martes, 27 de mayo de 2025

Los infiltrados

¿Quiénes son los infiltrados o traidores  y por qué son un problema?


Cuando alguien que debería estar de nuestro lado actúa en contra, hay que entender cómo y cuándo pasó eso. A veces, los infiltrados entran “por la ventana”, es decir, sin permiso; otras veces, entran “por la puerta grande” porque alguien les dio la llave, les vendió el acceso o se lo prestó. La mayoría de las veces, estos infiltrados tienen un objetivo claro: destruir, romper o traicionar algo que antes parecía bueno y valioso para el grupo.

Como decía Alfredo Zitarrosa, “un solo traidor puede con mil valientes”. Esto significa que una sola persona que traiciona puede arruinar el trabajo de muchas personas valientes.

 ¿Cómo actúan los infiltrados?

Estos infiltrados suelen aprovecharse de las debilidades de los grupos y de las personas que los dirigen o apoyan. A veces obedecen órdenes que vienen de afuera, y otras veces actúan por sus propios intereses . Muchas veces, son como parásitos que se meten en un grupo y lo van dañando poco a poco, aprovechándose de la confianza, la bondad o la ingenuidad de los demás.

Hay muchas historias de infiltrados que se meten en el momento justo para arruinar el esfuerzo de otros. Son personas que buscan subir en la vida a costa de destruir lo que otros han construido. En realidad, cada infiltrado es como una pequeña muestra de cómo funciona el mundo en la actualidad, un mundo donde abundan los que se aprovechan de todo y de todos.

¿Cómo se disfrazan?

Los infiltrados no siempre parecen malos. Muchas veces se muestran como personas normales, incluso mediocres, que buscan sacar ventaja sin mucho esfuerzo. Están en todos lados y se aprovechan de las peleas internas para sembrar dudas, mentiras y traiciones.

Suelen hablar muy bien y convencer a otros con discursos que parecen emocionantes, pero que en realidad buscan su beneficio personal. Se mueven entre diferentes grupos y cambian de ideas según lo que les conviene, sin importarles la verdad o la justicia.

 ¿Dónde los encontramos hoy? En el mundo actual estos infiltrados se han vuelto comunes. Se disfrazan de diseñadores, periodistas, filósofos o líderes, y promueven la idea de que está bien traicionar o copiar a otros para sacar ventaja. A veces lo hacen incluso usando la religión como excusa.

Estos infiltrados son como enemigos dentro de nuestro propio grupo. No basta con luchar contra los enemigos externos; también hay que estar atentos a quienes están dentro y trabajan para destruir desde adentro. Los grupos poderosos que controlan la economía y la política saben que para mantenerse en el poder necesitan infiltrar a sus enemigos.

 ¿Qué hacen dentro de los grupos?

Un infiltrado no es alguien que aparece por casualidad, sino que forma parte de una estrategia para debilitar a los movimientos que buscan cambios reales. Su trabajo es sembrar dudas, miedo, peleas internas, culto a personas en lugar de ideas, y hacer que la gente pierda la confianza en la lucha.

No siempre parecen espías o enemigos visibles; pueden ser compañeros, líderes, intelectuales, feministas o artistas que, sin que lo notes, están ayudando al sistema que queremos cambiar.

 ¿Por qué traicionan?

Para ellos, la traición es casi una forma de vida. Saben que están ayudando al enemigo y lo hacen para ganar poder, dinero o seguridad personal. Traicionar es una forma de alejarse de la historia y del destino común de un pueblo, y es un reflejo de una personalidad que prefiere vivir escondida bajo el sistema dominante en vez de enfrentarlo.

Desde siempre, en todas las luchas, ha habido quienes venden la causa por dinero, cargos o por odio. Estos infiltrados se disfrazan de honestos, religiosos o intachables, pero en realidad están al servicio de los poderosos. Incluso algunos grupos de izquierda, por torpeza o intereses, terminan facilitando la entrada de estos infiltrados.

 La batalla hoy es también en las ideas

Ahora, en la etapa actual del capitalismo, la pelea no es solo física o económica, sino también en las ideas y las palabras. Los infiltrados no solo destruyen con acciones, sino que también meten ideas falsas, narrativas engañosas y agendas que confunden a la gente.

Hablan en nombre del pueblo, mencionan a héroes y a la justicia, pero apoyan guerras y genocidios. Son como parásitos que se alimentan de la mentira y la traición para mantener el sistema 

 ¿Qué hacer?

Reconocer y denunciar a los infiltrados no es ser paranoico, sino un deber para proteger nuestras luchas y proyectos. Mientras unos siembran claridad y confianza, ellos siembran dudas y traiciones.

La pregunta importante es: ¿quién les abre la puerta? Porque sin alguien que los deje entrar, no podrían hacer tanto daño.



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