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jueves, 13 de julio de 2023

UN BUEN GUIA COMO UNA BUENA FRAGANCIA

 Un buen guía de ciudad y un perfume tienen más en común de lo que se podría pensar. Ambos son capaces de transportarnos a un lugar o momento específico, evocando sensaciones y emociones únicas. 

Al igual que un perfume puede ser la esencia de un lugar o una persona, un guía de ciudad puede ser la esencia de una cultura o un destino turístico.

 Ambos pueden ser una herramienta para descubrir y explorar lo desconocido, y para sumergirse en una experiencia única. 

Al igual que un buen perfume, un buen guía de ciudad debe ser auténtico, de calidad y estar bien diseñado para satisfacer las necesidades de su público objetivo. En resumen, tanto un buen guía de ciudad como un buen perfume pueden ser una forma de descubrir y disfrutar de lo mejor que un país tiene para ofrecer.


Tanto un buen guía de ciudad como un buen perfume pueden ser una herramienta para descubrir y explorar lo desconocido, y para sumergirse en una experiencia única.
Ambos deben ser auténticos, de calidad y estar bien diseñados para satisfacer las necesidades de su público objetivo.

HUMBERTO
GUIA Y MAESTRO EN LA HABANA
INFORMACION Y RESERVAS, WHATSSAP +5352646921

EXPLORAR LA HABANA: 

LA CUBANA MAS HERMOSA DE SU EPOCA



sábado, 16 de abril de 2022

TRATANDO DE COMPRENDER ALGO

 

Cada fin de curso, antes de la pandemia, tenía una reunión con varios alumnos que después de una preparación intensa habían por fin obtenido el premio tan deseado: poder acceder a la universidad y con la carrera que siempre habían soñado. Ya lo he explicado en otro blog, pero es una preparación larga y en la que intervenimos muchos.  Pues cada fin de curso lo hacía y les daba o un consejo importante, o una consideración sobre un tema que quizás les pudiera servir. No porque yo sea sabio y profundo sino porque los conozco muy bien después de casi tres años con ellos y casi que percibo con antelación los errores de pensamiento de un adolescente que entra a la universidad o en muchos casos se enfrentan a la vida con descaro y altivez en una Cuba llena de retos y escaseces.

Este año el curso fue atípico y termina y comienza en abril. Así que todo sucedió hace unos días. Tuve la “conversación” con solo siete estudiantes. Quería hablarles de muchos temas, pero no era posible ocuparles sus mentes en temas “pesados”, sin embargo al final terminé siendo pesimista y “profundo”

La decisión del tema fue debida a que en estas últimas semanas he leído mucho sobre la degradación de los tiempos modernos. Ya sé, nuestros abuelos lo decían, nuestros padres lo decían y ahora lo decimos nosotros y el mundo sigue adelante. Entonces les hablé sobre los retos de los tiempos que les ha tocado vivir y la tendencia de la gente joven del mundo a emigrar. La emigración siempre ha existido, pero el concepto de ir a vivir a donde los problemas ya están resueltos y no contribuir a la resolución de ellos en el país y circunstancias donde se nace es algo que ha adquirido una magnitud muy relevante.

Hay una frase que me gusta mucho: lo último que notaria un pez es que habita en el agua. Igualmente es importante notar cómo el ser humano de estos tiempos no se da cuenta de la realidad en la que vive. Hoy en día la mayoría de los seres humanos, aun de los países más pobres, vivimos en una obsesión por el estatus, vanidad y consumismo, y como los peces, sin darnos cuenta. Todo esto usualmente está relacionado con la belleza física y la riqueza. Individualismo disfrazado.

Entonces las virtudes como la inteligencia, la paz, la salud pública, la creatividad autentica son puestos a un lado. Todo esto comienza precisamente en los años de formación donde alcanzar metas y ser listo es visto como ser un tonto, un nerd o algo peor, y sin embargo el elogio social que se recibe por todas las redes sociales es para aquellos que lucen bien, los que tienen riqueza y musculatura insensata, reforzando la idea de que estudiar, pensar, saber y cuestionar no vale la pena, mientras que defender el estatus-quo del consumo siempre será recompensado.

¿En qué momento cambiamos nuestros ideales de amor por la familia, por el país, por el de seguir el ejemplo del millonario con cinco mansiones y considerar eso como el icono más alto del éxito?

¿Por qué no consideramos esa adicción compulsiva a acumular dinero, que muy bien podría solucionar problemas importantes, como una abominación disfrazada?

Lamentablemente la misma sociedad moderna que pudiera dar alivio y resolución a serios problemas de la humanidad los está formando en una distorsión de valores que va enfermando a generación tras generación volviéndolas más antisociales, mas vanidosos, indiferentes al medio ambiente y definitivamente más maleables al control.

Es importante saber que si bien en la mayoría de los casos no podemos abstraernos de vivir en la lógica de estos tiempos, saber comprender y hacerla funcionar a tu favor es importante si decides emigrar y vivir en ella. Comprender la transformación de la sociedad en sus comienzos y la de hoy en día es de gran utilidad. De la idea de producir para cubrir las necesidades humanas que muy posiblemente dejara mucho tiempo para experimentar una libertad nunca antes conocida se ha transformado en algo que para la mayoría no es notable: un mundo lleno de vanidad, materialismo, desperdicio y cada vez más personas con salarios de esclavos y consumo compulsivo.

