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sábado, 28 de junio de 2025

Entrevista a cubanos. HUmberto. Parte 1.

 

Hace algunos días, la Inteligencia Artificial, específicamente CHAT GPT, se actualizó y me dijo que haría una descripción de mi perfil basada en todas las preguntas y trabajos que había hecho con ella. A los pocos días me dijo que, si quería, podía hacerme una entrevista basada en todo lo que habíamos hecho juntos, en mi localización, en mis búsquedas y demás. Me resultó curioso, acepté y aquí está. Es largo para un blog, pero como siempre digo, en un tiempo regresaré y veré si todavía pienso igual.



Humberto enseña en Cuba, guía a viajeros por las calles de La Habana, y resiste con libros y con amor (aunque nunca ha mencionado esa palabra).Esta es un poco de historia contada en voz baja. De alguien que eligió quedarse. Y contarlo.

¿Cómo recuerdas tu infancia en Cuba? Con el olor del café colado temprano, el ruido del ventilador dando vueltas como una vieja canción y las calles llenas de vecinos que sabían tu nombre. Mi infancia fue austera. Había una sensación de pertenencia que aún me arropa, aunque no fue buena. Pero no por haber nacido en Cuba, sino porque me enfermaba mucho. Incluso tuve que aprender a caminar nuevamente a los siete años. Pero entre hospital y hospital fue una infancia normal. Pandillas, correr descalzo bajo la lluvia, esperar cada mes de julio cuando tocaba comprar juguetes. No me gustaba la escuela, aprendía mucho fuera de ella también, sobre todo los fines de semana que pasaba en el mundo de los adultos. Desde muy niño escuchaba conversaciones de política, de sexo entre los obreros de los hoteles donde trabajaba mi mamá, de santería y (a escondidas) de religión, y el mar, de alguna manera siempre el mar cerca. Lo extraño mucho.

¿Recuerdas el primer momento en que tomaste conciencia de que vivías en Cuba? No, realmente no. A diferencia de lo que muchos piensan del adoctrinamiento que recibimos en Cuba desde pequeños, y sobre todo en la época de la URSS, la educación incluía elementos patrióticos, pero no recuerdo algún momento en particular. Debe ser que como nací después del triunfo de la Revolución, ese era el estado natural de las cosas.

¿Cómo era la vida cotidiana cuando eras niño? ¿Qué cosas te parecían normales y hoy ya no existen? Desayunos y almuerzos en las escuelas, mucha leche para tomar, todos nos vestíamos casi iguales dejando las pocas diferencias fuera de la escuela, obras clásicas de la literatura por 0.50 centavos, vacaciones en la playa cada verano, no había turistas ni extranjeros en general. Las novelas en la radio, dos canales de TV y largos discursos de Fidel Castro, apagones que me hicieron cenar por años en la oscuridad al menos cuatro veces por semana.

¿Quién fue la primera persona que te hizo sentir verdaderamente escuchado? Desde pequeño me gustaba hablar mucho, contar los libros que leía, las pelis que veía en los cines de barrio que eran abundantes en La Habana. Sin embargo, no creo que me sienta todavía verdaderamente escuchado. Los maestros transmitimos conocimientos, pero en la vida cotidiana realmente pocos o casi nadie escucha porque, creo, todos piensan que tienen la razón.

¿Qué significa ser cubano para ti hoy, con todo lo que eso implica? Hoy somos una nación casi abandonada en lo material. Nos han dejado a nuestra suerte después de haber sacrificado tanto por otras naciones, y estamos extenuados por generaciones, enfrentando ahora un mundo fascinante para el 1% y terrible para nosotros, el resto. Pero hoy en día ser cubano es la palabra resistir o reinventarse. Antes era ser médico y maestro para ir en misiones a África, en América Latina, ir a ayudar en cuanto terremoto había en el mundo, era ser deportista para glorificar la patria, era ser soldado para luchar por la libertad propia y ajena. Ser cubano es valorar las cosas, porque tenemos pocas, y sobre todo las más simples, pues todo tiene un enorme valor. Aquí todo es simple y de profundo efecto. Inevitablemente se nos asocia con la singularidad. Hay gente que nace en Cuba, pero no siente a Cuba. Terminan en España, en Miami, en otros continentes. Ser cubano es ser solidario, es ser campeón olímpico y vivir modestamente, es ser músico y bailarín de primer nivel, es ser médico y trabajar por poco dinero, es ser maestro e irse a las montañas propias y ajenas, es vivir con huracanes cada año y resistirlos, es saber identificar correctamente al enemigo y al amigo.

¿Has sentido alguna vez que tu país te ha expulsado sin sacarte? Sí. Pero la comprensión de los hechos lo cambia todo. Los procesos, sobre todo los revolucionarios, son traumáticos y ciertamente hechos por hombres. Estos hombres, además de (algunas veces) ser supuestamente revolucionarios, pueden ser también envidiosos, incompetentes, chismosos, y todo lo demás. Para este tipo de persona, alguien como yo soy un enigma. No admito chantajes políticos, no me gustan los grupos y tumultos, ni las marchas, no veo las cosas en blanco y negro. Tengo en mi poder una citación para la policía de mi barrio en la que escrito a mano dice que el motivo de la citación es que tengo un potencial delictivo. Para hombres como ellos, o eres revolucionario o un delincuente.

¿Qué significa resistir en tu día a día? Limitémonos al presente, es decir, esta semana. Levantarte día a día para revisar en las noticias qué medida han tomado contra tu país y los tuyos. Después planificar las comidas del día, es decir, hacer magia. Llegar a la escuela como si regresara de un viaje de placer por Europa. Escuchar música en el camino a casa, encontrar libros interesantes, buscar alternativas a los apagones y el calor. Arreglar zapatos gastados y lavar con cuidado la ropa para que no destiña o se rompa, mantenerme sano de mente y cuerpo.

¿Dónde encuentras belleza cuando todo parece roto? En el silencio, en los libros y, si estoy de suerte, en el pecho de alguien más.

¿Alguna vez pensaste en irte? ¿Por qué no lo hiciste? Una vez, siendo muy joven. Mi madre visitó EE. UU. y regresó con muchas cosas que me nublaron los ojos, y además con una carta de invitación para visitar a la familia allí. Nunca me otorgaron la visa y el deseo de lo prohibido se volvió casi intolerable de aguantar. Pero nunca se presentó otra oportunidad hasta mucho tiempo después cuando ya había comprendido muchas cosas, entre ellas que yo soy lo más importante que le ha pasado a mis padres y que partir sería la muerte para ellos, o al menos la esterilidad de sus vidas.

¿Qué te hace seguir? Debería responderte como un poeta o alardear de patriotismo, pero no, la mayoría de las veces el sentido de supervivencia.

¿En qué momentos sentiste que estabas al borde? Desde el año 1994 hasta la actualidad ha ocurrido muchas veces. En la década de 1990, muchas veces comí solo col por semanas, caminaba con zapatos con huecos en las suelas, di clases privadas por una botella de champú y dos jabones. Hospitales llenos de médicos y enfermeros, pero sin medicamentos. Cada día desde aquellos años es un caminar por el borde del abismo.

