MILENNIALS
Los milenials es
la generación que nació aproximadamente después del 1994. La preocupación
principal sobre ellos radica en que son muy difíciles de lidiar, y son acusados
de ser engreídos, narcisistas, interesados solo en ellos mismos, sin concentración,
haraganes, pero engreídos es lo principal.
Y como son
incapaces de crear liderazgos ni de creer en ellos, algunos líderes se les han
acercado para averiguar qué es lo que
pudiera interesarles. Les han preguntado qué es lo que realmente quieren. Ellos
usualmente responden que quieren trabajar en un lugar con propósitos y
objetivos, que quieren tener un impacto en la sociedad (aunque no tienen muy
claro lo que sea que eso signifique: ser modelo, cantante famoso o jugador de
futbol) quieren comida, comodidades y placeres en abundancia. Lo curioso es que
la mayoría de los mileniums (los que tienen una familia con una economía que lo permite) tienen todo eso y no
son felices, hay una pieza perdida en el rompecabezas.
Los maestros que
desde hace un tiempo comenzamos a tenerlos como alumnos dividimos el problema en cuatro partes:
11)
Los
padres
22)
Tecnología
33)
Impaciencia
44)
Medio
social
Los padres:
muchos de los milenials han nacido sujetos a lo que los psicólogos y pedagogos llaman el fallo de las estrategias parentales , es
decir, el fallo en la educación de los hijos, donde, por ejemplo, se les dice
todo el tiempo que son especiales, que pueden obtener todo lo que quieran en
sus vidas solo porque así lo deseen, muchos tienen notas altas porque los
padres gastan enormes sumas de dinero o influencias y no por esfuerzos propios,
muchos reciben premios por haber pasado de grado aun cuando fueron los últimos
en su clase. Esto último es totalmente contraproducente al contrario de lo que
creen los padres porque los hace sentir avergonzados al saberse que no la
merecen, lo que los hacen sentirse peor.
Dentro de este grupo
generacional ya algunos se están graduando de universidades, consiguiendo
trabajos, es decir, caen en el mundo real e instantáneamente comprenden que no
son especiales, que mamá no puede hacer que los promuevan, que por supuesto no
reciben elogios por ser los últimos y mucho menos tienen lo que quieren solo
por desearlo.
Inmediatamente su
mundo comienza a resquebrajarse.
Estamos teniendo
una nueva generación con una autoestima más baja que la generación anterior.
Sus modelos a seguir son vacíos y superficiales en su mayoría y sus héroes son
personajes de ficción.
Por otro lado es
la generación de Facebook e instagram donde viven una realidad paralela,
donde postear cosas, vivir a través de
cosas y mostrar que la vida es maravillosa aun cuando estamos deprimidos. En
ese mundo de las redes sociales todos somos tipos duros que nos las arreglamos
en la vida para ser triunfadores, cuando la realidad para la mayoría no es así.
E insisten año tras año en la misma actitud sin tener idea del porqué.
Así que tenemos
esta generación con problemas de los cuales ellos no tienen culpa, sino los
adultos que lo crearon.
Tecnología:
Sabemos ya que la
relación con la tecnología y las redes sociales libera una sustancia llamada
dopamina. Así que cuando enviamos un sms se siente bien, así que cuando nos
sentimos un poco solos enviamos un SMS, o vamos a Facebook o cualquiera otra red
social y le enviamos a la mayor cantidad de personas posible: hola, hola, hola
hola, hola. . . porque se siente bien cuando nos responden. Esa es la razón por
la que regresan varias veces en el día a ver si tienen respuesta en internet, o
sms, etc. Si no es así, entonces comienzan a atormentarse porque posiblemente están
haciendo “algo mal”, “ya no me quieren como amigo”, etc. Es un verdadero trauma
para los chicos muy jóvenes ser eliminado de la lista de amigos y todo eso se
traduce en aumento o disminución de dopamina que nos hace sentir bien o
tristes.
La dopamina es la
misma sustancia química que nos hace sentir bien cuando bebemos, fumamos, y
cuando jugamos o apostamos. En otras palabras, es altamente adictiva.
