viernes, 13 de junio de 2025

Un hombre pequeño de estatura (a mi Padre)

Esto lo escribí  dos años antes de que mi padre muriera.
Lo encontré releyendo mi diario:

Tengo ante mi a un hombre pequeño de estatura. Ahora con sus 85 años parece mas pequeño aun, pero cuando lo vi por primera vez (es decir, como lo recuerdo cuando yo era un niño) , hace mucho, era hermoso y proporcionado. Muy blanco de piel y cabellos muy negros. Aun hoy, incluso después de unas sesiones de quimioterapia, operaciones de cáncer, radiaciones y una vida bien agitada en muchos sentidos su cabello solo exhibe unas cuantas hebras blancas.
Un gran luchador. Siendo de una familia acomodada siempre quiso hacer su propio sendero en la vida y renuncio' a muchas cosas que se daban por sentadas. Camino' los llanos , los montes y las montañas en la búsqueda, que ahora se', nunca encontró pero disfruto' mucho el viaje en el tiempo.
¿será ese el verdadero objetivo de la vida?
Lucho' fuerte por un ideal, un ideal que considero' hermoso y por el cual murieron algunos, muchas familias quedaron divididas (incluida la suya), y tuvo hijos. Pero solo yo estoy ahora a su lado.
Mucho trabajo', y hasta hace poco continuo' siendo un luchador. Creo que aun lo es, pero ahora lucha por su salud. Pero antes hizo un compromiso por el amor.
Lo malo fue que nunca supo traducir sus sentimientos en palabras hermosas. Enfrentaba los problemas a medida que surgían. Amaba a las mujeres de su vida a medida que surgían. Crió a sus hijos a medida que surgían y los mantuvo lo mas cerca posible de su corazón mientras la vida le dio la oportunidad. Pero los hijos vuelan y se van, a otros la vida te los arrebata, otros son lanzados a lo desconocido. Uno de ellos murió siendo muy joven.
¿alguna critica?
Siempre hay alguna, pero ahora lo tengo frente a mi, enfermo y tan vulnerable que solo afloran mis mejores sentimientos. Lo ayudo durante la noche a ir al baño, hasta 4 veces cada noche y desde hace un año. Lo ayudo a asearse en las mañanas, lo afeito con cuidado y limpio sus heridas que durante la noche siempre supuran.
Después desayunamos y lo acomodo para un día lo mas entretenido posible. Le tomo de la mano para hablarle mirándole a los ojos porque un sicóloga me ha dicho que lo que lo puede traer de vuelta es eso, que sienta mi presencia y el amor que hay en mi.
Y es extraño, porque nunca imagine' que hubiera tanto amor en mi. Nunca me había desprendido de mis limitaciones y crecido tanto para defenderlo y lograr que se levante. Porque todos tenemos un día para morir, pero hay maneras dignas y horribles de morir. Y con amor se logra mucho, y la válvula que sellaba mi corazón se ha abierto y derrama algo intangible y poderoso sobre ese hombre pequeño que es mi padre.
Pero ya estamos superando los momentos mas difíciles. Ha sido una batalla larga y costosa. Un año y mucho dinero en este mundo de hoy donde todo se cobra, cuesta mucho y hay pocas oportunidades para los que son rectos.

Mis ojos se quedaron sin lagrimas los primeros meses, el dolor de verlo casi morir también. Las canas que 'el nunca tuvo ya están sobre mis sienes y una arruga profunda cruza mi frente. Pero eso no tiene importancia porque me he graduado de Hijo.

cubangel@gmal.com

Dos Cafés y cuatro Pastelillos



1 café expreso en La Habana usualmente cuesta como promedio 50 centavos de dólar. Un pastelillo de calidad cuesta como promedio 30 centavos de dólar. Una botella de agua mineral de las pequeñas unos 55 centavos de dólar.

Por lo tanto dos cafés , 4 pastelillos   y una botella de agua cuestan mas o menos 3.30 de dólar.

Cada dólar  cuesta  380 pesos normales hoy, en aquel momento unos 50, no quiero imaginar lo que sucedería hoy en día.
Mi salario era entonces de 550 pesos normales mensuales.

