder a esta pregunta: ¿Cuál es el camino correcto? La mayoría de los cubanos no tienen dudas pues siguen la fórmula infalible: "Por los frutos conoceréis al árbol", dijo Jesús. El que sigue esta regla, no yerra nunca.

Los cubanos hemos aprendido importantes lecciones, pero a veces se nos olvida estudiar a profundidad el alma humana, a los que nos precedieron y nos confiamos. Pensamos que ayudar a los pobres y oprimidos es suficiente. Pensamos que educar y sanar es suficiente, pero no. De las cloacas de la sociedad emergen cada cierto tiempo los que no quieren participar en el crecimiento humano, los que se aprovechan de las necesidades de los demás, los que recorren el camino “más fácil” dejando tras de sí un mar de víctimas. Pero también dejamos de responder preguntas importantes como ¿Por qué sucede esto? ¿Los que nos gobiernan nos dan el ejemplo y educan a sus hijos con el mismo rigor que nos exigen compromiso y frugalidad? ¿Por cuánto tiempo puede estar un ser humano educado y sano sin ambiciones? ¿Solo educamos para que nos sirvan en una obra (aunque sea extraordinaria) o para darnos la libertad del discernimiento? ¿Se preocupan por la salud para que trabajen más duro y más tiempo y no para que sean fuertes y aventureros y puedan decidir qué tipo de vida desean tener?

Las injusticias existen. Todos se ven envueltos en situaciones inmerecidas, generalmente cuando no se pueden defender. Muchas veces la derrota llama a la puerta, como ha sido este verano del 2021, por eso hay que estar atentos a los síntomas, a las llamadas de alerta antes de que se conviertan en gritos de desesperación porque en esos momentos no importa ya quien tenga la razón o qué motiva la realidad.

Mis conquistas han sido pequeñas, ningún sueño ha sido cumplido en su totalidad, pero reconozco que hay quien vive peor. He conocido la infelicidad ajena, las enfermedades mortales desde cerca, la soledad, las frustraciones que acompañan a parte de los cubanos, y por eso a veces considero que no merezco algunas recompensas.

Han pasado 62 años de revolución. Hemos resistido y ha estado bien, pero también necesitamos algunos estrategas con visiones diferentes. Los buenos luchadores no se quedan siempre repitiendo la misma lucha, sin avances ni retrocesos. Si no hay progreso hay que sentarse con el enemigo y discutir, sobre todo en momentos de debilidad o complacencia. La diplomacia es un gesto de dignidad no de cobardía, es equilibrar las fuerzas, un cambio de estrategia logra salvar tantas vidas como una victoria en el campo de batalla. No hay que pensar en lo que piensen los demás países y gobernantes porque no hay que probar nada a nadie. Hemos luchado un buen combate y se ha mantenido la fe, pero hay aprender el arte de la negociación.

El ser guía de ciudad me ha permitido conocer a muchas personas de diferentes partes del mundo. Algunos nos hemos reconocido sin habernos visto antes porque entre otras cosas están en el mundo como yo, sin equipaje y sin sandalias. Al igual que yo a veces sufren por tonterías, pensamos que no podemos crecer o que no merecemos cualquier tipo de bendición. Y todos nos preguntamos qué estamos haciendo aquí, pero continuamos buscando un sentido y pienso que terminaremos encontrándolo.  

Y también he encontrado a un maestro espiritual que me trajo luz diferente en la fe que brillaba en sus ojos. Él no precisaba probar nada a nadie, y mucho menos a mí .

Cuando era niño tenía la impresión de vivir dos vidas al mismo tiempo. En una de ellas era obligado a hacer todo lo que no quería, aprender ideas que me costaba creer, andar en grupos, andar uniformado, caminar siempre el mismo camino de todos. Pero existía otra vida y la descubrí en las lecturas, en la onda corta (no había internet) y sobre todo en gente que pensaba como yo. Poco a poco las dos vidas fueron acercándose y algunos sueños se hicieron rutina y pienso que casi estoy listo para lo que siempre deseé. Solo me falta un poco de osadía para que ambas vidas se transformen en una sola.

Cosas que no he aprendido o hago mal: necesito dedicar más tiempo para mí mismo y usar ese tiempo para el descanso, la contemplación, el contacto con el alma del mundo. No me relajo y dejo que todo lo que sucede alrededor siga sucediendo y mirar al mundo como un simple espectador sin hacer resistencia al movimiento de la vida. Me han dicho que solo entonces lo complicado empieza a volverse sencillo y seré feliz.

Cuando uno vive en un país de grandes transformaciones sociales y expuesto a todo lo que está Cuba , no importa si eres grande o pequeño, hombre o mujer, profesional o con poca educación, tu vida se mueve, como un péndulo, entre dos sentimientos: el deseo y el miedo. El miedo te dice todo el tiempo que cada paso es desconocido y peligroso y que lo que aprendiste posiblemente no sirva para nada. El deseo te dice que vas a salir del mundo conocido y que te aguardan las cosas que siempre quisiste y por las cuales luchaste tanto.

Algunos cubanos han sonreído porque ya no hay nada que los asuste más que quedarse sin cumplir sus sueños y abren la puerta con la seguridad de quien sabe lo que quiere.

En este año 2021 el ángel que me inspira está dando un paseo. Espero que regrese y el simple rumor de su aliento me devuelva la alegría.

Mientras tanto, aunque no pueda meditar debo repetir una palabra, o un mantra, porque le hace bien al alma. Y entonces esa palabra y ese mantra, algún día, adquirirá un significado nuevo y expresará todo lo que quería decir, es decir, se ha transformado en una especie de oración.

Porque no importan los momentos de tristeza, soy mucho más que eso. Porque mientras muchos partieron por razones que nunca llegaremos a comprender, yo continúo aquí. Porque mientras millones de personas no se quejan, no lloran, no hacen nada y se limitan a dejar pasar el tiempo yo al menos me entristezco por ellos y eso prueba que mi alma continúa viva.

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LEYENDO EL PERIODICO EL PAIS

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MEDITACION

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KABUL-HABANA

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CUBA Y OPTIMISMO

https://habana-havana.blogspot.com/2020/11/optimismo.html




lunes, 26 de julio de 2021

El Juego (suerte + inteligencia vs la vida que toco')