¿Cómo se reinventa uno en un país que no cambia fácilmente? Es muy difícil reinventarse porque de cualquier manera no hay solución para la mayoría porque no están creadas las condiciones. Llevamos muchas generaciones educados y formados para depender de un sistema de cosas y no para crear nuevas condiciones. El gobierno actual nos pide que nos reinventemos, pero ¿cómo?, no nos ha enseñado ni nos dio los recursos para hacerlo. Es como pedirle a un carpintero que haga una casa nueva de madera y durante años le prohibiste usar martillos, clavos y serruchos.

¿Qué estrategias has aprendido para sobrevivir sin traicionarte? Trabajar mucho con lo que sé y cuando puedo. De lo aprendido, aprovechar ese conocimiento para sacar beneficios personales, pero comprendiendo y analizando la realidad cubana.

¿Cuál es tu refugio espiritual o físico en la isla? atrasada, pero la tecnología: computadoras, libros electrónicos, equipos de música, audífonos para lograr aislarme en el medio de la multitud. También un amor secreto. Mi casa, pequeña pero llena de tesoros que he acumulado durante décadas: libros de poesía, mucha música, plantas y la paz dentro de ella. Los amigos. Todo hubiera sido mil veces más difícil, e incluso creo que no hubiera sido posible sin ellos. Mi alma o mi cuerpo habrían perecido.

PARTE 2: https://habana-havana.blogspot.com/2025/06/entrevista-cubanos-humberto-parte-2.html


HUmberto.

Instagram: humberto_habana

domingo, 22 de diciembre de 2024

HISTORIAS DE CUBANOS: LA OSTENTACION

Las Placas W y P: El Nuevo Símbolo de Poder en La Habana y la Cruda Verdad de la Brecha Social en Cuba


De Cuentas Bancarias a Mercedes Benz: La Fascinante y Dolorosa Evolución de los Símbolos de Estatus en la Cuba Post-Revolucionaria


La Paradoja de La Habana: Cómo los "Hijos de los Corruptos" y la Diáspora Están Redefiniendo la Riqueza en la Isla, Mientras la Mayoría Espera Bajo el Sol

 

Estas líneas para algunos puede ser solo anecdótico. Para otros son tonos de gris, entre el color blanco absoluto inexistente y el color  negro maldito

En las calles de La Habana, un Mercedes Benz con placa que comienza con "W" o "P" es hoy el símbolo más visible del nuevo poder. Mientras miles de habaneros esperan durante horas en las paradas de guaguas bajo el intenso sol del Caribe, estos vehículos de lujo circulan con sus ventanillas cerradas y el aire acondicionado funcionando, como testimonio silencioso de una nueva casta emergente. Pero la historia de los símbolos de poder en Cuba es mucho más compleja y ha experimentado profundas transformaciones a lo largo de las décadas.

Antes de 1959, la riqueza se manifestaba de manera tradicional del capitalismo: la posesión de centrales azucareros, extensas cabezas de ganado, y cadenas de tiendas marcaban claramente quiénes eran los poderosos. La Revolución transformó radicalmente este panorama. Con la nacionalización de propiedades y la salida de las familias adineradas, los indicadores de estatus cambiaron drásticamente.

Durante la segunda mitad de los años sesenta, al comienzo del bloqueo estadounidense y antes de consolidarse los vínculos con la Unión Soviética, los símbolos de distinción se volvieron sorprendentemente modestos: poder estrenar zapatos nuevos o tener varios pares para diferentes ocasiones se convirtió en un privilegio notable. Realizar una fiesta de cumpleaños con todos los elementos tradicionales, sin necesidad de "inventos", era ya un signo de posición privilegiada.

La década de los setenta trajo nuevos marcadores de estatus. El poder viajar fuera de Cuba se convirtió en el privilegio máximo, reservado casi exclusivamente para funcionarios gubernamentales y sus familias. Sus hijos se distinguían por pequeños detalles: un maletín escolar de calidad, plumas de colores, juguetes importados con características especiales como "autitos" con puertas que se abrían. Mientras tanto, la mayoría de los cubanos vestían ropas desgastadas y descoloridas, situación que llevó a la importación de telas -mayormente chinas- que, aunque de colores llamativos y diseños repetitivos, transformaron las calles habaneras en un desfile de vestuarios idénticos. Incluso esa “forma de vestir” , no vamos a llamarla moda, se le decía “24 x segundo” parafraseado la cantidad de cuadros por segundo de una película.

Los años ochenta marcaron un punto de inflexión. Tras el éxodo del Mariel, y con el fortalecimiento de las relaciones con el campo socialista, aparecieron nuevas formas de distinción social. Las tiendas comenzaron a ofrecer muebles, electrodomésticos e incluso algunas prendas de marcas internacionales. Una nueva generación de profesionales accedió a ciertos privilegios: créditos para automóviles, acceso a bienes de consumo especiales y, sobre todo, la posibilidad de viajar.

La década de los noventa, tras la caída de la URSS, vio emerger una nueva élite. Los hijos de la clase dirigente, criados con privilegios y contactos internacionales, heredaron propiedades estratégicamente ubicadas que transformaron en negocios lucrativos: casas de renta, restaurantes privados (paladares) y conexiones con el turismo emergente. Esta generación, conocida popularmente como "los hijos de los dirigentes", desarrolló una visión híbrida: ni contrarrevolucionaria ni ideológicamente comprometida, sino pragmática y orientada a los negocios.

Llega la década de los dos mil. Obama por unos meses levanta la prohibición de viajes a Cuba y hasta el mas pinto de las palomas hizo dinero, siempre y cuando tuviera propiedades o cierto capital. Lo que era privilegio se convirtió en algo común para mas personas: viajar, conocer extranjeros poderosos, residir en el extranjero. Los privilegios se transformaron. Ya habían grandes privilegio, medianos privilegios, pequeños privilegios y . . .nosotros, los que no tenemos ninguno.

Concentrémonos en los grandes. Hoy en día se han ampliado las posibilidades de negocios, sobre todo con la importación de alimentos. Y para colmo, hasta este momento en que escribo estas líneas, casi sin pagar impuestos.

¿Quiénes son los nuevos privilegiados?

Fácilmente los detectas con los nuevos signos del poder: autos lujosos, grandes, fuertes que se pasean por el país ostentando, sí, ostentando su posición económica. Al principio se les autorizó solamente vehículos de carga, después, como siempre alguien gana con el rio revuelto, en un país donde falta la gasolina, las energías, la electricidad, proliferan todos esos autos con placas que comienzan con W y P. Es la cara notable de la nueva casta.

 Pero, ¿Quiénes son esos?

Comencemos por lo más difícil de tragar y digerir: los cubanos pobres de hoy son los hijos de los honestos de ayer.

 Los pobres de hoy no es que no tengamos inteligencia, talento o ganas, es que no tenemos capital, y por lo tanto no somos esos que podamos aspirar a tener esos permisos que da el Estado para tener negocios y como consecuencia esos autos de lujos, que como dije es lo visible, la punta del iceberg, y que como una bofetada la sentimos en el rostro. Segundo, la respuesta: ellos son por un lado los hijos y nietos de los corruptos de ayer, de los hijos de los que fueron gerentes o trabajaron en empresas extranjeras, de los que fueron funcionarios del gobierno y que incluso traicionando sus obligaciones y siendo depuestos de sus cargos conservaron sus casas que pudieron rentar y sus contactos en el extranjero. También los hijos de aquello oficiales del gobierno que hicieron buenos trabajos y que por el ambiente en que crecieron, estudiaron y mantuvieron las relaciones con gente importante en otros países y viviendo en el extranjero hacen negocios en Cuba y disfrutan en el capitalismo luminoso dinero que extraen en la Cuba pobre.