Cuando mi padre enfermó a finales del 2008 y casi muere yo rogaba  que no sufriera. Que prefería verlo partir antes de verlo sufrir. Sentado al pie de la cama trataba de reconocer, en aquel anciano que perdía peso cada día  porque casi no comía, y que entre mi mamá y yo cambiábamos  varias veces durante la noche por la incontinencia , a mi padre.
Y un día se durmió. Ya no sufría en apariencia. Y entonces  rogué ques me guiara en el camino de su regreso a nosotros. Porque tampoco lo quería dormido, vegetando. Y fueron visitas y visitas de médicos, y me quedé sin un centavo porque cada semana era un tratamiento diferente, una esperanza diferente.
Algunos me decían, la mayoría, que ya todo había acabado. Solo uno me dijo que lo tomara de la mano y le hablara. Que un día despertaría.
Y así lo hice.
Y un día despertó.
 A los seis meses justos.
Atontado y distante aun no me reconocía. Preguntaba cuando regresaría a su casa.
Pero poco a poco le fuimos ganando terreno a lo imposible, dejando como secuela cierta debilidad motora.
Pero claro, ya no podía salir a sus diarias y  largas  caminatas 'el solo.
Entonces una vez a la semana salíamos juntos.
Por un lado yo , por el otro su bastón .
Y nos sentamos a tomar su café en la avenida 23, céntrica, llena de vida,  y es increíble como la mirada de un anciano se puede parecer a la de un niño curioso. Y con cierta malicia y cara de goloso me pregunta si  sería posible comprar dos pastelillos “para acompañar el cafecito”.
La gente lo mira un poco extrañado porque como tenia una traqueostomía permanente daba la impresión de que dice algo muy importante y secreto cuando me habla.
“Y claro papá, siempre hay pastelillos por acá”
Y nos tomamos nuestros cafés , nuestra botella de agua natural, y los 4 pastelillos cada semana.
 Regresamos a casa tomados de la mano (¡tenia pavor de que se me cayera!).
Son dos horas de paseo con alguien que con amor traje de vuelta de algún lugar misterioso y oscuro.
Y por el camino de regreso ya me iba rompiendo la cabeza , pensando como mantener ese ritmo.
Porque cada semana eran pesos normales que debia convertir en dólares .
Cada mes muchos pesos pesos de mi salario de 550
Y solamente para dos horas cada semana entre un padre y su hijo, un instante en la eternidad y solo  un grano de arena en las montañas de problemas que tiene  esta humanidad.




martes, 27 de mayo de 2025

Los infiltrados

¿Quiénes son los infiltrados o traidores  y por qué son un problema?


Cuando alguien que debería estar de nuestro lado actúa en contra, hay que entender cómo y cuándo pasó eso. A veces, los infiltrados entran “por la ventana”, es decir, sin permiso; otras veces, entran “por la puerta grande” porque alguien les dio la llave, les vendió el acceso o se lo prestó. La mayoría de las veces, estos infiltrados tienen un objetivo claro: destruir, romper o traicionar algo que antes parecía bueno y valioso para el grupo.

Como decía Alfredo Zitarrosa, “un solo traidor puede con mil valientes”. Esto significa que una sola persona que traiciona puede arruinar el trabajo de muchas personas valientes.

 ¿Cómo actúan los infiltrados?

Estos infiltrados suelen aprovecharse de las debilidades de los grupos y de las personas que los dirigen o apoyan. A veces obedecen órdenes que vienen de afuera, y otras veces actúan por sus propios intereses . Muchas veces, son como parásitos que se meten en un grupo y lo van dañando poco a poco, aprovechándose de la confianza, la bondad o la ingenuidad de los demás.

Hay muchas historias de infiltrados que se meten en el momento justo para arruinar el esfuerzo de otros. Son personas que buscan subir en la vida a costa de destruir lo que otros han construido. En realidad, cada infiltrado es como una pequeña muestra de cómo funciona el mundo en la actualidad, un mundo donde abundan los que se aprovechan de todo y de todos.

¿Cómo se disfrazan?

Los infiltrados no siempre parecen malos. Muchas veces se muestran como personas normales, incluso mediocres, que buscan sacar ventaja sin mucho esfuerzo. Están en todos lados y se aprovechan de las peleas internas para sembrar dudas, mentiras y traiciones.