Hay tanto que decir, que alertar, para que estén atentos a la hora de tomar sus decisiones. Que sepan que en las redes sociales de hoy se manejan los mismos recursos sicológicos de los nazis, de Freud, y de tantos otros: vincular y explotar los más primitivos impulsos sociales que son comunes en la mayoría de los humanos tales como la sexualidad y el estatus con productos de consumo. Ya un producto, una idea, no son relevantes por su utilidad sino por lo que representa, por su simbolismo. Y así los deseos los transforman en necesidades emocionales. “Necesidades” que les hacen dejar atrás muchas cosas y sentimientos importantes por irse a lugares que la ventaja es tener tiendas llenas, arriesgar la vida cruzando selvas y ríos por una vida material más plena dejando su país, sus recuerdos, sus amigos, sus familias.

Hace unos meses hice una encuesta de lo que deseaban los cubanos. Ni una vez salió a relucir la palabra libertad. Ya ni eso es relevante como excusa, ya no hay que disfrazar las cosas para al menos salir por la puerta con cierta dignidad. Y es ahí donde está el potencial peligro.

Porque es obvio que en un país desarrollado (cualquiera) se vive mejor que en uno pobre (cualquiera), y que el talento vive en todas partes. Pero irse persiguiendo los mitos, las construcciones, no tiene sentido. La libertad en la mayoría de los casos es solo una ilusión limitada a la compra de cosas, o escoger entre dos políticos que claramente son de la misma clase, o entre diez tipos de café expreso o capuccinos.

Resumiendo : a mis alumnos les dije que:

­_ si deciden marcharse como tantos otros (ya en este año solo a Estados Unidos hasta abril son 45 000) no olviden cuales son las reglas del juego, que investiguen, que estudien si pueden y que no pierdan el norte real: que no se fijen en los catálogos de las estrellas de cine y TV sino en los que realmente es importante.

_ que aprendan a diferenciar entre la verdadera ganancia financiera y aquella que es la ilusión de la medida del éxito y que traerá “felicidad”.

_que ya no hay donde escoger. Ya hay un solo tipo de sociedad. Un solo tipo de político. Una mayoría que desea lo mismo y que al menos por las estadísticas cada vez consume más ansiolíticos o antidepresivos

_ que cuando ir de compras  se convierta en una forma de terapia ya es demasiado tarde, están perdidos.

Dos verdades finales:

_Mientras más posees más te poseen.

_Todos son más hermosos cuando sonríen y se sonríe mejor rodeado de los suyos.

Y aclaro nuevamente: son clarificaciones de la vida moderna. Consejos. Ya no hay izquierdas sino variaciones de la derecha. Y mientras mejor se comprendan sus dones y peligros, mejor será.

Humberto Guia & Maestro en la Habana WhatsApp & Telegram +5352646921

Http://humberto.webcindario.com


SOBREVIVIENTES  

UN MUNDO RARO

viernes, 18 de febrero de 2022

LA SEMILLA (II) o GATTACA

Paciencia , más adelante le encontraran la lógica.

Gattaca es una película de ciencia ficción, y es una de las que más me gustan. Se desarrolla en un futuro cercano, en la frontera del tiempo de la ciencia cuando ya se comenzaba a poder tener hijos modificados genéticamente, es decir, los padres podían decidir el color de los ojos, la estatura, tipo y color de cabellos. Pero era todavía la frontera del tiempo, es decir, era un procedimiento caro, y solo los muy ricos podían hacerlo.

El personaje principal nace unos años antes de que este procedimiento fuera el habitual. A los pocos meses se le detecta una enfermedad del corazón. Pasó toda su infancia en hospitales o de cuidado. Al ir creciendo se volvió una obsesión el espacio, las estrellas, el viajar en una nave espacial y servir a la humanidad. Han pasado los años y muchos ahorros y sus padres deciden tener otro hijo. Esta vez van al seguro y recurren a la eugenesia. Querían un hijo sano, sin defectos genéticos y tuvieron otro chico, este perfecto.

Esta película es la historia de la perseverancia. Es la historia de la no aceptación de un destino escrito por otros, de que los sueños hay que perseguirlos y se tiene el talante necesario hasta morir arriesgar la vida por ellos.

Andrés fue mi alumno por tres años del preuniversitario. En esos tres años no perdió una sola décima en mis asignaturas. Su caligrafía perfecta, sin faltas de ortografía. Sus análisis libres de prejuicios me deleitaban como maestro. Y Andrés  llegó con un sueño : quería ser diplomático de carrera.

Sus padres, ingenieros los dos, daban mucho énfasis en las asignaturas de ciencia. Cálculo, física, química e incluso biología. Lo distraían de su hábito de lectura de libros más allá de la ciencia. Y eso me extrañaba mucho. En cada reunión con los padres, cada último viernes de cada mes, era una delicia verlos orgullosos de las calificaciones de su hijo, saber que era el primer expediente de la escuela y posiblemente del municipio, pero había una sombra de preocupación en sus ojos. Hasta un día que me senté a conversar con ellos. Y tenia que ver con el futuro de Andrés.