Los otros, y aun más delicado desde el punto de vista político: quienes tienen familia en Estados Unidos. Los hay quienes se fueron de Cuba al principio de la revolución, pero ya son muy mayores, la mayoría son emigrados en la década del 1980 que han hecho algo de dinero, no suficiente  para Miami, pero mucho para La Habana y han visto la oportunidad de oro de aprovecharse de casi 10 millones de cubanos con grandes necesidades, sobre todo de alimentos. Usualmente traen mercancías desde Méjico o Panamá, hasta ahora los impuestos muy bajos, abren negocios mayoristas y minoristas, llenan las calles con sus productos de tres a diez veces su valor original, lo venden en la moneda cubana con la que después compran dólares que regresan a Estados Unidos. El noventa por ciento están en contra del gobierno y la revolución misma, y ni tan siquiera lo esconden, solo hay que quedarse un rato en sus negocios y oírlos hablar, pues en su ostentación se creen intocables.

Todo esto hace que al menos algunos del pueblo puedan resolver alimentos y demás. Ha sido por otro lado un salvavidas para el gobierno que cada día más va renunciando a sus funciones como Estado en situación de emergencia alimentaria para que nos vayamos acostumbrando a la selva financiera.

¿Negativo?

Uno, es obvio que se lava dinero, y por otro lado el enorme coste ideológico que genera todo esto. Porque el mensaje es bien claro: los hijos o nietos de personas que se fueron del país, no porque andaban buscando mejores oportunidades para vivir, sino porque eran abiertamente contrarrevolucionarios, llegaron a Estados Unidos y lo que decían que no era posible se hizo posible aunque fuera un poquito y son los que están manteniendo hace rato con remesas a sus familias, y ahora con estas posibilidades. Y los trabajadores, las personas que han estado en las menos malas y las malas, que han echado pie en tierra por la revolución,o sencillamente están atrapados en la Historia y son las que están dando su dinero para que ellos se enriquezcan y vivan en condiciones que un obrero no puede soñar.

La Habana en el verano es un horno, sobre todo en las tardes. Estar dos o tres horas esperando una guagua (autobús) para llegar a casa extenuado y enfrentarse a una despensa vacía, o casi, es duro. Pero mas duro es ver pasar por esa parada de guagua un auto del año con aire acondicionado con placa W, y ni tan siquiera ofrecer un alivio a esos que posiblemente enseñen a sus hijos o sanen a sus padres en los hospitales.

La ironía histórica no escapa a nadie: muchos de los que hoy ostentan el poder económico son descendientes de quienes abandonaron Cuba por oponerse a la Revolución. Mientras tanto, los hijos de quienes permanecieron leales al proyecto revolucionario o fueron victimas pasivas de la voragine historica frecuentemente se encuentran entre los sectores más vulnerables de la sociedad.


Humberto Guia & Maestro en la Habana Whatsapp +5352646921 






jueves, 3 de octubre de 2024

ESPARTA - CUBA

 Esparta y Cuba: Dos Historias de Resistencia Inquebrantable Frente a la Adversidad

 Tanto Esparta como Cuba han demostrado una notable capacidad de resistencia y perseverancia frente a desafíos significativos y a la presión de potencias más grandes. Hay algunas características que ayudaran a comprender lo que muchos tratan de no ver.


Esparta era conocida por su sociedad altamente militarizada. Los espartanos eran famosos por su resistencia y disposición a sacrificarse por su ciudad-estado. La vida en Esparta era austera y enfocada en la autosuficiencia. Los espartanos valoraban la simplicidad y la fortaleza física y mental.


Cuba ha enfrentado décadas de embargo económico y presión política, especialmente por parte de Estados Unidos. A pesar de esto, ha mantenido su soberanía y ha desarrollado sistemas de salud y educación reconocidos internacionalmente. Al igual que los espartanos, los cubanos han mostrado un fuerte espíritu de sacrificio y resistencia. La Revolución Cubana es un ejemplo de cómo un grupo relativamente pequeño pudo desafiar y derrocar a un régimen apoyado por una potencia extranjera.
La vida en Cuba ha requerido una gran dosis de creatividad y autosuficiencia debido a las limitaciones económicas y de todo tipo. Los cubanos han aprendido a hacer mucho con poco, desarrollando soluciones ingeniosas para superar las dificultades diarias.


Similitudes; tanto Esparta como Cuba han resistido la influencia y la presión de potencias más grandes, manteniendo su identidad y autonomía. Ambas sociedades valoran el sacrificio personal por el bien común y han demostrado una notable valentía en tiempos de crisis. La austeridad y la autosuficiencia son características compartidas, con un enfoque en la fortaleza interna y la capacidad de superar adversidades con recursos limitados.


Diferencias Clave

 Mientras que Esparta se centraba en la formación militar y la guerra, Cuba ha puesto un fuerte énfasis en la educación y la salud pública. La Revolución Cubana llevó a una serie de reformas sociales que priorizaron el bienestar civil sobre el militar.

Esparta existió en un contexto de ciudades-estado griegas en constante conflicto, mientras que Cuba ha navegado las complejidades de la política global moderna, especialmente durante la Guerra Fría, y hoy en dia resistiendo hasta la clasificación como Estado que promueve o apoya el terrorismo, con todo lo que esto implica.

Legado y Cultura

 El legado de Esparta se encuentra en su cultura de disciplina y sacrificio, que ha sido inmortalizada en la literatura y el cine. La frase "Vuelve con tu escudo o sobre él" sigue siendo un símbolo de valentía y lealtad.
El legado de Cuba se refleja en su resistencia cultural y su capacidad para mantener su identidad a pesar de las presiones externas. La música, el arte y la literatura cubana son reconocidos mundialmente y celebran la resiliencia y la creatividad del pueblo cubano.
Ambas sociedades, aunque separadas por milenios y contextos muy diferentes, comparten una admirable capacidad de resistencia y un fuerte sentido de identidad. Esparta y Cuba han demostrado que la determinación y el sacrificio pueden permitir a una nación pequeña resistir la influencia de potencias mayores y mantener su autonomía y cultura.

HUMBERTO . GUIA Y MAESTRO EN LA HABANA

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viernes, 20 de septiembre de 2024

ZONA DE CONFORT (II)

 Infancia, Adolescencia, Adultez: Cómo los Desafíos y las Decisiones Moldearon una Vida de Resiliencia y Búsqueda de Sentido en La Habana

CONSTRUYENDO UNA ZONA POR DECADAS


INFANCIA

En mi infancia, la vida se tejía entre apagones interminables y la incertidumbre de un futuro difuso. Recuerdo esos momentos en que, al anochecer, el mundo se sumía en la oscuridad y la única opción era comer adormilado, en una suerte de acostumbrada penumbra. La noche se llenaba de una calma extraña y resignada, pero también de una sensación de seguridad, un manto de inocencia que hacía que la falta de luz pareciera casi una aventura.