En casi todo el
mundo ya hay restricciones a los menores para fumar, para el alcohol y el
juego, y sin embargo no hay ninguna restricción de edad para el uso del teléfono o las redes
sociales. Es como si en la época de nuestros abuelos y padres se les permitiera
beber sin restricciones a los adolescentes. Básicamente es lo mismo pues
tenemos a toda una generación con acceso ilimitado a una fuente de adicción
para combatir los problemas típicos de la adolescencia.
Casi cada alcohólico
descubre el alcohol cuando es adolescente. Cuando somos niños la única aprobación
que necesitamos es la de nuestros padres, pero cuando vamos creciendo en edad
comenzamos a necesitar la aprobación de nuestros iguales. Esto es muy frustrante para los padres y muy
importante para sus hijos que van saliendo de un entorno familiar a un mundo más
amplio de relaciones. Es un periodo muy estresante en la vida de los jóvenes
cuando se supone que comenzamos a confiar en la amistad.
Algunas personas
descubren accidentalmente el uso del alcohol y como consecuencia el efecto de
la dopamina para poder lidiar con la ansiedad y el estrés. Desafortunadamente eso
queda grabado en el cerebro y, por el resto de la vida, cuando el estrés
regresa en forma de estrés económico, familiar, en sus carreras, ellos no se
giraran buscando una persona sino una botella.
Cuando le damos
acceso ilimitado a los jóvenes al teléfono, los medios sociales o internet en
general y no les enseñamos a dosificar las horas estamos creando básicamente el
mismo patrón del alcoholismo. En el mundo desarrollado y se va viendo en el
nuestro, muchos chicos no saben establecer relaciones en el mundo real. Muchos
de ellos, en sus propias palabras, admiten que la mayoría de sus amigos son
superficiales, que no confían en sus
amigos, y la razón de todo esto es porque no practican a un nivel físico, del día
a día, las formas de establecer relaciones y amistades. Y entonces cuando algún
tipo de estrés llega a sus vidas no se giran hacia una persona sino hacia un
dispositivo, sea un teléfono, una tableta, un juego de video, a sus redes
sociales que le ofrecen un alivio temporal. Ya se sabe que en los países donde
tienen acceso total a internet las personas pasan más tiempo en Facebook que
conversando con su familia.
Un poco de vino
es agradable, demasiado es malo. Jugar
es divertido, jugar demasiado es peligroso. No hay nada malo en las redes
sociales y los teléfonos móviles, lo malo está en la falta de equilibrio. Si un
chico prefiere comer solo en su cuarto mientras revisa su teléfono todo el
tiempo, o si está en un restaurante con sus amigos y está enviándole mensajes a
alguien que no está allí entonces tenemos un problema. Si estás en una reunión
o estas tomándote un café con un amigo y pones tu teléfono sobre la mesa, da
igual si la pantalla está hacia arriba o hacia abajo, le estas enviando a las personas que están contigo un mensaje subconsciente
de que no te importan. Y el hecho de que necesitemos tener el teléfono a
mano es porque tenemos una adicción. Y como cualquier otra adicción, con el
tiempo, tendrá las mismas consecuencias y hará la vida peor.
Impaciencia:
Los jóvenes de
hoy están creciendo en un mundo de gratificación instantánea. Si quieren
comprar algo lo hacen por internet y al día siguiente lo tienen en casa,
quieren ver una película ya no necesitan ir al cine, y así muchos casos más, en
resumen, ya no tienen que esperar. Incluso para hacerse de parejas ya no se
pasan esos momentos, para algunos angustiosos, para otros hermosos, del
nerviosismo de la primera cita para enamorarse, no, ahora se conversa por
internet y como nadie nos ve expresamos verdades y mentiras y se pasa
directamente al sexo que es la gratificación más inmediata y antes era el último
eslabón en una cadena de elementos que fortalecían los vínculos. Eso ya no
necesitan aprenderlo porque la recompensa se da desde el principio.
En otras
palabras, en el mundo de hoy, sobre todo en el mundo desarrollado que nosotros
en el tercer mundo imitamos, todo queremos y logramos obtenerlo inmediatamente.