Suelen hablar muy bien y convencer a otros con discursos que parecen emocionantes, pero que en realidad buscan su beneficio personal. Se mueven entre diferentes grupos y cambian de ideas según lo que les conviene, sin importarles la verdad o la justicia.

 ¿Dónde los encontramos hoy? En el mundo actual estos infiltrados se han vuelto comunes. Se disfrazan de diseñadores, periodistas, filósofos o líderes, y promueven la idea de que está bien traicionar o copiar a otros para sacar ventaja. A veces lo hacen incluso usando la religión como excusa.

Estos infiltrados son como enemigos dentro de nuestro propio grupo. No basta con luchar contra los enemigos externos; también hay que estar atentos a quienes están dentro y trabajan para destruir desde adentro. Los grupos poderosos que controlan la economía y la política saben que para mantenerse en el poder necesitan infiltrar a sus enemigos.

 ¿Qué hacen dentro de los grupos?

Un infiltrado no es alguien que aparece por casualidad, sino que forma parte de una estrategia para debilitar a los movimientos que buscan cambios reales. Su trabajo es sembrar dudas, miedo, peleas internas, culto a personas en lugar de ideas, y hacer que la gente pierda la confianza en la lucha.

No siempre parecen espías o enemigos visibles; pueden ser compañeros, líderes, intelectuales, feministas o artistas que, sin que lo notes, están ayudando al sistema que queremos cambiar.

 ¿Por qué traicionan?

Para ellos, la traición es casi una forma de vida. Saben que están ayudando al enemigo y lo hacen para ganar poder, dinero o seguridad personal. Traicionar es una forma de alejarse de la historia y del destino común de un pueblo, y es un reflejo de una personalidad que prefiere vivir escondida bajo el sistema dominante en vez de enfrentarlo.

Desde siempre, en todas las luchas, ha habido quienes venden la causa por dinero, cargos o por odio. Estos infiltrados se disfrazan de honestos, religiosos o intachables, pero en realidad están al servicio de los poderosos. Incluso algunos grupos de izquierda, por torpeza o intereses, terminan facilitando la entrada de estos infiltrados.

 La batalla hoy es también en las ideas

Ahora, en la etapa actual del capitalismo, la pelea no es solo física o económica, sino también en las ideas y las palabras. Los infiltrados no solo destruyen con acciones, sino que también meten ideas falsas, narrativas engañosas y agendas que confunden a la gente.

Hablan en nombre del pueblo, mencionan a héroes y a la justicia, pero apoyan guerras y genocidios. Son como parásitos que se alimentan de la mentira y la traición para mantener el sistema 

 ¿Qué hacer?

Reconocer y denunciar a los infiltrados no es ser paranoico, sino un deber para proteger nuestras luchas y proyectos. Mientras unos siembran claridad y confianza, ellos siembran dudas y traiciones.

La pregunta importante es: ¿quién les abre la puerta? Porque sin alguien que los deje entrar, no podrían hacer tanto daño.



lunes, 12 de mayo de 2025

HISTORIAS DE CUBANOS: Lele´

 

 Lelé

En un apartamento del Vedado, con el sonido distante del mar colándose por las ventanas abiertas. Una mujer madura, elegante sin esfuerzo, habla mientras sostiene una copa, sentada frente a su reflejo.

¿Sabes qué es lo más difícil? No es envejecer. Es mirar atrás y sentir que lo más intenso ya lo viviste... que ya no queda qué conquistar.

En los noventa, La Habana era una ciudad rota y brillante. El mundo se nos venía abajo, pero nosotras lo enfrentábamos con tacones y carmín. Yo era madre, sí, pero también actriz, traductora, profesora ocasional... Y en la noche, otra cosa. Era muchas mujeres en una sola piel.

Mi hijo dormía, y yo salía a representar mi papel. A veces Audrey Hepburn, a veces María Félix. Me aprendí los gestos, las frases, los silencios con los que se seduce y se negocia al mismo tiempo. Cada encuentro era una oportunidad, una inversión. Porque en esta isla no se vivía, se sobrevivía. Y yo tenía que darle un futuro, aunque para eso tuviera que hipotecar el mío.

¿Fue por dinero? Claro. ¿Por ambición? También. Pero más que nada, fue por ilusión. Ilusión de que algún día saldríamos de todo esto. De que mi hijo hablaría inglés mejor que yo, de que viviría una vida donde los sueños no se sintieran tan lejanos ni tan caros.