Durante estos apagones, la vida familiar adquiría un ritmo diferente. Las conversaciones se volvían más íntimas, las voces más suaves. Recuerdo a mi padre contando historias de su juventud, sus palabras cobrando vida en la penumbra. A veces, sacábamos juegos de mesa y, a la tenue luz de las velas, pasábamos horas jugando parchís o dominó, riendo y olvidando por un momento las dificultades que nos rodeaban. . Estudiar se convertía en un desafío, con los ojos esforzándose por distinguir las letras en los libros. Pero incluso en esos momentos de frustración, había una extraña sensación de unidad, como si toda la familia, todo el barrio, estuviéramos juntos en esto, compartiendo la misma experiencia de oscuridad y esperanza por el regreso de la luz.

El confort estaba en los detalles más humildes. Mi mamá trabajaba en un hotel que, debido a la falta de turismo, apenas recibía visitantes. Sin embargo, esa exclusividad nos permitió disfrutar de un suministro generoso de rosquillas, merluza y chícharos que sobraba cada dia. Estos manjares se convertían en pequeños festines, y la idea de que estos productos eran casi un secreto bien guardado de una Cuba cerrada al mundo, solo acentuaba nuestra felicidad.

Mis zapatos ortopédicos se convirtieron en un símbolo de mi infancia, una marca permanente de un tiempo lleno de dificultades. Pero, a pesar de las miradas curiosas y las dificultades que estos zapatos conllevaban, al menos tenía un par para proteger mis pasos, un pequeño consuelo en un entorno a menudo adverso. En ese entonces, no entendía por qué no podía tener esos tenis coloridos que veía en las pocas revistas extranjeras que llegaban a mis manos. Pero ahora, con la perspectiva que da el tiempo, reconozco el privilegio que era tener cualquier tipo de calzado. Esos zapatos, que tanto me avergonzaban, eran en realidad un símbolo de la preocupación y el cuidado de mis padres.

Los juguetes eran una de las pocas alegrías garantizadas en el año. Cada julio, las tiendas se llenaban de juguetes durante cinco días, y mediante un sorteo, cada niño recibía tres: uno grande, uno mediano y uno pequeño. Era como un festival de expectativas y sueños infantiles, un recordatorio de que, a pesar de todo, el espíritu de la infancia podía brillar con fuerza, incluso en los rincones más oscuros de una Cuba en tiempos difíciles.

Durante cinco días, gracias a un sistema de sorteo que hoy veo como un intento de igualdad en la escasez. Esa breve abundancia anual era como un oasis en el desierto de la cotidianidad, un momento en que todos los niños cubanos, sin importar nuestras diferencias, compartíamos la misma ilusión y alegría. 

Adolescencia: Entre Sueños y Realidades Cubanas

Después de una pausa de diez años, los apagones regresaron a nuestras vidas, pero de repente, un día, ¡magia! Un auto apareció en nuestra familia. Para nosotros, eso era como tener un pasaporte a la aventura. Podíamos ir a la playa, sentir el viento en el rostro y escapar del día a día por un rato. Esos viajes se convirtieron en recuerdos inolvidables, donde la arena y el mar nos ofrecían un respiro de la rutina.

La Escuela al Campo: Aprendiendo Más que en los Libros

Y luego estaba la Escuela al Campo. Al principio, muchos pensábamos que era una injusticia tener que separarnos de nuestras familias durante 45 días. Pero con el tiempo, nos dimos cuenta de que era una experiencia increíble. Para algunos, era una oportunidad para escapar de hogares difíciles; para otros, era el primer contacto con el campo y una forma de aprender a trabajar duro. Mirando hacia atrás, creo que fue una de las mejores lecciones de vida que pudimos tener.En resumen, esos años adolescentes fueron un torbellino de emociones y aprendizajes. Aunque enfrentamos retos y limitaciones, también encontramos maneras de disfrutar y valorar cada momento. Esos recuerdos son parte esencial de quienes somos hoy, llenos de resiliencia y creatividad.

ADULTO

Realidades: Mi Vida Adulta en Cuba

Y así, casi sin darme cuenta, me encontré en el umbral de la vida adulta. El niño que una vez fui, con sus zapatos ortopédicos y sus tres juguetes anuales, dio paso a un hombre con sueños y responsabilidades. La transición no fue fácil, pero ¿cuándo lo es?, me encontré con una paradoja curiosa: tenía una casa, pero no era realmente mía. Era el hogar de mis padres, ahora heredado. Un techo seguro, sí, pero también un recordatorio constante de las raíces que me ataban y las responsabilidades que heredaba junto con las llaves.

 Idiomas y Estudios: Mi Pasaporte inmóvil al Mundo

Me sumergí en los estudios con la determinación de quien sabe que el conocimiento es la única riqueza que nadie puede quitarte. Tres idiomas se convirtieron en mi tesoro personal, una forma de viajar sin moverme de la isla, de conectar con un mundo más allá de nuestras fronteras. Libros, revistas y hoy en dia internet.

La Enfermedad de Papá: Un Giro Inesperado del Destino

Justo cuando pensaba que estaba listo para desplegar mis alas y volar, la vida me recordó su imprevisibilidad. La enfermedad de mi padre, que le robó la voz, también me cortó las alas metafóricas. Me vi atrapado entre mis sueños de libertad y el deber filial, una batalla interna entre el deseo de volar y la necesidad de permanecer firme en tierra.

Pero la vida, en su sabiduría irónica, siempre encuentra formas de sorprendernos. Un cambio de casa trajo consigo el fin de los apagones, una pequeña victoria contra las sombras del pasado. El encuentro fortuito con un funcionario de turismo abrió puertas que ni siquiera sabía que existían. De repente, me vi aprendiendo a crear páginas web, una habilidad  que se convirtió en la semilla de una independencia relativa. 

¿Pasos Firmes?

Y finalmente, como un símbolo de este nuevo capítulo, llegaron los zapatos. Ya no eran un sueño lejano, sino una realidad ocasional. Cada par era un recordatorio tangible de progreso, pequeño pero significativo.

Esta etapa de mi vida ha sido un viaje de contrastes. Entre el peso de las responsabilidades familiares y la emoción de nuevas oportunidades, he aprendido que el verdadero crecimiento no siempre significa alejarse, sino a veces, encontrar nuevas formas de florecer donde estás plantado.

Cada día es un equilibrio entre honrar el pasado y construir el futuro. Y aunque el camino no siempre es fácil, cada paso, cada desafío superado, cada pequeña victoria (incluso en forma de un par de zapatos nuevos), me hace creer en el movimiento hacia adelante

Entre la Libertad y la Fidelidad: Las Encrucijadas de mi Vida Adulta

Pero la vida, con su implacable sentido del timing, decidió que era momento de una lección de humildad. La enfermedad de papá llegó como un huracán, arrasando con nuestros planes y esperanzas. Le robó la voz, arrancándole la laringe, y a mí me cortó las alas justo cuando empezaba a estirarlas. Me vi atrapado en una encrucijada cruel: mi libertad o mi lealtad. Elegí la familia, como tantos antes que yo, pero el sabor amargo de los sueños postergados persistía.

Por un lado, tenía la oportunidad de participar en un programa de intercambio en el extranjero. Era mi boleto dorado, la oportunidad de experimentar el mundo más allá de Cuba, de sumergirme en nuevas culturas y, quizás, forjar un futuro diferente. Sin embargo, aceptar significaba dejar a mi padre cuando más me necesitaba. La libertad que tanto anhelaba estaba al alcance de mi mano, pero el precio parecía demasiado alto.

