El otro hijo de Lucia era mas discreto. Es decir, , no se le
notaba que era gay , excepto claro que se lo preguntaran o lo vieran en algún
lugar con algún chico. El mas exitoso de
todos los hermanos, pues era no solo mejor parecido sino también muy inteligente. Llevaba una vida profesional exitosa, conocía a extranjeros que era lo mas cercano
que la mayoría de los cubanos teníamos por entonces a viajar.
Pero claro, era muy joven por entonces y pensaba que nunca
le harían daño. Siempre la consabida verificación en un momento de su vida en
que se preparaba para grandes cambios entre ellos una posibilidad d trabajar en
una firma de diseño italiana que habia abierto oficinas en Cuba, viajes y mejorar la vida de su familia.
Misma historia que su hermano, al menos en principio. Pero Agustín
era indomable, no cejó y fue el primero en partir. Logró una visa para México ,
logró trabajar hasta poder pagarse un crucero por el Caribe. Pasó casi todo el
tiempo en su camarote, solo salia a comer, nervioso, con la mente y el corazón
puesto en el único puerto que le interesaba: Miami.
Lo sintió en el aire antes de verlo.
Se bajó y de allí directo a comisaria. El resto es historia.
Hoy en día Agustín viene todos los años, renta un auto, compra mucha comida y
se lleva a los dos únicos miembros de su familia que restan en Cuba, su hermana
Mary y su sobrino.
Su madre también partió. Fueron muchos años de acoso hasta
que logró, poco a poco llevarlos al borde del precipicio y que tomaran las
decisiones que tomaron y cuya consecuencia fundamental fue la diáspora familiar.
Hoy por hoy, ya Lucia ni su hija lesbiana, ni sus hijos
gays viven en la preciosa casita. Solo vive allí Mary , la liviana, que tuvo un
hijo que desde muy pequeño se comunica con un ángel y que ya hoy es abogado.
Pero esas son otras historias. Lo importante es que , cada
año la familia completa está en Cuba, en una Cuba diferente, pero aun con el
presidente del CDR viviendo enfrente recordándoles momentos amargos de sus
vidas.