¡Gratificación instantánea! Todo menos la satisfacción que da trabajo, el
fortalecimiento de los vínculos de amistad. Ellos no están aptos para eso, son
lentos, se sienten incomodos ante otras personas, muchos pueden llegar a
ser incoherentes y chapuceros en
establecer relaciones.
Entonces ves a
muchos de los miembros de esta generación que incluso graduándose y consiguiendo
un trabajo te dicen que van a renunciar. ¿Por qué?, le preguntas, y ellos te
responden que no sienten que están siendo considerados y no están teniendo un
impacto en la sociedad. ¡Pero si solo llevas 8 meses trabajando!
La generación milenial tiene su propio concepto abstracto del Éxito. Es como pararse frente a una
montaña, ellos solo ven la cima y nunca el camino que lleva a ella con sus
vicisitudes y caminos tortuosos. Ni tan siquiera manejan el pensamiento de que
este camino puede hacerse más rápido o más lento, no, ellos solo ven la cumbre
de la montaña.
Así que una de
las cosas que esta generación del siglo XXI necesita aprender es la paciencia.
Que las cosas que realmente importan como el amor, los logros en el trabajo, la
alegría de vivir, la autoestima y muchas cosas más necesitan tiempo. Que a
algunos se nos dan las cosas más rápidamente en algunos campos de nuestra vida
no deja de significar que para la mayoría el camino es largo y arduo, difícil,
y que si no se pide ayuda a otro ser humano o desarrollas habilidades sociales
te puedes caer en uno de los precipicios de la montaña.
Ya se está viendo
el peor de los escenarios: el aumento de la tasa de suicidios en adolescentes y
niños, de las drogas y sobredosis, el abandono escolar.
El mejor de los
escenarios es una generación manipulada y manipuladora que nunca encuentra la alegría
de la vida pues nunca están satisfechos, nunca encuentran el verdadero sentido
de plenitud, cada vez que les preguntas sobre su vida, sobre su trabajo, sobre
sus relaciones te responde con un lacónico ‘bien, como siempre. . ."
Medio Social:
Entonces llega
esta nueva generación a la edad laboral. Sea un ambiente corporativo, sea una
sencilla oficina de trámites o una cafetería y solo ven números , solo ven
estrategias de mercados y no a los seres humanos, a los que manipularán, las
ganancias del año en vez del fruto de un esfuerzo de una vida.
Y por supuesto al
caer en un ambiente corporativo, un ministerio o una compañía aunque sea menor
nunca se van a sentir seguros, no podrán superar al mundo digital para lograr un
mayor equilibrio en sus vidas porque siguen buscando la recompensa inmediata y
no la gratificación por un trabajo a largo plazo. Y algo que no es saludable es
que se culpan a sí mismos, se llaman inadaptados, cuando en realidad ha sido la
sociedad moderna la que los ha formado para que sean así.
Y es bueno
decirles, a los que quieran escuchar, y sin ser extremadamente benevolentes,
que no es su culpa, la culpa es del mundo que vivimos y la falta absoluta de
liderazgo verdadero en el mundo moderno que lleve a la humanidad por un sendero
de equilibrio interno y externo.
¿Quiénes entonces
deben ayudar ahora que los padres siguen haciendo un mal trabajo con sus hijos
y las corporaciones de multimedia insisten en crear seres humanos fácilmente
manejables?
Supongo que
muchos pueden hacer algo, pero entre ellos estamos los maestros. Trabajar más
duro para lograr que tengan confianza en sí mismos más allá de un teléfono o
cualquier otro equipo. Trabajar más duro para que desarrollen habilidades
sociales que les permitan tener una vida sin estrés. Ayudarlos a comprender el
papel de la perseverancia en el trabajo y en las relaciones con otras personas,
del poder de la comunicación directa, cara a cara.
La sociedad debe
tomar medidas ya, las corporaciones y empresas no permitiendo, por ejemplo,
celulares en sus conferencias y permitiendo que los empleados interactúen más,
se conozcan y se preocupen unos por otros, hasta la sociedad en general,
familias y demás que cuando van a comer a un restaurante lleven un solo teléfono
para alguna emergencia y así darse tiempo de poder interactuar entre ellos.