Por otro lado, quedarme significaba posponer indefinidamente mis sueños. Implicaba asumir el papel de cuidador principal, navegar el complejo sistema de salud cubano, y convertirme en la voz de mi padre cuando él ya no podía hablar por sí mismo

La Decisión

Decidí quedarme. Fue una decisión que me pesó durante mucho tiempo. Veía a mis amigos partir, perseguir sus sueños, mientras yo me quedaba atrás, atado por lazos invisibles .

Redefiniendo la Libertad.

Sin embargo, con el tiempo, esta decisión me enseñó a redefinir lo que significaba la libertad para mí. Descubrí que la libertad no siempre está en la capacidad de ir a donde queramos, sino en la fuerza para elegir lo que creemos correcto, incluso cuando es difícil.

Esta decisión me llevó por caminos inesperados. Me obligó a ser creativo, a buscar oportunidades donde parecía no haberlas. Fue lo que me impulsó a aprender sobre diseño web, a conectar con personas que nunca hubiera conocido de otra manera, y a descubrir fortalezas que no sabía que tenía.

Estas decisiones difíciles entre libertad y fidelidad no fueron momentos aislados, sino un proceso continuo de crecimiento y autodescubrimiento. Aunque a veces me pregunto "qué hubiera pasado si...", sé que estas experiencias me han moldeado en la persona que soy hoy, con una comprensión más profunda de lo que realmente importa en la vida. Mirando atrás, veo un camino lleno de obstáculos, pero también de pequeñas victorias. Cada desafío superado, cada habilidad adquirida, cada momento de duda vencido, ha sido un ladrillo en la construcción de quien soy hoy. La vida adulta no ha sido lo que esperaba cuando era niño, pero ¿cuándo lo es? Ha sido, en cambio, una lección continua en adaptabilidad, resiliencia y, sobre todo, en encontrar la belleza y el valor en lo que tenemos, no en lo que nos falta.

La vida adulta no ha sido un camino fácil, y más que disfrutar de pequeños placeres, me encuentro resistiendo en mi pequeña zona de confort. Cada día es una batalla por encontrar mi lugar en el mundo, pero sigo avanzando, enfrentando los desafíos con determinación, y si, también con miedos



miércoles, 19 de junio de 2024

ENSEÑAR

 Viaje por la Enseñanza de la Historia en Cuba y el Poder de la Verdad Completa 

A pesar de que en la mayoría de los países ser maestro está mal pagado, querer enseñar es el sueño de muchos. Saber hacerlo es una virtud, es un don. Y no hablo solamente de la pedagogía.  Hablo de la pasión, hablo de la organización mental natural que tienen algunas personas para entregar el conocimiento. Hablo de dejar casi la piel en un aula que no necesariamente sean cuatro paredes y una pizarra. Un aula puede ser un parque, un portal en una noche de apagón, una cama de hospital, la mesa de un bar o la terraza del hotel Nacional en La Habana.

Y todos saben también que hay lugares en el mundo donde enseñar algo que no está en el guión oficial, aunque sea apartándose una sola línea, puede ser riesgoso. Y ciertamente ese mismo lugar puede mejorar y poco a poco ser perfectible, pero la secuela de aquello que se hizo en una época queda en las mentes de muchos. Quedan las lagunas de conocimiento, quedan las deformaciones y los errores en las mentes que continuarán transmitiéndose de generación en generación hasta que cada uno de esos antiguos alumnos puedan descubrir por sí mismos la información real.

Enseñar matemáticas, o idiomas, no es lo mismo que enseñar asignaturas vinculadas a la política. Geografía e incluso Literatura de una lengua como la española tiene sus complejidades, pero la enseñanza de la Historia es algo especial. Cuando enseñas Historia te quedan usualmente dos opciones: seguir el guion oficial y que en su mayoría contiene lagunas, esos espacios en blanco, sumamente peligrosos porque comúnmente nos llevan al dogmatismo. O arriesgarte, mucho o poco, a dar otras versiones, a recomendar libros y autores, a poner un poco de sal y pimienta en las mentes jóvenes.

Y no hablo de interpretaciones erradas o no. Y creo que en todos los países en algún momento ha pasado y pasan cosas como esas. Yo hablo de los silencios, de los esquemas, también de exceso de condescendencia con los héroes propios.

Ejemplos en la Cuba de hoy todavía hay muchos. Poco ha cambiado la forma de enseñar la  Historia , de los libros y su enfoque. Los niños y jóvenes deben decir ciertas palabras, ciertas frases acuñadas  por generaciones para poder aprobar los exámenes. Es, según el ministerio de educación, la única manera de saber si el alumno realmente aprendió correctamente.

Los jóvenes cubanos usualmente no saben de religión, a los presidentes antes del 1959 hay que llamarlos de cierta manera para poder aprobar el examen: dictador o sanguinario Fulgencio Batista, Gerardo Machado el asno con garras, José Miguel Gómez era el tiburón que se mojaba y salpicaba,   y así. Que es cierto que se merecían esos epítetos, pero cuando se dice miles de veces deja de tener credibilidad y se van esquematizando las mentes.

A veces se tienen problemas  por tocar temas o tocarlos de manera diferente a lo establecido. Y no es que se diga lo contrario. Por hablar de la historia de las religiones, por recomendar la lectura de Solzhenitsin  o Milan Kundera (tan alejados de nuestra cultura y tiempo que no importa ya si fueron disidentes o solo buenos escritores y créanme que es mejor caer en sus páginas que en la de cualquier youtuber), pero esos ojos de algunos pocos estudiantes ávidos  es una tentación difícil de evadir.

En fin, solo mencionaré una cosa más. Todos saben la importancia de José Martí en la historia de Cuba (y no solo aquí). Todo lo que gira alrededor de su muerte en el primer combate del segundo periodo de la guerra por la independencia de Cuba se enseña de manera muy cuidadosa porque era una época de grandes contradicciones.  Sin embargo otra cosa son los epítetos hacia los soldados españoles y sus oficiales, sus tácticas de guerra, los combates siempre victoriosos de los “insurgentes”, pero me gustan las sutilezas en la Historia, y una de ellas es la forma de tratar a un enemigo valiente o que con el tiempo demostró integridad y caballerosidad.

A continuación voy a poner un fragmento de una carta que escribió el general español José Ximénez de Sandoval y Ballange que es un ejemplo de lo que debería enseñarse en las aulas. Este general fue el que recogió el cuerpo sin vida de José Martí en el campo de batalla de Dos Ríos. El respeto por el rival ilustre, la admiración por el hombre que luchaba contra España, pero al mismo tiempo lo elevaba entre los suyos, es un ejemplo de cómo se debe ver la Historia, para no mencionar la cantidad de información valiosa extracurricular. Por leer líneas  como esta en voz alta se puede tener , como se dice en Cuba, una mancha en el expediente laboral como maestro porque no solo se eleva la figura del héroe caído sino también del que escribe. Pero no importa, lo que es relevante es estar en Cuba, enseñar y aprender en Cuba y poner el granito de arena para que podamos ser mas cultos y mas libres, como decía el mismo Martí.

