Algunos cubanos se quedan detrás de la puerta escuchando las voces que pasan aun cuando es solo cuestión de girar el picaporte. Solo esperan que las voces se vayan y todo regrese al cómodo silencio de antes. Pero ese pasado ya no existe, el futuro les aguarda y solo hay que mirarlo de frente y no temer lo que traiga.
Otros le temen a las nuevas relaciones y al mismo tiempo se sienten muy molestos por
el papel de tontos que han hecho todos estos años. Ya no tienen fe y como no
escuchan no están abiertos a las nuevas verdades. Verdades difíciles, no siempre agradables, pero que son como ladrillos que construyen nuestra esencia.
Los comprendo. Ya tienen mas de 60 años y solo tratan de
protegerse a si mismos y a los suyos. Ya
fueron lastimados y convertidos en seres humanos pobres y dependientes. Y solo les queda elevar la mirada en espera de las decisiones sobre sus vidas que
otros tomaran por ellos. Pero los que siempre han tomado las decisiones ya estan muriendo y no nos quedara' otro remedio que tomar nuestras riendas.
Ojala surgiera alguien que pudiera restaurar la fe.
Algunos cubanos como yo mismo nunca fuimos jóvenes. Siempre
miramos a través de ojos 40 años mas viejos. Solo espero que como yo he sanado
otros lo puedan hacer también.
Muchos cubanos dicen que no creen en las nuevas promesas de
ninguno de los bandos. Son solo voces que prometen cosas desde la
oscuridad, cosas que no pueden cumplir. Y lo dicen porque recuerdan esas mismas
promesas dichas muchas veces antes.
Algunos y cada vez mas cubanos se van para otros países con la esperanza de vivir mejor en sociedades cómodas y donde recibir ayudas que corresponden a los que han trabajado y luchado en esas sociedades.
Otros cubanos parecen pensar que es mas fácil odiar.
Sé que no nos escuchamos, que las voces significativas se
pierden entre tantos gritos e ideas “brillantes”, que nos viramos la espalda en
cuanto podemos, pero también sé que si sobrevivimos cuidaremos de ellos, y sobre todo
de sus hijos para que no repitan los mismos errores .
Les enseñaría a sus hijos que de las batallas no se debe
escapar, y claro se debe ir a ganar, pero no
a cualquier costo, sobre todo si es humano. Porque si hay en juego las vidas de otras
personas, su futuro y sus sueños es preferible esperar a dañar un hombre o una
mujer inocente.
Los cubanos debemos resurgir de nuestra historia, sin ser
mártires o preferir la muerte como siempre se dice en los lemas oficiales. Y
por eso comprendo a los mas jóvenes que con sus simplezas solo están diciendo
que no desean estudiar tanto para solo averiguar donde comenzó el infarto y reproducirlo cada 10 años.
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