El Vientre Maldito de Lucia (I)
Cuando yo me fui a vivir a ese barrio ya Lucia y
sus hijos vivían allí, en esas construcciones típicas del Vedado del 1910. Toda
una cuadra de casas d dos plantas iguales y separadas por unos muros en los patios
centrales y en los altos por unas barandas de hierro forjado, bellistas y que
hoy en día cuestan una enormidad el poder conseguirlas.
Su casa estaba en el centro de la cuadra y en la planta
alta. Todas esas casas de los altos tenían unas terrazas bastante amplias y
separadas por una rejas de un escaso metro de alto, algo simbólico , o como se
le puede llamar en Cuba “un guarda vecino”.
Dato curioso: ese tipo de hilera de casas siempre se
construían en la ‘acera de la sombra’ , es decir, en la acera donde no da el
sol en las tardes, y por lo tanto perfectas para reuniones de familia y encuentro
de vecinos. Claro, con el tiempo, sin los dueños originales y con la llegada de
los CDR lo que fue una ventaja se volvió un peligro pues todos estaban muy
expuestos a los ojos y oídos de cualquier
curioso.
Lucia era divorciada, o mas bien abandonada como supe
después, y tenia cuatro hijos ya grandes cuando yo la conocí. Dos chicos y dos
chicas.
Los dos chicos eran gays. Una chica era lesbiana y la otra
sencillamente necesitaba un hombre en su cama todos los días. Evidentemente Lucia no tenia los hijos que la nueva sociedad deseaba para construir el futuro
revolucionario. Y por eso, en las
reuniones del partido comunista y otras organizaciones por el estilo se le
conocía, para diferenciarla de otras con el mismo nombre, como Lucia la del
vientre maldito.