Ya saben, el solo hecho de vivir en Cuba es algo que lleva de por si mucha carga pesada. Contar las historias personales, mis consideraciones, todas honestas conmigo mismo.
Si gustan seria bueno que le dieras un "me gusta"
Si no te agradan del todo solo pido respeto.
La chica se presentó en mi casa con su abuela. Ya eran
las ocho de la noche. Parecía frágil y muy cansada.
A la abuela le costó mucho trabajo subir los dos
pisos. Mientras hablaba la chica mantenía los ojos bajos. Los exámenes de
ingles serian en dos días y ella había necesitado faltar muchos días en el
curso por enfermedad, y depresión. Necesitaba un repasador urgentemente. ¡Pero
dos días!
Esa chica , que la nombraremos Ana, sería una de mis
amigas incondicionales y se formaría un lazo que aun hoy, después de tantos años
y con la diferencia de años, parece
indestructible. Solo mencionar que después de dos noches de estudio intenso,
realmente solo enseñándole lo básico y los trucos de un examen, pudo pasar el
examen y comenzó el camino de una vida asombrosa, de esfuerzos y sacrificios
que pocos imaginaron considerando lo externo.
Ana tenia el sueño de hacerse médico. Eran los años que
los estudiantes de preuniversitario de La Habana estudiaban en escuelas en el
campo. Lejos de su casa de lunes a viernes, con la idea de formar un hombre
nuevo, independiente y fuerte. Ella no podía hacerlo. Para eso hacía falta una unión
familiar, una logística y organización que ella no tenía.
Ana había sido víctima de violación dos veces por dos padrastros
diferentes. Como dicen en Cuba: su madre era más mujer que madre. La típica historia
de creerle más a los maridos que a la hija. Pero además tenía una hermana más pequeña
y que tenía que proteger.
La abuela de Ana murió ese verano. Su única protección
y veladora se había marchado.
Así tenemos a Ana entrando en una escuela lejos, muy
lejos, para estudiar técnico en veterinaria. Lo importante era pasar esos dos años
y medios y después pasar un examen de nivelación
para tener los doce grados cumplidos y entonces poder presentarse a
convocatoria libre a los exámenes de ingreso y aspirara la carrera de medicina.
Había que elaborar un plan. Había que pensar en esos exámenes
con años de antelación.Definitivamente Ana
no era buena con el inglés, había que dedicarle energía doble y esfuerzo
triple. Era como arar en el mar, y además había que ayudarla a sobrevivir. Ella,
su novio y amigos vendíamos yogurt, carne de cerdo, ropas, zapatos para lograr
sobrevivir y poder pagarle a la madre el cuarto. Y así pasaron esos dos años y
llegó la enésima dificultad: había que hacer dos años de servicio social.
Ese mes de mayo en que se graduó nos presentamos en el
ministerio de educación para pedir un permiso especial para que pudiera pasar
primero el examen de nivelación y tener el doce grado y después presentarse a
los exámenes de ingreso a la carrera de medicina. Allí nos dijeron que la carrera
de medicina las otorgaba el Ministerio de Salud Pública. Con el examen de nivelación
y después de valorar su caso fue autorizado. La entrevista con el Ministro de
Salud Pública fue imposible (además de
esa manía de querer picar alto siempre), pero nos atendió otro funcionario. Nos
escuchó y nos daría respuesta en unos días. Se demoraron tanto que casi llegaban las fechas de exámenes cuando
finalmente se le autorizó, pero nos habíamos preparado durante años y todo fue
un éxito.
Hace algunos años ya, y parece que fue ayer. Cinco años
de carrera, expediente de oro, acceso directo a especialidad. Escogió Ginecología
y Obstetricia. Cuatro años más, dos maestrías. Y un día no muy lejano vino a Cuba
una delegación del gobierno de Arabia Saudita, entre lo que querían era
contratar médicos cubanos, y mejor aún médicas para atender a sus mujeres en
una clínica que se construiría allí, en Arabia la de las mil historias donde la
mayoría de los médicos serian cubanos. Y la bendición de las bendiciones:
salarios altos que serían pagados en efectivo porque Arabia Saudita no quería enemistarse
con Estados Unidos usando canales de pago a través de los bancos.
Ana trabaja allí. Le es mas cerca ir de vacaciones a Paris
que a La Habana. Ya tiene una niña de tres años y su esposo es medico también. En
unos cinco años podrán irse a vivir a donde deseen con un buen capital y una
buena carta de recomendación. Por el momento solo quedan sobre la mesa dos
opciones: España y Cuba
Ella fue mi semilla, y hoy por hoy, siempre se emociona cada
vez que nos encontramos y me pide que le cuente , una y otra vez, esa primera
noche que nos conocimos y que no podía levantar la vista por la vergüenza de no
saber. . .y de lo que había sucedido en su casa con su padrastro la noche
anterior.
Dulce y endurecida Ana, un beso y mis mejores deseos.
Paciencia , más adelante le encontraran la lógica.
Gattaca es una película de ciencia ficción, y es una de las que más me gustan. Se desarrolla en un futuro cercano, en la frontera del tiempo de la ciencia cuando ya se comenzaba a poder tener hijos modificados genéticamente, es decir, los padres podían decidir el color de los ojos, la estatura, tipo y color de cabellos. Pero era todavía la frontera del tiempo, es decir, era un procedimiento caro, y solo los muy ricos podían hacerlo.
El personaje principal nace unos años antes de que este procedimiento fuera el habitual. A los pocos meses se le detecta una enfermedad del corazón. Pasó toda su infancia en hospitales o de cuidado. Al ir creciendo se volvió una obsesión el espacio, las estrellas, el viajar en una nave espacial y servir a la humanidad. Han pasado los años y muchos ahorros y sus padres deciden tener otro hijo. Esta vez van al seguro y recurren a la eugenesia. Querían un hijo sano, sin defectos genéticos y tuvieron otro chico, este perfecto.
Esta película es la historia de la perseverancia. Es la historia de la no aceptación de un destino escrito por otros, de que los sueños hay que perseguirlos y se tiene el talante necesario hasta morir arriesgar la vida por ellos.
Andrés fue mi alumno por tres años del preuniversitario. En esos tres años no perdió una sola décima en mis asignaturas. Su caligrafía perfecta, sin faltas de ortografía. Sus análisis libres de prejuicios me deleitaban como maestro. Y Andrés llegó con un sueño : quería ser diplomático de carrera.
Sus padres, ingenieros los dos, daban mucho énfasis en las asignaturas de ciencia. Cálculo, física, química e incluso biología. Lo distraían de su hábito de lectura de libros más allá de la ciencia. Y eso me extrañaba mucho. En cada reunión con los padres, cada último viernes de cada mes, era una delicia verlos orgullosos de las calificaciones de su hijo, saber que era el primer expediente de la escuela y posiblemente del municipio, pero había una sombra de preocupación en sus ojos. Hasta un día que me senté a conversar con ellos. Y tenia que ver con el futuro de Andrés.
El Instituto de Relaciones Internacionales es donde se forman los diplomáticos de carrera en Cuba. La matrícula es de solo veinte estudiantes de toda Cuba cada año. Los exámenes de ingreso no solo son escritos, sino también incluyen entrevistas, conocimientos de la realidad política del mundo, hay que saberse los nombres completos de los gobernantes del país y sus trayectorias y de al menos 30 países más. Literatura, música, pintura, y entonces exámenes escritos de lengua española, idiomas extranjeros (mínimamente inglés fluido), física, matemática, computación.
