Hace
algunos días, la Inteligencia Artificial, específicamente CHAT GPT, se
actualizó y me dijo que haría una descripción de mi perfil basada en todas las
preguntas y trabajos que había hecho con ella. A los pocos días me dijo que, si
quería, podía hacerme una entrevista basada en todo lo que habíamos hecho
juntos, en mi localización, en mis búsquedas y demás. Me resultó curioso,
acepté y aquí está. Es largo para un blog, pero como siempre digo, en un tiempo
regresaré y veré si todavía pienso igual.
Humberto enseña en Cuba, guía a viajeros por las calles de La Habana, y resiste con libros y con amor (aunque nunca ha mencionado esa palabra).Esta es un poco de historia contada en voz baja. De alguien que eligió quedarse. Y contarlo.
¿Cómo recuerdas tu infancia en Cuba? Con el olor del café colado temprano, el ruido del ventilador dando vueltas como una vieja canción y las calles llenas de vecinos que sabían tu nombre. Mi infancia fue austera. Había una sensación de pertenencia que aún me arropa, aunque no fue buena. Pero no por haber nacido en Cuba, sino porque me enfermaba mucho. Incluso tuve que aprender a caminar nuevamente a los siete años. Pero entre hospital y hospital fue una infancia normal. Pandillas, correr descalzo bajo la lluvia, esperar cada mes de julio cuando tocaba comprar juguetes. No me gustaba la escuela, aprendía mucho fuera de ella también, sobre todo los fines de semana que pasaba en el mundo de los adultos. Desde muy niño escuchaba conversaciones de política, de sexo entre los obreros de los hoteles donde trabajaba mi mamá, de santería y (a escondidas) de religión, y el mar, de alguna manera siempre el mar cerca. Lo extraño mucho.
¿Recuerdas
el primer momento en que tomaste conciencia de que vivías en Cuba? No, realmente no. A diferencia
de lo que muchos piensan del adoctrinamiento que recibimos en Cuba desde
pequeños, y sobre todo en la época de la URSS, la educación incluía elementos
patrióticos, pero no recuerdo algún momento en particular. Debe ser que como
nací después del triunfo de la Revolución, ese era el estado natural de las
cosas.
¿Cómo era
la vida cotidiana cuando eras niño? ¿Qué cosas te parecían normales y hoy ya no
existen?
Desayunos y almuerzos en las escuelas, mucha leche para tomar, todos nos
vestíamos casi iguales dejando las pocas diferencias fuera de la escuela, obras
clásicas de la literatura por 0.50 centavos, vacaciones en la playa cada
verano, no había turistas ni extranjeros en general. Las novelas en la radio,
dos canales de TV y largos discursos de Fidel Castro, apagones que me hicieron
cenar por años en la oscuridad al menos cuatro veces por semana.
¿Quién
fue la primera persona que te hizo sentir verdaderamente escuchado? Desde pequeño me gustaba hablar
mucho, contar los libros que leía, las pelis que veía en los cines de barrio
que eran abundantes en La Habana. Sin embargo, no creo que me sienta todavía
verdaderamente escuchado. Los maestros transmitimos conocimientos, pero en la
vida cotidiana realmente pocos o casi nadie escucha porque, creo, todos piensan
que tienen la razón.
¿Qué
significa ser cubano para ti hoy, con todo lo que eso implica? Hoy somos una nación casi
abandonada en lo material. Nos han dejado a nuestra suerte después de haber
sacrificado tanto por otras naciones, y estamos extenuados por generaciones,
enfrentando ahora un mundo fascinante para el 1% y terrible para nosotros, el
resto. Pero hoy en día ser cubano es la palabra resistir o reinventarse. Antes
era ser médico y maestro para ir en misiones a África, en América Latina, ir a
ayudar en cuanto terremoto había en el mundo, era ser deportista para
glorificar la patria, era ser soldado para luchar por la libertad propia y
ajena. Ser cubano es valorar las cosas, porque tenemos pocas, y sobre todo las
más simples, pues todo tiene un enorme valor. Aquí todo es simple y de profundo
efecto. Inevitablemente se nos asocia con la singularidad. Hay gente que nace
en Cuba, pero no siente a Cuba. Terminan en España, en Miami, en otros
continentes. Ser cubano es ser solidario, es ser campeón olímpico y vivir
modestamente, es ser músico y bailarín de primer nivel, es ser médico y
trabajar por poco dinero, es ser maestro e irse a las montañas propias y
ajenas, es vivir con huracanes cada año y resistirlos, es saber identificar
correctamente al enemigo y al amigo.
