Mostrando entradas con la etiqueta cubano disidente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cubano disidente. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de mayo de 2016

El Vientre Maldito de Lucia (II)

El Vientre Maldito de Lucia (II)
Germán.
¿Pero por qué se tenia que hablar de Lucia en las reuniones del Partido? Por sus hijos ciertamente.
 Pero vayamos por parte.
Nos mudamos para casi enfrente a casa de Lucia por el año 1994. Terrible año en verdad.Cada mes de ese año era peor que el anterior: menos comida, menos electricidad, menos de todo. Y cada vez mas nerviosismo social, todo preparado para una revuelta de descontento y solo hacia falta una chispa. Pero de eso se habla en otro momento, que hay que hacerlo con cuidado.
La cuestión es que lo primero que me llamó la atención de los vecinos de enfrente (recuerden, las casas unas al lado de las otras) era un joven muy delgado que se pasaba gran parte del día trabajando sobre unas telas colgadas en unos tendederos. Las cuerdas estaban bien pegadas la unas a las otras y por lo tanto había que moverse con mucho cuidado entre ellas y vigilar para que el viento no las pegara. Al terminar el dia y cayendo la tarde (y esa fue la parte que mas me llamó la atención ) el joven recogía las telas y con cada una de ellas sobre su cuerpo hacia como algo parecido a una danza, a un ballet,  para probar , supongo, la caída sobre el cuerpo, el movimiento al viento, etc. Sí, porque después me enteré que lo que hacía era teñir las telas durante el día (por cierto , con diseños increíbles) y ponerse a cocer en las noches para poder hacer un dinero porque había perdido su trabajo.
Uhm!, que pena, seguramente su empresa cerró por la crisis general que ya cubría casi a toda Cuba.
No, no era eso. Lo quitaron por no ser confiable.
¿Confiable? Si, claro, ¿no notaste que es gay?
Uhm…¿y?
Pues nada, que no pasó la verificación.
En otras palabras, vinieron a la cuadra a averiguar sobre él y alguien, muy posiblemente el presidente del CDR dio malas referencias.
Y es que un papel importante en lo que le sucedió a esta típica familia cubana tiene que ver con un presidente, ya sea del CDR, o del núcleo del partido, o de cualquiera otra organización.
Nuestro Presidente
Nuestro presidente del CDR es un caso muy serio. Literalmente dio un golpe de estado para lograr el cargo. Yo fui testigo de la reunión  donde dio el golpe final. Fue una batalla de varios meses contra Yolanda que había sido una heroína de la clandestinidad (guerrilla de la ciudad) contra él ,que venia de la guerrilla de la montaña, y había bajado de la Sierra Maestra con las barbudos. . .y se había quedado en La Habana.
 Lamentablemente para él  las cosas en su vida, fuera de la política, no salieron como debían.
Ya en el año 1994 su hijo estaba preso por ladrón y su hija ya tenia un historial de jinetera o prostituta. Y esos chicos de enfrente, esos maricas y sus hermanas desviadas, todos ,trabajaban y ganaban buen dinero. En su mente retorcida no era justo.
Y todo comenzó por Germán.
Perdió su trabajo de diseñador, el sueño de su vida. Se puso a teñir  sus tejidos y cocer sus ropas. Y aparecieron los inspectores pidiendo los papeles de las telas, de los tintes, de las ventas. Y tuvo entonces que tomar LA decisión.

Continuará . . .

sábado, 28 de mayo de 2016

El Vientre Maldito de Lucia (I)

El Vientre Maldito de Lucia (I)
Cuando yo me fui a vivir a ese barrio ya Lucia y sus hijos vivían allí, en esas construcciones típicas del Vedado del 1910. Toda una cuadra de casas d dos plantas iguales y separadas por unos muros en los patios centrales y en los altos por unas barandas de hierro forjado, bellistas y que hoy en día cuestan una enormidad el poder conseguirlas.
Su casa estaba en el centro de la cuadra y en la planta alta. Todas esas casas de los altos tenían unas terrazas bastante amplias y separadas por una rejas de un escaso metro de alto, algo simbólico , o como se le puede llamar en Cuba “un guarda vecino”.
Dato curioso: ese tipo de hilera de casas siempre se construían en la ‘acera de la sombra’ , es decir, en la acera donde no da el sol en las tardes, y por lo tanto perfectas para reuniones de familia y encuentro de vecinos. Claro, con el tiempo, sin los dueños originales y con la llegada de los CDR lo que fue una ventaja se volvió un peligro pues todos estaban muy expuestos a los ojos  y oídos de cualquier curioso.
Lucia era divorciada, o mas bien abandonada como supe después, y tenia cuatro hijos ya grandes cuando yo la conocí. Dos chicos y dos chicas.