Yo era pobre. 
No muy pobre, solo pobre.
Mis momentos de solaz eran caminar por las calles hasta llegar al mar. Frente a los grandes hoteles. 
La señora era muy rica. Vivía en California, pero había nacido en Cuba.
Se había marchado en 1952.
Estaba muy enferma y quería regresar a los lugares de su pasado.
A la señora le fui recomendado y así podría ayudarme económicamente también.
La señora recorrió  la Habana y Pinar del Rio.
Muchas lágrimas.
Al final de viaje la señora me ofreció  una computadora. ¿es posible enviarla?
No.
En el 2004 era imposible hasta tenerla.
Pero no importa, llegará porque vendrá de una ciudad cuyo nombre es Los Ángeles y fui recomendado por alguien en una iglesia.
Y llegó diciembre con la noticia de que Alguien vendría con una laptop.
Y llegó con ella en  un pequeño maletín en una mano y otro mas pequeño aun en la otra.
“ahora ve a tu casa, comienza a disfrutarla, puede ser un juguete o puede ser transformada en una poderosa herramienta, solo quiero que me vengas a buscar mañana temprano”.
La noche fue esplendida, explorando un pequeño objeto como si fuera Egipto, el Amazonas, el Everest. ¡tantas cosas y experiencias caben en tan poco espacio! ¡cuanta felicidad en lgo tan pequeño!
El chico se presentó temprano. ‘Alguien’ le dijo que debía cambiar el pasaje para marcharse. Solo había venido a entregar el presente.
Así lo hizo, pero antes  me puso en la mano 100 dólares. ‘ comprate algo para ti o tu familia, pero deja la mitad porque es inevitable que algo bueno traiga algo aun mejor’
Pasó escasamente una semana.
Un amigo de un amigo de un hermano de un conocido tocó a mi puerta.
Venía con una oferta: internet.
¿internet? ¿Qué es eso? Digo, ¿no está prohibido?
‘¿y? ¿lo quieres o no?’
‘Probemos’
1 hora al día por 40 dólares al mes. Toda una fortuna aun hoy.
Un mes, una hora diaria para aprender, bajar cursos, aprender a hacer una página web al menos básica, dar de alta en los buscadores de entonces y lo mas importante: tener clientes para poder pagar otro mes y. . . alimentar la familia.
El cerebro se expande ante los retos. El alma decide no tener miedo.  El reto estaba planteado y las naves se habían quemado.
Nunca mas  supe de la Sra. Ofelia de California.
Nunca mas supeo de el Sr. Evan que trajo la laptop.
Mas de 20 proveedores de internet a escondidas en todos estos años.
Y lo más relevante fue que se abrió la puerta hacia un mundo prohibido entonces, y aún desconocido. Descarga de libros digitales, música, información actualizada, contactar mentes de lugares distantes, viajar sin moverte de casa. Todo lo que entonces estaba prohibido, hoy mas común, pero aun por descubrir para el 90% de los cubanos de entonces, incluso hoy que Facebook  y sus "amiguitos " llevan a la mayoria por caminos retorcidos. 


La mejor rebelión contra el  sistema de las cosas hoy en día (cualquiera sea el sistema)  es estudiar, aprender. Sobre todo estudiar lo que el sistema no quiere que estudiemos , para así poder ser lo más libre posible. Entonces seremos capaces de poder decidir por nosotros mismos el tipo de vida que queremos llevar, aun dentro de él.  O al menos poder perdernos en nuestra mente a donde Ellos, todavía, no pueden llegar.
 

jueves, 22 de julio de 2021

OPTIMISMO

 


Un amigo me sugiere el tema del optimismo para mi blog. Es un tema tan tocado ya, a veces tan manido. ¿Qué aportar nuevo? ¿Debo mencionar lo del vaso medio lleno o medio vacío? ¿A dónde debo mirar o qué fibras tocar para que mi lector siga a partir de esta línea?

Esto sera' un poco largo, asi que pienso que es mejor leerla en una PC. Pero nada, lo siento mucho, no cabe en menos.

Quizás deba comenzar con una línea muy atrevida: el pueblo cubano es uno de los pueblos más optimistas que existe. . Espero poco a poco, y con la limitante de espacio del blog, demostrar ,aunque sea una somera idea ,de porqué lo digo. Y que conste, yo no soy una de las personas más optimistas que conocerías en Cuba. A veces sueno mas resignado que optimista.

En el mundo de hoy hay pueblos que hacen grandes proezas. Pero sus motivaciones son económicas, hacer o morir en el intento; hay pueblos que logran liberarse, pero es cuestión de supervivencia. Hay pueblos que se vuelcan sobre la imagen de una sola persona como representante de una nación entera: un futbolista, un músico, y hasta un youtuber.

Pero no hablo de eso. Quiero enfocarme en esto: en una historia de optimismo colectivo de la que solo tocaré algunos elementos de los últimos sesenta años, pudiera hacerlo incluso desde el 1900, pero ya eso sería un libro.

Tantas y tantas caídas, fracasos y seguimos siendo optimistas. Es como si reseteáramos el disco cada 10 años, y comenzáramos una y otra vez. No ha sido siempre nuestra culpa. El mundo, la política, las crisis, el duelo de potencias. Quisiera hacer un contraste con otros pueblos que han aceptado en su mayoría al mundo tal cual es, injusto en sus reglas, y esa forma del cubano de sacar fuerzas como pueblo que espero poder argumentar con éxito.

Manejar la mente en el modo “optimismo colectivo” por décadas es algo relevante. Entonces entremos en materia.

Hoy en dia Cuba tiene unos 11 millones de habitantes viviendo en la isla. En los últimos 50 años se ha duplicado la población. Y a pesar de que en la última década la tasa de natalidad ha disminuido, el hecho de tener hijos y la esperanza de criarlos y que llegaran a la madurez durante un proceso social lleno de problemas muy serios que incluso han amenazado la vida del ser humano en mi país es una muestra de optimismo. Pensar en hacer el amor (no solo tener sexo) y tener hijos cuando en cualquier momento seriamos el campo de batalla entre dos superpotencias nucleares, durante una década como la del 1970 al 1980 con grandes escaseces de alimentos y ropas, con la certeza de que nos casaríamos y tendríamos una nueva familia dentro de una casa en la que ya habitaban 3 generaciones y sin posibilidades de que eso cambiara. . . en los próximos 20 años. El pensar que tendríamos (porque lo construiríamos) un sistema de salud y exportaríamos médicos cuando se quedaron escasamente 3000 médicos de los casi 6000 que había en el 1960. Hoy tenemos mas de 75 000 dentro del país, uno cada 160 habitantes. Y ahora la joya de la corona: tasa de mortalidad infantil de 4 por cada mil nacidos vivos. Eso es trabajo duro, diario de largas horas y muchísimas veces sin recursos materiales.

El salir a los campos, por todo el país de una población de 7 millones de habitantes) a buscar atletas porque los soviéticos nos dijeron que era una buena propaganda para el socialismo tener medallas olímpicas y descubrir que era mucho más que eso. Tener una población saludable, hacer escuelas de deportes, cuando los deportistas amateurs existían y no todo era dinero fue una prueba de optimismo. Todo eso en momentos, en décadas, en que no existían escuelas de deportes (que hubo que construir), en profesores de alto rendimiento (que hubo que formar), en que no existían en el país médico del deporte. Hoy ocupamos el lugar 16 en el medallero histórico olímpico por países. Superados solamente por países desarrollados, la mayoría con mayor población y cantidad de participación. Ni mencionar que en una sola olimpiada tenemos más medallas  que todos los países latinoamericanos juntos. Y la próxima ,espero, no será la diferencia. En estos días de pandemia y con una crisis económica como nunca los cubanos mantienen el optimismo y en parques, patios, azoteas y ahora de regreso nuevamente a los gimnasios se preparan para los de Tokyo 2021.

¿Qué decir de los huracanes? Año tras años se destruyen cosechas, casas, terrenos e instalaciones. Y se vuelve a la carga. ¿Tiene que ver con el sistema social? Dejemos el tema político a un lado por un momento, concentrémonos en la fuerza interior de no aceptar las desgracias, los huracanes, y salir a resolver la vida.  Huracanes, inundaciones, epidemias naturales e importadas, la condición de isla rodeada de “enemigos” antiguos, de “amigos” en una realidad paralela y que realmente no lo son, de una economía siempre sangrante. Hablo del cubano como persona.

