(no solo para Cuba y los cubanos)
En estos días
de pandemia, en una sociedad como la cubana con graves problemas económicos, por
causas propias y por interferencias ajenas muy poderosas ha sucedido lo que
otras veces. Unos comienzos caóticos ante cualquier factor que desestabilice un
equilibrio precario de la economía. Precario cuando ha existido.
Y el
elemento visible de este desequilibrio ha sido la escases en las tiendas que se
ha agudizado aún más, sobre todo en las de alimentos, que por demás son las únicas
que han permanecido abiertas. Y dentro de todo esto un elemento que ha logrado
levantar olas de furor en la población cubana:
el colero (de colas) y acaparador de alimentos.
Sin escrúpulos
logra organizar un sistema para comprar cantidades de alimentos que luego venderá
en el mercado negro a los que trabajan, a los ancianos y enfermos que no pueden
hacer colas por horas, muchas veces desde la madrugada. Y eso en momentos de pánico por una pandemia
y una situación que todos estamos conscientes puede romper nuestras vidas,
hacerla añicos
Lo curioso
es que pocos, si alguien , los llama por su nombre verdadero. Les dicen
acaparadores, coleros, delincuentes, e incluso anarquistas en otros paises,
pero en realidad, y no importa la sociedad en que vivan, su nombre es: lumpen
proletariado.
Ellos son ese producto
pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la sociedad, pueden a veces
ser arrastrados a manifestaciones sociales; sin embargo, en virtud de todas sus
condiciones de vida están más bien dispuestos a venderse. Su sueño es acceder a
las riquezas de alguna manera y lograr lo que los delincuentes famosos y ricos,
hacen; la misma prostitución, el mismo fraude descarado, el mismo afán por
enriquecerse, no mediante la producción, sino mediante el escamoteo de la
riqueza ajena.
Políticamente
y socialmente forman un grupo peligroso, en realidad no tienen conciencia de
clase. Pongamos uno o dos ejemplos actuales. Son los que se unen a las
manifestaciones en Estados Unidos en el movimiento BLACK LIVES MATTERS para
hacer saqueos y asaltos a la propiedad. Son los que han logrado salir de la
miseria traficando con drogas en Colombia y otros países (por ejemplo, un Pablo
Escobar), son los que emigran a Europa Occidental para formar grupos criminales
y controlar la trata de blancas y la droga misma. Y así muchos e infinitos
ejemplos. Y en Cuba, pequeñita y frágil económicamente, trafican con alimentos
en momentos de pandemia.
El lumpen proletariado
es una escoria integrada por los elementos desmoralizados de todas las capas
sociales y concentrada principalmente en las grandes ciudades. Ese desecho es
absolutamente venal y de lo más molesto. Cuando los obreros franceses escribían
en los muros de las casas durante cada una de las revoluciones: «Mort aux
voleurs!» ¡Muerte a los ladrones!, y en efecto fusilaban a más de uno, no lo
hacían en un arrebato de entusiasmo por la propiedad, sino plenamente
conscientes de que ante todo era preciso desembarazarse de esta banda.
Y pese a
quien le pese (y debe haber muchos pesares) esos son los que cada día mas
luchan desde Estados Unidos por cambiar las cosas en Cuba y apoyan a los que en
Cuba “defienden la ley de la oferta y la demanda” con los alimentos que compran
en las tiendas para después revenderlos hasta tres veces sus precios.
Suenan feos
y repugnantes, y es inevitable que en el menor de los casos despierten
sentimientos de rechazo, como un ente que apesta y al que hay que destruir. Y
repito, en cualquier sociedad.
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