Y además de todo eso hay que tener una salud perfecta. Los estudios incluyen preparación militar, y el primer año de la carrera es en Guantánamo, haciendo rondas con los guardafronteras frente a la base militar de Estados Unidos. Un lugar lleno de minas terrestres de ambos lados y desde donde se intercambian disparos “perdidos” cada cierto tiempo. Es un lugar inhóspito donde no te puede dar asma, no puedes ser diabético o hipertenso, donde tendrás que mojarte durante días, donde tendrás que resistir inclemencias y durezas. No importa si eres chico o chica, debes ser un roble.
Pero esa es solo la razón primaria. Cuba, al considerarse hace mucho un país sitiado por más de sesenta años traslada eso a sus embajadas. No importan las guerras, los desastres naturales, las hostilidades en terreno enemigo (léase ataques de cubanos en otras partes del mundo) las embajadas cubanas nunca cierran, sus diplomáticos nunca abandonarán su embajada. Cada una de ellas, en sus sótanos, están preparadas para resistir por meses con avituallamiento de agua y comida, equipos de comunicación y demás. Así ha pasado siempre desde casi el comienzo de la revolución. Una embajada es la línea del frente. Sucedió así en Iraq, cuando el golpe de estado en Chile, cuando la invasión americana en Granada y muchas otras veces. ¡Y ay del que ose penetrar en una de las embajada!, se encontrará a personas dispuestas a todo, e insisto, a todo. El que abandone es considerado traidor a la patria, como un militar, y debe asumir las consecuencias. Y ciertamente personas enfermas son un problema en situaciones de crisis.
Y esa era la sombra en los ojos de los padres de Andrés. El sueño de su hijo era imposible: Andrés es diabético. Y de los que se inyectan insulina en los muslos. Desde pequeño aprendió a manejarse solo y nunca la consideró una limitación. Pero lo es.
Entonces en algún momento sus padres, algunos amigos y quien escribe esto nos sentamos a elaborar un plan para que el sueño de Andrés se hiciera realidad. Teníamos que ser muy cuidadosos, sobre todo en el último año de la preparación, en doce grado. Nadie, ni sus compañeros de clase, ni sus amigos nuevos podían saber de su enfermedad porque no se podría saber con antelación quien sería un competidor en esa carrera y pudiera usar la información. Mi trabajo sería por tres años. Prepararlo en las asignaturas de letras, en los idiomas (me encargaría del inglés y el alemán, y otro profesor particular del francés). Yo debía ser justo, estar en “perfil bajo” sin la tentación de ser demasiado benevolente, en realidad me volví un látigo ante cualquier error. Andrés se convirtió en una semilla que debía germinar en ocho años si todo iba bien. Tres años de preuniversitario y cinco de carrera. Como esas flores del desierto que esperan la lluvia quinquenal.
Sin embargo lo más difícil estaba por venir. Mantener el entusiasmo, dinero para poder pagar a profesores particulares de francés, cursos de introducción a la música y la pintura, mejorar la dicción, y lo más delicado comprar la salud. Aprender a comer y cocinar alimentos que no le perjudicaran en la diabetes. Cada detalle debía ser cubierto. Se necesitaban dos documentos: un certificado médico del comité militar que confirmara que se consideraba apto para ser miembro del ejército en el que se dijera que Andrés era completamente libre de enfermedades que pudieran comprometer su integridad física en situación de peligro o de condiciones ambientales peligrosas. Y finalmente el consentimiento de los padres ante notario confirmando todo lo anterior.
Fue caro y difícil. Pero lo logramos. Andrés terminó como el primer expediente de la provincia La Habana empatado con otros diez estudiantes. Era el único de los diez que quería esa carrera. La competencia nacional estaba por comenzar. Las entrevistas y exámenes se hacen dos meses antes de que cierre el curso porque se presentan muchos estudiantes y solo veinte en toda Cuba son escogidos cada curso , así los eliminados pueden presentarse en los exámenes para otras carreras.
Eso al menos para los hijos de Liborio (personaje de caricatura que se identificaba en los años cincuenta como el cubano pobre, de a pie).
Y Andrés entró en la universidad en pos de su sueño. Pasó todos los exámenes, estuvo en la frontera, y se graduó como expediente de Oro. No fui a la discusión de su tesis que fue durante la COVID. No lo permiten, pero en los agradecimientos de la tesis, al final, en la última línea dice: Gracias a Humberto.
Mediados de Febrero del 2022. Aunque el país ha
logrado sobrevivir a serios retos que todos decían que serían imposibles de
superar, se ha vacunado a gran parte de la población, incluido los niños, los
americanos cada vez tienen más poder aunque nos digan que pierden su
competencia con los chinos , la mayor parte de los cubanos realmente no están muy
pendientes de todo esto. Y a algunos sencillamente no les importa.
Para ellos la vida no tiene nada que ver con celebración
de la supervivencia sino más bien con poder llegar a fin de mes, lidiar con los
problemas cotidianos que han visto aumentado su número y ha surgido la categoría
de retos diarios que surgen en las casas y el trabajo. Es un escalón superior a
los problemas “normales” que ya teníamos.
La Habana es la ciudad más grande y donde en teoría hay
más oportunidades, pero quienes vivimos en ella tenemos que saber manejarnos con
los nuevos que van llegando, esa inmigración del interior del país, las tiendas
en monedas extranjeras, los que comienzan a vender sus propiedades y marcharse
del país “porque esto nunca va a mejorar” y encontrar en los mercados de viandas
comida de cierta calidad y a un precio razonable.
Para algunos el día comienza en la madrugada tardía,
las cinco de la mañana, y para otros en la noche. La vida oscura no es porque
se desarrolle en la noche, la vida oscura es la del delito. En Cuba no se
trafica con drogas o armas, se hace con alimentos, medicamentos, influencias,
boletos de avión, piezas y partes de cualquier cosa. La lista sería infinita, y
la noche es el mejor aliado.
Para los que nos miran desde fuera de Cuba nuestra
vida es miserable. Esto es alimentado por los que se van del país, para poder
quedarse a vivir en otros países deben pedir asilo político aun sin ser
perseguidos de alguna manera. Crean guiones, historias de persecuciones,
enfrentamientos inexistentes con policías, decomisos, secuestros por la “turba
comunista”.Pero realmente nuestra batalla
es principalmente en dos frentes: el cuidado de la salud y la búsqueda de
alimentos. Y ciertamente el deterioro de las condiciones de vida va abriendo un
tercer frente que es la seguridad ciudadana. El resto de las cosas de la vida
es casi inexistente. Sobre todo las buenas.
No obstante los cubanos no lo vemos como algo
extraordinario, a pesar de sufrirlo. Es algo cíclico que cada 10 años sufrimos.
En los setenta fue la primera gran crisis después de diez años de revolución y
casi 8 de bloqueo americano. En los noventas fue la segunda, y tan mala como la
de los años setenta , esta vez por la desaparición de la Unión Soviética y toda
la economía colapsó. Y esta de ahora que venia caminando por las medidas de
Trump el empujón al borde del precipicio fue la COVID.