El querernos hacernos más educados, más cultos. Una tarea siempre cuesta arriba, y que cada década y crisis nos demuestra que la ignorancia se mantiene aún en las mentes escolarizadas. Comenzar por una alfabetización en 1960 (teníamos un analfabetismo del 23 % , que ya era la más baja de América Latina) y bajar ese número en 1961 a solo el 8%. Ir a las montañas, los valles más alejados, las costas más distantes, los puntos más oscuros de las ciudades donde vivían las prostitutas y los desclasados siendo hasta niños de 14 años los maestros. Toda una población que se movilizó, sin importar sexo, edad y condición social a enseñar a leer y escribir, ¿Cómo se llama eso sino optimismo? Un optimismo loco en que el ser humano podría ser mejor si se le daban las herramientas, de que los que vivieron aquella época serian también mejores personas si contribuían a una de las misiones más hermosas que hay: llevar la luz al cerebro oscuro de un ignorante. Sin importar que como siempre ha sucedido, sucede y sucederá a alguno de ellos les quitarían la vida. Comenzar las campañas por el sexto grado, después la del noveno grado, y que mucho tiempo después, décadas después, esos que aprendieron  en la década de los 1960s en Cuba caminaron las selvas de Centroamérica, Suramérica, África devolviendo lo que recibieron. Incluso tuvimos que crear un nuevo sistema de enseñanza llamado “Yo sí puedo” basado en números para poder enseñar a leer y escribir mediante números . ¿no es eso optimismo?, ¿no era optimistamente loco el pensar hace 40 años que tendríamos un maestro por escasamente tres alumnos en las escuelas especiales?

Hemos creado cientos de escuela de arte. Las escuelas de música en los años 1990s daban clases de instrumentos de cuerdas. . . sin cuerdas. Pero no se faltaba a clases ni alumnos ni maestros y hoy ya ganan premios internacionales. Tenemos la única escuela de ballet con características propias y de América Latina, y con categoría de Escuela Cubana de ballet en un país machista y comunista donde los bailarines cubanos hacen cátedra en las mejores compañías del mundo. ¿no es eso optimismo? Pues claro, pero para llegar al ballet hay que pasar por las congas, la rumba, el son y la salsa, los carnavales donde el optimismo se viste de colores y baila.

Reconstruinos los cascos históricos de las principales ciudades en la década del 1990 cuando cayó el muro de Berlin y no había un centavo propio. Aceptamos el guiño soviético y pusimos un hombre negro campesino y de origen humilde en el cosmos. Logramos traer a 3 Papas, y este ultimo 3 veces. Logramos traer a los Rolling Stones a la Habana a hacer un concierto gratuito. Mis padres sobrevivieron la época de Kennedy y la crisis de los misiles, la época de Nixon y su invasión a Viet-Nam y amenaza de invadir a Cuba, mi generación sobrevivió a Reagan, los dos Bush, Obama y sus siete invasiones en el tercer mundo y ahora pasamos horrores con Trump.

Sabíamos que los tiempos más oscuros de la política, la gente lanzada al mar con la esperanza de llegar a la otra costa pasarán, y que poco a poco volveríamos a estar conectados con el mundo, que llegarían los turistas, y algo parecido a internet y superior a la onda corta se crearía, teníamos la certeza de que todo el mundo no era oscuro y terrible como los soviéticos nos quisieron hacer creer, sabíamos que nos reuniríamos con las familias que estaban en Estados Unidos y la gente circularía primero tímidamente y después en masa en ambas direcciones. Todo esto lo imaginamos y deseamos tan ardientemente que se hizo realidad, ¿no es eso optimismo? Y sé que hay gente que me dirá que solo fueron cosas que pasaron o que inevitablemente pasarían, pero hubo gente que las pensó, dieron los primeros pasos aun sabiendo que no serían ellos los que verían los resultados, y así y todo continuaron porque no podían aceptar que así terminarían las cosas: con odio y separación. Y aun hoy la tarea continúa y los que fabrican los puentes son los optimistas. Y aun cuando los tiempos nos regresan oscuros y terribles cada cierto tiempo nos ponemos los brazos en jarras y nos decimos: ¡estamos vivos y hay que vivir!

Y llega la pandemia. Nos teníamos que enfrentar con todas nuestras fuerzas. Unos nos decían que no lograríamos salir pues somos demasiado pobres, otros nos decían que no existe y no hiciéramos nada. Pero la vida es lo importante y por si acaso nos lanzamos con lo que teníamos. Y no hablo de política, nuevamente quiero mantenerla fuera, hablo de nosotros: de optimismo, de inteligencia y raciocinio, de solidaridad, y seguramente vendimos hasta la ropa interior por usar una frase popular para poder comprar lo que se debía. Hoteles cerrados, aeropuertos cerrados, la gente sin trabajar y en casa por meses. Y nos lanzamos ante el más grande reto del momento: la Vacuna.

Con esto cierro. Sabemos quiénes harán la vacuna. Sabemos quiénes la comprarán porque tienen el dinero para pagar diez veces el precio. Sabemos cómo funciona el mundo, y aun teniendo amigos las cosas pintan feo y a la hora de un momento terrible no podemos pedirle a otro gobierno que nos ayude estando ellos mismos en problemas. Y nos lanzamos a hacer nuestra propia vacuna. En silencio. Es necesario que funcione porque nos daría soberanía sobre lo que se haga y cómo se haga en el mundo de hoy donde un país rico secuestra medicamentos destinado a otro país en un aeropuerto. ya tenemos tres candidatos vacunales. Ojalá funcione alguno de ellos. Nos lo merecemos. ¿no es eso optimismo?

Humberto.

p.s. perdonen la enorme carga de chovinismo y lo largo de este blog. Lo escribí con una sonrisa porque pensaba hablar de tristezas y resultó en una especie de canción dedicada a nosotros mismos, estos cubanos incorregibles. Y que conste, estoy consiente de los otros, de los pesimistas, de los que rompen los puentes, de los que se rinden, de los que se duermen, de los que solo se quejan, de los que odian los esfuerzos ajenos, que de todos tenemos.

LEYENDO EL PERIODICO EL PAIS

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CONFESIONES DE UN CUBANO

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MEDITACION CON SARCASMO

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KABUL-HABANA UNA LECCION DE HISTORIA

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lunes, 28 de junio de 2021

BELLA CUBANA: CATALINA DE LASA



 CATALINA, una y otra época 

Catalina de Lasa fue considerada una de las mujeres cubanas más hermosa de todos los tiempos. Ganadora de los concursos de belleza de la aristocracia cubana en los años 1902 y 1904. Desde su mausoleo Art Déco hecho por René Lalique en el cementerio de Colón de la Habana con cristales de Murano y esmeraldas nos incita a recordar una Cuba que ya no existe, su vida glamorosa y sus viajes que aun hoy serían considerados extraordinarios. Ella y su segundo esposo, catorce años mayor, fueron el centro de atención de un escándalo a principios del siglo XX, antes de que existiera el divorcio en Cuba y que conmovió a toda la alta sociedad. 

Esa mujer, de la aristocracia cubana, Matancera, que abandonó a su esposo por irse con otro que era el rey de la crónica amarilla en la Habana, Juan Pedro Baró. A la que le quitaron sus hijos y a donde quiera que se presentaban todos abandonaban el lugar, como aquella vez que con el Teatro Nacional lleno toda la platea abandonó la sala y entonces ella se quitó sus joyas y las lanzó al escenario para que cantaran y tocaran solo para ellos. De familia noble y con muchos miembros que participaron en la lucha por la independencia de Cuba se unió a un hombre cuya familia se hizo rica con la trata de esclavos. Con el tiempo hubo cierta admiración por la mujer que rompió las convenciones sociales, quizás  la belleza ayude a perdonar, o al menos comprender.