El Instituto de Relaciones Internacionales es donde se forman los diplomáticos de carrera en Cuba. La matrícula es de solo veinte estudiantes de toda Cuba cada año. Los exámenes de ingreso no solo son escritos, sino también incluyen entrevistas, conocimientos de la realidad política del mundo, hay que saberse los nombres completos de los gobernantes del país y sus trayectorias y de al menos 30 países más. Literatura, música, pintura, y entonces exámenes escritos de lengua española, idiomas extranjeros (mínimamente inglés fluido), física, matemática, computación.

Y además de todo eso hay que tener una salud perfecta. Los estudios incluyen preparación militar, y el primer año de la carrera es en Guantánamo, haciendo rondas con los guardafronteras  frente a la base militar de Estados Unidos. Un lugar lleno de minas terrestres de ambos lados y desde donde se intercambian disparos “perdidos” cada cierto tiempo. Es un lugar inhóspito donde no te puede dar asma, no puedes ser diabético o hipertenso, donde tendrás que mojarte durante días, donde tendrás que resistir inclemencias y durezas. No importa si eres chico o chica, debes ser un roble.

Pero esa es solo la razón primaria. Cuba, al considerarse hace mucho un país sitiado por más de sesenta años traslada eso a sus embajadas. No importan las guerras, los desastres naturales, las hostilidades en terreno enemigo (léase ataques de cubanos en otras partes del mundo) las embajadas cubanas nunca cierran, sus diplomáticos nunca abandonarán su embajada. Cada una de ellas, en sus sótanos, están preparadas para resistir por meses con avituallamiento de agua y comida, equipos de comunicación y demás. Así ha pasado siempre desde casi el comienzo de la revolución. Una embajada es la línea del frente. Sucedió así en Iraq, cuando el golpe de estado en Chile, cuando la invasión americana en Granada y muchas otras veces. ¡Y ay del que ose penetrar en una de las embajada!, se encontrará a personas dispuestas a todo, e insisto, a todo. El que abandone es considerado traidor a la patria, como un militar, y debe asumir las consecuencias. Y ciertamente personas enfermas son un problema en situaciones de crisis.

Y esa era la sombra en los ojos de los padres de Andrés. El sueño de su hijo era imposible: Andrés es diabético. Y de los que se inyectan insulina en los muslos. Desde pequeño aprendió a manejarse solo y nunca la consideró una limitación. Pero lo es.

Entonces en algún momento sus padres, algunos amigos y quien escribe esto nos sentamos a elaborar un plan para que el sueño de Andrés se hiciera realidad. Teníamos que ser muy cuidadosos, sobre todo en el último año de la preparación, en doce grado. Nadie, ni sus compañeros de clase, ni sus amigos nuevos podían saber de su enfermedad porque no se podría saber con antelación quien sería un competidor en esa carrera y pudiera usar la información. Mi trabajo sería por tres años. Prepararlo en las asignaturas de letras, en los idiomas (me encargaría del inglés y el alemán, y otro profesor particular del francés). Yo debía ser justo, estar en “perfil bajo” sin la tentación de ser demasiado benevolente, en realidad me volví un látigo ante cualquier error. Andrés  se convirtió en una semilla que debía germinar en ocho años si todo iba bien. Tres años de preuniversitario y cinco de carrera. Como esas flores del desierto que esperan la lluvia quinquenal.

Sin embargo lo más difícil estaba por venir. Mantener el entusiasmo, dinero para poder pagar a profesores particulares de francés, cursos de introducción a la música y la pintura, mejorar la dicción, y lo más delicado comprar la salud. Aprender a comer y cocinar alimentos que no le perjudicaran en la diabetes. Cada detalle debía ser cubierto. Se necesitaban dos documentos: un certificado médico del comité militar que confirmara que se consideraba apto para ser miembro del ejército en el  que se  dijera que Andrés era completamente libre de enfermedades que pudieran comprometer su integridad física en situación de peligro o de condiciones ambientales peligrosas. Y finalmente el consentimiento de los padres ante notario confirmando todo lo anterior.

Fue caro y difícil. Pero lo logramos. Andrés  terminó como el primer expediente de la provincia La Habana empatado con otros diez estudiantes. Era el único de los diez que quería esa carrera. La competencia nacional estaba por comenzar. Las entrevistas y exámenes se hacen dos meses antes de que cierre el curso porque se presentan muchos estudiantes y solo veinte en toda Cuba son escogidos cada curso , así los eliminados pueden presentarse en los exámenes para otras carreras.

Eso al menos para los hijos de Liborio (personaje de caricatura que se identificaba en los años cincuenta como el cubano pobre, de a pie).

Y Andrés entró en la universidad en pos de su sueño. Pasó todos los exámenes, estuvo en la frontera, y se graduó como expediente de Oro. No fui a la discusión de su tesis que fue durante la COVID. No lo permiten, pero en los agradecimientos de la tesis, al final, en la última línea dice: Gracias a Humberto.

Fue una semilla que germinó.

Y recuerden, la película se llama Gattaca.


LA SEMILLA (I)

https://habana-havana.blogspot.com/2022/01/la-semilla-i.html


LA SEMILLA III

viernes, 11 de junio de 2021

ESCLAVO COME CROQUETAS

 Dos introducciones para comprender mejor. Y leer hasta el final, que siempre pueden ser sorprendentes. 

