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sábado, 28 de junio de 2025

Entrevista a cubanos. HUmberto. Parte 1.

 

Hace algunos días, la Inteligencia Artificial, específicamente CHAT GPT, se actualizó y me dijo que haría una descripción de mi perfil basada en todas las preguntas y trabajos que había hecho con ella. A los pocos días me dijo que, si quería, podía hacerme una entrevista basada en todo lo que habíamos hecho juntos, en mi localización, en mis búsquedas y demás. Me resultó curioso, acepté y aquí está. Es largo para un blog, pero como siempre digo, en un tiempo regresaré y veré si todavía pienso igual.



Humberto enseña en Cuba, guía a viajeros por las calles de La Habana, y resiste con libros y con amor (aunque nunca ha mencionado esa palabra).Esta es un poco de historia contada en voz baja. De alguien que eligió quedarse. Y contarlo.

¿Cómo recuerdas tu infancia en Cuba? Con el olor del café colado temprano, el ruido del ventilador dando vueltas como una vieja canción y las calles llenas de vecinos que sabían tu nombre. Mi infancia fue austera. Había una sensación de pertenencia que aún me arropa, aunque no fue buena. Pero no por haber nacido en Cuba, sino porque me enfermaba mucho. Incluso tuve que aprender a caminar nuevamente a los siete años. Pero entre hospital y hospital fue una infancia normal. Pandillas, correr descalzo bajo la lluvia, esperar cada mes de julio cuando tocaba comprar juguetes. No me gustaba la escuela, aprendía mucho fuera de ella también, sobre todo los fines de semana que pasaba en el mundo de los adultos. Desde muy niño escuchaba conversaciones de política, de sexo entre los obreros de los hoteles donde trabajaba mi mamá, de santería y (a escondidas) de religión, y el mar, de alguna manera siempre el mar cerca. Lo extraño mucho.

¿Recuerdas el primer momento en que tomaste conciencia de que vivías en Cuba? No, realmente no. A diferencia de lo que muchos piensan del adoctrinamiento que recibimos en Cuba desde pequeños, y sobre todo en la época de la URSS, la educación incluía elementos patrióticos, pero no recuerdo algún momento en particular. Debe ser que como nací después del triunfo de la Revolución, ese era el estado natural de las cosas.

¿Cómo era la vida cotidiana cuando eras niño? ¿Qué cosas te parecían normales y hoy ya no existen? Desayunos y almuerzos en las escuelas, mucha leche para tomar, todos nos vestíamos casi iguales dejando las pocas diferencias fuera de la escuela, obras clásicas de la literatura por 0.50 centavos, vacaciones en la playa cada verano, no había turistas ni extranjeros en general. Las novelas en la radio, dos canales de TV y largos discursos de Fidel Castro, apagones que me hicieron cenar por años en la oscuridad al menos cuatro veces por semana.

¿Quién fue la primera persona que te hizo sentir verdaderamente escuchado? Desde pequeño me gustaba hablar mucho, contar los libros que leía, las pelis que veía en los cines de barrio que eran abundantes en La Habana. Sin embargo, no creo que me sienta todavía verdaderamente escuchado. Los maestros transmitimos conocimientos, pero en la vida cotidiana realmente pocos o casi nadie escucha porque, creo, todos piensan que tienen la razón.

¿Qué significa ser cubano para ti hoy, con todo lo que eso implica? Hoy somos una nación casi abandonada en lo material. Nos han dejado a nuestra suerte después de haber sacrificado tanto por otras naciones, y estamos extenuados por generaciones, enfrentando ahora un mundo fascinante para el 1% y terrible para nosotros, el resto. Pero hoy en día ser cubano es la palabra resistir o reinventarse. Antes era ser médico y maestro para ir en misiones a África, en América Latina, ir a ayudar en cuanto terremoto había en el mundo, era ser deportista para glorificar la patria, era ser soldado para luchar por la libertad propia y ajena. Ser cubano es valorar las cosas, porque tenemos pocas, y sobre todo las más simples, pues todo tiene un enorme valor. Aquí todo es simple y de profundo efecto. Inevitablemente se nos asocia con la singularidad. Hay gente que nace en Cuba, pero no siente a Cuba. Terminan en España, en Miami, en otros continentes. Ser cubano es ser solidario, es ser campeón olímpico y vivir modestamente, es ser músico y bailarín de primer nivel, es ser médico y trabajar por poco dinero, es ser maestro e irse a las montañas propias y ajenas, es vivir con huracanes cada año y resistirlos, es saber identificar correctamente al enemigo y al amigo.