Eran tan ricos que su casa de la Avenida Paseo en la Habana fue considerada en su momento la más hermosa de toda América Latina. Y aunque hubiera sido solamente la más bella de Cuba ya era un gran mérito, considerando la gran cantidad de casas de esa época que aun hoy, cien años después, conservan esplendor y sueños por vivir. Nada fue dejado al azar. Nada de alfombras que ocultaran aquellos gloriosos pisos con dibujos en mármoles importados de colores diferentes. Casi sin cuadros para que apreciara el trabajo perfecto del estucado de tradición veneciana, ocre, rosa y azul, los muebles, las lámparas, lucetas y apliques de Lalique en vidrio malva de Murano, especialmente diseñados para cada lugar preciso de la casa. La casa de tono rojizo por sus mármoles y la arena roja de cierta parte del desierto del Zahara (todavía están en el sótano sacos para futuras reparaciones). Nada al azar salvo ellos dos. 

Hasta el 1962 perteneció a la familia y entonces se convirtió en una de esas incongruencias que marca el socialismo tropical , la Casa de la Amistad Cuba-URSS. Con el tiempo, la evolución típica de la teoría de la ventana rota (de ella hablare’ pronto en otro blog): las habitaciones se convirtieron en cafetería, restaurante, los jardines alquilados para fiestas de pioneros, nada muy diferente a la historia de otras mansiones abandonadas por sus dueños, poniendo tierra por medio “hasta que los americanos paren en seco a esos barbudos comunistas” y las cosas volvieran a ser como antes.

Ella y su familia fueron representantes de una mezcla de aristocracia mezclada con burguesía rica y con prestigio patriótico. Como ella misma decía , sus apellidos fueron la mejor dote que llevó a sus matrimonios , aunque los contemporáneos decían que  más valiosa era esa especial belleza que varias mujeres de esa familia heredaron.

Por supuesto que tenían que conocerse en Paris, una ciudad que conocían mejor que La Habana, que por otro lado ya casi no vivían los herederos de fortuna, pero a la que siempre se regresa por razones inexplicables y siempre muy propias. Por supuesto que compraron una de las mejores casas del París de la época, y que después fue la casa de los Onassis.

¿Qué hubieran dicho o cómo habrían actuado si hubieran vivido solo unas décadas más cuando el triunfo de Fidel Castro? Esa burguesía que formó parte de la alta jerarquía del ejército que luchó por la independencia de Cuba, eran en definitiva burgueses nacionalistas. Como muchos que sí coincidieron con los comienzos de la revolución al principio les resultaban simpáticos esos jóvenes rebeldes, pero pronto hubo un cambio, se sentía la frialdad, y se podía entender, ellos perdían sus posesiones y un mundo conocido y amable donde ya eran triunfadores o candidatos seguros, donde iban perdiendo amigos y parientes muy cercanos y todos perdían, muy conscientemente, un futuro que antes parecía moverse  por caminos prefijados. El mundo volaba en pedazos y parecía que no iba a parar. Era una revolución, que se asfixia y muere cuando deja de moverse, como pasa con los tiburones, que aunque a veces estén muertos parecen que se mueven porque la corriente los arrastra y siguen asustando a los bañistas que solo ven la aleta dorsal fuera del agua. Esto se ha cumplido siempre hasta ahora, y ya lo sabemos, es quizás solo una cuestión de tiempo.

Catalina representa una época que siempre está presente en La Habana. Sus calles, sus edificaciones, su espíritu es lo que da el carácter principal de La Habana hoy en dia. Es lo que atrae al turismo, es lo que hace suspirar de nostalgia a muchos cubanos por una época perdida en décadas atrás y que parecía mágica, llena de igualdad y abundancia, llena de detalles que el socialismo rechaza o sencillamente elimina a golpe de mandarria o porrazo. Los palacetes y casas de esa época, las historias de sus vidas sumerge a la desigualdad, el expolio y la explotación en tipos de leyendas urbanas que las nuevas generaciones ya no están dispuestas a creer. Ellos y gente como ellos son el sueño de muchos hoy en Cuba, que aun viniendo de familias muy humildes o francamente pobres de aquellos años  también, los que trabajan y daban las riquezas a Catalina y los suyos, creen que ese mundo debería regresar, aunque sea para mirarlo desde las aceras como hacían sus abuelos u hoy en dia desde Facebook e Instagram.

Humberto

Guia de Ciudad y Maestro

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miércoles, 5 de mayo de 2021

HISTORIA DE MUJERES Y CHICAS CUBANAS

 

En el trascurso de todos estos años, sobre todo desde el 1990 hasta la actualidad, hay algunos intelectuales, principalmente escritores, que al marcharse de Cuba, se han dedicado a escarbar en la Historia y en la vida de personajes de ésta buscando los momentos y facetas más oscuras.

Los que estamos en la isla , y repito, sobre  todo en la década de los 1990s, devorábamos  esos libros que llegaban a escondidas, con caratulas de otros libros. Me recordaban a esos cubanos que viajaban en los 1970s y traían los discos (long plays) de los Beatles, Rolling Stones y Deep Purple dentro de las fundas de discos de música cubana para evitar el decomiso en la aduana.

Incluso yo mismo traduje uno para mis amigos (lo siento, no puedo decir el titulo) que había sido publicado solamente en inglés. Lo hice en una pequeña máquina de escribir marca Remigton. Algunos capítulos y solo algunas partes que parecían interesantes. Fue como una censura bien intencionada. Algo mejor que nada.

Pero al tiempo comenzamos a notar que las historias eran cada vez más oscuras y sórdidas. Como si para poder quedarse en los países donde pedían asilo político tuvieran que escribir un manifiesto político, publicar las historias más sórdidas, denigrar a sus compatriotas sin pudor y casi indecentemente. El vocabulario soez y vulgar dominaba y los personajes de un mundo subterráneo y desconocido por la mayoría en Cuba se convirtieron en los reyes y reinas de una Cuba desconocida, ajena, marginal.

Uno de estos libros que me alarmó tremendamente, me entristeció hasta el tuétano de los huesos, y me dejo sin aliento fresco durante meses fue uno titulado: “Habana Babilonia”, la historia de la prostitución en Cuba.

Narraba ,¿o era un estudio?  Desde la época de la colonia hasta la actualidad pasando por la llamada pseudo república, es decir, la época de la presencia americana en Cuba. Y claro, el renacer de ese mundo cuando Cuba se abrió al turismo. ¿lo que más me llamó la atención? Que un libro de casi 400 páginas, menos de la mitad fuera la historia de 500 años, y más de la mitad de una década, del 1990-2000. Historias oscuras, terribles, escritas al detalle, con morbo y para ensuciar todo lo que se pudiera, para manchar la reputación de personas e instituciones de esta época. ¿El error?, que nos hizo sentir sucios, depravados y permisivos con cosas como la pedofilia aun a personas que no teníamos nada que ver son ese mundo. Libros que se escribían como manifiestos y vías de escape, libros que cerraban las puertas de un país pobre y acorralado,  y así poder tener argumentos para quedarse en otros, coincidentemente ricos y prósperos.

Nunca he sabido si esas historias pueden ser verdad o no. Si fueron generalizadas o solo algunos casos aislados magnificados por los medios e incluso convertidos en películas, por supuesto de poca monta.

La cuestión es la siguiente: como mis amigos saben, además de mi trabajo como maestro, llevo algunos años, desde el 2002, dedicado a trabajar con turistas en lo de las casas de renta y como guia de ciudad haciendo recorridos de ciudad (city tours para los puristas). Puedo contar muchas historias o anécdotas con chicas que buscaban a extranjeros o eran usadas por proxenetas. Puedo hablar de mujeres, ya mas centradas, muchas profesionales, que se cruzaron en la vida de turistas, personas de otros países que trabajaban en Cuba y se vincularon sentimentalmente o interesadamente con ellos. Pero siempre las vi y las traté como siempre lo he hecho con las mujeres, con respeto y plan de igualdad. La vida dispone, no yo.

