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viernes, 20 de septiembre de 2024

ZONA DE CONFORT (II)

 

CONSTRUYENDO UNA ZONA POR DECADAS


INFANCIA

En mi infancia, la vida se tejía entre apagones interminables y la incertidumbre de un futuro difuso. Recuerdo esos momentos en que, al anochecer, el mundo se sumía en la oscuridad y la única opción era comer adormilado, en una suerte de acostumbrada penumbra. La noche se llenaba de una calma extraña y resignada, pero también de una sensación de seguridad, un manto de inocencia que hacía que la falta de luz pareciera casi una aventura.

Durante estos apagones, la vida familiar adquiría un ritmo diferente. Las conversaciones se volvían más íntimas, las voces más suaves. Recuerdo a mi padre contando historias de su juventud, sus palabras cobrando vida en la penumbra. A veces, sacábamos juegos de mesa y, a la tenue luz de las velas, pasábamos horas jugando parchís o dominó, riendo y olvidando por un momento las dificultades que nos rodeaban. . Estudiar se convertía en un desafío, con los ojos esforzándose por distinguir las letras en los libros. Pero incluso en esos momentos de frustración, había una extraña sensación de unidad, como si toda la familia, todo el barrio, estuviéramos juntos en esto, compartiendo la misma experiencia de oscuridad y esperanza por el regreso de la luz.

El confort estaba en los detalles más humildes. Mi mamá trabajaba en un hotel que, debido a la falta de turismo, apenas recibía visitantes. Sin embargo, esa exclusividad nos permitió disfrutar de un suministro generoso de rosquillas, merluza y chícharos que sobraba cada dia. Estos manjares se convertían en pequeños festines, y la idea de que estos productos eran casi un secreto bien guardado de una Cuba cerrada al mundo, solo acentuaba nuestra felicidad.

Mis zapatos ortopédicos se convirtieron en un símbolo de mi infancia, una marca permanente de un tiempo lleno de dificultades. Pero, a pesar de las miradas curiosas y las dificultades que estos zapatos conllevaban, al menos tenía un par para proteger mis pasos, un pequeño consuelo en un entorno a menudo adverso. En ese entonces, no entendía por qué no podía tener esos tenis coloridos que veía en las pocas revistas extranjeras que llegaban a mis manos. Pero ahora, con la perspectiva que da el tiempo, reconozco el privilegio que era tener cualquier tipo de calzado. Esos zapatos, que tanto me avergonzaban, eran en realidad un símbolo de la preocupación y el cuidado de mis padres.

Los juguetes eran una de las pocas alegrías garantizadas en el año. Cada julio, las tiendas se llenaban de juguetes durante cinco días, y mediante un sorteo, cada niño recibía tres: uno grande, uno mediano y uno pequeño. Era como un festival de expectativas y sueños infantiles, un recordatorio de que, a pesar de todo, el espíritu de la infancia podía brillar con fuerza, incluso en los rincones más oscuros de una Cuba en tiempos difíciles.

Durante cinco días, gracias a un sistema de sorteo que hoy veo como un intento de igualdad en la escasez. Esa breve abundancia anual era como un oasis en el desierto de la cotidianidad, un momento en que todos los niños cubanos, sin importar nuestras diferencias, compartíamos la misma ilusión y alegría. 

Adolescencia: Entre Sueños y Realidades Cubanas

Después de una pausa de diez años, los apagones regresaron a nuestras vidas, pero de repente, un día, ¡magia! Un auto apareció en nuestra familia. Para nosotros, eso era como tener un pasaporte a la aventura. Podíamos ir a la playa, sentir el viento en el rostro y escapar del día a día por un rato. Esos viajes se convirtieron en recuerdos inolvidables, donde la arena y el mar nos ofrecían un respiro de la rutina.