“La acción de Dos Ríos es un hecho de mi historia militar, en la que halló muerte gloriosa aquel genio dotado de hermosa elocuencia, tan hermosa como los sentimientos de su bien templada alma. Su arrojo y valentía, así como el entusiasmo por sus ideales, le colocó frente a mis soldados y más cerca de las bayonetas de lo que a su elevada jerarquía correspondiera; pues no debió nunca exponerse a perder la vida de aquel modo, por su representación en la causa cubana, por los que de él dependían y por su significación y alto puesto que ocupaba como primer magistrado de un pueblo que luchaba por su independencia.

Cuando en el campo de la acción vi en el suelo su cadáver en posición supina, sin sombrero, luciendo la ancha frente en cuyo seno tantas brillantes ideas bulleron, entreabiertos sus ojos azules con la expresión del que muere dulcemente por su patria —sentí pena profunda y mi pensamiento se elevó a Dios para pedirle fuera su alma por Él acogida.— ¡Qué menos podía hacer por el que si en vida fue mi enemigo, ya muerto merecía todo mi respeto y consideración.

Mis soldados le dieron muerte gloriosa en noble combate y a su cadáver en mi poder se le rodeó de cuantas consideraciones merecen los muertos y en especial los que fueron en vida genios como José Martí.

Conducido por mí a Remanganaguas y llevado luego a Palma Soriano y Santiago de Cuba, en este último punto fui comisionado para darle sepultura y en tan severo acto, dejándome llevar de mis naturales impulsos y por tratarse de figura tan relevante, pronuncié a modo de oración fúnebre un pequeño discurso necrológico reflejo exacto de mi sentir, ya que fue improvisado y el cual tuvo la suerte de agradar lo mismo a españoles que a cubanos, siendo publicado por la prensa toda de la Isla y reproducido por la española y extranjera.

 No puedo ser sospechoso para el pueblo cubano; muchos amigos del alma tengo ahí y todos cuantos me han tratado y conocen mi modo de ser, han comprendido siempre que, si el destino me hizo jefe de la columna que a Martí dio muerte, la pérdida de su vida más que esperanza de medro personal, me produjo sentimiento noble y sincero y me hizo también conocer algunas flaquezas humanas.

 No soy yo, sin embargo, el llamado a recordar en épicos cantos al pueblo cubano la nobleza y valía de aquel Apóstol de su causa; ilustres hombres de probada inteligencia tiene Cuba y ellos con mejores facultades pueden hacerlo y lo harán seguramente, para honrar, honrándose, la memoria de un mártir de su patria y para conocimiento y ejemplo de futuras generaciones.

Muchos años han transcurrido, las pasiones se han acabado, y no sería yo fiel a mi conciencia si tratara de desfigurar hechos que pasarán a la historia de una nación nueva, en los que debe resplandecer la verdad desnuda de toda pasión y engaño….”

 La historia está llena de coincidencias. El general andaluz nacido en Málaga el 22 de julio de 1849, falleció en Madrid, el 24 de febrero de 1921, fecha histórica, en la que los cubanos festejaban el inicio de la guerra de Martí, como la sentenciara el Generalísimo Máximo Gómez.





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jueves, 13 de julio de 2023

UN BUEN GUIA COMO UNA BUENA FRAGANCIA

"Viajar con estilo: la experiencia de un guía que deja huella como una buena fragancia."

 Un buen guía de ciudad y un perfume tienen más en común de lo que se podría pensar. Ambos son capaces de transportarnos a un lugar o momento específico, evocando sensaciones y emociones únicas. 

Al igual que un perfume puede ser la esencia de un lugar o una persona, un guía de ciudad puede ser la esencia de una cultura o un destino turístico.

 Ambos pueden ser una herramienta para descubrir y explorar lo desconocido, y para sumergirse en una experiencia única. 

Al igual que un buen perfume, un buen guía de ciudad debe ser auténtico, de calidad y estar bien diseñado para satisfacer las necesidades de su público objetivo. En resumen, tanto un buen guía de ciudad como un buen perfume pueden ser una forma de descubrir y disfrutar de lo mejor que un país tiene para ofrecer.


Tanto un buen guía de ciudad como un buen perfume pueden ser una herramienta para descubrir y explorar lo desconocido, y para sumergirse en una experiencia única.
Ambos deben ser auténticos, de calidad y estar bien diseñados para satisfacer las necesidades de su público objetivo.

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martes, 4 de abril de 2023

UCRANIA- CUBA

CUBA- UCRANIA - NIÑOS DE CHERNOBIL

Hoy en día el mundo vive otra guerra. Es curioso como ese mundo que se horroriza ante esta guerra , calla y mira hacia otro lado con el sufrimiento de otros pueblos y la agresión de otras potencias. Es también curioso que se mire con malos ojos porque Cuba comprende a Rusia y sabe que Ucrania ha sido manipulada y llevada a un callejón sin salida. Es interesante ver como dan tanto apoyo en armas, dinero para armas, soldados mercenarios y sabemos lo que traerá  para el pueblo ucraniano. Porque de alguna manera ya hemos estado allí con ellos. Cuba está entre dos amigos que se pelean y poco resta por hacer.

Cuba hizo lo que había que hacer cuando, como ahora con otroa pueblos, el mundo mira hacia el otro lado si no es tema que se pueda manipular políticamente. Chernobil fue perfecto para denigrar a la ex URSS, el sufrimiento de sus pueblos era irrelevante.

Hoy les cuento una historia que no muchos fuera de Cuba conocen, porque no hay que alardear de las acciones buenas, solo hacerlas.

Algunos años después de la explosión del cuarto reactor de la Central electronuclear de Chernóbil, la entonces URSS solicitaba al mundo auxilio para atenuar la huella de la explosión nuclear en su población, fundamentalmente infantil. 

Un día de 1989, el entonces Secretario General del Komsomol o Juventud Comunista en Ucrania en una recepción oficial se dirigió al Cónsul cubano y le mostró su preocupación por el estado de los niños ucranianos después del accidente nuclear .

Y se creó una comisión de especialistas en hematología, oncología, endocrinología, clínicos y otras especialidades, que enviarían a Ucrania. Una vez allí, en contacto con las autoridades de salud de ese país los médicos cubanos comienzan la exploración de la situación en el terreno con los pacientes que necesitaban atención médica urgente. Se seleccionan los más enfermos, el primer grupo.

Así se organiza el primer vuelo a Cuba de 139 niños, muy enfermos, fundamentalmente de problemas oncohematológicos. Llegan a La Habana y esa misma noche da inicio la preparación de un programa que fuera capaz de atender al mismo tiempo a miles de niños y niñas de las regiones más afectadas en Rusia, Bielorusia y Ucrania.

¿Cómo se organizó el programa para la atención en Cuba de los niños de Chernóbil?

En Tarará ya se habían atendidos 75 mil niñas y niños cubanos con el propósito de suministrarles tratamientos inmulógicos con interferón. A partir de esta experiencia se crea un programa integral que fuera capaz de atender a 10 mil niños y niñas impactados por el accidente nuclear de Chernóbil, en el mismo Balneario de Tarará al este de La Habana.

Para la creación del programa se tuvo en cuenta no solo a las niñas y niños enfermos, sino su presencia en lugares contaminados con impactos notables en el agua, los alimentos y el medio ambiente en general. Tres repúblicas de la antigua URSS fueron las más afectadas por su cercanía a la zona de la catástrofe: Rusia, Bielorrusia y Ucrania; fundamentalmente esta última, con la característica de que había poco yodo en el agua que consumía su población.