Puedo hablar de Eloísa, la chica de Camagüey que se fue para Alemania con un hombre que la encadenó desnuda a una cama y la aisló en una habitación y cobraba euros por verla y que desde Cuba pudimos llamar (una amiga y yo , con mi idioma Alemán) a la policía y lograla traer a Cuba de vuelta. Y Eloísa volvió a la carga y se fue con otro Alemán, enorme y feo,  pero bueno, y hoy es camionera por toda Europa con su marido.

Pudiera hablar de Lelé, la madre de un alumno que pertenecía a un grupo de mujeres que se parecían a estrellas de Hollywood de los años 1950s y se vestían y maquillaban como ellas. Era bellísima, una Audrie Herburn tropical.  Un dia me la tropecé en la avenida 23 tomando un taxi y se sorprendió tanto que solo atinó a acercarse y susurrarme al oído: otro día le explico. Usualmente llevaba un bolso sobre, y dentro de él un labial, su identificación y un cuchillo pequeño y puntiagudo para en caso de que el cliente no quisiera pagar. “No sabes nada de la vida” , me decía, “ a veces mientras mas dinero tienen son peores”. Muchas veces le hice largas cartas, donde entre palabras tiernas pedía cientos de euros como prueba de amor. Hoy vive en Suiza con su hijo, mi alumno, que ya tiene 25 años.

Pudiera hablar de Rosa, mi alumna de 16 años recién cumplidos que en el malecón de la Habana conoció a un chico irlandés “precioso” y que le prometió matrimonio tan pronto se lo dijera a sus padres en Dublín. Hoy el pequeño, nacido del “accidente” tiene ya 13 años.

Pudiera hablar de Manelis, la chica negra de 18 años corredora que corriendo el maratón de La Habana de repente vio a un “Señor”  mayor blanco como la leche corriendo detrás de ella y con una tarjeta de presentación en la mano. Aminoró el paso, era una tarjeta de una casa de renta, tuvieron una relación en Cuba de cuatro años, se casaron, viven en California, y hoy en día trabaja para Benetton en un país del Medio Oriente. “!ay, Humberto, ellos valoran el dinero más que nada y nunca su familia me aceptaría, así que mi regalo de bodas fue una matrícula en la universidad, lo que tengo en mi mente no me lo podrán quitar!”.

Pudiera hablar de las gemelas Blanco, dos mulatas preciosas, diseñadoras y artistas que durante tres años fueron enamoradas por dos gemelos suecos que venían cada seis meses hasta que por fin las convencieron, se enamoraron y hoy viven en Italia y en Estados Unidos y trabajan en importantes firmas de diseño.

En fin, muchas y muchas historias, pero inevitables en un mundo donde hay grandes diferencias de recursos y de oportunidades. Pero nada comparable con la trata de blancas, nada comparable con las prostitutas en el mercado de la carne de Europa y del mundo.

Aunque también en Cuba la idea de “normalidad” de algo así ha ido permeando la sociedad, todavía seguimos creyendo que no tiene que ser vulgar o denigrante. Siempre será una opción, pero muy posiblemente con educación y oportunidades iremos disminuyéndolo, hasta que algún día, de manera natural se reduzca a un mínimo. Muchos podrán decir que es un camino fácil, pero no tiene que ser un indicador de un país, de una realidad que para la mayoría sigue siendo de trabajo y subsistencia. El amor existe, el deseo existe, el oportunismo existe, en fin, la vida misma en cualquier lugar del mundo. Pero si sucede en Cuba se magnifica, repercute de manera extraña en periódicos y revistas, en telediarios, creando una imagen de los cubanos como voraces depredadores de extranjeros.

Cuando en estos días de COVID hemos visto en la TV que la mayoría de los médicos e investigadores científicos, e incluso de los que dirigen centros importantes de hematología, biomoleculares, medicina tropical y demás son mujeres y muchísimas son jóvenes me hace respirar con alivio. Me hace creer que no todo se perdió en aquellos años de oscuridad y confusión incluso en estas décadas de penuria que parecen eternas.

Cuando vemos tantas mujeres en el ballet, maestras, ingenieras de todas las especialidades, doctoras en ciencias incluso en universidades prestigiosas fuera de Cuba, de atletas olímpicas, de cantantes y pintoras, escritoras, recuerdo casi con desdén aquellos libros que tanto me inquietaban pensando en un barco que se hundía.

Pero denigrar, mancillar a tu gente de manera intencional para vender un producto, sea un libro o una película, con el objetivo de enriquecerte y/o beneficiarte políticamente es caer bajo. La familia, tus amigos, tu país deben ser protegidos de la humillación , aunque contemos historias verdaderas, aunque nos digamos verdades que no nos gusten escuchar.

Y como he hecho últimamente, unas palabras de un cubano ilustre del siglo XIX:

 ¿Se prepara mi niña a la vida, al trabajo virtuoso e independiente de la vida, para ser igual o superior a los que vengan luego, cuando sea mujer, a hablarle de amores, a llevársela a lo desconocido, o a la desgracia, con el engaño de unas cuantas palabras simpáticas, o de una figura simpática? ¿Piensa en el trabajo, libre y virtuoso, para que la deseen los hombres buenos, para que la respeten los malos, y para no tener que vender la libertad de su corazón y su hermosura por la mesa y por el vestido? Eso es lo que las mujeres esclavas, -esclavas por su ignorancia y su incapacidad de valerse, llaman en el mundo «amor». Es grande, amor; pero no es eso. Yo amo a mi hijita. Quien no la ame así, no la ama. Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento, y respeto.




ROJO, AZUL Y BLANCO: 

HISTORIA DE UNA FAMILIA CUBANA A TRAVES DE LA HISTORIA DE CUBA

Humberto

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lunes, 29 de marzo de 2021

MI DIA A DIA. MARZO 26, 2021. QUEDATE EN CASA.

 QUEDATE EN CASA.

Un año de pandemia. Un año sin turismo. Cuatro años de Trump. Un 2020 terrible con 280 medidas económicas contra el pueblo de Cuba (¿contra el gobierno?, no me hagan reír). Cuatro meses sin Western Union.

Me levanto a las 4 de la mañana. Necesito al menos dos tazas de café. Hay silencio en las calles, pero ya se sienten ruidos en los apartamentos contiguos. Nos estamos preparando para comenzar el día. Para conseguir alimentos. He podido comprar unos dólares un poco más baratos de lo que cotizan en el mercado negro y espero que me venga a buscar mi prima y su marido que tienen auto para ir a una tienda que recién ha abierto y que como tiene un departamento separado para que puedan comprar los diplomáticos, tiene un mejor surtido.

Osmosis comercial.

El silencio durará hasta las 5 am que es cuando se levanta el toque de queda. En los cruces de las avenidas están los patrulleros, que como zombis de pandemia esperan a las victimas despistadas que osan poner un pie fuera de casa antes de las 5 am.

No obstante algunos se desplazan en la oscuridad, se encaraman en los árboles y duermen parte de la noche allí. Otros alquilan escaleras de edificios que están cerca de tiendas. El factor tiempo es importantísimo: estar cerca de una tienda, no importa la moneda en que se despache, representa la posibilidad de marcar incluso hasta para 10 personas y después vender los turnos a 5 usd a los que viven lejos o los que sencillamente tienen la plata para poder dormir hasta más tarde. Un modus vivendi desarrollado en tiempos de pandemia y que parecía extinguido. Es decir, tanto los policías como la gente común han desarrollado técnicas en este año de pandemia. Una técnica que solo ha añadido elementos nuevos pues lleva casi sesenta años perfeccionándose.