Los dos chicos eran gays. Una chica era lesbiana y la otra sencillamente necesitaba un hombre en su cama todos los días. Evidentemente Lucia no tenia los hijos que la nueva sociedad deseaba para construir el futuro revolucionario. Y por eso,  en las reuniones del partido comunista y otras organizaciones por el estilo se le conocía, para diferenciarla de otras con el mismo nombre, como Lucia la del vientre maldito.

domingo, 7 de febrero de 2016

Navidad

Navidad.
Eran los años en que aún no sabía. No sabía de política, no sabía de marxismo ni de dios. La vida era mas sencilla, alimentada por la amable ignorancia de la infancia. Días en la escuela y semanas de vacaciones en un hotel enorme casi vacío donde trabajaba mi mamá. 
No había manera de saber. 
Entre otras cosas mi mamá tenía mucho miedo de contarme. Podía ser peligroso saber de dios, en cualquiera de sus nombres y formas, y cuando se tomaba la decisión de seguir el camino de la religión se sabía de las consecuencias.
Ese diciembre tendría yo escasamente 8 años. Hacía frío, y para mí era todo un tormento levantarme tan temprano. Vivíamos lejos de la escuela y salíamos de casa aún antes del amanecer. Era un camino de varias cuadras antes de llegar a la avenida Línea. Las  casas estaban cerradas y el Vedado, donde vivíamos, conservaba aún el encanto de la década de los 1950’s, es decir, aún entre las sombras de la noche que terminaba y los estragos de tantos años de socialismo pobre había un aire de nostalgia feliz. . .por la Navidad.
Pero cuidado, bajito , sin que se enteren.  
La noche anterior una familia debió reunirse, debieron beber juntos y celebrar el nacimiento del hijo de un dios que hace algunos años parecía desterrado de estas tierras. Esa noche sacaron del baúl un árbol que ya tenía más de 30 años. Milagrosamente algunas luces aún servían .  Sería solamente por una noche. No podía ser más.
Camino a la escuela, muy temprano, aún de noche y con frío. 
Pero las luces se notaban desde metros de distancia. El apartamento estaba en planta baja y no tenía balcón. En su lugar había un ventanal grande que daba a la calle. En una esquina de la habitación habían colocado el árbol.  Se veían extrañas esas luces desde la calle con ventanas nubladas por medio. Me pareció lindo y casi me detuve a mirar a pesar del frío, pero mi mamá tiró de mi brazo y apresuró el paso. No quería saber.
Sencillamente se habían dormido y  olvidado apagar las luces del árbol.
En una hora ya habría amanecido y las luz del sol aplacaría el desfile de escasas luces sobrevivientes en un árbol viejo guardado seguramente por una abuela.

Margarita .
No la describiré . Casi no la recuerdo. La cuestión era que ella vivía dos cuadras más arriba de donde vivíamos nosotros. Ella era la secretaria general del partido comunista en el hotel donde trabajaba mi mamá. Ella era la jefa real del hotel aún cuando solo era una simple carpetera. Y lamentablemente pasó por la calle de la casa con luces de colores en la ventana pocos minutos después de nosotros.
Cuando llegó al hotel su rostro enjuto estaba plagado de manchas rojas en las mejillas, alrededor de la nariz, en la frente y en el cuello. Sus ojos eran fieros. Y la primera persona que encontró fue a mi madre. Ella sabía el camino que tomábamos cada mañana, y así  directamente le lanzó la pregunta : ‘¿no notaste nada cuando venias para acá?’ ‘ No, ¿por qué?’ ‘ Estoy segura que en un apartamento había un árbol de Navidad y solo me hará falta averiguar si hay algún militante en esa casas que lo permitió , yo sé a dónde llamar’

Muchos años después supe de esta historia. Pero ,lo que sí recuerdo es que cada vez que pasaba frente a esa casa miraba con la esperanza de encontrar algo diferente al gris de los viejos edificios, cada año más grises. Nunca más sucedió algo colorido, pero sin embargo algunas cosas cambiaron. Los cristales se rompieron con el tiempo y fueron sustituidos por cartones, la señora que a veces se asomaba al ventanal a los pocos días ya no la vimos más, las plantas de un cantero al borde del ventanal se secaron y un día vimos a unas personas llorando que  se abrazaban despidiéndose. Quizás no tuvo nada que ver todo lo sucedido con lo que pudo haber o no hecho Margarita . Esa historia fue solo una lagrima que cayó en un torrente de un río crecido, solo tuvo importancia para pocas personas .
En mi valiente y tonta adolescencia creí que era una cobardía el marcharse del país por miedo o disgusto y dejarle el terreno a las miles de Margaritas que eran terribles en su fanatismo. Después comprendí muchos hechos , pero debió pasar mucho tiempo.