La Escuela al Campo: Aprendiendo Más que en los Libros

Y luego estaba la Escuela al Campo. Al principio, muchos pensábamos que era una injusticia tener que separarnos de nuestras familias durante 45 días. Pero con el tiempo, nos dimos cuenta de que era una experiencia increíble. Para algunos, era una oportunidad para escapar de hogares difíciles; para otros, era el primer contacto con el campo y una forma de aprender a trabajar duro. Mirando hacia atrás, creo que fue una de las mejores lecciones de vida que pudimos tener.En resumen, esos años adolescentes fueron un torbellino de emociones y aprendizajes. Aunque enfrentamos retos y limitaciones, también encontramos maneras de disfrutar y valorar cada momento. Esos recuerdos son parte esencial de quienes somos hoy, llenos de resiliencia y creatividad.

ADULTO

Realidades: Mi Vida Adulta en Cuba

Y así, casi sin darme cuenta, me encontré en el umbral de la vida adulta. El niño que una vez fui, con sus zapatos ortopédicos y sus tres juguetes anuales, dio paso a un hombre con sueños y responsabilidades. La transición no fue fácil, pero ¿cuándo lo es?, me encontré con una paradoja curiosa: tenía una casa, pero no era realmente mía. Era el hogar de mis padres, ahora heredado. Un techo seguro, sí, pero también un recordatorio constante de las raíces que me ataban y las responsabilidades que heredaba junto con las llaves.

 Idiomas y Estudios: Mi Pasaporte inmóvil al Mundo

Me sumergí en los estudios con la determinación de quien sabe que el conocimiento es la única riqueza que nadie puede quitarte. Tres idiomas se convirtieron en mi tesoro personal, una forma de viajar sin moverme de la isla, de conectar con un mundo más allá de nuestras fronteras. Libros, revistas y hoy en dia internet.

La Enfermedad de Papá: Un Giro Inesperado del Destino

Justo cuando pensaba que estaba listo para desplegar mis alas y volar, la vida me recordó su imprevisibilidad. La enfermedad de mi padre, que le robó la voz, también me cortó las alas metafóricas. Me vi atrapado entre mis sueños de libertad y el deber filial, una batalla interna entre el deseo de volar y la necesidad de permanecer firme en tierra.

Pero la vida, en su sabiduría irónica, siempre encuentra formas de sorprendernos. Un cambio de casa trajo consigo el fin de los apagones, una pequeña victoria contra las sombras del pasado. El encuentro fortuito con un funcionario de turismo abrió puertas que ni siquiera sabía que existían. De repente, me vi aprendiendo a crear páginas web, una habilidad  que se convirtió en la semilla de una independencia relativa. 

¿Pasos Firmes?

Y finalmente, como un símbolo de este nuevo capítulo, llegaron los zapatos. Ya no eran un sueño lejano, sino una realidad ocasional. Cada par era un recordatorio tangible de progreso, pequeño pero significativo.

Esta etapa de mi vida ha sido un viaje de contrastes. Entre el peso de las responsabilidades familiares y la emoción de nuevas oportunidades, he aprendido que el verdadero crecimiento no siempre significa alejarse, sino a veces, encontrar nuevas formas de florecer donde estás plantado.

Cada día es un equilibrio entre honrar el pasado y construir el futuro. Y aunque el camino no siempre es fácil, cada paso, cada desafío superado, cada pequeña victoria (incluso en forma de un par de zapatos nuevos), me hace creer en el movimiento hacia adelante

Entre la Libertad y la Fidelidad: Las Encrucijadas de mi Vida Adulta

Pero la vida, con su implacable sentido del timing, decidió que era momento de una lección de humildad. La enfermedad de papá llegó como un huracán, arrasando con nuestros planes y esperanzas. Le robó la voz, arrancándole la laringe, y a mí me cortó las alas justo cuando empezaba a estirarlas. Me vi atrapado en una encrucijada cruel: mi libertad o mi lealtad. Elegí la familia, como tantos antes que yo, pero el sabor amargo de los sueños postergados persistía.