¿Has sentido alguna vez que tu país te ha expulsado sin sacarte? Sí. Pero la comprensión de los hechos lo cambia todo. Los procesos, sobre todo los revolucionarios, son traumáticos y ciertamente hechos por hombres. Estos hombres, además de (algunas veces) ser supuestamente revolucionarios, pueden ser también envidiosos, incompetentes, chismosos, y todo lo demás. Para este tipo de persona, alguien como yo soy un enigma. No admito chantajes políticos, no me gustan los grupos y tumultos, ni las marchas, no veo las cosas en blanco y negro. Tengo en mi poder una citación para la policía de mi barrio en la que escrito a mano dice que el motivo de la citación es que tengo un potencial delictivo. Para hombres como ellos, o eres revolucionario o un delincuente.

¿Qué significa resistir en tu día a día? Limitémonos al presente, es decir, esta semana. Levantarte día a día para revisar en las noticias qué medida han tomado contra tu país y los tuyos. Después planificar las comidas del día, es decir, hacer magia. Llegar a la escuela como si regresara de un viaje de placer por Europa. Escuchar música en el camino a casa, encontrar libros interesantes, buscar alternativas a los apagones y el calor. Arreglar zapatos gastados y lavar con cuidado la ropa para que no destiña o se rompa, mantenerme sano de mente y cuerpo.

¿Dónde encuentras belleza cuando todo parece roto? En el silencio, en los libros y, si estoy de suerte, en el pecho de alguien más.

¿Alguna vez pensaste en irte? ¿Por qué no lo hiciste? Una vez, siendo muy joven. Mi madre visitó EE. UU. y regresó con muchas cosas que me nublaron los ojos, y además con una carta de invitación para visitar a la familia allí. Nunca me otorgaron la visa y el deseo de lo prohibido se volvió casi intolerable de aguantar. Pero nunca se presentó otra oportunidad hasta mucho tiempo después cuando ya había comprendido muchas cosas, entre ellas que yo soy lo más importante que le ha pasado a mis padres y que partir sería la muerte para ellos, o al menos la esterilidad de sus vidas.

¿Qué te hace seguir? Debería responderte como un poeta o alardear de patriotismo, pero no, la mayoría de las veces el sentido de supervivencia.

¿En qué momentos sentiste que estabas al borde? Desde el año 1994 hasta la actualidad ha ocurrido muchas veces. En la década de 1990, muchas veces comí solo col por semanas, caminaba con zapatos con huecos en las suelas, di clases privadas por una botella de champú y dos jabones. Hospitales llenos de médicos y enfermeros, pero sin medicamentos. Cada día desde aquellos años es un caminar por el borde del abismo.

¿Cómo se reinventa uno en un país que no cambia fácilmente? Es muy difícil reinventarse porque de cualquier manera no hay solución para la mayoría porque no están creadas las condiciones. Llevamos muchas generaciones educados y formados para depender de un sistema de cosas y no para crear nuevas condiciones. El gobierno actual nos pide que nos reinventemos, pero ¿cómo?, no nos ha enseñado ni nos dio los recursos para hacerlo. Es como pedirle a un carpintero que haga una casa nueva de madera y durante años le prohibiste usar martillos, clavos y serruchos.

¿Qué estrategias has aprendido para sobrevivir sin traicionarte? Trabajar mucho con lo que sé y cuando puedo. De lo aprendido, aprovechar ese conocimiento para sacar beneficios personales, pero comprendiendo y analizando la realidad cubana.

¿Cuál es tu refugio espiritual o físico en la isla? atrasada, pero la tecnología: computadoras, libros electrónicos, equipos de música, audífonos para lograr aislarme en el medio de la multitud. También un amor secreto. Mi casa, pequeña pero llena de tesoros que he acumulado durante décadas: libros de poesía, mucha música, plantas y la paz dentro de ella. Los amigos. Todo hubiera sido mil veces más difícil, e incluso creo que no hubiera sido posible sin ellos. Mi alma o mi cuerpo habrían perecido.

PARTE 2: https://habana-havana.blogspot.com/2025/06/entrevista-cubanos-humberto-parte-2.html


HUmberto.

Instagram: humberto_habana

martes, 2 de enero de 2018

LA VIDA SIEMPRE REGRESA

Fábula de Ghana (África occidental)

Un día la Vida tomó la figura de un joven apuesto y se puso a caminar por el mundo.