Hace algunas semanas un cubano, o una cubana, viviendo en Cuba, publicó en Facebook una foto con sus brazos con algunas quemaduras leves. En el texto de las fotos se decía que esas quemaduras fueron hechas porque estaba friendo unas croquetas que se venden muy baratas y que al ponerlas en el aceite caliente saltaron de la sartén. Allí venían una serie de insultos al gobierno que vendía esas croquetas que debían ser comida para animales y no para personas. Ciertamente las redes se hicieron eco de ese post (sí, nosotros nos quejamos del precio del helado y de las croquetas ya que nos faltan los secuestros, los narcotraficantes y los asesinatos en masa) y poco a poco se le añadieron más elementos y se compartió mucho entre cubanos emigrados y sus amigos extranjeros. Como información de primera mano quiero decir que yo también las he comprado, frito  y comido sin tener esa mala suerte, pero quizás me tocaron las menos saltarinas de todas. No obstante, malas son, pero en Cuba comemos los que haya a la mano no los que queremos.

La otra introducción es que en el transcurso de todos estos años trabajando como guia he conocido a muchos extranjeros , algunos de ellos personas interesantísimas y curiosas en los por qué de las cosas. Con ellos acostumbro a intercambiar por whatssap y telegram, y a su vez me añaden a sus grupos de debate que tienen entre amigos y colegas. Realmente no me gusta opinar sobre otra realidad ajena a la mía (cosa que no hacen con nosotros y con Cuba) porque hacen falta muchos elementos más allá de las agencias de noticias que tratan de llevarnos en direcciones muchas veces ajenas a la realidad. Nosotros los cubanos lo sabemos muy bien. Pero al vivir en Cuba me consideran marxista, comunista, intolerante y esperanzado en una realidad vana que según algunos de ellos “esta’ anclada en la miseria material”. En otras palabras, soy la fuente de contraste y el punto de vista de un proletario resentido de un país pobre.

A veces me pregunto si alguien realmente me conoce. Menos mal que la mayoría me considera buena persona (aunque sea una pena que sea comunista, según ellos).Que tontería. 

Así que frecuentemente , cuando las conversaciones se estancan sale a relucir el tema de las croquetas. Por ejemplo, ayer. Un colombiano me pregunta sobre cómo veía yo desde mi punto de vista la situación en Colombia. Con mucho tacto (ya saben que las conversaciones de Paz entre la guerrilla colombiana y el gobierno de ese país fueron en Cuba) le expreso mi opinión. ¿Respuesta? “Es que lo importante para nosotros es evitar el comunismo y no terminar comiendo todos solamente esas croquetas voladoras que comen todos ustedes todos los días”

Otro momento, un cubano que hace tres años que se fue de Cuba. Aquí lo conocí, inteligente, trabajaba en un banco y supongo que en el medio de una crisis existencial decidió  quedarse en Miami. Allí trabaja cuidando a una persona mayor, vive en una habitación de 5x4 sin cocina. Trabaja todos los días por 10 horas. No ha podido reunir todavía para un viaje, para una gran cena en un restaurante, para un fin de semana en un hotel. Pero es libre, me dice. En los primeros momentos de la pandemia usaba mascarilla con un pomo de agua mineral de 5 litros modificado donde metía la cabeza para no contagiarse. Ahora no usa nada, a la mascarilla le llama bozal, porque lo que quieren los poderes ocultos es que nos envenenemos con nuestro propio CO2 y no cogerá el virus porque según él no forma parte de su realidad. Y por supuesto no se vacunará porque no quiere que le implanten nanotecnología en su cuerpo. Y por cierto cuando conversamos por whatssap nunca dice “vacuna” sino “inyección” para que los algoritmos de Facebook y la CIA no lo detecten como negacionista y uno de esos seres que quedara’ libre una vez que todos seamos controlados por los microchips de Bill Gates. Y claro, de todos modos se siente muy bien viviendo en un país donde no existen esas terribles croquetas “matagente”


Y finalmente la guinda. Un amigo de Méjico me invita a su grupo a escuchar y expresar sus opiniones sobre las elecciones de medio término en su país. Todos de clase media, con negocios más o menos grandes. Todos contra el presidente. Yo escucho y escucho, hay cosas que no entiendo muy bien. Me piden mi opinión, pero antes debo hacer algunas preguntas. Parece ser que incómodas, de cualquier modo Méjico es una democracia burguesa bien establecida y al sur de Estados Unidos. Blindada. Pero mis preguntas generan cierta hostilidad. Poco a poco comienzan a hablar de Cuba, ¿Por qué? No los sé si era sobre Mejico, quizás para sentirse mejor en su abundancia material. Yo dejo de responder. Pero no olvidan y de repente salta una voz agresiva que pregunta: ¿Y quién invitó al esclavo come croquetas a este grupo?

Solo me dio por reír. Los sé, es denigrante ser llamado así, ser visto así. Pero muchas cosas hay que vivirlas para comprenderlas, y no obstante  muchos no lo hacen. Otras veces no hay nada que comprender, solo sobrevivir. Otros fueron hasta ayer come croquetas y hoy que tienen mejor suerte lo olvidan y desprecian a su gente y ponen un precio muy alto, incluida la traición y el crimen, por dejar de comer croqueta y comer faisán.  