Había algo hermoso en aquel caos. Las amigas éramos como una troupe de teatro sin escenario fijo. Todas con nombres prestados, perfumes de imitación, acentos ensayados. Los turistas nos veían como postales vivas, y nosotras aprendimos a darles lo que querían, mientras buscábamos lo que necesitábamos.

Cuando decidí irme fue porque el reloj corría más rápido que mis excusas. Mi hijo estaba por entrar al servicio militar y yo no iba a permitir que lo convirtieran en un número más. Encontré a mi sueco, empaqué lo justo y pagué por adelantado las clases de inglés. Era mi forma de quedarme sin estar.

Y me fui. Con un pasaporte vencido, un hijo adolescente, y una certeza tan frágil como luminosa: allá afuera todo sería mejor.

Y fue mejor. Al menos por un tiempo.

Barcelona me dio estabilidad. Un apartamento, un trabajo, cierta dignidad. Pero también me quitó algo que no supe nombrar hasta muchos años después.

Aquí —en esta ciudad, en esta humedad que se mete hasta en los huesos— yo era alguien. No por lo que hacía, sino por lo que me jugaba. Cada día tenía un propósito: sobrevivir, cuidar, resistir. Después de emigrar, la vida siguió, sí. Pero ya no ardía. Ya no dolía ni emocionaba. Era como flotar en un acuario limpio: sin hambre, sin miedo... pero también sin sentido.

Mi hijo ahora es un ciudadano del mundo. Mercenario, le dicen algunos. Yo prefiero pensar que es libre. A veces viene y nos sentamos en este balcón. Me habla de guerras y fronteras, de idiomas que no entiendo. Yo le hablo de Alex, de las chicas, de los polluelos. Reímos. Pero en el fondo, sé que hablamos lenguajes distintos. Él vive en el presente. Yo, en el eco.

¿Y sabes qué es lo más irónico? Que ahora que podría escribir todas aquellas cartas en inglés, ya no tengo a quién escribirle.

La Habana sigue aquí, con sus balcones y su salitre. Me recibe cada año como si no me hubiera ido. Y yo, cada vez que aterrizo, vuelvo a sentirme viva. Solo que distinta. Como si ya no formara parte del reparto principal, sino como una actriz retirada que regresa al teatro vacío... y saluda al telón que no volverá a subir.

[Pausa larga. Mira por la ventana, como si esperara algo que no llega.]

No me arrepiento. Elegí lo que creí mejor. Y ahora tengo a mi hijo, un apartamento en Barcelona, este rincón en el Vedado, y recuerdos suficientes para llenar diez vidas.

Pero a veces me pregunto… ¿qué se hace con la vida cuando ya todo lo urgente está resuelto? ¿A qué se despierta una mujer que ya no necesita luchar?

Sorbe el vino con calma.  Me mira , luego sonríe leve, apenas.

Tal vez mañana lo descubra.


Humberto Guia & Maestro en la Habana Whatsapp +5352646921 

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domingo, 11 de mayo de 2025

ENTREVISTA 1 (A LOS OTROS CUBANOS) : RAFAEL

 "Rafael"

 Una oficina minimalista en un edificio moderno de La Habana. Grandes ventanales muestran el mar al amanecer. Rafael, mediana edad, elegante y sereno, está sentado descalzo en un sillón, sosteniendo una taza de café. 

RAFAEL:

Siempre me ha gustado llegar temprano a la oficina. Me acostumbré desde que trabajaba con firmas europeas; las reuniones eran a las cuatro de la mañana, hora de La Habana. Después de un buen café, me siento a mirar el mar... o la piscina del hotel contiguo. Ese resplandor del amanecer en el agua me calma, me da energías.

Ver a la gente corriendo para alcanzar el transporte al trabajo, mientras mi jornada ya lleva casi cinco horas... Me gusta descalzarme y dejar que el calor del café me recorra el cuerpo. Por eso siempre llevo mocasines; me encanta estirar las piernas y disfrutar de ambientes relajados.

¿Que de dónde soy? De Cienfuegos. Estudié Ingeniería en la Universidad de Santa Clara. Fueron años felices, pero estudié mucho. Lo tenía claro desde el comienzo, sobre todo cuando regresé a casa después de graduarme. De alguna manera, mi madre se enteró de que soy gay. A la mañana siguiente, me botó de casa y tomé un autobús para La Habana. Ella era muy católica.