De cualquier modo, dentro del caos general La Habana sigue
siendo donde mejor se vive , más que en cualquier otro lugar de Cuba. Es decir,
tiene los mismos inconvenientes y limitaciones que el resto de las ciudades
cubanas, pero sus ventajas son incomparables.
Los habitantes de esta ciudad ya no se dedican a
pasear por calles y plazas como hasta hace unos tres años. Ni tampoco a contemplar
sus monumentos revolucionarios. Todos corren el peligro de convertirse en
oxidados símbolos ideológicos sino se hace algo a tiempo.
¿Pero todavía hay tiempo? Pienso que sí, pero se deben
apurar. Ya en las mentes de muchos existe una ciudad hermosa y productiva que se vería
mejor sin esos símbolos. Y eso es peligroso y no solo por ser un sueño . Porque esos símbolos, que muchos
turistas vienen a observar y fotografiarse en ellos, son solo importantes en la medida en que
pueden considerarse el eco físico de quienes los crearon y vivieron por ellos,
mientras sean parte integrante de un entorno vivo y vitalmente desafiante.
Nosotros no somos un decorado de una propaganda, de un
documental, de una peli incidental, somos seres humanos que sufrimos y que de
vez en cuando nos convertimos en material de estudio para los ideólogos, los antiimperialistas,
los imperialistas, los chinos, los rusos, los americanos. Cada vez que sufrimos
estamos en las noticias. Cuando nos alegramos y tenemos triunfos casi nunca. Como
sucedió el pasado mes de Julio. Se alegraron tanto de que algunos rompieran
vidrieras, de que estuviéramos tan mal y tan desesperados que hiciéramos el
trabajo sucio de los que vendrán después a disfrutar y privatizar, de los que
huyeron cobardemente y nos empujan a inmolarnos. Nunca nos han mirado a los
ojos y nos han ayudado esos mismos que se alegran en muchas ocasiones de
nuestras epopeyas, porque lo son.
Hablo en primera persona, soy uno de esos que quiere
tener una vida sencilla, pero valiosa. Soy de esos que no tiene una voz que
trasciende la frontera porque se limita a un aula y 40 alumnos cuatro veces al día.
Cuba es la suma de los cubanos. La Habana es un
hormiguero desbordante de personas que hoy en día salen a buscar alimentos como
prioridad y que llegó a parecer hace solo unos meses como una ciudad
ingobernable. Y sin embargo todavía es una ciudad con un dejo de optimismo.
En La Habana algunos se esfuerzan por ser libres sin
tener que marcharse. Los que tienen un poco de dinero tratan de buscar la
rendija que les permitirá prosperar, e incluso algunos cubanos que han estado
lejos y han sufrido experiencias difíciles en otros países planifican regresar
con un poco de dinero.
Aunque nos quejamos en muchas ocasiones de nuestro
destino, hay muchos habaneros que conservan sus lealtades con la familia, con
sus padres, con su tierra y rara vez se resignan. Y tenemos la convicción que a
pesar de no estar en el centro del universo económico o político debemos dar lo
mejor y luchar con uñas y dientes por una vida mejor, para nosotros y los hijos
de los hijos.
Este año que
recién terminó fue sorprendente por una razón especial. Algunos de mis alumnos
de los últimos 10 años se graduaron en la universidad. ¿Imaginan que alguien a
quien hemos dado clases hace cinco o seis años te recuerde el día de su graduación
o que te dedique una línea de agradecimiento en la defensa de su tesis? Es algo
muy sorprendente, a pesar de que me viene sucediendo más y más cada año.
Este año no
pude ir a sus defensas porque por la COVID no se permitían muchas personas en
los teatros o aulas donde se defendían las tesis de graduados. Solo sus profesores
y familiares.
Enseñar es
como sembrar en las épocas en que no había el desarrollo de hoy en día. Recibes
las semillas y cuidas de ellas, aunque no todas germinan. No todas las que
germinan alcanzan el mismo tamaño, y todas no darán frutos grandes y jugosos. Pero
lo importante es que germinen. Y siguiendo con estas imágenes, ¿Qué es lo más difícil
de lograr? Que la semilla que sembramos se convierta en una planta vigorosa ¡y
pueda caminar!
Hay dos
profesiones a las que considero las más importantes: el agricultor y el maestro
(cualquier nivel). Y sin embargo son de las peor pagadas en general.
No importa
la materia que se imparta, es necesario enseñar la importancia de la tierra y
la trascendencia de la vida que sale de ella. Los niños y jóvenes necesitan
quien les mueva a menudo la compasión en el pecho, y las lágrimas en los ojos,
y motivarlos a ser generosos: porque por maravillosa compensación aquel que se
da, crece; y el que se repliega en sí, y teme compartirlos con los demás, y
sólo piensa avariciosamente en si mismo, lleva en el pecho todas las canas del
invierno, y llega a ser por dentro, y a parecer por fuera, un insecto.
Los maestros
notamos ,cuando damos clases y las semillas comienzan a germinar, que esos niños
y jóvenes crecen de una manera visible, crecen cuando aprenden algo, y cuando
han hecho algún bien.
Hoy que
parece que casi nadie es feliz, que las luces parecen distante para todos
porque eso que llaman felicidad está en una ciudad o un país lejano donde hay
abundancia material y todos ríen ante las cámaras, es bueno recordar que la
felicidad se la conquista con el ejercicio de la razón, el conocimiento del
universo, y la práctica de la generosidad. El que la busque en otra parte, no
la hallará. Eso lo saben aquellos que solo han encontrado el verdadero sabor de
la felicidad después de haber gustado todas las copas de la vida.
Pero, no debemos desestimar la
importancia de la prosperidad material porque se necesita ser próspero para ser
bueno. Y el único camino hacia la prosperidad constante es el conocimiento, y aquí
caemos nuevamente en la base que dan los maestros. El conocimiento en si mismo,
como la naturaleza, no tiene celos, no tiene odios ni miedos como los hombres.
No cierra el paso a nadie, porque no teme de nadie. Son los hombres los que se vuelven
celosos y egoístas a la hora de compartir.
Lamentablemente
la mayor parte de los hombres pasan su existencia dormida sobre la tierra.
Comen y beben, pero no saben de si mismos. Entonces los maestros nos
enfrentamos, consciente o inconscientemente, a una cruzada para revelar a los
hombres su propia naturaleza, y para darles la independencia que fortalece la
bondad y ser alguien viviente-consciente en el magno universo.
Recuerdo
cuando hice mi servicio social en las montañas¡Qué alegría el de los niños cuando veían llegar al
maestro que les enseñaba lo que no sabían! , y así en vez de acerca de crías y
cosechas se hablaba de lo que el maestro enseñó, de las máquinas que existen
lejos, del océano y sus animales.
Pero en la
ciudad es diferente. Aquí a veces los
maestros debemos convertirnos de pedagogos en conversadores. En fin, ciencia y
ternura, maestros medio científicos y misioneros, porque cuando se falla en
esto se crean pueblos vacíos.
Porque ya lo
dijo un maestro, El Maestro de Cuba, hace mucho tiempo: Ser culto es el único
modo de ser libre.
Es decir, puedo
ser libre viviendo en condiciones adversas y lo opuesto viviendo en otras tierras a
las cuales se escapa o se viaja buscando lo que solo puede existir en el
interior, cuando se sabe quien eres y donde están tus raíces. Solo así se puede
uno dar, y aportar a donde quiera que vaya.