Humberto

Guia Local Y Maestro.

Tour de Ciudad. Arte, Sociedad, Historia

Informacion, Whatssap y Telegram: +5352646921

email: humbercuba@yahoo.es


LEYENDO EL PERIODICO EL PAIS

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lunes, 9 de julio de 2018

Yo, Maestro (1)

Se aproxima el fin del curso. Usualmente no hago recuento al final de cada curso, siempre ha sido así, un comienzo, un final, un volver a empezar. 
en el mundo de hoy un articulo tan largo es un lujo, pero escribo mayormente para mi, para que no este' solo en mi computadora, para guardarlo en la nube.
es solo otra historia.
Quizás sea que me ha tocado vivir uno de los momentos más difíciles de la sociedad cubana, una época aún más aguda en escaseces y limitaciones de todo tipo, y entonces al finalizar el curso he tenido que continuar trabajando en lo que aparezca y que tenga que ver con lo que me gusta, los idiomas, por ejemplo. Quizás también tenga que ver que en el 1999 mi padre enfermó de cáncer y tampoco podía darme el lujo de disfrutar al menos de más horas de sueño por vacaciones, que era a lo máximo que se podía aspirar en aquellos años pues no había, ni hay todavía, mucho más para alguien que sea maestro.
En realidad no han sido muchos años de maestro. Antes comencé el camino de médico. En la sociedad cubana hay una gran tradición de médicos. Incluso hubo una época que se decía que en Cuba existían 3 clases sociales: la burguesía, los trabajadores y los médicos.
Yo solo tenía claro que quería escoger una carrera con la cual dejar una huella en la vida de los demás. Medicina sonaba romántica y fascinante. Magisterio sonaba mal pagada y agotadora. Pero en todo caso eran las dos que me llamaban. A medida que se aproximaba el momento de decidir la presión para que no escogiera ser maestro aumentaba, según los que me rodeaban era la última carta de la baraja. Cualquier carrera estaba bien excepto ser maestro.
Y así escogí medicina por las razones equivocadas. Y así “perdí” casi 4 años.
He sido maestro en las montañas, en un aula pequeña, luminosa y fresca de día y oscura por no tener electricidad en la noche. Aula de día, dormitorio de noche. Con doce chicos y chicas de diferentes edades en el día, y totalmente solo en las noches. Tan oscura y calurosa dentro que me sentaba en un banco afuera a mirar las estrellas mientras comía en un plato plástico rosa que estaba roto por un costado. Así que la sopa tenía que tomarla en un jarro de metal. Cansado, pero feliz por el reto de darle clases a tres grupos de edades diferentes en una sola aula en un mismo día. En aquellos tiempos me pareció romántico y aventurero. Me dicen que ya hoy esa aula no existe pues los campesinos se han ido mudando a la ciudad más cercana.
He sido maestro de lengua inglesa para funcionarios del gobierno en oficinas que miraban al malecón. He sido maestro de lengua española para alemanes en oficinas con aire acondicionado, pizarras blancas y en vez de tizas que manchan los dedos de cal bolígrafos negros para escribir sobre ellas.
He sido maestro de niños de tercer grado, de secundaria (7mo, 8vo, 9no grados) y de pre-universitario (10mo, 11no y 12mo).
He sido maestro desde el año 1998, y desde entonces no he tenido un solo verano de vacaciones porque los maestros ganamos poco y la vida es cada vez más cara , porque al contrario de lo que pensaba, la vida no se hizo más fácil, la familia enferma y envejece y hay nuevos chicos, más gastos. Entonces hay que trabajar el doble, es decir, también en las vacaciones. He trabajado como guia de turismo, camarero en cruceros, rentando autos, dándole clases de inglés a prostitutas en una época en que estaba prohibido tener moneda extranjera y solo ellas podían, a través de sus clientes, entrar en las tiendas, así que me pagaban en especie, es decir, he dado clases por jabones, champú y pasta de dientes. He dado clases durante el día y llevado a turistas al cabaret Tropicana en las noches, para al día siguiente volver a la escuela.
Y muchas veces me han preguntado si me debo quedar como maestro en una época en que el tiempo parece correr más rápido y todo parece precipitarse, quedando gente como yo en el camino del progreso y el consumo, es como esa figura que se va volviendo más pequeña en el espejo retrovisor del coche cuando le pasas por al lado en tu coche del año.
Pero entonces, y a veces, hay recompensas. Pequeñas en magnitud si la contabilizamos, es decir, la ponemos en valor monetario, pero con una alta carga de valor espiritual y humano.
Cada cierto tiempo me sucede que un ex alumno me visita, y cada año pueden ser más, espero. Gente joven, adultos ya, que vienen a agradecer algo que solo ha sido mi aporte a algo que todos llevamos dentro, pero que en realidad cada vez se nota menos. El amor por los otros y no solo hacer el trabajo por el que nos pagan.



Pero nada, como dije al principio, siempre ha sido así, un comienzo, un final, un volver a empezar


Humberto
Guia Local en la Habana.
Historia, Sociedad, Politica.
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viernes, 6 de julio de 2018

MILENIALS Y MILENIALS CUBANOS

MILENNIALS

Los milenials es la generación que nació aproximadamente después del 1994. La preocupación principal sobre ellos radica en que son muy difíciles de lidiar, y son acusados de ser engreídos, narcisistas, interesados solo en ellos mismos, sin concentración, haraganes, pero engreídos es lo principal.