Tenía un conocido aquí en La Habana y poco tiempo. En una fiesta esa semana, conocí a Gabriel. Me llevaba más de 30 años, pero era agradable y profesional. Había viajado por Europa y me sentí cómodo con él. Tenía casa y me consiguió trabajo. Cinco años después, mi vida había cambiado totalmente.

Siempre me habían gustado los idiomas y sentarme por las madrugadas a leer, pero si era a estudiar, mejor. Aprender algo útil es más práctico. Ganar dinero con conocimientos que otros no tienen me hace sentir bien. En esos cinco años, entré en todos los cursos del Ministerio de Comercio Exterior, pulí mi francés y mi alemán. El inglés ya era pan comido desde hace mucho. Soy de esos que tuvo que aprender desde el Windows 95 hasta un Doctorado en Economía.

¿Que si me gusta el dinero? Muchísimo. Me he esforzado mucho para tenerlo. Y no, no veo la contradicción entre vivir en Cuba y tener dinero. Sé que hay gente que se va a los dos extremos, pero yo estoy en el centro. He tenido y tengo un buen trabajo, dos apartamentos —uno alquilado a un diplomático que una vez fue mi amante—, auto, una casa en la playa, visa para Estados Unidos por diez años y, con ella, obtuve la de México por el mismo tiempo. Mis abuelos españoles que no conocí me dejaron la posibilidad de su ciudadanía y pasaporte. Y al mismo tiempo, me encanta trabajar para mi país y su gente. Sé que la realidad para muchos es difícil, pero yo he creado la mía, y si yo pude, ellos pudieran. Además, quizás tengamos las mismas metas, solo que vamos por carriles diferentes. No veo la contradicción entre gustarme las cosas buenas de la vida, las sutiles, el rechazar el ruido y los carnavales y, al mismo tiempo, trabajar lo mejor posible y defender los intereses de mi país. Realmente hace mucho que no le dedico tiempo a pensar en esas cosas.

¿Mi mejor experiencia? Mi viaje a París, exactamente mi primer viaje a París. Y dentro de ese viaje, la visita al museo de L’Orangerie, o la llamada Capilla Sixtina del Impresionismo. Allí están los grandes murales de los Nenúfares, pintados por Monet al final de su vida. Desde la primera vez que entré allí, se me saltaron las lágrimas. Es una habitación oval con varios murales de un lago con nenúfares en diferentes momentos del día. Desde el diseño de la habitación hasta los asientos en el centro, las paredes blancas y contrastantes, los murales con azules intensos, reflejos de un agua hechos con grandes trazos de pincel que más que reflejar, sugieren un mundo de belleza, un mundo mejor. Ese es el espíritu del mundo que le deseo a Cuba.

Es bueno estar acá, mirando los reflejos del sol en la piscina del hotel de al lado. Pronto se inaugura uno nuevo en el malecón y creo que pediré alquilar una suite para oficina allí, frente al mar, sin vista a la ciudad, solo el mar. Pararme en el centro de la habitación y ver solo el horizonte.

Sí, con esto del COVID todo se hace más difícil... para ellos. Me apena y espero que pronto termine; ya es demasiado tiempo para la gente pobre del mundo, incluidos los cubanos. Extraño las tardes en los jardines del hotel Nacional. Tomarme algo con algunos amigos o solo, esperar a mi pareja antes de irnos a casa o a comer en cualquier lugar.

No, no tengo muchos amigos o conocidos en el gobierno más allá de lo estrictamente laboral. Ellos necesitan a gente como nosotros: trabajo duro y muchas horas, pero la política y sus empleados, mientras más lejos, mejor. No tenemos mucho en común; ya te dije que me gustan los silencios.

Lo que más disfruto: mis paseos en kayak. Llevo mi mochila y en ella un mantel de cuadros rojos y blancos, varios sándwiches y una botella helada de vino blanco. Llegamos a la ensenada cerca de la casa de la playa y, allí, lejos del mundo, compartimos momentos y la caída del sol en este mar maravilloso que nos rodea y que cada vez son menos los que se detienen a mirarlo.

Sí, lo sé, llevo una vida mejor, pero no me lo han regalado.

