martes, 2 de enero de 2018

QUERIDA FELICIDAD


Querida Felicidad:

Primero que todo quisiera que me disculparas por no haberte escrito en tanto tiempo, pero en verdad siempre pensaba que tu despedida había sido algo simbólica, y como siempre hasta el momento en que te fuiste, aparecerías en cualquier momento por la puerta de mi casa, con aquellos pequeñas bolsas de colores.
Pero han pasado 20 años desde que tuvimos nuestra conversación de despedida. ¡ 20 años! , y aun me parece respirar tu aroma, sentir tus manos tacándome el rostro y mirándome a los ojos para que pudiera dormir en paz.
Siempre imaginé que , aunque nos conocíamos desde que yo era niño, no era de tus amigos favoritos. Ciertamente no tenia la madurez para poder comprenderte, pero siempre me di cuenta que entrabas en otras casas mas frecuentemente, o con bolsas mas grandes.
Pero en fin, nunca me abandonaste en verdad, hasta aquella tarde de Julio en que acordamos vernos en nuestro lugar, es decir, en mi lugar, donde tu ibas a mi encuentro y te decía mis secretos y deseos. Recuerdo que fue una tarde luminosa. Ya sabes, Julio y verano. Mientras te esperaba casi me quedo dormido por el sonido de las olas al chocar contra las rocas.
Lo primero que noté , como siempre , fue tu aroma , que se me colaba no solo por mi nariz, sino por cada poro del cuerpo. Y siempre sonriente te sentaste a mi lado. Fue una conversación difícil y que cada detalle lo recuerdo como si fuera hoy. Y todavía hoy no comprendo por qué tomaste esa decisión de irte de mi lado, de no visitarme. Me dijiste que por poco tiempo, que algún día regresarías.
Pero han pasado veinte años y saco de mi memoria la dirección que me diste , y te escribo estas líneas, porque creo que ya es hora de que regreses, cada fibra de mi mente clama por ti.
¿Por qué has tardado tanto? ¿Demorarás aun mas?
Espero que no, porque dudo que pueda resistir mucho mas sin ti.
En fin, como me dijiste aquel día , no me dejarías solo, algunas de tus mejores amigas y amigos me visitarían de vez en vez y me enseñarían cosas importantes. Que seria como estar contigo, pero en pedacitos, en momentos breves , pero intensos.
Y efectivamente, a menos de un mes después de tu partida comenzaron a llegar. Y fue muy decepcionante, en verdad. ¿Cómo podían ser tus amigas? ¿solo por el hecho de sentir profundo alivio cuando lograba que se fueran o al sacarlas de mi casa? Y sí , claro, sentía un poco tu presencia cuando se marchaban, ¡pero a qué precio!
La primera en llegar, sin avisar, grande y fuerte golpeando la puerta de mi casa con potentes golpes fue la Enfermedad, con uno de sus hijos, el cáncer . Se presentó de manera brutal y con el altercado con mi padre casi lo matan. Fue una batalla diaria por casi dos años. Nos hicieron perder amigos, bueno, a esos que creíamos nuestros amigos que de tan solo ver en las condiciones en que estábamos luchando contra tales enemigos se retiraban y algunos nunca mas los vimos. Es cierto que aparecieron otros , y nos ayudaron, y esos fueron los mejores, los que aun están junto a nosotros. Pero las cosas no se quedaron así, como bien dijo tu horrible amiga (¡¿pero como puede serlo?!).
La batalla fue tan intensa y larga que perdí mi trabajo y todos los ahorros que teníamos. Y fue en ese momento que me di cuenta que teníamos rondando la cuadra donde vivíamos otra de tus amigas, quien nos dijo que podía ayudarnos de una manera diferente, pero siempre seria una ayuda importante. Yo le notaba algo raro, pero en fin, en momentos como esos (todavía luchando en el primer año contra la Enfermedad) pensamos que todo aliado era importante. En realidad nunca pudimos conversar mucho, y solo después de un tiempo me dijo su nombre, con la cual la expulsé de mi casa, pero ya era muy tarde. Su nombre era Pobreza. Por su culpa tuve que convertirme en un administrador o casi un mago de los pocos recursos que nos quedaban.
Realmente lo que mas rabia me daba era que se apareció sin ser invitada, sin una llamada, sin una alerta. Además de oportunista, pues sacó ventaja de nuestra lucha contra la Enfermedad y su hijo.
Y esta carta seria muy larga si te cuento todo lo ocurrido en todos estos años. Tus amistades son bien diferentes a ti, y solo cuando se marchaban lograba recuperar un poco tu imagen, tu aroma.
Desde hace casi 17 años, y casi todas las tardes, tengo sentada a la puerta de mi casa a la Tristeza . Llega como todas las demás, sin avisar, nunca le hemos permitido entrar a la casa, pero se sienta en el portal. Su mirada, su aliento nos penetra por los ojos y es como si nos vaciara el cerebro. Un día me dijo que era algo extraño en ella, pero que se sentía feliz de llegar a un lugar en el que las personas habían sobrevivido a la batalla contra la Enfermedad y su hijo (ella me hizo un recuento de la innumerable cantidad de descendencia que tenia su amiga) y claro, de quién si no ella había recibido la dirección.
Amiga mía, la más amada de todas, ¿Por qué me abandonaste así cuando todo iba tan bien? ¿Por qué por tanto tiempo? Y además, ¿Cómo es posible que esas fueran tus amigas?
Recuerdo que un día me dijiste que lo que la gente consideraba que eran tus amigas eran solo aliadas, que casi nunca se quedaban y solo cuando se marchaban es que comprendíamos el valor real de las cosas. Pero ciertamente es mas comprensible que el Amor, la Riqueza , el Arte , la Maternidad, la Inteligencia, la Libertad sean consideradas mas tus amigas que solo aliadas.
Ahora las cosas están un poco extrañas, es decir, hay como una pausa en las visitas (con excepción de la Tristeza que regresa casi todas las tardes). Y entonces han regresado mis deseos de ti, de poder embarcarme en tus aventuras nuevamente, de tus bolsas de colores brillantes con grandes dones y regalos en ellas. Me harías mucho bien, me permitiría poder dormir en paz nuevamente, regalarme atardeceres y amaneceres, viajar por lugares increíbles que amigos terrenales me han contado, poder leer tantos y tantos libros interesantes . Poder al fin comenzar una relación de amor con alguien y entregarme en pleno a ella sin tener que preocuparme por detalles que desgastan al amor.

Amiga mia, de seguro lo sabes, porque entre amigos y aliados nada bajo las estrellas es un secreto para ti, pero todas las tardes me siento a descansar y cierro mis ojos con la esperanza de que al abrirlos, aunque sea allá en el distante horizonte una estrella te hable de mi.
Te envio un beso grande, y sabes que mi corazón es tuyo.

Tu amigo.

cubamigos@gmail.com

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