Y como son incapaces de crear liderazgos ni de creer en ellos, algunos líderes se les han acercado  para averiguar qué es lo que pudiera interesarles. Les han preguntado qué es lo que realmente quieren. Ellos usualmente responden que quieren trabajar en un lugar con propósitos y objetivos, que quieren tener un impacto en la sociedad (aunque no tienen muy claro lo que sea que eso signifique: ser modelo, cantante famoso o jugador de futbol) quieren comida, comodidades y placeres en abundancia. Lo curioso es que la mayoría de los mileniums (los que tienen una familia con una  economía que lo permite) tienen todo eso y no son felices, hay una pieza perdida en el rompecabezas.

Los maestros que desde hace un tiempo comenzamos a tenerlos como alumnos  dividimos el problema en cuatro partes:

11)      Los padres
22)      Tecnología
33)      Impaciencia
44)      Medio social
Los padres:

muchos de los milenials han nacido sujetos a lo que los psicólogos y pedagogos llaman  el fallo de las estrategias parentales , es decir, el fallo en la educación de los hijos, donde, por ejemplo, se les dice todo el tiempo que son especiales, que pueden obtener todo lo que quieran en sus vidas solo porque así lo deseen, muchos tienen notas altas porque los padres gastan enormes sumas de dinero o influencias y no por esfuerzos propios, muchos reciben premios por haber pasado de grado aun cuando fueron los últimos en su clase. Esto último es totalmente contraproducente al contrario de lo que creen los padres porque los hace sentir avergonzados al saberse que no la merecen, lo que los hacen sentirse peor.
Dentro de este grupo generacional ya algunos se están graduando de universidades, consiguiendo trabajos, es decir, caen en el mundo real e instantáneamente comprenden que no son especiales, que mamá no puede hacer que los promuevan, que por supuesto no reciben elogios por ser los últimos y mucho menos tienen lo que quieren solo por desearlo.
Inmediatamente su mundo comienza a resquebrajarse.
Estamos teniendo una nueva generación con una autoestima más baja que la generación anterior. Sus modelos a seguir son vacíos y superficiales en su mayoría y sus héroes son personajes de ficción.
Por otro lado es la generación de Facebook e instagram donde viven una realidad paralela, donde  postear cosas, vivir a través de cosas y mostrar que la vida es maravillosa aun cuando estamos deprimidos. En ese mundo de las redes sociales todos somos tipos duros que nos las arreglamos en la vida para ser triunfadores, cuando la realidad para la mayoría no es así. E insisten año tras año en la misma actitud sin tener idea del porqué.
Así que tenemos esta generación con problemas de los cuales ellos no tienen culpa, sino los adultos que lo crearon.

Tecnología:

Sabemos ya que la relación con la tecnología y las redes sociales libera una sustancia llamada dopamina. Así que cuando enviamos un sms se siente bien, así que cuando nos sentimos un poco solos enviamos un SMS, o vamos a Facebook o cualquiera otra red social y le enviamos a la mayor cantidad de personas posible: hola, hola, hola hola, hola. . . porque se siente bien cuando nos responden. Esa es la razón por la que regresan varias veces en el día a ver si tienen respuesta en internet, o sms, etc. Si no es así, entonces comienzan a atormentarse porque posiblemente están haciendo “algo mal”, “ya no me quieren como amigo”, etc. Es un verdadero trauma para los chicos muy jóvenes ser eliminado de la lista de amigos y todo eso se traduce en aumento o disminución de dopamina que nos hace sentir bien o tristes.
La dopamina es la misma sustancia química que nos hace sentir bien cuando bebemos, fumamos, y cuando jugamos o apostamos. En otras palabras, es altamente adictiva.
En casi todo el mundo ya hay restricciones a los menores para fumar, para el alcohol y el juego, y sin embargo no hay ninguna restricción de edad  para el uso del teléfono o las redes sociales. Es como si en la época de nuestros abuelos y padres se les permitiera beber sin restricciones a los adolescentes. Básicamente es lo mismo pues tenemos a toda una generación con acceso ilimitado a una fuente de adicción para combatir los problemas típicos de la adolescencia.
Casi cada alcohólico descubre el alcohol cuando es adolescente. Cuando somos niños la única aprobación que necesitamos es la de nuestros padres, pero cuando vamos creciendo en edad comenzamos a necesitar la aprobación de nuestros iguales.  Esto es muy frustrante para los padres y muy importante para sus hijos que van saliendo de un entorno familiar a un mundo más amplio de relaciones. Es un periodo muy estresante en la vida de los jóvenes cuando se supone que comenzamos a confiar en la amistad.
Algunas personas descubren accidentalmente el uso del alcohol y como consecuencia el efecto de la dopamina para poder lidiar con la ansiedad y el estrés. Desafortunadamente eso queda grabado en el cerebro y, por el resto de la vida, cuando el estrés regresa en forma de estrés económico, familiar, en sus carreras, ellos no se giraran buscando una persona sino una botella.
Cuando le damos acceso ilimitado a los jóvenes al teléfono, los medios sociales o internet en general y no les enseñamos a dosificar las horas estamos creando básicamente el mismo patrón del alcoholismo. En el mundo desarrollado y se va viendo en el nuestro, muchos chicos no saben establecer relaciones en el mundo real. Muchos de ellos, en sus propias palabras, admiten que la mayoría de sus amigos son superficiales,  que no confían en sus amigos, y la razón de todo esto es porque no practican a un nivel físico, del día a día, las formas de establecer relaciones y amistades. Y entonces cuando algún tipo de estrés llega a sus vidas no se giran hacia una persona sino hacia un dispositivo, sea un teléfono, una tableta, un juego de video, a sus redes sociales que le ofrecen un alivio temporal. Ya se sabe que en los países donde tienen acceso total a internet las personas pasan más tiempo en Facebook que conversando con su familia.
Un poco de vino es agradable, demasiado  es malo. Jugar es divertido, jugar demasiado es peligroso. No hay nada malo en las redes sociales y los teléfonos móviles, lo malo está en la falta de equilibrio. Si un chico prefiere comer solo en su cuarto mientras revisa su teléfono todo el tiempo, o si está en un restaurante con sus amigos y está enviándole mensajes a alguien que no está allí entonces tenemos un problema. Si estás en una reunión o estas tomándote un café con un amigo y pones tu teléfono sobre la mesa, da igual si la pantalla está hacia arriba o hacia abajo, le estas enviando a  las personas que están contigo un mensaje  subconsciente  de que no te importan. Y el hecho de que necesitemos tener el teléfono a mano es porque tenemos una adicción. Y como cualquier otra adicción, con el tiempo, tendrá las mismas consecuencias y hará la vida peor.