¿Preocupado? Para nada. Los que vienen detrás están drogados en dopamina dada por internet y Disney. Hay oportunidades, y las que están por venir son mejores aún.

Claro, puedes perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos, pero, ¿dónde no?

Rafael se levanta, se acerca al ventanal y observa el horizonte. La luz del amanecer baña la habitación. Silencio.

en mi opinion Rafael es como un existencialista moderno: Disfruta, goza, trabaja, pero hay algo en su mirada —en cómo habla del horizonte, del silencio, del riesgo de perderlo todo— que revela que, en el fondo, Rafael se pregunta si todo esto tiene sentido,  es un arquetipo del profesional exitoso en un contexto post-utópico: alguien que lo tiene todo, pero que ha perdido la brújula del “para qué”. Vive, pero ya no busca. Aspira a la paz, pero no al futuro.


ENTREVISTA 2: SONYA



martes, 18 de marzo de 2025

La Habana, una de las siete ciudades maravilla del mundo



La Habana es una capital "federal". Es un decir porque el sistema de gobierno de Cuba no es federalista, como el de Venezuela. Cuba es una república. Y sin embargo sus provincias y sus municipios se dividen como si fueran federaciones. Por eso, sucede a menudo oír hablar de una zona de La Habana, que uno considera simplemente como un barrio y descubrir que en realidad es un municipio. La Habana Vieja es un famoso ejemplo de esto.

Por esta misma razón La Habana, aún cuando se llamaba oficialmente Ciudad de La Habana, no es realmente una ciudad, sino es técnicamente una Provincia, a pesar de que para todo el mundo siga siendo es una ciudad. Partiendo de esta división La Habana Vieja y Centro Habana, por ejemplo, son dos "ciudades" diferentes con administraciones diferentes y son autónomas así mismo como Brooklyn es uno de los cinco municipios de Nueva York. Existe un proyecto de unificación entre La Habana Vieja y Centro Habana, pero en la actualidad es algo totalmente teórico.


La Habana suspendida en la historia

"Si me pierdo, encuéntrame en Cuba" escribía García Lorca. Y si usted visita La Habana comprenderá el por qué. La Habana es uno de los pocos lugares en el mundo que aún dispone de un encanto único. Es la única capital que todavía conserva la apariencia de cuando las fotos eran en blanco y negro y sólo pocos elementos esporádicos y ocasionales devuelven al presente como si usted estuviera soñando y alguien de pronto viene a despertarlo y le cueste trabajo retomar rápidamente la noción de la realidad. Esto es lo que provoca La Habana al viajero primerizo.

La Habana representa hoy un ajuste perfecto entre historia y circunstancias. 90% de la capital tiene un aspecto que se mantiene invariablemente firme al que tenía durante la década de los años 1950. La única capital Latonoamericana que se le asemeja lejanamente es quizás Santo Domingo de la República Dominicana, donde incluso la gente habla de manera casi idéntica a los habitantes de la provincia de Santiago de Cuba. Pero la semejanza termina ahí.

Usted verá las calles llenas de autos antiguos desde los Ford T hasta los Chevrolet del 1959, pero no sólo los americanos, también coches europeos, de primera y segunda generación y otros vehículos que usted probablemente nunca haya visto en su vida, todo esto al lado de Volgas y Ladas soviéticos, los recientes vehículos asiáticos, algunos coches modernos, sin contar las cosas exóticas como los Coco Taxis y bicitaxi (es decir, triciclos inventados, que caminan a pedales como las bicicletas). Últimamente las calles se han llenado de motos y bicicletas eléctricas, pero los coches eléctricos aún no han llegado a Cuba. Verá además edificios y hoteles modernos rodeados por viejas estructuras y casas coloniales, muchas de ellas, cercanas al colapso.

Un entorno donde el calor y la humedad dan una sensación de aire asfixiante y un estilo de vida compartido entre el pedantemente protocolar y el excesivamente négligé darán a todo este conjunto un atractivo singular que siempre sorprende al nuevo viajero.