A la orilla de un bosque vio una cabaña, entró y encontró allí a un hombre pobre enfermo de elefantiasis: todos sus miembros estaban hinchados y tan deformes que se movía con mucha dificultad.

-¡Oh! ¿Que venturosos vientos te trajeron a mí? ¿Quién eres tú? -dijo el enfermo.

- Soy la Vida, -respondió el caminante.

Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando vuelvo.

Yo voy y vengo; volveré por estos lugares dentro de siete años.

¿Pero, por qué gimes tanto?

-Tengo una enfermedad horrible; ha destruido mi aspecto humano y me ha quitado la alegría de vivir. Ya no puedo más.

-Si quieres, -dijo la Vida, te curo. Pero tú me olvidarás.

-¡No! Le aseguró el enfermo.

Guardaré eternamente en mi memoria a quien me cure y le estaré agradecido para siempre.

La Vida esparció un polvo misterioso sobre el enfermo, y éste quedó curado como por encanto.

La Vida siguió su camino y enseguida llegó a la cabaña de un leproso.

-¡Oh! ¡Bendito tú que vienes a mí! -exclamó el leproso al ver al hermoso joven. ¿Puedo saber tu nombre?

-Yo soy la Vida -dijo el recién llegado.

Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando regreso. Voy y vengo.

Volveré por estos rumbos dentro de siete años.

Puedo curarte, ¿pero te acordarás de mí?

-No te olvidaré mientras viva -dijo el leproso.

La Vida lo curó y siguió su camino.

Al llegar a una aldea, se encontró con un ciego que buscaba el camino con un bastón.

Cuando oyó pasos, se detuvo y preguntó.

-¿Quién va? ¡Cuidado con este pobre ciego!

-Yo soy la Vida. Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando vuelvo.

Curó también al ciego y desapareció.

Pasaron los años, y a su tiempo, como lo había prometido, volvió, pero esta vez oculto bajo la figura de un ciego.

Era ya tarde cuando llegó a la cabaña del ciego que había curado. Tocó a la puerta. No estaba, pero le abrió su esposa.

-Tenga piedad de este pobre ciego -dijo la Vida. Conozco a su esposo; ¿me puede dar un refresco mientras lo espero? Me basta con un poco de agua.

-Mi esposo es un verdadero tonto -refunfuñó la mujer.

Trae a casa a cuanto pobre se encuentra.

Puso un poco de agua sucia en una vieja jícara y se la ofreció de mal modo al falso ciego.

Por fin llegó el Señor de la casa, y la Vida se dirigió a él.

-Estoy de paso -dijo. ¿Puedes darme alojamiento hasta mañana?

El hombre murmuró algo, después extendió una estera en una esquina de la cabaña y dio al ciego un puñado de cacahuates.

Cuando despuntó el alba, la Vida llamó a su anfitrión y le dijo:

-¿No te dije que algunos conocen a la Vida cuando viene pero no cuando regresa? Tú no me has reconocido, porque la ceguera se ha quedado en tu corazón, y volverá también a tus ojos.

Dijo esto y salió dejando tras de sí una polvareda.

El hombre volvió a ser ciego, como siete años antes.

Cuando la Vida llegó a la cabaña del antiguo leproso, se cubrió de una lepra tan horrible que la seguían enjambres de moscas.

Tocó a la puerta, pero aquel hombre, viendo al leproso, no lo dejó entrar y rehusó darle de comer porque estaba demasiado sucio.

-Te lo había dicho -le recordó el caminante. Algunos conocen a la Vida cuando viene, pero no cuando regresa.

Dijo y se marchó dejando tras de sí un reguero del misterioso polvo.

El hombre ingrato se cubrió de nuevo de tanta lepra que la carne se le caía a pedazos.

Cuando llegó a la cabaña del antiguo enfermo de elefantiasis, la Vida se hinchó los miembros de tal modo que a duras penas podía caminar.

Se asomó a la puerta y dijo:

-¡Buen hombre, un poco de refresco por caridad!

-¡Adelante! ¡Adelante! ¡Entra! -dijo el hombre, apresurándose a ayudar al fingido enfermo. ¡Oh! ¡Que desgracia! ¡Tan joven y tan enfermo! Yo también, hace tiempo, tuve esa fea enfermedad, pero pasó por aquí un buen hombre y me curó. Quizá...