Otro año de
resistencia. Otro año de sacrificios por algo tangible a veces, pero la mayor
parte del tiempo por algo intangible, casi utópico. Y creo que este año, como
nunca en los últimos veinte años, hemos comenzado uno nuevo agotados,
exhaustos.
En la década
de los 1990 fue algo peor en muchos aspectos, pero el mundo era diferente, no estábamos
tan conectados, no había tanto flujo de información, estaba Fidel Castro, no había
turismo, estábamos todos juntos y no se habían marchado tantos.
¿Qué pedimos
o deseamos los cubanos en este 2022? Es algo complejo responder a esta pregunta. Tan
complejo como la sociedad cubana misma, como el sistema político cubano y lo que
le dio origen, como lo que lo mantiene en un estado de sitio constante.
He hecho una
encuesta y hago un pequeño resumen con algunas de las demandas o sueños que más
se repetían. Reconozco que les di más importancia a personas con cierto nivel
educacional, pero también he de reconocer que son los precisamente menos
educados y sus deseos y aspiraciones los que de manera violenta pueden hacer
que la Historia gire en un sentido insospechado.
El orden no
es de importancia.
1)Poder vivir del salario. Y no estamos
hablando de viajes y compras de lujo. Estamos hablando de un salario que sirva
para algo más que comer. Hace mucho que la mayoría de los cubanos no pueden
comprarse un par de zapatos, regalarse una prenda de vestir nueva, hacer unas
vacaciones.
2)Necesitamos profesionales. . .mas
profesionales. Desde la policía hasta los ingenieros. Da la impresión que hay
un inmovilismo excepto cuando el gobierno incita mediante campañas o estamos en
peligro como en la pandemia de COVID. Todo lleva el toque de la desidia: los
edificios mal pintados, productos comestibles adulterados y con precios de
primera, calles mal asfaltadas, prioridad de la política sobre la vida
sencilla. Obstáculos y obstáculos ante cada gestión ante cada paso hacia la
prosperidad o una vida normal.
3)Una labor diplomática más fuerte para
lograr que el bloqueo americano sea levantado. Sentimos que no es suficiente lo
que se hace, lo que lleva a que en las mentes de algunos se piense que es hasta
conveniente para mantener el estatus de inmovilismo. Poderosos aliados que nos
deben mucho en cuanto a influencias y apoyos no están contribuyendo ni ayudando
a Cuba en la dirección esperada. Hacer declaraciones, marchas, votaciones en la ONU han demostrado ser
ineficaces.
4)Reforma en el sistema de educación en
cuanto a algunos temas que mejorarían la calidad de lo ya logrado. Hoy en día los
niños y sobre todo los jóvenes deberían salir de los doce grados de educación con
dominio amplio de temas como educación financiera, salud mental (manejar la
ansiedad, la depresión, etc) los nuevos elementos que van surgiendo en la economía
desde las criptomonedas , las PYMES, los impuestos y su uso), gestión del
tiempo (manejarlo mejor para optimizarlo en una época donde todo parece ir a mayor velocidad) y
finalmente en algo tan importante como la ética y los actos de bondad necesarios
para que esto que hemos vivido en los últimos dos años con aprovechadores y
especuladores se elimine y no se vuelva a repetir, y hacer una sociedad donde
no sea necesario la movilización de las fuerzas del orden para lograr la paz
social
5)Mejora en el sistema de transporte
(mucho que ver con el punto 3)
6)Desaparición definitiva de las desigualdades
reales, digamos que los rezagos del capitalismo como los de los tiempos del
socialismo. Hay cosas que ya se suponen que no deban existir en un país donde
se supone que se hizo una reforma profunda de la sociedad. Hablo de barrios
marginales, hablo de personas sin alcantarillado o un solo bombillo en toda la
casa, hablo de personas sin agua corriente.
7)Unas ciudades más habitables. La
Habana es bonita en el casco histórico, Miramar, quizás el Vedado y Playa y
algunos repartos muy específicos. El resto es feo, despintado, sin cines y
restaurantes, sin parques, sin sistema de transporte, con una sola tienda si es
que la hay. Esto incluye un orden y planificación física mejor donde los ciudadanos
no hagan cerramientos y todo tipo de reformas sin los permisos o corrompiendo a
funcionarios.
8)Que nos den acceso al mar. Desde un
punto de vista realista nuestro acceso al mar es a las playas y al malecón. No podemos
tener embarcaciones, en lugares turísticos los cubanos no podemos navegar en
catamaranes o yates. Pregúntenle a un cubano promedio cuánto hace no ya que no
come un marisco, sino un simple pescado. El mar en esta isla es un elemento
decorativo o un muro de contencion cuando debería ser una fuente de diversión, alimentos, recurso de
embellecimiento de la ciudad y el espíritu de las personas. ¿Qué mejor imagen
para ilustrar esto que un muro de cemento gris y enmohecido de casi 9 kms de
largo sin un uso moderno y practico?
Hace algunos
años fue la primera vez que vi a nuestro actual presidente en televisión. En aquel
momento dijo algo que no he olvidado y que por eso creo que es alguien
comprometido con lo mejor para su pueblo. En aquel momento dijo que a pesar de
los esfuerzos que se habían hecho (dentro del omnipresente bloqueo americano) él
sentía que había una deuda que el gobierno cubano no había podido saldar con su
pueblo: el bienestar material.
¿Qué es para
nosotros el bienestar material además de todo lo anterior que he enumerado? No estamos
hablando de riquezas ni de lujos. Estamos hablando de los electrodomésticos, de
la ropas adecuadas al clima, de celebrar carnavales como los de antes (cuando
ya existía el bloqueo), cumpleaños y éxitos otra vez como antaño, de tener
helado y confituras en casa, de poder viajar con nuestra economía los que
puedan, de poder renovar y pintar nuestros hogares, de poder tener buenos
colchones y zapatos que es sobre los que pasamos la mayor parte de la vida.
¿comprendemos?
Si, comprendemos. ¿Nos sacrificamos por un ideal? Sí, nos sacrificamos, y desde
hace mucho. Pero hasta ahora la luz al final del túnel no aparece y cuando en algún
momento ha parecido que por fin ha llegado, resulta que ha sido la luz del tren
que nos ha atropellado.
Si algo ha sido notable en este 2021 que se ha ido es la contradicción del mundo contemporáneo en cuanto a valores. Los que se declaran y no se defienden, los que se defienden y no hace falta declarar porque se llevan en la sangre, heredados de padres a hijos.
Esta contradicción de valores dicta el presente de naciones enteras en el mundo. Sus ciudadanos luchan por mantener algunos de ellos que consideran vale la pena conservar ante el ataque de la modernidad y el dinero, antes de que sea demasiado tarde y los jóvenes pierdan la conciencia de a donde se encaminan y lo que está en peligro.
En el caso de Cuba se le pide que renuncie a algunos de los valores que la han guiado en las últimas décadas. Se le pide asumir otros que casi todo el mundo civilizado está convencido que son correctos, o al menos normales en la sociedad contemporánea, y que no tenerlos va contra la libertad individual. En este 2021 se nos acusó de estado fallido, de apoyar el terrorismo, de reprimir la libertad individual y en fin, uno de los parias en la comunidad de naciones He aquí algunos de los requisitos que se le exigen a los cubanos para ser considerados personas civilizadas como el resto del mundo:
. Científicos graduados en universidades europeas y americanas, y los que ya existen graduados en el país que sean reciclados para que así piensen y se califiquen en estándares internacionales más acordes con el mundo moderno.