Por un lado, tenía la oportunidad de participar en un programa de intercambio en el extranjero. Era mi boleto dorado, la oportunidad de experimentar el mundo más allá de Cuba, de sumergirme en nuevas culturas y, quizás, forjar un futuro diferente. Sin embargo, aceptar significaba dejar a mi padre cuando más me necesitaba. La libertad que tanto anhelaba estaba al alcance de mi mano, pero el precio parecía demasiado alto.

Por otro lado, quedarme significaba posponer indefinidamente mis sueños. Implicaba asumir el papel de cuidador principal, navegar el complejo sistema de salud cubano, y convertirme en la voz de mi padre cuando él ya no podía hablar por sí mismo

La Decisión

Decidí quedarme. Fue una decisión que me pesó durante mucho tiempo. Veía a mis amigos partir, perseguir sus sueños, mientras yo me quedaba atrás, atado por lazos invisibles .

Redefiniendo la Libertad.

Sin embargo, con el tiempo, esta decisión me enseñó a redefinir lo que significaba la libertad para mí. Descubrí que la libertad no siempre está en la capacidad de ir a donde queramos, sino en la fuerza para elegir lo que creemos correcto, incluso cuando es difícil.

Esta decisión me llevó por caminos inesperados. Me obligó a ser creativo, a buscar oportunidades donde parecía no haberlas. Fue lo que me impulsó a aprender sobre diseño web, a conectar con personas que nunca hubiera conocido de otra manera, y a descubrir fortalezas que no sabía que tenía.

Estas decisiones difíciles entre libertad y fidelidad no fueron momentos aislados, sino un proceso continuo de crecimiento y autodescubrimiento. Aunque a veces me pregunto "qué hubiera pasado si...", sé que estas experiencias me han moldeado en la persona que soy hoy, con una comprensión más profunda de lo que realmente importa en la vida. Mirando atrás, veo un camino lleno de obstáculos, pero también de pequeñas victorias. Cada desafío superado, cada habilidad adquirida, cada momento de duda vencido, ha sido un ladrillo en la construcción de quien soy hoy. La vida adulta no ha sido lo que esperaba cuando era niño, pero ¿cuándo lo es? Ha sido, en cambio, una lección continua en adaptabilidad, resiliencia y, sobre todo, en encontrar la belleza y el valor en lo que tenemos, no en lo que nos falta.

La vida adulta no ha sido un camino fácil, y más que disfrutar de pequeños placeres, me encuentro resistiendo en mi pequeña zona de confort. Cada día es una batalla por encontrar mi lugar en el mundo, pero sigo avanzando, enfrentando los desafíos con determinación, y si, también con miedos



sábado, 10 de octubre de 2020

MI DIA A DIA. 10/10/20

 

Hoy comienzo unas especie de crónicas (casi) diarias. Muchas personas me preguntan cómo  es el dia a dia del cubano promedio. Y eso es lo que hare’, contar algunas cosas del hoy, con alguna que otra explicación para hacerlo “mas potable". Si no gustan las borraré del blog.

No sé si considerarme un cubano promedio. Para algunos el cubano promedio es el muy pobre. Para un europeo yo soy muy pobre. Para un cubano pobre soy de clase media. Y para el gobierno. . .soy un enigma (envuelto en misterio). Así que vamos allá. No siempre serán  sobre mi, sino de cosas que presencio o solamente me rozan. Y recuerden, estamos en tiempos de pandemia y todavía las escuelas cerradas.

Bien temprano fuera de la cama que el que se levanta temprano Dios le ayuda. 6 am. Tengo la suerte de tener café y preparo mis dos tasas. Necesito dos para comenzar el dia. Bien negro. Preparo el desayuno para mi madre y para mi, y a la calle a conseguir algo de vegetales y viandas, y además algún liquido de limpieza antes de que aparezcan los inspectores y los revendedores los desaparezcan. De vuelta a las 7:30 am.