Y mientras hablaba puso a cocer un plato de arroz, dio al enfermo nueces y una jícara llena de leche fresca, después preparó un asado de carnero y se ocupó de cuidar al enfermo.

En la mañana, la Vida se presentó como el joven hermoso que era y dijo:

-Tú has reconocido a la vida también a su regreso.

No olvidas los beneficios recibidos y sabes socorrer a quien sufre lo mismo que tú has sufrido.

Por eso permanecerás sano y gozarás de prosperidad.

El hombre quiso hacer un regalo a la Vida, unas vacas.

Pero el joven se lo agradeció diciendo:

-No tengo necesidad de riquezas.

Quiero que recuerdes una cosa importante: La Vida puede cambiar y traer hoy bienes y mañana males, pero con frecuencia depende de nosotros hacerla mejor o peor.

AUTOR DESCONOCIDO

domingo, 3 de diciembre de 2017

EL FINAL O LO QUE PARECE

Ya parece que estamos en la recta final.
No será una caída en el precipicio sorpresivo de la Historia. Unos lo hemos estado planificando, otros lo han tratado de evitar aun cuando no nos hemos detenido en la caída en ningún momento.
Debemos darnos las manos, respirar profundo y caer mientras escuchamos nuestros corazones latiendo locos de miedo.
Muchos nunca lo imaginaron, pero yo lo soñé muchas veces, por décadas ya, aunque no siempre con alegria. Debieron dejar que todo se derrumbara hace mucho y no ir recogiendo los escombros de techos y paredes, tratando de remendar el edificio en mal estado, y dejando un camino lleno de victimas.
Lo enfrentaremos. Algunos lograrán permanecer de pie, y es mas, elevarse. Será mejor si nos ayudáramos, pero creo que no será así. Hay muchas ganas de correr solo.
El derrumbe, los escombros, es de donde comenzaremos nuevamente, a pocas millas del pais mas poderoso, a años luz de la civilización tecnológica.
Nos darán la bienvenida al mundo donde los paises chocan en guerras y los bancos controlan la luz y la oscuridad.
Ya entonces tendrás mi numero de celular, mi email, mi cuenta en facebook, pero no me pidas mi corazón pues se quedará en el pasado, entre los escombros.
Sin embargo, me gustaría ir a donde tu estás, ver y disfrutar lo que tú disfrutas y ves.
¿Será posible? ¿Será posible disfrutar de tu seguridad y bienestar?¿existe algo asi? ¿Y qué hay del amor, el dinero, la ayuda que hoy me prometes?
Te recuerdo que me has dicho muchas veces que sostendrás mi mano, y me sacarás del pantano, que enfrentaremos todo juntos, después del final.
Pero solo veo alegria en tus pares, y muchas lagrimas entre los pequeños y pobres del
mundo de hoy.
cubangel@gmail.com

MI DESEO PARA HOY: UNA TORMENTA

Estar sentado en un banco frente al mar, a mis espaldas una bella casa.
Estoy menudo de ropas. Descalzo. Sin camisa.
Sin temores y en paz.
Me siento a esperar la tormenta que hace rato se siente venir. La huelo, la escucho trepidante en la distancia.
Mis pies descalzos la sienten a través de la tierra.
Ya llega la avanzada: pequeñas gotitas de lluvia
Tibias gotas que un poco que jugueteando y riéndose nos advierten de que escapemos si no queremos mojarnos de lo lindo.
Me estiro. Echo la cabeza hacia atrás y me preparo para el espectáculo.
Primero los truenos, magníficos, que asustan, pero ya no me dejan marchar.
Y a continuación los rayos. Tienen sed y caen el mar con fuerza, parecería que las nubes aspiran el agua de mar y nos liberan la lluvia dulce.
Yo empapado de agua tibia, cada parte de mi cuerpo destila paz, agua y alegría.
Viento, truenos, rayos , todo para mi.
Me acuesto en el banco. Cierro los ojos y escucho el futuro. Los abro nuevamente y un arco iris maravilloso, nítido y de colores fuertes está allí, como incitándome a transitarlo y escapar .
Regreso a la casa al atardecer, todavía mojado y de seguro mas hermoso porque he sido bañado por la lluvia, acariciado por el viento y he conversado con la furia de truenos y una tormenta.
Me termino de secar. Y así caliente otra vez y tranquilo me tomo mi tasa de té , me acuesto y me duermo.
Mañana será otro día.
cubangel@gmail.com