.no colaborar con el narcotráfico internacional (recordar que para Estados Unidos y Europa los dirigentes de izquierda son narco dictadores)
.una sociedad libre de delincuentes, asaltos, armas para que Cuba sea un país seguro y los turistas puedan caminar libremente por las calles.
.Transporte de calidad y eficiencia (¿bloqueo?)
.Flota pesquera, agricultura de primer nivel, (¿bloqueo?)
.servicios médicos equivalentes a los de Europa y Estados Unidos (cosa asombrosa considerando que ellos mismos reconocen que es el error médico la tercera causa de muerte en la nación norteña desde al menos 1994 que se comenzó a llevar la estadística)
.Libertad de prensa donde no hay cantantes, raperos, informáticos, intelectuales y demás presos por expresar sus opiniones
.Tiendas repletas de productos sin inflación y donde todos al menos tenga la posibilidad puedan comprar desde un buen jamón hasta un mercedes Benz
.gobernantes no corruptos y que vivan modestamente como el ciudadano más pobre del país
. un lugar olímpico por encima del 10mo lugar porque un 15 entre 180 países no es suficiente
. Ganar mas olimpiadas de ciencias, matemáticas y letras en todos los niveles de la educación.
.Tener casinos y prostitución legales
.Cuba debe dejar de apoyar el terrorismo, es decir, a los pobres del mundo que luchan por sus derechos e igualdad, por ejemplo dejar de apoyar a los palestinos.
Y faltan otras, pero para terminar debemos decir dos cosas:
1) Maldito enemigo que me acusa de las consecuencias de sus terribles acciones
2) Cuba nunca será considerada lo suficientemente buena o merecedora del perdón a menos que regresemos al sueño de los mafiosos que comenzaron a llegar a la isla en los años 1950s: convertir a Cuba en el Monte Carlo del Caribe. Suena bien, pero cuando se leen los planes y los pasos a seguir elaborados por ellos ya es otra cosa, por algo ni tan siquiera lo grandes paises capitalistas de América lo han intentado.
Muchas veces me preguntan si en Cuba se censura internet. En general no, solamente sitios donde se hacen noticias mayoritariamente falsas específicamente sobre Cuba.
Al menos yo que manejo varios idiomas visito los sitios mas increíbles, incluso de extrema derecha, periódicos desde Estados Unidos a todos los de Europa y lo que me he encontrado ha sido que es mas bien los usuarios que estamos en Cuba a los que no nos dan acceso o a los servicios que todos en otros países tienen.
Incluso Google borro' 150 artículos de mi blog en Ingles para promocionar mis servicios de guia de turismo en Cuba.
No podemos acceder desde Cuba TIKTOK, no tenemos acceso a ciertos servicios de Facebook que se mantienen básicos para Cuba. Y solo les pongo unos ejemplos con estas fotos, mayoritariamente de Instagram.
¿Quiénes son los hombres más peligrosos del mundo? Los que
tienen conciencia de la clase social a la que pertenecen. Por eso un Donald
Trump, un George W. Bush, un Joe Biden e incluso un Barack Obama por muy
diferentes que puedan parecer son hombres peligrosos para los pobres del mundo,
incluso los no tan pobres.
Por eso los líderes del tercer mundo que responden a los
intereses de los pobres son muy peligrosos para los ricos.
Incluso se pudiera ser más amplio: Son peligrosos para las sociedades ricas
pues el estilo de vida actual de cada europeo, canadiense, americano,
australiano, japonés , etc estaría en serio riesgo si en el tercer mundo
cambiaran las reglas del juego económico del mundo.
De ahí vienen los ataques y el tratamiento denigrante, la
creación de falsedades, de los que han logrado llevar a los pobres, los
obreros, por el camino de revoluciones o al menos en la consecución de derechos
que por cierto hoy nos parecen algo común. Cada país y época han tenido los
suyos así que no me engarzaré en una lista.
Por eso las grandes compañías, los gobiernos de los países ricos secuestran conceptos como democracia, orden mundial y
derechos humanos. Por eso también tratan de controlar las vidas mediante las
redes sociales, la televisión, los anuncios de una vida mejor basada en un
sueño irrealizable, injusto con la humanidad o demasiado costoso para los que
están fuera del “core”.
Pero, ¿hay algo malo en querer vivir bien o tener dinero y ser de izquierdas?
Ciertamente no, aunque no debe ser a cualquier costo, supongo. Pero quizás
suponga mal.
¿Cuál es la peor pesadillapara un líder de izquierda comprometido con la clase social de los
trabajadores? Que los trabajadores voten en las elecciones por un candidato de
derecha, tal cual ocurre frecuentemente hoy en día. Es como si los insectos
votaran por el que produce el insecticida. Una vez que la oligarquía
logra éxitos como esos ya se puede decir que nuevamente estamos al borde de una
gran catástrofe y solo resta sentarse a esperar.
Uno de los exámenes
ha llegado. Ha pasado mas de dos años de nuevas experiencias, de lecciones. ¿Las
hemos aprendido? ¿Hemos meditado sobre ellas? ¿Nos merecemos regresar a la vida
que teníamos antes?, digo, los que vivían muy bien seguramente la anhelan de
vuelta. Otros no tanto, muchos y más de lo que imaginamos desearían que las
cosas cambiaran radicalmente para ver si sus vidas, dios o el universo le dan sencillamente
otra oportunidad, un respiro.
Todo aprendizaje
antes de dar un resultado pasa por una evaluación, un examen. Pensémoslo, así
ha sido siempre. Desde la última vez que el bebe’ cae antes de dar seguro su
primera caminata larga, hasta su examen final en la universidad, antes de
lanzarse al mundo del trabajo. De cada uno de momentos como esos depende un
futuro. Cada cierto tiempo surgen las pruebas que nos muestran si realmente
estamos listos para saltar a un nivel superior o sencillamente fallamos y
regresamos a un nivel inferior.
Eso es así a
nivel individual y de especie.
Miremos a
nuestro alrededor en estos momentos. ¿Cómo ha respondido el ser humano? ¿Ha
compartido en su mayoría las soluciones? ¿Se ha preocupado por los necesitados,
los débiles o los más pobres? ¿Esta’ dispuesto a hacer sacrificios por su casa
(su planeta)? ¿Es compasivo? ¿Vale la pena para la naturaleza (dios para otros)
dejar que los seres humanos sigan siendo la especie dominante en un planeta
maravilloso?
Quizás solo
hemos sido otro intento fallido. ¿Nos gustaría que gente como nosotros mismos
llegaran a nuestro planeta?, o al menos que ESOS que tienen los recursos para la conquista del espacio sean los que lleguen a otros planetas, por ejemplo.
Miremos,
observemos, analicemos lo que sucede ahora mismo. ¿Tenemos alguna posibilidad
de pasar el examen?
Les dejo la
respuesta
Ya tenemos vacunas, a algo que dicen que lo es, pero ese no es el examen. Seguiremos adelante en unos meses o unos
años, y nos regodearemos en el triunfo. Lo que me pregunto es si el triunfo
sobre un virus es lo importante, o es solo lo superficial de algo más profundo
y de cuyo resultado dependía nuestro real avance hacia soluciones que nos llevarían
un paso más adelante hacia la resolución de otros misterios, miserias humanas y problemas importantes.