La muchacha de la limpieza viene los sabados asi que parto a la calle a la segunda etapa de la caceria, es decir, conseguir mas alimentos. En mi celular llevo música, libros, y algo de datos para conectarme con los amigos. Todo perfecto para una cola de 3 horas, aunque yo casi nunca las hago. Como dice un guajiro que vino a vivir a mi cuadra: mientras haya huevos, pan, yuca, malanga, frijoles y aguacates no se me ha perdido nada en esas colas donde la gente se hacina.

Fui a casa de mi tia, esta vez no caminando. Usualmente hago 8 kms al día, pero ayer hice 12, y prefiero darle un poco de paz al cuerpo, tome’ una guagua (autobús) y en 5 minutos allí. Llegamos a tiempo para comprar algo de yogurt y de paso nos metimos en una cafetería que reabría después de 7 meses de cuarentena. Helados italianos y café’ expreso (ocurren milagros y cosas así. . .) Me da mucho placer invitar a mi tia cada semana a algo así. Mi prima tiene sus características y no considera esas cosas importantes, al menos para los mayores. Pero lo son.

En fin, regresé a casa a eso de las 1 pm y me entere’ que habían caído unos inspectores en la bodega de los bajos de mi edificio y le encontraron un gran déficit de mercancías al bodeguero. Haciéndolo corto llamaron a la policía y derechito al calabozo. La verdad que me sorprendió, el chico me caia bien, era muy reservado, no se le acumulaban los “amigos” en la bodega y no parecía que se metiera en asuntos turbios. Parece ser que lo más importante fue la leche en polvo para los que tienen dieta médica. En fin, la vida continúa. De cualquier modo hace tiempo deje de solicitarles “favores” a los bodegueros. Y ahora menos que aplican grandes multas a los receptadores.

Una siestecita, y después casi un privilegio, yogurt de merienda con galletas de dulce. Hoy es sábado, me encierro en mi cuarto y en un equipo de música viejo que tengo, pero que aun se escucha aceptablemente, disipo el estrés de la semana: me preparo un concierto de rock a todo volumen. Bailo, canto y termino exhausto. Nadie me imagina en esa faceta. Casi llegué a estudiar para bailarin profesional, pero entonces el asma me llevaba bastante mal y nada, me dejaron a un lado, pero había pasado  bien las pruebas. Aun hoy conservo el ritmo, la cadencia y soy muy bueno en la improvisación. Pues nada, mañana será otro dia. Usualmente los domingos nunca han hecho la diferencia en mi vida, al contrario, me provocan. . .tristeza.