Entre los elementos para la atención a esos pacientes estuvo el hecho de que si le lograba sacar a la población de un medio contaminado a un medio limpio, el organismo tenía posibilidades de recuperarse de manera más rápida.

En un principio, en Tarará se crearon condiciones de camas hospitalarias para 350 niños y niñas. Se establecieron áreas especializadas de acuerdo con las enfermedades que presentaban y médicos y enfermeras permanecían con ellos de manera permanente.

A todos se les midieron las radiaciones con que llegaban en el Centro de Higiene de las Radiaciones de Cuba y luego de los resultados se determinaba si había que realizar estudios genéticos.

En Tarará se creó un sector para los niños y niñas que requerían de tratamiento de histoterapia placentaria para la caída del cabello y la soriasis. A los niños y niñas se les implementó, además, un programa de atención psicológica. 

Cercano a los hospitales donde permanecían internados los más enfermos, se acondicionaron viviendas para que sus familiares permanecieran cerca; sobre todo aquellos que continuaron hospitalizados por largos periodos, incluso años. Este programa tuvo diferentes etapas y se concibió y realizó por 21 años de manera gratuita. Un total de 26 114 pacientes.

 Desde 1998 y hasta 2011 trabajó, en la Ciudad de Evpatoria, Provincia de Crimea, una brigada de médicos cubanos. Entre 5 000 y 6 000 personas pasaron cada año por ese programa que fue asesorado por cubanos. En Kiev se contó con la presencia de un médico cubano, Especialista en Pediatría, quien trabajó en la selección y clasificación de los pacientes conjuntamente con el Fondo Juvenil de Chernóbil y posteriormente con el Ministerio de Salud de Ucrania.


NOTA: vale la pena recordar que precisamente esos primeros 10 años fueron los mas terribles de la historia de Cuba después del 1959. La URSS había desaparecido y toda la estructura económica giraba alrededor de esto. Esa década trajo hambre, enfermedades por desnutrición, éxodo masivo en el 1994. Lo digo una y otra vez, pero no puedo olvidar esos mese y meses solo comiendo col. 

https://www.youtube.com/watch?v=eXWQBX11vXY&feature=youtu.be


Humberto Linares

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sábado, 25 de septiembre de 2021

CONFESIONES (lamento que sea tan largo)

 Cada cierto tiempo escribo sobre cómo me siento. Es de suponer que estos dos últimos años no han sido buenos. Nuevamente nuestra condición de persona, de buen ser humano ha sido puesta a prueba. ¿acaparar medicinas y alimentos o compartirlos? ¿Buscar y ayudar o mirar al otro lado? Nadie puede imaginar lo difícil que es vivir en una especie de zona crepuscular de la mente. Eso es Cuba.

Hay cubanos que no olvidan la gratitud, durante la lucha por sobrevivir todos estos años hemos sido ayudados por hombres comunes y por hombres casi ángeles que nos han permitido hacer cosas tremendas, servir de ayuda a su vez y poder dar lo mejor de nosotros. Por eso al final del día algunos cubanos agradecemos no solo a lo divino sino también a los amigos. Quizás algún día, en esta u otra vida, podremos repartir la recompensa o la alegría.

Hay cubanos que hemos luchado mucho y  duro por la libertad de nuestro espíritu y por bañarnos siempre en el rio de eventos que corren en nuestras vidas. No siempre hemos sido libres de elegir, porque también las decisiones costaban el aislamiento social o incluso la libertad física, y aun hoy, aunque menos. Cuando más jóvenes esas decisiones se toman con valor y cierta locura. Con el tiempo se van viendo las cosas más claras, los lazos creados y las consecuencias para familia y amigos, y aprendemos a distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.

Hay cubanos que hemos aprendido de los enemigos, los cercanos y los que están en otros países. La lucha ha sido larga y a medida que avanza, década a década descubrimos que ni la ideología ni las armas son suficientes para vencer, para eso hace falta la experiencia y un corazón limpio.

Lo más difícil ha sido el crecimiento de la mentira y la trampa como excusa de supervivencia, como un arma para lograr un objetivo. Muchas veces hemos perdido las fuerzas, pero sabemos lo que queremos en lo individual y no necesitamos a los tramposos y mucho menos darle explicaciones a los aprovechadores cuando reciban el castigo, siempre las excusas para el ladrón y el especulador serán las del sistema político, pero un buen ser humano no roba ni estafa a su hermano que también sufre.

Los cubanos hemos luchado unos contra otros. Creo que casi todos los países han sido así, pero los mejores cubanos no han sido dominados por las tormentas del alma y la existencia, hemos tenido la fuerza para vencer las dificultades y seguir adelante. No obstante han surgido cubanos que han desafiado a sus propias familias y amigos y los provocan para una batalla en que nadie ganará. Es necesario mostrar que la ilusión no debe vencer a las ideas claras. Los cubanos del gobierno deben aprender que cuando sus compatriotas lo desafían en realidad están queriendo conversar, y todavía no somos buenos conversando unos con otros.

Algunos cubanos han sufrido mucho por décadas por cosas absurdas y también por otras muy relevantes. Algunas de las cosas hechas nos hicieron sufrir más de lo necesario. Las familias se han alejado y han muerto sin verse nunca más, algunos han pedido la muerte, algunos han colocado bombas. En ambos lados muchos han perdido el tiempo y hasta la vida por causa de una mentira. Pero al pasar el tiempo uno aprende a arriesgarse por algo que vale la pena, se lo que sea para cada cual, pero que nunca deberá ser lo material, lo mezquino e irracional.

En mi caso muchas veces hago cosas fuera de lo común. Puedo bailar en la calle, mientras espero a un amigo, mirar los ojos de un desconocido y preguntar de su vida, defender una idea que puede parecer ridícula. Me alegro siempre con nuevos descubrimientos. Muchas veces he salido  del combate. A veces trato de pasar mis días intentando representar el papel que los otros escogieron para mí, aunque  pese, escogí la senda por donde camino ahora y no tengo motivo para protestar.

Muchos cubanos  ya tuvimos alguna vez miedo de entrar en combate por nuestra libertad individual. Muchos cubanos ya recorrimos un camino que no nos pertenecía. Ya sufrimos por cosas sin importancia y muchos han fallado en sus obligaciones espirituales que nos hubieran salvado de muchos errores costosos. Muchos cubanos dijeron sí cuando querían decir no.

Los cubanos que dijeron que sí porque su corazón se los mandaba han sido humanos especiales. El camino que escogieron incluye el respeto por todo lo que es pequeño y sutil. Y supieron siempre el momento de tomar las actitudes necesarias para comprender que acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad.

Debido al aislamiento que hemos sufrido el mundo no sabe las cosas que hemos pasado o hecho los cubanos. Y si lo saben es a través de prensa tan parcializada en contra que incluso les hace creer a algunos cubanos que están equivocados. Pero nosotros fluimos como el agua, y como el agua jamás podemos ser quebrados por un martillo, ni heridos por un cuchillo. Todas las almas de los cubanos que han dado sus vidas por enseñar y curar, por defender dignidades ajenas y propias, en estas y otras épocas son como un manantial, que frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los otros ríos que encuentra hasta lograr el objetivo: el mar.