Es verdaderamente difícil encontrar en lugares otros que La Habana el triunfo definitivo de la esencia sobre la apariencia. Graham Greene y Ernest Hemingway han tomado profundos (y numerosos) tragos en todos los lugares que los han inspirados. Ava Gardner y Winston Churchill son famosamente asociados a ron y tabacos cubanos al punto que el nombre de Churchill ha marcado toda una generación de Habanos Puros y ha coniado una medida de estos tabacos, que son todos celebres y representan uno de los numerosos must have de todo fumador que se respete y no se arrepiente.

La Habana es una provincia que administrativamente tiene 15 municipios, de los cuales los más importantes son Centro Habana, La Habana Vieja, Plaza (municipio que contiene El Vedado y Nuevo Vedado), Playa (que contiene Miramar) y el Cerro muncipio que tiene el barrio Casino Deportivo no tan conocido turísticamente pero muy residencial. Además cuenta con el municipio Habana Del Este el cual contiene lugares famosos como Las Villas y la Vía Panamericana, sin contar su cercanía de La fortaleza Del Morro. Y finalmente Playas del Este, donde encontrará las más famosas playas de la provincia como Santa María del Mar, Boca Ciega, Brisas Del Mar y last but not least Guanabo, quizás el lugar de playa más frecuentado por los turistas después de Varadero. También Marianao está ganando popularidad, Playa Baracoa, un pueblo de playa que se encuentra a unos 20 km al oueste de La Habana, cotizado no sólo porque se parece a una pequeña ciudad griega, sino tamibién por estar cerca de la Escuela Latinoamericana de Medicina.

La Habana, contrariamente a la visión que los Occidentales tienen de las capitales socialistas, encierra un sentido de alegría y diversión típicamente caribeñas y la ciudad resplendece y chirria hasta de noche.

La Habana en general

Situada en la costa norte-occidental de Cuba, La Habana está construida alrededor de un puerto y puede jactarse de una auténtica artuitectura colonial, difícil de ver tan auténticamente en otros países, con plazas decoradas de plantas de coco que hacen sombra a un sol jaguar. Puertas de otros tiempos, patios encantadores, fachadas casi de mil y una noche, edificios antiguos y modernos, vibrancia, pueblo, unicidad.

Muchas de las zonas de La Habana, especialmente los municipios históricos están en una fase de restructuración. En 1982, la importancia de la ciudad ha sido reconocida por la UNESCO y La Habana ha sido declarada como patrimonio de la humanidad.

Siendo una de las más antiguas ciudades de las Américas, La Habana es hoy en día una ciudad sobre todo colonial. Cuba fue colonia de España y es por eso que se habla de época colonial, pero también fue una especie de "colonia" de Estados Unidos y de la Unión Soviética, es decir que después de su independencia con España, Cuba estuvo un tiempo bajo el control político y luego la influencia económica de los Estados Unidos. Y de 1959 a 1991, después de su revolución socialista, Cuba tuvo una gran dependencia socio-económica con la Unión Soviética. Gracias a todo esto La Habana puede vanagloriarse de una serie de logros que sin embargo no corresponden a lo que dicen lo fanáticos respecto a lo que pasaba en Cuba antes del 1959 (hay páginas en internet que están haciendo esta propaganda pero con muchas inexactitudes y datos falsos). En Cuba y en La Habana se alcanzaron muchos objetivos, pero esto ha pasado en todas sus etapas históricas, incluso durante el gobierno de Fidel Castro.

Y queda cierto que estar bajo la influencia de grandes potencias sin ser oficialmente colonia de nadie (excepto al principio con España), es algo que le ha ocasionado al país numerosas ventajas y hace que La Habana sea hoy en día una metrópolis, fijada en el tiempo pero igualmente bastante desarrollada, con mucha abundancia de arquitecturas eterogeneas, incluyendo estructuras ocasionales con exuberante estilo barroco. La Habana Vieja, que no es otra cosa que el Centro Histórico de la ciudad, ha sido también declarada por la UNESCO como patrimonio mundial. Con la ayuda de esta misma organización y varias contribuiciones privadas, incluyendo los ingresos de varios hoteles del centro histórico, la firma estatal Habaguanex dedicada a la preservación histórica del centro y a la restauración de edificios y monumentos, ha restaurado ya la mayoría del territorio de La Habana Vieja, aunque hoy en día no haya aún terminado toda su obra de restauración.

Llegando a La Habana, una de las primeras cosas que se notan es la vitalidad y la vibrancia del pueblo, dado el hecho también que día y noche, uno puede escuchar música donde quiera y ver hasta gente bailando en las calles.

