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lunes, 3 de agosto de 2020

LUMPEN PROLETARIADO O EL ENEMIGO DENTRO


(no solo para Cuba y los cubanos)

En estos días de pandemia, en una sociedad como la cubana con graves problemas económicos, por causas propias y por interferencias ajenas muy poderosas ha sucedido lo que otras veces. Unos comienzos caóticos ante cualquier factor que desestabilice un equilibrio precario de la economía. Precario cuando ha existido.

Y el elemento visible de este desequilibrio ha sido la escases en las tiendas que se ha agudizado aún más, sobre todo en las de alimentos, que por demás son las únicas que han permanecido abiertas. Y dentro de todo esto un elemento que ha logrado levantar olas de furor en la población cubana:  el colero (de colas) y acaparador de alimentos. 
Sin escrúpulos logra organizar un sistema para comprar cantidades de alimentos que luego venderá en el mercado negro a los que trabajan, a los ancianos y enfermos que no pueden hacer colas por horas, muchas veces desde la madrugada.  Y eso en momentos de pánico por una pandemia y una situación que todos estamos conscientes puede romper nuestras vidas, hacerla añicos

Lo curioso es que pocos, si alguien , los llama por su nombre verdadero. Les dicen acaparadores, coleros, delincuentes, e incluso anarquistas en otros paises, pero en realidad, y no importa la sociedad en que vivan, su nombre es: lumpen proletariado.

Ellos son  ese producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la sociedad, pueden a veces ser arrastrados a manifestaciones sociales; sin embargo, en virtud de todas sus condiciones de vida están más bien dispuestos a venderse. Su sueño es acceder a las riquezas de alguna manera y lograr lo que los delincuentes famosos y ricos, hacen; la misma prostitución, el mismo fraude descarado, el mismo afán por enriquecerse, no mediante la producción, sino mediante el escamoteo de la riqueza ajena.

Políticamente y socialmente forman un grupo peligroso, en realidad no tienen conciencia de clase. Pongamos uno o dos ejemplos actuales. Son los que se unen a las manifestaciones en Estados Unidos en el movimiento BLACK LIVES MATTERS para hacer saqueos y asaltos a la propiedad. Son los que han logrado salir de la miseria traficando con drogas en Colombia y otros países (por ejemplo, un Pablo Escobar), son los que emigran a Europa Occidental para formar grupos criminales y controlar la trata de blancas y la droga misma. Y así muchos e infinitos ejemplos. Y en Cuba, pequeñita y frágil económicamente, trafican con alimentos en momentos de pandemia.

El lumpen proletariado es una escoria integrada por los elementos desmoralizados de todas las capas sociales y concentrada principalmente en las grandes ciudades. Ese desecho es absolutamente venal y de lo más molesto. Cuando los obreros franceses escribían en los muros de las casas durante cada una de las revoluciones: «Mort aux voleurs!» ¡Muerte a los ladrones!, y en efecto fusilaban a más de uno, no lo hacían en un arrebato de entusiasmo por la propiedad, sino plenamente conscientes de que ante todo era preciso desembarazarse de esta banda.

Y pese a quien le pese (y debe haber muchos pesares) esos son los que cada día mas luchan desde Estados Unidos por cambiar las cosas en Cuba y apoyan a los que en Cuba “defienden la ley de la oferta y la demanda” con los alimentos que compran en las tiendas para después revenderlos hasta tres veces sus precios.
Suenan feos y repugnantes, y es inevitable que en el menor de los casos despierten sentimientos de rechazo, como un ente que apesta y al que hay que destruir. Y repito, en cualquier sociedad.