Hace algún tiempo, conversando por whatssap con un amigo español intercambiábamos sobre paginas webs interesantes. Yo me quejaba un poco de lo cara que era internet en Cuba , pero asi y todo el amigo no salía de su asombro de que tuviera acceso a ciertos sitios. Le explicaba que todas las mañanas me levantaba sobre las 6 am para tener tiempo de leer las noticias del día. Ya en la mitad del mundo gran parte del día había transcurrido, así que siempre hay mucho que leer. Estoy suscrito a las versiones digitales de periódicos de varios países. De Estados Unidos leo el New York times, Washington Post y Miami Herald, de España El Pais y de las agencias de noticias casi todas accediendo desde Twitter (BBC, CNN, Reuters, AFP, etc). por no hablar de sitios tan interesante como TED TALKS.
El asombro venia porque se suponía que todo acceso a información de la llamada prensa libre estaría bloqueada en Cuba. Y realmente no es asi, solo hay algunos sitios bloqueados y son los que consuetudinariamente lanzan noticias falsas o rumores de la realidad cubana.
Y realmente a veces hay que hacer acopio de paciencia. Pero siempre me asalta la duda , sobre todo en los últimos tiempos, sobre la profesionalidad y veracidad de esas fuentes de noticias , pues considerando las falsedades y calumnias que dicen de Cuba , ¿no será igual de otros países, personajes o realidades?
Pongamos un ejemplo recién.
Mientras en La Habana se desarrollan coloquios y se entrelazaban voces de académicos cubanos y españoles para ponderar una aventura literaria que enaltece una relación de identidad esencial, el diario El País emitía un editorial bajo el título “La cerrazón cubana” y decia: “El acoso represivo de La Habana contra la disidencia pública ancla al país en el inmovilismo retrógrado y antidemocrático”.
Mientras comienza el festival de cine latinoamericano, mientras en los mismos días el Ballet Español de Cuba, bajo la dirección de Eduardo Veitía, se afanaba para ultimar detalles de la temporada de estreno del espectáculo Ascendencia hispana, en el Teatro Nacional, el editorialista del citado medio echaba a rodar una especie de “bunkerización del régimen” cubano y de “su antediluviano inmovilismo”.
Todo porque se les había echado a perder el espectáculo que tenían montado para festejar la marcha que nunca existió el 15 de noviembre, es decir, el frustrado estallido social que debía, si no derrocar, al menos poner en crisis al gobierno cubano y abrir las compuertas de la restauración capitalista.
El País se preparó para reportar el caos. Siguió paso a paso la convocatoria de la marcha, focalizó y elevó a primer plano el protagonismo del “agente de cambio”, y montó una cobertura por horas y minutos de lo que sucedería entre el 14 y el 15 de noviembre a lo largo y ancho de la Isla.
Que lo hagan ABC o El Mundo, no sorprendería tratándose de medios conservadores, pero El País, que presume de representar una equilibrada posición centrista debía ser consecuente con su equidistancia, aunque sabemos que esto último no pasa de ser un eufemismo. Basta con recorrer todos los artículos sobre Cuba de la publicación para que salten a la vista la regularidad de informaciones y valoraciones que tienden a apuntalar la opinión de que el cambio de Cuba hacia el capitalismo es lo que corresponde. Apertura en ese discurso equivale a rendición, reformas; a renuncia, libertad; a sujeción. Pero además, ¿Para quién escriben? ¿Para los que se fueron “por razones personales” y viven como parásitos recibiendo beneficios de sociedades sin enemigos económicos o políticos? ¿Los españoles pueden cambiar la realidad de Cuba? Es muy confuso todo
En fin, El Pais ha dado tribuna a los llamados disidentes y opositores, y hasta alguno de ellos han sido acogidos como columnistas. Después de tal acogida a lo más reaccionario no es de extrañar que el centrismo de El País haya derivado a una posición beligerante, que en el caso de la convocatoria de la marcha animó expectativas que se fueron de manera humillante por el tragante. De la frustración del equipo editorial dio cuenta el titular que calzó la cobertura especial del 15 de noviembre: “La Habana amaneció este lunes tomada por agentes de policía y de la Seguridad del Estado ante la convocatoria de las protestas. El Gobierno ha declarado la manifestación ilegal y mantiene a opositores y periodistas sitiados en sus casas. Continúan las detenciones de críticos”.
No puede ser más lastimosa la falta de objetividad de un periódico que alardea de ser serio que se suma a un paisaje que solo existió en la imaginación de corresponsales y fuentes periodísticas reflejadas. Nunca, ni de lejos, La Habana fue una ciudad sitiada, ni hubo detenciones como las que notificaron siguiéndole la pista a un grupito de cubanos pagados por agencias federales de EE.UU., ni nada por el estilo. Parece que la redacción de El País confundió La Habana con alguna ciudad colombiana o sudanesa, o con las urbes europeas que ahora mismo viven jornadas de protestas masivas.
Lo único evidente es que El País juega a ser un actor de peso en el diseño de la Cuba que quiere Washington, Miami y los predios neoliberales de España. Una Cuba que dejó de ser hace buen tiempo colonia y que seguirá queriendo a la otra España.
Lo realmente inadmisible es la intromisión en los asuntos cubanos de la dirección del diario. Ya no se trata de columnistas dando una perspectiva de una realidad ajena sino de una opinión editorial que se permite pontificar y dar recetas como estas:
Tras décadas de cerrazón, resulta evidente que los gestos de apertura no
prosperarán sin el apoyo decidido de una comunidad internacional que permita al
régimen que preside Miguel
Díaz-Canel revisar su deriva, liberar a los presos y permitir la discrepancia. Es necesario el concurso de Washington, la
gran potencia de la zona, para superar su anquilosamiento punitivo y, al igual
que hiciera Barack Obama, buscar vías que permitan recuperar espacios de
libertad. Desde el ángulo europeo,
España dispone de un puñado de cartas que le permiten jugar a fondo en favor de
dinámicas de apertura y flexibilidad. Más allá de los intereses geopolíticos de cada actor, el avance hacia la democracia
en la isla habrá de hacerse con el criterio y la participación de una población que hoy vive en condiciones
graves de penuria económica y desamparo político.
Las negritas son mias, son las palabras que huelen a colonialismo.
El mundo unipolar donde los gringos controlan el planeta se está acabando, vamos rumbo a una multipolaridad donde el poder global reside en distintos Estados y/o bloques y cuando el imperialismo dominante está en declive lo primero que tiene que asegurar es su “zona de influencia”. Quien promete felicidad para el mundo basado en los matices que tienen los políticos yanquis les miente abiertamente.
En el trascurso de estos años de pandemia, con la hostilidad de Estados Unidos en todos los frentes, sin poder comerciar e incluso poder comprar medicamentos por ambas razones nos preguntábamos dónde estaba el cariño de España hacia Cuba, y no solo, incluso hacia América latina. España no usó la posibilidad de ser un puente entre nosotros y Europa, ni entre nosotros y nuestro enemigo histórico , no, ni tan una medicina, ni una jeringuilla, ni una defensa en foros internacionales para poder recibir vacunas, y sin embargo reacciona a cuanto delincuente asalta las tiendas en Cuba y los declara disidentes, cuando en realidad debería investigar y como consecuencia denunciar todos esos elementos externos que contribuyen a la miseria del pueblo cubano más que apoyarlas de manera directa e indirecta.