Impaciencia:

Los jóvenes de hoy están creciendo en un mundo de gratificación instantánea. Si quieren comprar algo lo hacen por internet y al día siguiente lo tienen en casa, quieren ver una película ya no necesitan ir al cine, y así muchos casos más, en resumen, ya no tienen que esperar. Incluso para hacerse de parejas ya no se pasan esos momentos, para algunos angustiosos, para otros hermosos, del nerviosismo de la primera cita para enamorarse, no, ahora se conversa por internet y como nadie nos ve expresamos verdades y mentiras y se pasa directamente al sexo que es la gratificación más inmediata y antes era el último eslabón en una cadena de elementos que fortalecían los vínculos. Eso ya no necesitan aprenderlo porque la recompensa se da desde el principio.
En otras palabras, en el mundo de hoy, sobre todo en el mundo desarrollado que nosotros en el tercer mundo imitamos, todo queremos y logramos obtenerlo inmediatamente. ¡Gratificación instantánea! Todo menos la satisfacción que da trabajo, el fortalecimiento de los vínculos de amistad. Ellos no están aptos para eso, son lentos, se sienten incomodos ante otras personas, muchos pueden llegar a ser  incoherentes y chapuceros en establecer relaciones.
Entonces ves a muchos de los miembros de esta generación que incluso graduándose y consiguiendo un trabajo te dicen que van a renunciar. ¿Por qué?, le preguntas, y ellos te responden que no sienten que están siendo considerados y no están teniendo un impacto en la sociedad. ¡Pero si solo llevas 8 meses trabajando!
La generación milenial tiene su propio concepto abstracto del Éxito. Es como pararse frente a una montaña, ellos solo ven la cima y nunca el camino que lleva a ella con sus vicisitudes y caminos tortuosos. Ni tan siquiera manejan el pensamiento de que este camino puede hacerse más rápido o más lento, no, ellos solo ven la cumbre de la montaña.
Así que una de las cosas que esta generación del siglo XXI necesita aprender es la paciencia. Que las cosas que realmente importan como el amor, los logros en el trabajo, la alegría de vivir, la autoestima y muchas cosas más necesitan tiempo. Que a algunos se nos dan las cosas más rápidamente en algunos campos de nuestra vida no deja de significar que para la mayoría el camino es largo y arduo, difícil, y que si no se pide ayuda a otro ser humano o desarrollas habilidades sociales te puedes caer en uno de los precipicios de la montaña.
Ya se está viendo el peor de los escenarios: el aumento de la tasa de suicidios en adolescentes y niños, de las drogas y sobredosis, el abandono escolar.
El mejor de los escenarios es una generación manipulada y manipuladora que nunca encuentra la alegría de la vida pues nunca están satisfechos, nunca encuentran el verdadero sentido de plenitud, cada vez que les preguntas sobre su vida, sobre su trabajo, sobre sus relaciones te responde con un lacónico ‘bien, como siempre. . ."