Una de las
razones por la que los alcohólicos no tienen botellas de licor en casa es porque
no confían en su fuerza de voluntad, así que cuando eliminas la tentación todo
se hace mucho más fácil, comienzas a fijarte en el mundo a tu alrededor, el
real, en el que creas y para el que creas.
La cuestión es
que nos estamos quedando sin alternativas, no hay opciones, hay que tratar de
salvar a los que van saliendo ahora de la niñez y entrando en la adolescencia. Francamente
es lo correcto que debemos hacer los que estamos involucrados con ellos, lo más
importante, más que introducirle datos en sus mentes.
MILENIAS CUBANOS
Y entonces ¿qué
sucede en Cuba?
Pues estamos en
el mundo al igual que cualquier otro país, ya no tan atrasado comparado con 5
años atrás, aunque compartimos los mismos problemas del mundo desarrollado ya
tenemos elementos que van modificando , impactando la sociedad cubana, hasta
hace muy poco totalmente cerrada en cuanto tecnología y su acceso a ella por la
población.
Solo que Cuba es
una isla, que además tiene una forma de gobierno totalmente atípica comparada
al resto del continente, con una
sociedad estructurada para la supervivencia y donde hemos aprendido que es la única
forma de sobrevivir en el campo de batalla que es Cuba, siempre entre dos superpotencias. Primero fue España e
Inglaterra, después España y Estados Unidos, después Estados Unidos y la Unión Soviética
y hoy estamos solos, enfrentados a los restos de la guerra fría y al país más
poderoso del mundo en toda su historia.
Los jóvenes
cubanos comparten características y sueños con todos los de su generación de
otros países, pero en Cuba puede resultar muy peligroso, porque todas esas características
llevan implícito una desideologización de la juventud (del mundo) para que
nunca cuestione el medio en que se desarrolla y busque alternativas, es un fenómeno
mundial y la idea es que vivimos en una aldea global y no tienen importancia el
país, la nacionalidad, la ideología, y mucho menos conceptos como la Patria y
la soberanía nacional.
Entonces, y ya lo
estamos viendo, las conquistas ya no son físicas, el nuevo campo de batalla es
la mente y el alma, y en el caso del Cuba una generación con muchos integrantes
apolíticos que se vuelven una entrada a ideas e iniciativas que pueden ser no
solo contraproducentes sino totalmente
inapropiadas, por no decir peligrosas incluso a nivel de país. Y no hablo de
cuestiones tan tontas como si que en la Habana no existe un McDonald o un
Starbucks, hablo de una población
juvenil cuyo único objetivo va siendo la obtención de objetos y placeres los
cuales creen merecer por el solo hecho de estar vivos sin hacer casi nada a
cambio e identifican a la generación de sus padres como un obstáculo para la consecución
de sus sueños, creen que su país es una isla maldita que no merece que ellos
hayan nacido aquí y por lo tanto la mejor solución es emigrar donde la vida
seguramente es mas fácil y los valoran más por ser jóvenes, o bellos, o por
haber sido víctimas del comunismo o de la desaparición de este y el cambio de
vida radical en Cuba.
Pero al final es
la misma historia, la incapacidad de unos padres y familiares de haberlos
educado apropiadamente de acuerdo al lugar donde nacieron y sus necesidades. La
obtención de sus deseos tan rápidamente como sea posible sin pensar en los
esfuerzos o sacrificios que conllevan. El uso de la tecnología para fines
vanales y sin repercusión social sino solamente con fines egoístas y en el caso
particular de Cuba se suma la incapacidad y muchas veces renuencia de un
sistema político que se niega a abordar este tema libremente y sin
consideraciones políticas, limitando el uso de la tecnología con fines
sociales, de prosperidad individual y satisfacción realista de los cubanos de
hoy en día.
Entonces al
efecto habitual de la dopamina por la satisfacción que dan las redes sociales y
los teléfonos se suma la satisfacción de estar en posesión o haciendo algo que
le molesta muchísimo al gobierno.
cubangel@gmail.com