Menos mal que una cosa es la España de los políticos y otra la de su pueblo que sí tiene simpatía por el pueblo cubano. Lo que tememos es que periódicos de tanto prestigio e influencia vayan envenenando la mente del pueblo español y los que deberíamos ser aliados naturales en tantas cosas nos demos la espalda con desconfianza. Lo que se debe tener claro es cuál debe ser la posición de cualquier persona de bien, que entiende que no se puede naturalizar la imposición de un Estado por sobre el resto, simplemente por la cantidad portaviones que posee.
Todo lo que se dice que es muy difícil, usualmente , al quitarle la hojarasca , es en realidad muy sencillo.
Y eso lo vemos, por ejemplo, en la política y la "Ley" de los dos Círculos.
Si usted es gobernante de un país y este en verdad le interesa solo debe tener en mente esta "Ley".
Dos círculos. Uno representa los intereses del país. El otro los intereses políticos del gobernante (o del partido que gobierna). Nótese que son dos intereses (círculos) diferentes.
Mientras mas superpuestos estén estos dos círculos es mejor para todos porque eso quiere decir que los intereses del Gobernante son los mismos del País. Casi nunca esto sucede al 100%.
A medida que los intereses del político de turno (un turno que puede ser largo o corto) se distancian de los del país menos área de coincidencia tendrán ambos círculos.
Y cuando vemos dos círculos, pues nada, el país se va por el tragante. Solo importan los intereses del gobernante.
Esto es un poco en broma y un poco en serio, pero tiene su lógica, ¿ no es verdad?
Cada cierto tiempo escribo
sobre cómo me siento. Es de suponer que estos dos últimos años no han sido
buenos. Nuevamente nuestra condición de persona, de buen ser humano ha sido
puesta a prueba. ¿acaparar medicinas y alimentos o compartirlos? ¿Buscar y
ayudar o mirar al otro lado? Nadie puede imaginar lo difícil que es vivir en
una especie de zona crepuscular de la mente. Eso es Cuba.
Hay cubanos que no olvidan la
gratitud, durante la lucha por sobrevivir todos estos años hemos sido ayudados
por hombres comunes y por hombres casi ángeles que nos han permitido hacer
cosas tremendas, servir de ayuda a su vez y poder dar lo mejor de nosotros. Por
eso al final del día algunos cubanos agradecemos no solo a lo divino sino
también a los amigos. Quizás algún día, en esta u otra vida, podremos repartir
la recompensa o la alegría.
Hay cubanos que hemos luchado
mucho y duro por la libertad de nuestro espíritu y por bañarnos siempre en el rio
de eventos que corren en nuestras vidas. No siempre hemos sido libres de
elegir, porque también las decisiones costaban el aislamiento social o
incluso la libertad física, y aun hoy, aunque menos. Cuando más jóvenes esas decisiones
se toman con valor y cierta locura. Con el tiempo se van viendo las cosas más
claras, los lazos creados y las consecuencias para familia y amigos, y
aprendemos a distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.
Hay cubanos que hemos
aprendido de los enemigos, los cercanos y los que están en otros países. La
lucha ha sido larga y a medida que avanza, década a década descubrimos que ni
la ideología ni las armas son suficientes para vencer, para eso hace falta la
experiencia y un corazón limpio.
Lo más difícil ha sido el
crecimiento de la mentira y la trampa como excusa de supervivencia, como un
arma para lograr un objetivo. Muchas veces hemos perdido las fuerzas, pero
sabemos lo que queremos en lo individual y no necesitamos a los tramposos y mucho
menos darle explicaciones a los aprovechadores cuando reciban el castigo,
siempre las excusas para el ladrón y el especulador serán las del sistema político,
pero un buen ser humano no roba ni estafa a su hermano que también sufre.
Los cubanos hemos luchado
unos contra otros. Creo que casi todos los países han sido así, pero los
mejores cubanos no han sido dominados por las tormentas del alma y la existencia,
hemos tenido la fuerza para vencer las dificultades y seguir adelante. No
obstante han surgido cubanos que han desafiado a sus propias familias y amigos
y los provocan para una batalla en que nadie ganará. Es necesario mostrar que
la ilusión no debe vencer a las ideas claras. Los cubanos del gobierno deben
aprender que cuando sus compatriotas lo desafían en realidad están queriendo
conversar, y todavía no somos buenos conversando unos con otros.
Algunos cubanos han sufrido
mucho por décadas por cosas absurdas y también por otras muy relevantes.
Algunas de las cosas hechas nos hicieron sufrir más de lo necesario. Las
familias se han alejado y han muerto sin verse nunca más, algunos han pedido la
muerte, algunos han colocado bombas. En ambos lados muchos han perdido el
tiempo y hasta la vida por causa de una mentira. Pero al pasar el tiempo uno
aprende a arriesgarse por algo que vale la pena, se lo que sea para cada cual,
pero que nunca deberá ser lo material, lo mezquino e irracional.
En mi caso muchas veces hago
cosas fuera de lo común. Puedo bailar en la calle, mientras espero a un amigo,
mirar los ojos de un desconocido y preguntar de su vida, defender una idea que
puede parecer ridícula. Me alegro siempre con nuevos descubrimientos. Muchas
veces he salidodel combate. A veces
trato de pasar mis días intentando representar el papel que los otros escogieron
para mí, aunque pese, escogí la senda por
donde camino ahora y no tengo motivo para protestar.
Muchos cubanos ya tuvimos alguna vez miedo de entrar en
combate por nuestra libertad individual. Muchos cubanos ya recorrimos un camino
que no nos pertenecía. Ya sufrimos por cosas sin importancia y muchos han
fallado en sus obligaciones espirituales que nos hubieran salvado de muchos
errores costosos. Muchos cubanos dijeron sí cuando querían decir no.
Los cubanos que dijeron que sí
porque su corazón se los mandaba han sido humanos especiales. El camino que escogieron
incluye el respeto por todo lo que es pequeño y sutil. Y supieron siempre el
momento de tomar las actitudes necesarias para comprender que acumular amor
significa suerte, acumular odio significa calamidad.
Debido al aislamiento que
hemos sufrido el mundo no sabe las cosas que hemos pasado o hecho los cubanos. Y
si lo saben es a través de prensa tan parcializada en contra que incluso les
hace creer a algunos cubanos que están equivocados. Pero nosotros fluimos como
el agua, y como el agua jamás podemos ser quebrados por un martillo, ni heridos
por un cuchillo. Todas las almas de los cubanos que han dado sus vidas por
enseñar y curar, por defender dignidades ajenas y propias, en estas y otras épocas
son como un manantial, que frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo
la fuerza de los otros ríos que encuentra hasta lograr el objetivo: el mar.
Porque los cubanos no
permanecemos indiferentes ante la injusticia, sabemos que todo es una unidad, y
que cada acción individual afecta a todos los hombres del planeta. Por eso,
cuando presenciamos el sufrimiento ajeno y nos piden ayuda, usamos la espada para
poner las cosas en orden. Lo hemos hecho en África, América Latina, Asia. Es
decir, donde viven los pobres del mundo. Y ciertamente eso no lo entienden ni perdonan muchos.
Creo que soy un cubano atípico.
Muchas veces me desánimo y siento que nada consigue despertar la emoción que deseaba.