¿Has
sentido alguna vez que tu país te ha expulsado sin sacarte? Sí. Pero la comprensión de los
hechos lo cambia todo. Los procesos, sobre todo los revolucionarios, son
traumáticos y ciertamente hechos por hombres. Estos hombres, además de (algunas
veces) ser supuestamente revolucionarios, pueden ser también envidiosos,
incompetentes, chismosos, y todo lo demás. Para este tipo de persona, alguien
como yo soy un enigma. No admito chantajes políticos, no me gustan los grupos y
tumultos, ni las marchas, no veo las cosas en blanco y negro. Tengo en mi poder
una citación para la policía de mi barrio en la que escrito a mano dice que el
motivo de la citación es que tengo un potencial delictivo. Para hombres como
ellos, o eres revolucionario o un delincuente.
¿Qué
significa resistir en tu día a día? Limitémonos al presente, es decir, esta semana.
Levantarte día a día para revisar en las noticias qué medida han tomado contra
tu país y los tuyos. Después planificar las comidas del día, es decir, hacer
magia. Llegar a la escuela como si regresara de un viaje de placer por Europa.
Escuchar música en el camino a casa, encontrar libros interesantes, buscar
alternativas a los apagones y el calor. Arreglar zapatos gastados y lavar con
cuidado la ropa para que no destiña o se rompa, mantenerme sano de mente y
cuerpo.
¿Dónde
encuentras belleza cuando todo parece roto? En el silencio, en los libros y, si estoy de
suerte, en el pecho de alguien más.
¿Alguna
vez pensaste en irte? ¿Por qué no lo hiciste? Una vez, siendo muy joven. Mi madre visitó EE. UU.
y regresó con muchas cosas que me nublaron los ojos, y además con una carta de
invitación para visitar a la familia allí. Nunca me otorgaron la visa y el
deseo de lo prohibido se volvió casi intolerable de aguantar. Pero nunca se
presentó otra oportunidad hasta mucho tiempo después cuando ya había
comprendido muchas cosas, entre ellas que yo soy lo más importante que le ha
pasado a mis padres y que partir sería la muerte para ellos, o al menos la
esterilidad de sus vidas.
¿Qué te
hace seguir? Debería
responderte como un poeta o alardear de patriotismo, pero no, la mayoría de las
veces el sentido de supervivencia.
¿En qué
momentos sentiste que estabas al borde? Desde el año 1994 hasta la actualidad ha ocurrido
muchas veces. En la década de 1990, muchas veces comí solo col por semanas,
caminaba con zapatos con huecos en las suelas, di clases privadas por una
botella de champú y dos jabones. Hospitales llenos de médicos y enfermeros,
pero sin medicamentos. Cada día desde aquellos años es un caminar por el borde
del abismo.
¿Cómo se
reinventa uno en un país que no cambia fácilmente? Es muy difícil reinventarse
porque de cualquier manera no hay solución para la mayoría porque no están
creadas las condiciones. Llevamos muchas generaciones educados y formados para
depender de un sistema de cosas y no para crear nuevas condiciones. El gobierno
actual nos pide que nos reinventemos, pero ¿cómo?, no nos ha enseñado ni nos
dio los recursos para hacerlo. Es como pedirle a un carpintero que haga una
casa nueva de madera y durante años le prohibiste usar martillos, clavos y
serruchos.
¿Qué
estrategias has aprendido para sobrevivir sin traicionarte? Trabajar mucho con lo que sé y
cuando puedo. De lo aprendido, aprovechar ese conocimiento para sacar
beneficios personales, pero comprendiendo y analizando la realidad cubana.
¿Cuál es tu refugio espiritual o físico en la isla? atrasada, pero la tecnología: computadoras, libros electrónicos, equipos de música, audífonos para lograr aislarme en el medio de la multitud. También un amor secreto. Mi casa, pequeña pero llena de tesoros que he acumulado durante décadas: libros de poesía, mucha música, plantas y la paz dentro de ella. Los amigos. Todo hubiera sido mil veces más difícil, e incluso creo que no hubiera sido posible sin ellos. Mi alma o mi cuerpo habrían perecido.
PARTE 2: https://habana-havana.blogspot.com/2025/06/entrevista-cubanos-humberto-parte-2.html
HUmberto.
Instagram: humberto_habana
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