Mi madre se despierta mientras me siente hacer café. Como dije, necesito al menos dos tazas de café pues normalmente preparo clases o leo hasta tarde. Cada vez duermo menos, o en realidad no duermo bien. Muchas cosas de las que estar pendiente. En fin, se levanta, nos tomamos el primer café, calientito y poderoso que se agradece y da esperanzas de un día bueno de cacería. Así es como veo yo al acto de ir de compras. Depende de la suerte, del tiempo, del “enemigo” (la policía) y de los competidores. Dependes de tus reflejos, del arte de negociar, de tus habilidades de poder interceptar a los empleados de las tiendas y averiguar qué sacaran hoy e ir haciendo tus cálculos. De cualquier modo no importa lo que venderán, lo necesitamos.

Casi las 5 am. Ya estoy casi listo. Reviso las provisiones: agua, un poco más de café, algunas galletas por si hay hipoglicemia, algunas servilletas por si acaso alguna emergencia. Gafas de sol para más tarde pues casi todas las colas son bajo el sol. Todos los preparativos son pocos pues serán cuatro a cinco horas de cola hasta que las tiendas abran, y después el tiempo que se demoren en despachar.

5 am. Mi prima me llama y me dice que ya salieron. Debo estar en 4 minutos a más tardar a dos cuadras de casa, en una avenida para recogerme y salir disparados hacia la tienda Palco. Cada minuto cuenta, cada minuto representan al menos 10 turnos de gente que llega antes. Recuerden que muchos reservan turnos para familiares, amigos. . .y clientes.

Se sienten a mis espaldas la gente saliendo de las casas, dando portazos, con pasos rápidos hacia las panaderías, los mercados de viandas, y las tiendas. Los que trabajan salen más tarde. Los primeros en llegar son los que estaban en árboles y escondidos en portales. Sobre todo los que van a las tiendas en pocos minutos ya han vendido sus turnos. En un buen día son cincuenta dólares o su equivalente en pesos.

Multipliquemos:  5 turnos por 5 dólares igual a 25 por 24 pesos cubanos (cambio oficial, aunque en realidad está a 45) hacen 600 pesos por al menos 3 veces por semana son 1800 por 4 semanas 7200 pesos, el salario de un neurocirujano o doctor en ciencias.

Tomamos la Quinta Avenida a velocidad prohibida. En esos momentos siempre pienso en mi vida, en lo que he hecho y en lo que no, las oportunidades que aún quedan si el mundo se arregla, en la gente maravillosa y perversa que he conocido, ¡en tantas cosas que se pueden ir a la m. . . si salimos por el aire o nos estrellamos contra un poste!

Llegamos a las 5:10 am. Oscuridad total, muchos autos con sus luces encendidas. Solo gente en autos y motos pues es área apartada y apartada. . .de la “plebe”. Calculo que haremos un cincuenta o sesenta. Todo depende de la cantidad de coleros y los turnos que han marcado (aún lejos y en zona exclusiva los hay). Hay cierto alboroto. Resulta que a las cinco en punto la policía llegó y multó al menos a 12 personas que ya estaban allí pues era imposible que hubieran llegado a las cinco sin irrespetar el toque de queda. Al principio de la pandemia las multas eran irrisorias, unos 100 pesos, hasta hace un mes eran de 2000 pesos, hoy en día son de 15 000 pesos.

Cuando se llega a las colas hay que estar muy atentos. Se tiene que saber detrás de quien vas, fijarte en las ropas que usa, siempre preguntar exactamente para cuántas personas ha marcado o vienen con ella/él, y después preguntar por las personas que van delante al menos por tres turnos en caso de que la persona detrás de quien has marcado se vaya o se pierda (pasa mucho con las personas mayores). Ahora solo resta esperar hasta eso de las 7 am. Llega el momento de socializar, conocer a los compañeros de este día. Allí te enteras de muchas cosas, de los que han padecido la COVID, de los que están por ser abuelos o padres, de los negocios turbios del gobierno, de las noticias de la mañana, de que si el día anterior llegó un camión con queso o yogurt. Están los chistosos, los amargados, los que se la saben todas y los despistados, los que se conectan por datos por internet para preguntarle a sus familiares en Miami lo que están desayunando y de paso mostrarles la cola que están haciendo con “la pila de esclavos comunistas” que mantienen a este gobierno.

A las 7 am más o menos (varia de tienda en tienda), sale un policía (casi siempre con el grado de Mayor) y mediante una aplicación de su teléfono escanea los carnés de identidad. Ya ese día no puedes comprar en ningún otro lugar pues al menos por 24 horas apareces en una base de datos en toda Cuba (en teoría es para prevenir el acaparamiento). Repito: todavía no sabemos lo que hay o lo que no hay en la tienda. Ahora se acaban las posibilidades de los coleros pues ahora ya los turnos están dados. Solo resta esperar a que abran la tienda. Quedan de dos o tres horas. Hora de tomar el café que trajimos de casa, un poco de agua y alguna galleta. En esta tienda solo dan 200 turnos, y si todo fluye bien, entonces a las 3 pm darán otros 100 más.

Una vez dados los turnos hicimos el 79 y el 80. Ya todo organizado y sin posibilidad de que pierdas el orden de la cola ya todos nos relajamos. La tienda abre a las 9:30. Entran 30 turnos e increíblemente demoran cuarenta minutos. Entramos en la tercera ronda.

Esta vez muchas menos cosas que la vez anterior, pero algo es algo (consuelo del cubano). Los que vamos con presupuesto limitado con calculadora en mano. Gente conversando por whatssap con sus familiares y amigos, si algún amigo desea algo le hace una transferencia a su tarjeta y asunto resuelto.

Una hora mas tarde ya de salida.

Llegué a casa a las 3 pm. Cerebro licuado

¿recuperación? Posiblemente en dos días.

Que conste que lo que cuento no es ánimo de crítica. Ya he sobrepasado hace tiempo esa línea y hacerle el juego a los que quieren hacer otra revolución, pero esta vez por control remoto, desde fuera y que los muertos los pongamos nosotros, los que estamos dentro. Es solo contar para recordar algún día, si aunque sea un décimo de felicidad o prosperidad llega a mi vida, lo que viví en determinado tiempo y así saber apreciar y amar lo que me tocará vivir. Las razones y las críticas se debaten en un eterno mar de política y egoísmo. No es que quiera creer o no, pero por mi integridad sicológica quiero creer que esas tiendas en dólares o euros son otra fuente de moneda dura que el gobierno necesita para ayudar a mantener la alimentación básica de 11 millones de personas que recibimos por una libreta de abastecimiento (otros le dicen racionamiento), que no queda de otra con un bloqueo brutal de una superpotencia y una pandemia de más de 1 año que nos ha dejado sin fuentes de ingreso. Hospitales, centros de investigación, trasporte; servicio eléctrico, de agua y gas se han mantenido. Quiero pensar que en algún momento regresaremos a lo que teníamos en el 2019 y que tanto nos quejábamos.

Un año sin turismo. Un año sin trabajo. un año sin ver a amigos queridos y familiares. Un año como todos en el mundo entero, o casi. Sin embargo, en otros países sobran las cosas, o quizás se repartan diferente. Pero también es importante que nos faltan los muertos, nos sobran los científicos, los ancianos en su mayoría protegidos y vivos, los niños siguen recibiendo sus medicamentos y vacunaciones y en fin, la vida se esfuerza y esfuerza. . .