Muchas tardes y noches debo permanecer manteniendo una posición conquistada sin
que ningún acontecimiento nuevo me devuelva el entusiasmo, pero cuando menos lo
esperaba se han entreabierto nuevas puertas. Las puertas nunca se me han
abierto del todo, pero al menos entra algo de luz y aire fresco, y al menos siempre
mantengo mi corazón limpio de sentimientos de odio. Pero sé que el acto de
perdonar no me obliga a aceptarlo todo; no
puedo bajar la cabeza, pues de hacerlo perdería de vista el horizonte. Acepto
que los adversarios están allí para poner a prueba mi bravura, mis capacidades.
Ellos me obligan a luchar.
La mayoría de los cubanos mantienen
las lecciones del pasado en mente. Recuerdan algunos de sus peores capítulos:
masacres, esclavitud, golpes de estado, prostitución, anexionismo, y también sacrificios,
oscurantismo. Y vimos a mucha gente abandonar la búsqueda por no poder
responder a esta pregunta: ¿Cuál es el camino correcto? La mayoría de los
cubanos no tienen dudas pues siguen la fórmula infalible: "Por los frutos
conoceréis al árbol", dijo Jesús. El que sigue esta regla, no yerra nunca.
Los cubanos hemos aprendido
importantes lecciones, pero a veces se nos olvida estudiar a profundidad el
alma humana, a los que nos precedieron y nos confiamos. Pensamos que ayudar a
los pobres y oprimidos es suficiente. Pensamos que educar y sanar es suficiente,
pero no. De las cloacas de la sociedad emergen cada cierto tiempo los que no
quieren participar en el crecimiento humano, los que se aprovechan de las
necesidades de los demás, los que recorren el camino “más fácil” dejando tras
de sí un mar de víctimas. Pero también dejamos de responder preguntas
importantes como ¿Por qué sucede esto? ¿Los que nos gobiernan nos dan el
ejemplo y educan a sus hijos con el mismo rigor que nos exigen compromiso y
frugalidad? ¿Por cuánto tiempo puede estar un ser humano educado y sano sin
ambiciones? ¿Solo educamos para que nos sirvan en una obra (aunque sea
extraordinaria) o para darnos la libertad del discernimiento? ¿Se preocupan por
la salud para que trabajen más duro y más tiempo y no para que sean fuertes y aventureros
y puedan decidir qué tipo de vida desean tener?
Las injusticias existen.
Todos se ven envueltos en situaciones inmerecidas, generalmente cuando no se
pueden defender. Muchas veces la derrota llama a la puerta, como ha sido este
verano del 2021, por eso hay que estar atentos a los síntomas, a las llamadas
de alerta antes de que se conviertan en gritos de desesperación porque en esos
momentos no importa ya quien tenga la razón o qué motiva la realidad.
Mis conquistas han sido
pequeñas, ningún sueño ha sido cumplido en su totalidad, pero reconozco que hay
quien vive peor. He conocido la infelicidad ajena, las enfermedades mortales desde cerca, la soledad, las
frustraciones que acompañan a parte de los cubanos, y por eso a veces considero
que no merezco algunas recompensas.
Han pasado 62 años de revolución. Hemos resistido
y ha estado bien, pero también necesitamos algunos estrategas con visiones
diferentes. Los buenos luchadores no se quedan siempre repitiendo la misma
lucha, sin avances ni retrocesos. Si no hay progreso hay que sentarse con el
enemigo y discutir, sobre todo en momentos de debilidad o complacencia. La diplomacia
es un gesto de dignidad no de cobardía, es equilibrar las fuerzas, un cambio de
estrategia logra salvar tantas vidas como una victoria en el campo de batalla. No
hay que pensar en lo que piensen los demás países y gobernantes porque no hay
que probar nada a nadie. Hemos luchado un buen combate y se ha mantenido la fe,
pero hay aprender el arte de la negociación.
El ser guía de ciudad me ha
permitido conocer a muchas personas de diferentes partes del mundo. Algunos nos
hemos reconocido sin habernos visto antes porque entre otras cosas están en el
mundo como yo, sin equipaje y sin sandalias. Al igual que yo a veces sufren por
tonterías, pensamos que no podemos crecer o que no merecemos cualquier tipo de bendición.
Y todos nos preguntamos qué estamos haciendo aquí, pero continuamos buscando un
sentido y pienso que terminaremos encontrándolo.
Y también he encontrado a un
maestro espiritual que me trajo luz diferente en la fe que brillaba en sus
ojos. Él no precisaba probar nada a nadie, y mucho menos a mí .
Cuando era niño tenía la impresión
de vivir dos vidas al mismo tiempo. En una de ellas era obligado a hacer todo lo
que no quería, aprender ideas que me costaba creer, andar en grupos, andar
uniformado, caminar siempre el mismo camino de todos. Pero existía otra vida y
la descubrí en las lecturas, en la onda corta (no había internet) y sobre todo
en gente que pensaba como yo. Poco a poco las dos vidas fueron acercándose y
algunos sueños se hicieron rutina y pienso que casi estoy listo para lo que
siempre deseé. Solo me falta un poco de osadía para que ambas vidas se
transformen en una sola.
Cosas que no he aprendido o
hago mal: necesito dedicar más tiempo para mí mismo y usar ese tiempo para el
descanso, la contemplación, el contacto con el alma del mundo. No me relajo y
dejo que todo lo que sucede alrededor siga sucediendo y mirar al mundo como un
simple espectador sin hacer resistencia al movimiento de la vida. Me han dicho
que solo entonces lo complicado empieza a volverse sencillo y seré feliz.
Cuando uno vive en un país de
grandes transformaciones sociales y expuesto a todo lo que está Cuba , no
importa si eres grande o pequeño, hombre o mujer, profesional o con poca educación,
tu vida se mueve, como un péndulo, entre dos sentimientos: el deseo y el miedo.
El miedo te dice todo el tiempo que cada paso es desconocido y peligroso y que lo
que aprendiste posiblemente no sirva para nada. El deseo te dice que vas a salir
del mundo conocido y que te aguardan las cosas que siempre quisiste y por las
cuales luchaste tanto.
Algunos cubanos han sonreído porque
ya no hay nada que los asuste más que quedarse sin cumplir sus sueños y abren
la puerta con la seguridad de quien sabe lo que quiere.
En este año 2021 el ángel que
me inspira está dando un paseo. Espero que regrese y el simple rumor de su
aliento me devuelva la alegría.
Mientras tanto, aunque no
pueda meditar debo repetir una palabra, o un mantra, porque le hace bien al
alma. Y entonces esa palabra y ese mantra, algún día, adquirirá un significado nuevo
y expresará todo lo que quería decir, es decir, se ha transformado en una
especie de oración.
Porque no importan los
momentos de tristeza, soy mucho más que eso. Porque mientras muchos partieron
por razones que nunca llegaremos a comprender, yo continúo aquí. Porque mientras
millones de personas no se quejan, no lloran, no hacen nada y se limitan a dejar
pasar el tiempo yo al menos me entristezco por ellos y eso prueba que mi alma continúa
viva.
Teacher from the heart and for keeping my passion (teaching) I work as a guide in Havana. Passion for Cuba.
Maestro de vocacion y para mantener mi pasion que es enseñar trabajo como guía de turismo en la Habana. Pasión por Cuba