La pobreza en el desarrollo de la humanidad es como la adolescencia . Entre otras muchas
cosas nos deja exhaustos al final del día. Nos demanda la mayor cantidad de energía
posible en cosas banales, en necesidades básicas. Caminamos kilómetros para
poder lograr objetivos que a estas alturas del desarrollo de la humanidad ya deberían
estar resueltas. La pobreza es injusta, la adolescencia pasa y deja sus
huellas, pero pasa. La pobreza casi nunca pasa, nos condena a permanecer
atascados en lugares desagradables la mayoría de las veces, en enfermedades que
nunca curan, en sueños que nunca se cumplen y en despedidas de seres queridos
que se van demasiado pronto.
Los pobres son como adolescentes. No tenemos defensa
sicológica ante los retos de la vida de estos tiempos, ni de los hombres de éxito de estos tiempos tampoco.
No tenemos defensa ante la avalancha de tecnología, ante el encanto del brillo porque es lo que nos hace soñar.
Es fácil abusar, llevarnos por caminos que
después podemos lamentar. La pobreza nos lleva a cruzar mares y estrechos y
morir en el intento. Nos lleva a la prostitución, al pandillerismo, a sentarnos
a conversar con la envidia, al servilismo, a querer ser como gente que son
despreciables en su humanidad pero nos espetan en la cara una imagen de
respetabilidad.
Un pobre en contacto con un rico narcisista es una víctima
perfecta. Comenzamos a creer que hay algo malo en nosotros. Que no trabajamos
lo suficiente, que no somos atléticos o hermosos, que nuestra inteligencia es
limitada. ¿Sino cómo es posible que esas personas logren sus sueños y nosotros no?
Porque hay un mundo, o más bien una partícula de este
mundo donde viven algunos seres humanos que disfrutan de la perfección y allí
son reyes y con dinero logran rebajar a su condición más elemental a un pobre
que tenga que alimentarse, o sostener una familia.
Es difícil librarse de esta percepción. Pasa a veces de generación
en generación y se piensa que es lo normal. Que los ricos son malas personas,
que el dinero es malo, o al contrario, se idealiza todo al nivel de traicionar
al hermano para lograrlo, para ir detrás del sueño. Es difícil comprender la
importancia de la educación, de la solidaridad, de la compasión, del desarrollo
personal y social cuando solo piensas en qué comerás en la noche si estas en la
mañana, o en qué comerás en la mañana si estas en la noche.
Y aunque en muchos aspectos es una batalla individual, sean bendecidos entonces los hombres que han logrado romper
ese esquema no solo a nivel personal, sino los que han logrado que pueblos y naciones, superen esa adolescencia de la humanidad que es la pobreza.
Humberto. Maestro y Guia Local.
whatssap / telegram +5352646921
Instagram: humberto_habana
Humberto. Maestro y Guia Local.
whatssap / telegram +5352646921
Instagram: humberto_habana
No hay comentarios:
Publicar un comentario