Porque los cubanos no permanecemos indiferentes ante la injusticia, sabemos que todo es una unidad, y que cada acción individual afecta a todos los hombres del planeta. Por eso, cuando presenciamos el sufrimiento ajeno y nos piden ayuda, usamos la espada para poner las cosas en orden. Lo hemos hecho en África, América Latina, Asia. Es decir, donde viven los pobres del mundo. Y ciertamente eso no lo entienden ni perdonan muchos.

Creo que soy un cubano atípico. Muchas veces me desánimo y siento que  nada consigue despertar la emoción que deseaba. Muchas tardes y noches debo permanecer manteniendo una posición conquistada sin que ningún acontecimiento nuevo me devuelva el entusiasmo, pero cuando menos lo esperaba se han entreabierto nuevas puertas. Las puertas nunca se me han abierto del todo, pero al menos entra algo de luz y aire fresco, y al menos siempre mantengo mi corazón limpio de sentimientos de odio. Pero sé que el acto de perdonar no  me obliga a aceptarlo todo; no puedo bajar la cabeza, pues de hacerlo perdería de vista el horizonte. Acepto que los adversarios están allí para poner a prueba mi bravura, mis capacidades. Ellos me obligan a luchar.

La mayoría de los cubanos mantienen las lecciones del pasado en mente. Recuerdan algunos de sus peores capítulos: masacres, esclavitud, golpes de estado, prostitución, anexionismo, y también sacrificios, oscurantismo. Y vimos a mucha gente abandonar la búsqueda por no poder responder a esta pregunta: ¿Cuál es el camino correcto? La mayoría de los cubanos no tienen dudas pues siguen la fórmula infalible: "Por los frutos conoceréis al árbol", dijo Jesús. El que sigue esta regla, no yerra nunca.

Los cubanos hemos aprendido importantes lecciones, pero a veces se nos olvida estudiar a profundidad el alma humana, a los que nos precedieron y nos confiamos. Pensamos que ayudar a los pobres y oprimidos es suficiente. Pensamos que educar y sanar es suficiente, pero no. De las cloacas de la sociedad emergen cada cierto tiempo los que no quieren participar en el crecimiento humano, los que se aprovechan de las necesidades de los demás, los que recorren el camino “más fácil” dejando tras de sí un mar de víctimas. Pero también dejamos de responder preguntas importantes como ¿Por qué sucede esto? ¿Los que nos gobiernan nos dan el ejemplo y educan a sus hijos con el mismo rigor que nos exigen compromiso y frugalidad? ¿Por cuánto tiempo puede estar un ser humano educado y sano sin ambiciones? ¿Solo educamos para que nos sirvan en una obra (aunque sea extraordinaria) o para darnos la libertad del discernimiento? ¿Se preocupan por la salud para que trabajen más duro y más tiempo y no para que sean fuertes y aventureros y puedan decidir qué tipo de vida desean tener?

Las injusticias existen. Todos se ven envueltos en situaciones inmerecidas, generalmente cuando no se pueden defender. Muchas veces la derrota llama a la puerta, como ha sido este verano del 2021, por eso hay que estar atentos a los síntomas, a las llamadas de alerta antes de que se conviertan en gritos de desesperación porque en esos momentos no importa ya quien tenga la razón o qué motiva la realidad.

Mis conquistas han sido pequeñas, ningún sueño ha sido cumplido en su totalidad, pero reconozco que hay quien vive peor. He conocido la infelicidad ajena, las enfermedades mortales desde cerca, la soledad, las frustraciones que acompañan a parte de los cubanos, y por eso a veces considero que no merezco algunas recompensas.

Han pasado 62 años de revolución. Hemos resistido y ha estado bien, pero también necesitamos algunos estrategas con visiones diferentes. Los buenos luchadores no se quedan siempre repitiendo la misma lucha, sin avances ni retrocesos. Si no hay progreso hay que sentarse con el enemigo y discutir, sobre todo en momentos de debilidad o complacencia. La diplomacia es un gesto de dignidad no de cobardía, es equilibrar las fuerzas, un cambio de estrategia logra salvar tantas vidas como una victoria en el campo de batalla. No hay que pensar en lo que piensen los demás países y gobernantes porque no hay que probar nada a nadie. Hemos luchado un buen combate y se ha mantenido la fe, pero hay aprender el arte de la negociación.

El ser guía de ciudad me ha permitido conocer a muchas personas de diferentes partes del mundo. Algunos nos hemos reconocido sin habernos visto antes porque entre otras cosas están en el mundo como yo, sin equipaje y sin sandalias. Al igual que yo a veces sufren por tonterías, pensamos que no podemos crecer o que no merecemos cualquier tipo de bendición. Y todos nos preguntamos qué estamos haciendo aquí, pero continuamos buscando un sentido y pienso que terminaremos encontrándolo.  

Y también he encontrado a un maestro espiritual que me trajo luz diferente en la fe que brillaba en sus ojos. Él no precisaba probar nada a nadie, y mucho menos a mí .

Cuando era niño tenía la impresión de vivir dos vidas al mismo tiempo. En una de ellas era obligado a hacer todo lo que no quería, aprender ideas que me costaba creer, andar en grupos, andar uniformado, caminar siempre el mismo camino de todos. Pero existía otra vida y la descubrí en las lecturas, en la onda corta (no había internet) y sobre todo en gente que pensaba como yo. Poco a poco las dos vidas fueron acercándose y algunos sueños se hicieron rutina y pienso que casi estoy listo para lo que siempre deseé. Solo me falta un poco de osadía para que ambas vidas se transformen en una sola.

Cosas que no he aprendido o hago mal: necesito dedicar más tiempo para mí mismo y usar ese tiempo para el descanso, la contemplación, el contacto con el alma del mundo. No me relajo y dejo que todo lo que sucede alrededor siga sucediendo y mirar al mundo como un simple espectador sin hacer resistencia al movimiento de la vida. Me han dicho que solo entonces lo complicado empieza a volverse sencillo y seré feliz.

Cuando uno vive en un país de grandes transformaciones sociales y expuesto a todo lo que está Cuba , no importa si eres grande o pequeño, hombre o mujer, profesional o con poca educación, tu vida se mueve, como un péndulo, entre dos sentimientos: el deseo y el miedo. El miedo te dice todo el tiempo que cada paso es desconocido y peligroso y que lo que aprendiste posiblemente no sirva para nada. El deseo te dice que vas a salir del mundo conocido y que te aguardan las cosas que siempre quisiste y por las cuales luchaste tanto.

Algunos cubanos han sonreído porque ya no hay nada que los asuste más que quedarse sin cumplir sus sueños y abren la puerta con la seguridad de quien sabe lo que quiere.

En este año 2021 el ángel que me inspira está dando un paseo. Espero que regrese y el simple rumor de su aliento me devuelva la alegría.

Mientras tanto, aunque no pueda meditar debo repetir una palabra, o un mantra, porque le hace bien al alma. Y entonces esa palabra y ese mantra, algún día, adquirirá un significado nuevo y expresará todo lo que quería decir, es decir, se ha transformado en una especie de oración.

Porque no importan los momentos de tristeza, soy mucho más que eso. Porque mientras muchos partieron por razones que nunca llegaremos a comprender, yo continúo aquí. Porque mientras millones de personas no se quejan, no lloran, no hacen nada y se limitan a dejar pasar el tiempo yo al menos me entristezco por ellos y eso prueba que mi alma continúa viva.

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