miércoles, 16 de febrero de 2022

Cuba. Diario. Febrero 2022, dia 16

 

La Habana , Febrero 2022

Mediados de Febrero del 2022. Aunque el país ha logrado sobrevivir a serios retos que todos decían que serían imposibles de superar, se ha vacunado a gran parte de la población, incluido los niños, los americanos cada vez tienen más poder aunque nos digan que pierden su competencia con los chinos , la mayor parte de los cubanos realmente no están muy pendientes de todo esto. Y a algunos sencillamente no les importa.

Para ellos la vida no tiene nada que ver con celebración de la supervivencia sino más bien con poder llegar a fin de mes, lidiar con los problemas cotidianos que han visto aumentado su número y ha surgido la categoría de retos diarios que surgen en las casas y el trabajo. Es un escalón superior a los problemas “normales” que ya teníamos.

La Habana es la ciudad más grande y donde en teoría hay más oportunidades, pero quienes vivimos en ella tenemos que saber manejarnos con los nuevos que van llegando, esa inmigración del interior del país, las tiendas en monedas extranjeras, los que comienzan a vender sus propiedades y marcharse del país “porque esto nunca va a mejorar” y encontrar en los mercados de viandas comida de cierta calidad y a un precio razonable.

Para algunos el día comienza en la madrugada tardía, las cinco de la mañana, y para otros en la noche. La vida oscura no es porque se desarrolle en la noche, la vida oscura es la del delito. En Cuba no se trafica con drogas o armas, se hace con alimentos, medicamentos, influencias, boletos de avión, piezas y partes de cualquier cosa. La lista sería infinita, y la noche es el mejor aliado.

Para los que nos miran desde fuera de Cuba nuestra vida es miserable. Esto es alimentado por los que se van del país, para poder quedarse a vivir en otros países deben pedir asilo político aun sin ser perseguidos de alguna manera. Crean guiones, historias de persecuciones, enfrentamientos inexistentes con policías, decomisos, secuestros por la “turba comunista”.  Pero realmente nuestra batalla es principalmente en dos frentes: el cuidado de la salud y la búsqueda de alimentos. Y ciertamente el deterioro de las condiciones de vida va abriendo un tercer frente que es la seguridad ciudadana. El resto de las cosas de la vida es casi inexistente. Sobre todo las buenas.

No obstante los cubanos no lo vemos como algo extraordinario, a pesar de sufrirlo. Es algo cíclico que cada 10 años sufrimos. En los setenta fue la primera gran crisis después de diez años de revolución y casi 8 de bloqueo americano. En los noventas fue la segunda, y tan mala como la de los años setenta , esta vez por la desaparición de la Unión Soviética y toda la economía colapsó. Y esta de ahora que venia caminando por las medidas de Trump el empujón al borde del precipicio fue la COVID.

De cualquier modo, dentro del caos general La Habana sigue siendo donde mejor se vive , más que en cualquier otro lugar de Cuba. Es decir, tiene los mismos inconvenientes y limitaciones que el resto de las ciudades cubanas, pero sus ventajas son incomparables.

Los habitantes de esta ciudad ya no se dedican a pasear por calles y plazas como hasta hace unos tres años. Ni tampoco a contemplar sus monumentos revolucionarios. Todos corren el peligro de convertirse en oxidados símbolos ideológicos sino se hace algo a tiempo.

¿Pero todavía hay tiempo? Pienso que sí, pero se deben apurar. Ya en las mentes de muchos existe una ciudad hermosa y productiva que se vería mejor sin esos símbolos. Y eso es peligroso y no solo por ser un sueño . Porque esos símbolos, que muchos turistas vienen a observar y fotografiarse en ellos,  son solo importantes en la medida en que pueden considerarse el eco físico de quienes los crearon y vivieron por ellos, mientras sean parte integrante de un entorno vivo y vitalmente desafiante.

Nosotros no somos un decorado de una propaganda, de un documental, de una peli incidental, somos seres humanos que sufrimos y que de vez en cuando nos convertimos en material de estudio para los ideólogos, los antiimperialistas, los imperialistas, los chinos, los rusos, los americanos. Cada vez que sufrimos estamos en las noticias. Cuando nos alegramos y tenemos triunfos casi nunca. Como sucedió el pasado mes de Julio. Se alegraron tanto de que algunos rompieran vidrieras, de que estuviéramos tan mal y tan desesperados que hiciéramos el trabajo sucio de los que vendrán después a disfrutar y privatizar, de los que huyeron cobardemente y nos empujan a inmolarnos. Nunca nos han mirado a los ojos y nos han ayudado esos mismos que se alegran en muchas ocasiones de nuestras epopeyas, porque lo son.

Hablo en primera persona, soy uno de esos que quiere tener una vida sencilla, pero valiosa. Soy de esos que no tiene una voz que trasciende la frontera porque se limita a un aula y 40 alumnos cuatro veces al día.

Cuba es la suma de los cubanos. La Habana es un hormiguero desbordante de personas que hoy en día salen a buscar alimentos como prioridad y que llegó a parecer hace solo unos meses como una ciudad ingobernable. Y sin embargo todavía es una ciudad con un dejo de optimismo.

En La Habana algunos se esfuerzan por ser libres sin tener que marcharse. Los que tienen un poco de dinero tratan de buscar la rendija que les permitirá prosperar, e incluso algunos cubanos que han estado lejos y han sufrido experiencias difíciles en otros países planifican regresar con un poco de dinero.

Aunque nos quejamos en muchas ocasiones de nuestro destino, hay muchos habaneros que conservan sus lealtades con la familia, con sus padres, con su tierra y rara vez se resignan. Y tenemos la convicción que a pesar de no estar en el centro del universo económico o político debemos dar lo mejor y luchar con uñas y dientes por una vida mejor, para nosotros y los hijos de los hijos.

Cuba es más que un país. Cuba es una actitud.


Humberto.

Guia Local en la Habana

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