martes, 2 de enero de 2018

COMO TODOS, YO SOLO QUERIA UNA VIDA MEJOR

En los últimos años he recorrido muchos caminos. En mi pecho,  mi alma se debate intranquila desde hace algún tiempo y no encuentra la paz en la Cuba de hoy en día, que es el lugar y el tiempo en que vivo.
Muchas veces me he preguntado por qué mi alma me quita el aliento y no me deja pensar durante el día y dormir en la noche, aunque en realidad ya voy comprendiendo, poco a poco, lo que ella desea para si misma y para mi, su dueño: una paz especial, libertad y si no fuera mucho pedir , amor compartido con alguien mas.
He estudiado medicina e ingles. He rentado autos, he trabajado en cruceros y he sido guía de turismo, he hecho traducciones mal pagadas, he dado clases privadas, he hecho paginas webs y ahora incluso tengo una para la renta de casas de vacaciones a turistas.
El principal enemigo de mi alma es mi cerebro. Mi cerebro es dinámico, promedio en cuanto a inteligencia, pero acostumbrado a llegar a soluciones prácticas en poco tiempo, y sobre todo muy bien conectado a los cinco sentidos que le permiten, casi todo el tiempo, atormentar a mi alma con imágenes e impresiones de la realidad que me circunda.
Mi alma se venga en las noches, cuando el cerebro quiere descansar.
En esa batalla entre ambos la victoria nunca es cierta. Cuando estudiaba medicina mi cerebro saltaba de placer como un niño pequeño ante los retos. Se sentía maravillado por la cantidad de información que recibía a diario, los retos de los exámenes y gozaba tremendamente con los premios: calificaciones casi siempre perfectas. Sin embargo mi alma trataba de sabotearle la fiesta. Se sentía oprimida primeramente por que nos habían uniformado, nos daban clases en grupos enormes de alumnos donde los profesores no nos distinguían , nos movilizaban para actividades políticas y militares dando poco tiempo para el estudio y menos aun para el descanso. Mi alma consideraba que mi cerebro tenia una deuda enorme que pagar: ¿Dónde estaba la poesía de la vida?
En casi cuatro años mi cerebro desistió desencantado y exhausto , como ese hombre viril que piensa que puede dominar a cada mujer y escoge casarse con una super sexuada y tener una amante al mismo tiempo, sencillamente no puede seguir el ritmo.
Mi cerebro humillado decidió descansar y solo usar una pequeña porción de si mismo para mantenerse vivo: la memoria. Y eso era justamente lo que mi alma necesitaba. Poemas, sinfonías, biografías, libros de política, conocer muchas personas y tener amantes en noches gloriosas, aprender idiomas. Fueron años gloriosos para ella.
En realidad fueron años gloriosos para muchos cubanos, que acabaron abruptamente con la desaparición del bloque comunista. Entonces mi alma le tocó la puerta a mi cerebro. Primero le demandó que encontrara una solución para que mi cuerpo (el contenedor de ambos) no muriera de hambre, pero mi cerebro estaba como dormido. Después le pidió perdón y le dijo que se retiraba para que él pudiera hacer su trabajo.
¿pero acaso se puede vagar sin el alma?
Mi cerebro encontraba trabajo tras trabajo , y mi alma se las arreglaba para sabotearlos. Le decía que el salario era muy bajo para lo que tu sabes, que si te humillan los extranjeros, que trabajando con tantos dólares apenas te mantienes para poder comer, que lo mejor es buscar algo en el extranjero y terminar de irte buscando una realidad mejor, que las prostitutas y los bandidos han secuestrado a Cuba y eso es enfermizo. . .
¡cuantos días, tardes y noches se la pasaban discutiendo mi alma y cerebro! Nunca se ponían de acuerdo.
Pero un día todo cambió. Trabajando en un crucero por el Caribe con un salario miserable y del que el gobierno se llevaba casi el 50% (y por supuesto fuente de conflicto entre cerebro y alma para no variar) me entere que mi padre enfermó de cáncer. Agresivo, atacó su garganta y amenazaba no solo con quitarle la voz sino también con no dejarlo alimentarse.
Entonces mi cerebro y mi alma por primera vez se viraron hacia un aliado que siempre había estado allí, en silencio, subutilizado. El amor. Cada uno en su mundo nunca notaron que era tan fuerte y bello. Que tenia una dinámica propia. Que no necesitaba de las neuronas para comprender, ni del corazón para impulsar la sangre de un hombre valiente y dispuesto.
Fueron muchos años de intensos sacrificios. Casi dos décadas en que alma y cerebro hicieron lo suyo en colaboración, guiados por el amor. Mi padre y mi madre (después enfermó de la vista de ambos ojos) vivieron gracias a ellos tres. Casi sin ayuda  logré alimentar y dar fuerzas, logré encontrar trabajos que me permitieron afrontar gastos. Mi alma decidió posponer sus sueños, aunque el otro día me decía que estaba a punto de hacer limpieza general y desecharlos definitivamente porque la realidad conspiraba para que murieran marchitos de desesperación.
Han sido  años de renuncias constantes, mi escaparate estaba casi vacío. Un par de zapatos para caminar largas distancias y uno para salir a alguna cita importante, pero que de tan poco uso se han despegado. Comidas sabrosas, helados y demás, han sido mayormente para ellos que lucharon porque fuera un hombre de bien (aunque mirando alrededor no comprendo qué utilidad exactamente tiene eso).
Yo solo quería ser feliz. Con un cerebro eficiente y entrenado, con un alma gozosa y profunda, con mucho amor para dar, es un despilfarro vivir en un pequeño apartamento en medio de la nada espiritual y con tantos sueños rotos y necesidades sencillas sin resolver. Solo quería montarme en el tren de la vida y de la tecnología, viajar a tierras remotas, leer buenos libros , llenar de colores a quienes se encontraran conmigo, ver al trueno y al mar abrazarse en colosales tormentas, ver volcanes y la nieve, bailar cada tarde, ver caer la noche con una copa de vino en mis manos y con la sensación de que todo está bien conmigo dormirme, !si! dormir con el susurro o el ruido del mar entrando por mi ventana, invitar a mis amigos a cenar en sus cumpleaños, y nunca llorar humillado y casi derrotado cada fin de mes.