Medio Social:

Entonces llega esta nueva generación a la edad laboral. Sea un ambiente corporativo, sea una sencilla oficina de trámites o una cafetería y solo ven números , solo ven estrategias de mercados y no a los seres humanos, a los que manipularán, las ganancias del año en vez del fruto de un esfuerzo de una vida.
Y por supuesto al caer en un ambiente corporativo, un ministerio o una compañía aunque sea menor nunca se van a sentir seguros, no podrán superar al mundo digital para lograr un mayor equilibrio en sus vidas porque siguen buscando la recompensa inmediata y no la gratificación por un trabajo a largo plazo. Y algo que no es saludable es que se culpan a sí mismos, se llaman inadaptados, cuando en realidad ha sido la sociedad moderna la que los ha formado para que sean así.
Y es bueno decirles, a los que quieran escuchar, y sin ser extremadamente benevolentes, que no es su culpa, la culpa es del mundo que vivimos y la falta absoluta de liderazgo verdadero en el mundo moderno que lleve a la humanidad por un sendero de equilibrio interno y externo.
¿Quiénes entonces deben ayudar ahora que los padres siguen haciendo un mal trabajo con sus hijos y las corporaciones de multimedia insisten en crear seres humanos fácilmente manejables?
Supongo que muchos pueden hacer algo, pero entre ellos estamos los maestros. Trabajar más duro para lograr que tengan confianza en sí mismos más allá de un teléfono o cualquier otro equipo. Trabajar más duro para que desarrollen habilidades sociales que les permitan tener una vida sin estrés. Ayudarlos a comprender el papel de la perseverancia en el trabajo y en las relaciones con otras personas, del poder de la comunicación directa, cara a cara.
La sociedad debe tomar medidas ya, las corporaciones y empresas no permitiendo, por ejemplo, celulares en sus conferencias y permitiendo que los empleados interactúen más, se conozcan y se preocupen unos por otros, hasta la sociedad en general, familias y demás que cuando van a comer a un restaurante lleven un solo teléfono para alguna emergencia y así darse tiempo de poder interactuar entre ellos.
Una de las razones por la que los alcohólicos no tienen botellas de licor en casa es porque no confían en su fuerza de voluntad, así que cuando eliminas la tentación todo se hace mucho más fácil, comienzas a fijarte en el mundo a tu alrededor, el real, en el que creas y para el que creas.
La cuestión es que nos estamos quedando sin alternativas, no hay opciones, hay que tratar de salvar a los que van saliendo ahora de la niñez y entrando en la adolescencia. Francamente es lo correcto que debemos hacer los que estamos involucrados con ellos, lo más importante, más que introducirle datos en sus mentes.

MILENIAS  CUBANOS

Y entonces ¿qué sucede en Cuba?
Pues estamos en el mundo al igual que cualquier otro país, ya no tan atrasado comparado con 5 años atrás, aunque compartimos los mismos problemas del mundo desarrollado ya tenemos elementos que van modificando , impactando la sociedad cubana, hasta hace muy poco totalmente cerrada en cuanto tecnología y su acceso a ella por la población.
Solo que Cuba es una isla, que además tiene una forma de gobierno totalmente atípica comparada al resto del continente,  con una sociedad estructurada para la supervivencia y donde hemos aprendido que es la única forma de sobrevivir en el campo de batalla que es Cuba, siempre  entre dos superpotencias. Primero fue España e Inglaterra, después España y Estados Unidos, después Estados Unidos y la Unión Soviética y hoy estamos solos, enfrentados a los restos de la guerra fría y al país más poderoso del mundo en toda su historia.
Los jóvenes cubanos comparten características y sueños con todos los de su generación de otros países, pero en Cuba puede resultar muy peligroso, porque todas esas características llevan implícito una desideologización de la juventud (del mundo) para que nunca cuestione el medio en que se desarrolla y busque alternativas, es un fenómeno mundial y la idea es que vivimos en una aldea global y no tienen importancia el país, la nacionalidad, la ideología, y mucho menos conceptos como la Patria y la soberanía nacional.
Entonces, y ya lo estamos viendo, las conquistas ya no son físicas, el nuevo campo de batalla es la mente y el alma, y en el caso del Cuba una generación con muchos integrantes apolíticos que se vuelven una entrada a ideas e iniciativas que pueden ser no solo  contraproducentes sino totalmente inapropiadas, por no decir peligrosas incluso a nivel de país. Y no hablo de cuestiones tan tontas como si que en la Habana no existe un McDonald o un Starbucks,  hablo de una población juvenil cuyo único objetivo va siendo la obtención de objetos y placeres los cuales creen merecer por el solo hecho de estar vivos sin hacer casi nada a cambio e identifican a la generación de sus padres como un obstáculo para la consecución de sus sueños, creen que su país es una isla maldita que no merece que ellos hayan nacido aquí y por lo tanto la mejor solución es emigrar donde la vida seguramente es mas fácil y los valoran más por ser jóvenes, o bellos, o por haber sido víctimas del comunismo o de la desaparición de este y el cambio de vida radical en Cuba.
Pero al final es la misma historia, la incapacidad de unos padres y familiares de haberlos educado apropiadamente de acuerdo al lugar donde nacieron y sus necesidades. La obtención de sus deseos tan rápidamente como sea posible sin pensar en los esfuerzos o sacrificios que conllevan. El uso de la tecnología para fines vanales y sin repercusión social sino solamente con fines egoístas y en el caso particular de Cuba se suma la incapacidad y muchas veces renuencia de un sistema político que se niega a abordar este tema libremente y sin consideraciones políticas, limitando el uso de la tecnología con fines sociales, de prosperidad individual y satisfacción realista de los cubanos de hoy en día.

Entonces al efecto habitual de la dopamina por la satisfacción que dan las redes sociales y los teléfonos se suma la satisfacción de estar en posesión o haciendo algo que le molesta muchísimo al gobierno.

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