Pero de todos modos es importante Humberto que recuerdes todo esto, lo cansado que estabas, las noches en silencio en la terraza teniendo los mismos pensamientos que hace 10 años en el malecón cuando mirabas al hotel Cohíba y esperando un milagro que sea en forma de un ángel, un visitante  o un alienígena, pero que te sacara de todo este predicamento. A veces somos como niños y solo nos dejamos llevar y deseamos que las cosas sean de la misma maneras. ¡Que tonterías! ¿Verdad?

Pero nada, a sonreír, que los seres queridos no lo noten, aunque como dice la canción de Silvio Rodríguez: con tanto motivo para no reírse como hay.


lunes, 25 de enero de 2021

LA LIBERTAD (II), la individual



Cada lugar, cada país,  cada generación,  cada persona tiene su propia historia.
Muchas veces he dudado en contar la mia. Una historia de vida compartida por millones de cubanos en una nueva realidad nunca vista en la mayoría del mundo. Nada extraordinariamente mejor ni peor que otras realidades u otras experiencias humanas. Hay mucha gente que muere de hambre, en terribles guerras o accidentes, sobreviven enfermedades y en fin, hace que mi camino palidezca ante la vida real de personas en otras partes. Pero como he dicho otras veces, este blog es para si algún día la memoria comienza a fallarme entonces recordar, o sencillamente retornar al pasado y leer nuevamente los pensamientos que tuve. Y hay algo muy importante en mi vida: una libertad física limitada, y una interior infinita.

Entonces, concretando, hablaré sobre los miedos que no me han permitido ser libre y cómo pude vencer y calmar otros y retarlos a todos. La libertad es un tesoro inmaterial, algo que solo se percibe cuando realmente está y genera una euforia y una confianza que nos da felicidad. La libertad es un tesoro que muchos, muchísimos, no protegen ni luchan por conservarla.

Pero la libertad individual es también difícil de comprender. ¿Colectivo o individuo? ¿Sacrificio o premio? Lo difícil es cuando no nos ajustamos al modelo de sociedad en la que nacemos. Se finge, se camufla la personalidad, se espera pacientemente a poder expresarse.

En mi caso siempre ha sido el rechazo a la colectividad. Incluso mis años de escuela fueron casi un suplicio: todos los niños haciendo lo mismo, recitando lo mismo, consignas y poemas, vistiendo igual. Erick, un profesor grande y poderoso que a los chicos diferentes de alguna manera les daba con el nudillo del dedo del medio sobre el hombro, o apretaba los hombros por delante y por detrás, haciendo pinzas con su manaza y reduciéndonos hasta llegar al piso. Y su cómplice, una auxiliar que nos bajaba los pantalones frente a los chicos “normales”.

Secundaria, 12 años: por fin un poco menos de tiempo de escuela. Media sesión solamente. Pero con ella vino LA ESCUELA AL CAMPO. El trabajo fuerte y agotador por 45 días viendo a nuestros  padres solo los domingos. Trabajos en cultivos de papas, naranjas, tomates “guataqueando” por horas, perdiendo la piel de las manos con un azadón mas alto que yo. Poca comida que había que proteger de los chicos mayores. La suciedad, la promiscuidad, profesores que se desnudaban ante chicos de 12 años, duchas frías a cielo descubierto en enero, letrinas nauseabundas. Chicos que se envolvían los brazos en toallas mojadas y se daban un golpe fuerte para fracturárselo y poder regresar a casa con una baja médica.

Es verdad que no nos morimos, pero algo, en algunos, sí lo hacía. Era el entrenamiento para lo que se esperaba de nosotros y que llamaban formar al hombre nuevo: estudio, trabajo, fusil. Regresar a casas despintadas, casi sin equipos eléctricos y poca comida nos parecía el paraíso comparado con aquellos campamentos y nos mataba cualquier insipiente pensamiento hacia lo desconocido.

PREUNIVERSITARIO: Ya casi un hombre. Mismas experiencias en la “escuela al campo” que hoy en día sería considerado explotación de menores. Trabajar desde casi madrugada en las plantaciones de tabaco, el sereno pegajoso que penetraba cada poro, envolvía cada cabello y encartonaba la ropa.

Mirando atrás, yo con 16 años. Poca ropa. Un par de zapatos. Un radio pequeño en casa. Un TV americano de bombillos roto y libros baratos apilados, pero lo importante era el contenido. Y esos libros me transformaron, y en cierta medida me marcaron la vida pues me convirtieron en alguien aún más fuera del molde.

Las reuniones de análisis, sobre todo las que se hacían antes de otorgar las carreras universitarias. Allí tuve que rendir cuentas de por qué no pertenecí a las Milicias , por qué no había solicitado el carnet de la Unión de Jóvenes Comunistas, justificar ciertas actitudes que daban la impresión de que era un “tapadito”, es decir, un burgués escondido o peor aún, un contrarrevolucionario. ¿Hubieran entendido que no soporto las multitudes? ¿un burgués? Que raro me sonaba aquello cuando solo tenia un solo par de zapatos para todo. Pero a ellos les sonaba mas raro aun mis comentarios sobre Alexander Solzhenitzyn o Milan Kundera, mi interés por los idiomas extranjeros menos el ruso, el gastar mi dinero de la merienda en la única revista del mundo no soviético que se vendía: El Correo de la Unesco. Las tenia todas, las coleccionaba, y con ellas pude “viajar” desde la Meca hasta los campos de arroz en China.

En el listado de alumnos para coger carreras , en Cuba se le llama ‘escalafón’, tenia el lugar 20, nada mal para alguien que no estudiaba mucho y no es tan brillante. Y casi no me otorgan lo que había solicitado porque a duras penas logre pasar la evaluación política.

Es curioso, todos los que hablaron negativamente sobre mí, los que casi decidieron dejarme fuera se fueron del país tiempo después.

NO SE DEBE CONFUNDIR LA VERDAD CON LA OPINIÓN DE LA MAYORIA

UNIVERSIDAD: Hoy en día la universidad conserva mucho de la época en que pasé por ella, pero ahora los peligros para el alma no son tan contundentes.

Cuando llegué a ella pensé que estaba a solo 5 pasos de un futuro luminoso y por fin libre de las preocupaciones de las finanzas. Podría ser libre al estar protegido por un título universitario, por una salario digno, y por ideas que se iban tornando más claras. El extranjero no existía. El show de Truman.

La vida tenía otros planes, pero sobre todo seguía siendo muy terco. No aceptaba ser miembro de las organizaciones . No iba a las marchas, no iba a los lugares que me enviaban y usualmente terminaba vagando por terrenos movedizos. Sin embargo, y ese era mi principal temor, no se daban cuenta de cuánto maduraba en mis conceptos de cubanía, de lo que consideraba bueno para mi país, de la comprensión de nuestra historia, sin demasiado ruido o palabrería barata , sencillamente hacía, no predicaba.

Varias veces “conversaron” conmigo, me citaron en oficinas destartaladas donde trabajaba gente con cierto poder que a regañadientes aceptaban hablar con los “flojos”. Hasta el día, mucho tiempo después, en que siguiendo la lógica del sistema fui declarado “potencial delictivo”.

Pero entre una cosa y la otra, y el final de ese camino que me costó la desconfianza y la falta de oportunidades, la vida me mostró rostros terribles de los que no voy a hablar acá pues aunque son un obstáculo a la libertad personal, no son relevantes para los extraños.