jueves, 11 de agosto de 2016

CUMPLEAÑOS ( MAS ALLÁ DE REGALOS DE METAL Y PLÁSTICO)

Mi cumpleaños .

Hace muchos años , cuando las cosas en Cuba comenzaron a ponerse realmente  feas, casi sin 
comida, los cubanos comenzamos a cambiar. Al principio imperceptiblemente, no fue d e repente.
Faltaban muchas cosas para la mayoría y otros comenzaban a prosperar basado en el dinero que sus 
familias les enviaban del extranjero o por trabajar en el turismo. Al pasar de los años la realidad ha 
cambiado aún más pues ha llegado el mundo material a infiltrar muchas mentes.

En aquellos años conocí a alguien por no mucho tiempo. En esos días era mi cumpleaños  y no 
obstante no había nada que se pudiera regalar pues cada cosa que teníamos representaba el valor de 
un tesoro, me hizo uno de los regalos más importantes de mi vida: uno d esos que abren las puertas 
de la comprensión de algo profundo  e importante. En una hoja de papel, enrollado como en los 
viejos tiempos y con una cinta negra me regaló esta historia que comparto:


Richard Bach

Ningún Lugar Está Lejos

******

¡Rae! ¡Gracias por invitarme a tu fiesta de cumpleaños!
Tu casa está a miles de kilómetros de la mía, y viajo sólo si tengo una buena razón...
Una fiesta para Rae es la mejor razón y ansío estar contigo.
Inicié mi jornada en el corazón del colibrí al que tú y yo conocimos tiempo atrás.
Fue tan cordial como siempre, pero cuando le dije que la pequeña Rae estaba creciendo y que yo iba a su fiesta de cumpleaños con un regalo, quedó perplejo.
Volamos largo rato en silencio; por fin él dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que vayas a la fiesta.
- Por supuesto que voy a la fiesta - respondí -. ¿Acaso es tan difícil de entender?
Calló, y cuando llegamos al hogar del búho, dijo:
-¿Es que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos?
Si quieres estar con Rae, ¿no estás ya allí?

- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dijo el búho.
Tuve una extraña sensación al decir voy de esa manera, después de hablar con el colibrí, pero lo dije así para que el búho comprendiese.
También él voló en silencio largo rato. Fue un silencio amistoso, pero cuando me depositaba a salvo en el hogar del águila, dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que llames pequeña a tu amiga.
- Por supuesto que es pequeña - respondí -, porque no ha crecido.
¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El búho me miró con sus profundos ojos ambarinos, sonrió y dijo:
- Piénsalo.


- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dije al águila. Tuve una extraña sensación al decir voy y pequeña después de hablar con el colibrí y el búho, pero lo dije así para que el águila comprendiese.
Juntos volamos sobre las colinas, y remontamos los vientos montañeses.
Por fin dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es esta palabra cumpleaños.
- Por supuesto, cumpleaños - respondí -.
Vamos a celebrar la hora en que empezó Rae, y antes de la cual ella no era. ¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El águila curvó sus alas diestramente y aterrizó con soltura, posándose en la arena del desierto.
-¿Un tiempo antes que empezara la vida de Rae? ¿No te parece más bien que es la vida de Rae la que empezó antes de que existiera el tiempo?

- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dije al halcón -. Tuve una sensación extraña al decir voy y pequeña y cumpleaños después de hablar con el colibrí y el búho y el águila, pero lo dije así para que el halcón comprendiese.
Debajo de nosotros, a lo lejos, se derramaba el desierto, y al fin dijo:
- Mira, entiendo muy poco de lo que me dices, per lo que menos entiendo es crecer.
- Por supuesto, crecer - respondí -. Rae está más cerca de ser adulta, un año más lejos de ser una niña- ¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El halcón aterrizó por fin en una playa desolada.
-¿Un año más lejos de ser una niña?  ¡Eso no suena como crecer!
Y elevándose en el aire, partió.


Yo sabía que la gaviota era muy sabia. Mientras volaba con ella pensé con sumo cuidado y elegí las palabras de modo que, cuando hablara, ella supiese que yo había estado aprendiendo.
- Gaviota - dije por fin -, ¿por qué vuelas conmigo a ver a Rae, cuando en verdad sabes que ya estoy con ella?
La gaviota descendió sobre el mar, sobre las colinas, sobre las calles, y suavemente aterrizó en su azotea.
- Porque lo importante - dijo -, es que tú sepas esa verdad. Hasta que la sepas, hasta que verdaderamente la comprendas, puedes mostrarla sólo de maneras más pequeñas, y con la ayuda externa de máquinas, personas y aves.
- Pero recuerda - agregó -, que el ser desconocida no impide a la verdad ser verdadera.
Y partió.
Ahora es tiempo de abrir tu regalo. Los obsequios de latón y de vidrio se gastan en un día y desaparecen. Pero yo tengo un regalo mejor para ti.
Es un anillo para que lo uses. Centellea con una luz especial y nadie puede quitártelo; no se lo puede destruir. Eres la única en el mundo entero que puede ver el anillo que hoy te entrego, tal como yo fui el único que pude verlo cuando era mío.
Tu anillo te otorga un nuevo poder. Usándolo puedes elevarte en las alas de todas las aves que vuelan...
Puedes ver a través de los dorados ojos, puedes tocar el viento que sopla por entre sus aterciopeladas alas, puedes conocer el júbilo de llegar muy alto sobre el mundo y todas sus preocupaciones. Puedes permanecer cuanto quieras en el cielo, después de la noche, durante la salida del sol, y cuando tengas ganas de bajar otra vez, tus preguntas tendrán respuestas y tus angustias habrán desaparecido.
Como cualquier cosa que no se puede tocar con las manos ni ver con los ojos, tu regalo se torna más poderoso a medida que lo usas.,
Al principio podrás usarlo solamente cuando estés al aire libre, observando al pájaro con el que vuelas.
Pero más tarde si lo usas bien, funcionará con aves a las que no puedes ver, y al final comprobarás que no necesitas anillo ni pájaro para volar sola sobre el silencio de las nubes.
Y cuando ese día te llegue, debes dar tu regalo a alguien que sepas que lo usará bien, y que pueda aprender que las únicas cosas que importan son las que están hechas de verdad y alegría, y no de latón y vidrio.
Rae, ésta es la última fiesta que celebraré contigo, después de haber aprendido lo que me enseñaron nuestros amigos, los pájaros.
No puede ir a estar contigo porque ya estoy allí.
No eres pequeña porque ya has crecido, jugando entre los momentos de tu vida como lo hacemos todos, por la diversión de vivir.
No tienes cumpleaños porque siempre has vivido; jamás naciste y nunca morirás.
No eres la hija de las personas a quienes llamas madre y padre, sino su compañera de aventuras en una luminosa jornada para comprender las cosas que son.
Cada regalo de un amigo es un deseo de felicidad, como este anillo lo es para ti.

Vuela libre y dichosa más allá de los cumpleaños y a través de la eternidad, y nos encontraremos alguna que otra vez, cuando lo deseemos, en medio de la celebración que jamás puede terminar.