Solo había una salida: perder el miedo. Es difícil lograrlo porque los enemigos son colosales y atacan por doquier. El miedo viene desde la infancia, muchas veces es inculcado para que nos paralice y no cambiemos el rumbo, para que no seamos libres. Sigue con nosotros por décadas y muchos mueren como vivieron, sin atreverse. Pero no critico, le tememos al hambre que ya conocimos en los 1990s, la falta de ropas y estar vestidos todos iguales y caminar con los ojos bajos por la vergüenza de no ser capaces de poder ser diferentes, únicos. Le tenemos miedo a las guerras que hemos tenido que participar, las propias y las ajenas, pues como bien dice la canción es un monstruo grande y pisa fuerte y no la queremos para nuestros hijos. Miedo a las prohibiciones, a las sospechas, a los informes secretos y quien los lee y determina la “solución”. Nos aprieta el alma y el estómago el enemigo sin escrúpulos, poderoso y terrible, que nos quiere muertos.

Retirarse un día a un rincón de esta isla, apretarse las manos y sudando y temblando decidir retarse unos mismo, no temer a otros seres humanos, decidir no renunciar a mi espacio en este país por lo que puedan decir o determinar, luchar con mis herramientas escasas, mi inteligencia promedio y dejar brotar el amor cada minuto serían mi escudo y mi espada. Sé que el camino es infinito, nunca acabará porque no es el sendero trillado, y que incluso en el momento final muy posiblemente todavía no me sentiré libre porque las amenazas se renuevan y pueden generar nuevos miedos en personas que básicamente estamos desprotegidos. Los que no piensan en estas cosas son un poco más felices. Por eso concuerdo con la famosa cantante negra, que en otra realidad y contexto lo expresó tan bien: La libertad es no tener miedo.

Espero que en los momentos de partir no sentir arrepentimiento, sobre todo de haber sido valiente. Y si sintiera arrepentimiento que fuera solamente por no haber sido valiente siempre.

Estos son los tiempos del COVID. Nuevamente confinamiento, esta vez físico. Nuevamente los obstáculos que nos derriban y las malas cosechas personales, se levantan diques, así que no queda más remedio que darnos una tregua, pero lo importante es no claudicar.


jueves, 15 de octubre de 2020

DÍA A DÍA (15/10/2020) REFORMA MONETARIA. SEMANA DIFÍCIL

 Después de mas de 20 años con varias monedas y varios intentos de eliminarlas, de cambiarlas, de salir cada año a flote, poniendo más parches en la economía que Windows cuando las cosas le salen mal, finalmente ha llegado el momento. Ya es impostergable y comenzaron a prepararnos. 

Tenemos un nuevo Presidente, todavía “linkeado” a la generación de Fidel y Raúl Castro, pero como pichón de águila extendiendo las alas desde el nido y preparándose para el vuelo de altura. Necesita comenzar por algún lugar y ha decidido por el lugar más difícil y conflictivo de la economía cubana: la dualidad monetaria.

Algo puesto por ellos a su conveniencia para paliar el ataque del Norte y la ineficiencia propia del socialismo, que después no les funcionó como deseaban pues los particulares, es decir, los ciudadanos de a pie comenzaron a acumular riquezas y las empresas estatales no. Y asi fueron parcheando los salideros privados y ramificando las “ventajas” al sector estatal. Pero no importa lo que hicieran, el sector privado siempre sale a flote y el de ellos no.

Pues nada, se acabaron las contemplaciones. Todos por igual y que gane el mejor. Pero eso sí, comprendido que nunca será capitalismo puro y duro. Las condiciones de juego finalmente se van a sincronizar con el mundo, competir si es posible y sobre todo si por milagro desapareciera el embargo americano, pero las reglas del juego no cambian: prosperidad para el que la trabaje o se las agencie, pero no una propiedad privada que arriesgue una posible y futura sociedad cubana. . .socialista.

Dos días con dolor de cabeza y desasosiego. Las almas libres somos asi, olfateamos el peligro antes de que aparezca. Miro al horizonte y sé que hay peligro, ¿por dónde?, todavía no lo identifico. Aunque al mismo tiempo, y paradójicamente, creo que para la mayoría y para el país pudiera ser algo bueno. Otro día me explico mejor.

Pero pongámonos en contexto.

Desapareció el gigante soviético y en su caída arrastró a todo el mundo de izquierdas. Y a Cuba con él. Pero como hubo una revolución propia y no impuesta como en la Europa del Este, Cuba resistió, con muchas pérdidas, como un barco haciendo aguas los días estaban contados, o al menos lo parecía.

De repente lo que parece un retroceso en la Historia: regreso a algunas formas de propiedad privada: permisos de renta para turistas en la casas (recordar que más de la mitad  de las casas buenas fueron primero decomisadas u ocupadas de los que abandonaban el país y otorgadas por la revolución a sus hombres más confiables.

.permisos de paladares, es decir, restaurantes privados en casas, solo 12 sillas en 3 mesas. Hoy en día los hay lujosos y en casas espectaculares

Más adelante nuevos permisos de compra venta de casas. Apartamentos lujosos y casas por 200 000 a un millón de dólares en una Cuba donde la mayoría de la población percibe salarios entre 20 a 50 dólares al mes. Entonces los hijos de los que recibieron esas mansiones de los antiguos ricos se hacen millonarios y se van del país. Los cubanos ricos en el exterior regresan “victoriosos” a comprar propiedades y a abrir negocios; extranjeros que con 100 000 euros no pueden hacer nada en sus países vienen atraídos por las nuevas oportunidades  usando testaferros.

Y casi lo último, todavía caliente del horno de la política: nacionalidad a hijos de cubanos residentes en el exterior (incluidos los llamados gusanos. Entrada al país solo con pasaporte sin necesidad de visados. Entrada en yates por Marinas, aunque todavía los cubanos que vivimos en Cuba, y la mayoría defienden el proyecto social que comenzó hace 60 años, no podemos subir a embarcaciones con motor.

Pero no lo pudieron quitar todo. Hay cosas que no quitaron en el interior del alma del cubano. En todos estos años hubo situaciones bien serias en el 1980, en el 1994 y hoy en día, como con guante de seda los más jóvenes van pasando de una mentalidad de sacrificio y pobreza a una mentalidad de mercantilismo y ansias de muchas cosas que son intrínsecamente incompatibles con el sistema.

¿Se les puede criticar? ¿Reeducar?

La cuestión es que los pobres de hoy somos los hijos de los honestos de ayer. Estamos caminando desolados en un campo que se está sembrando de oro y donde ya las primeras espigas han brotado. Pero aunque nos traten de convencer, cada vez más tenemos el sentimiento de que, sea intencional o no, se quiera o no, no es para nosotros. Son solo fuentes de ingresos y no para nuestro disfrute y finalmente conceptos elevados, modernos e igualitarios triunfen.

Seguimos siendo un país pobre. Seguimos en conflicto con la potencia más grande de todos los tiempos. Se intenta una y otra vez, pero es difícil.

Aunque habrá aumentos de salarios y pensiones para contrarrestar la inevitable (y anunciada abiertamente) inflación, las cosas pueden tomar diferentes caminos que nos llevaran a tiempos pasados o futuros luminosos.  En cuanto a nosotros, los que tratamos de luchar individualmente por lo que queremos y cómo lo queremos, fuera del molde, cada uno buscará su propia receta, tratará de encontrar una solución. Y no siempre será la más justa o la más compasiva. Momentos como este dejan aflorar el tipo de gente que le gusta moverse en aguas turbias. Así que mi consejo es:

NOLITE TE SPUROIUS CARBORUNDORUM

No dejes que los cabrones te hagan polvo.

(continuará, de acuerdo a lo que vayan diciendo los “nuevos” economistas)


Guia Local y Maestro. email: cubamigos@yahoo.es

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