La rica herencia histórico-cultural de La Habana es reflejada en el rostro de la gente, cuyos orígenes son heterogéneos. También hay una minoría china, árabe (existe una gran comunidad musulmana en La Habana y la mayoría son cubanos), judía y francesa, sin contar las personas que tienen origen de los Indios, o sea los aborígenes, los cuales provienen por la mayor parte del Oriente cubano.

La Habana es una ciudad dinámica para la vida nocturna y un lugar perfecto para la música en vivo, no hay horarios oficiales para la diversión, aunque muchos locales cierren temprano e incluso las discotecas, excepto Dos Gardenias y pocas otras, dificilmente quedarán abiertas después de las dos o tres de la madrugada.

A primera vista, La Habana parece una ciudad desteñida, sin embargo su centro histórico no tarda en revelar su glorioso pasado colonial, por la mayor parte restaurado. Los turistas se quedan encantados moviéndose por las callecitas de La Habana Vieja, hoy llenas de diversiones, restaurantes y otros lugares, el centro histórico ha conocido un gran desarrollo, sobre todo después de la abertura hacia el comercio que tuvo lugar a partir del 2011. Teniendo en cuenta todo el entorno que se ha descrito y se conoce, el que se mueve por La Habana tendrá la impresión de estar viviendo en una realidad virtual, en un museo vivo.

En La Habana los hoteles son una de las mayores atracciones y los hay de todo tipo, incluso aquellos que en el pasado han tenido un papel histórico, por ejemplo el Hotel Nacional de Cuba, el Hotel Riviera, el Hotel Parque Central, el Hotel Los Frailes, sin contar el Hotel Ambos Mundos que ha hospedado al escritor Ernest Hemingway en varias ocasiones y cuya habitación es hoy un museo. También, entre los lugares históricos cabe mencionar el Cabaret Floridita donde se inventó el cóctel Daiquirí, o el Cabaret Tropicana, en el municipio Playa, famoso en el mundo, sin contar la Bodeguita del Medio, un bar que tiene un gran número de imitaciones en el mundo entero.

Es deberoso citar también Prado, una avenida con un parque en el medio, que divide Centro Habana de La Habana Vieja, de gran fama, ya que en el siglo IXX fue donde se reunía la alta sociedad de la capital. Ahora es teatro de artesanos, exposiciones y, paradógicamente reunión de la sociedad más baja (¿pena del talión?). Los restaurantes y paladares (pequeños comercios gastronómicos de gerencia familiar, que operan generalmente en casas particulares y no en locales), donde abundan la cocina italiana y española. Pero hay varios restaurantes chinos e incluso un restaurante iraní en el Vedado, al lado del parque de 23 y D. También se debe citar el barrio chino donde se encuentran muchísimos restaurantes y comercios, todos chinos.

La mayoría de los turistas, especialmente los europeos, llegan a Cuba de noche. Y es un choque cultural llegar a La Habana después del ocaso y sentir su característico olor de humedad y su infaltable calor, despertarse al día siguiente y encontrarse en el medio de una sociedad que nada tiene que ver con lo que uno está acostumbrado, según algunos, se trata de una obra maestra de humanidad. Usted verá mujeres de color - generalmente de edad avanzada y a veces gordas - fumando enormes puros y vestidas de forma folklórica, flotas de autos clásicos que parecen recién salidos de una fábrica y con un brillo que no tuvieron ni siquiera en su mejor momento, cuando fueron nuevos, chicas con vestidos variopintos y traseros que usted creía que existiesen sólo en Brasil, niños con uniformes escolares, bicitaxis chinos, abundante policía, viviendas que han conocido tiempos mejores y así sucesivamente.

Pero lo más importante es no olvidar visitar la Fortaleza del Morro, asistir ahí a la ceremonia del cañonazo que se tiene todos los días a las 9 PM, dar una vuelta por el famoso Malecón que comienza en la punta del Morro y termina con el túnel de 5ta Avenida de Miramar, sobre todo a la altura de Centro Habana, el Malecón tiene una vista impresionante de noche y, de verano, cuando el mar es calmo y no hay viento, se ve una luna enorme que hace reflejos en el agua. Un clima cálido todo el año, una brisas refrescantes, hermosas playas de arenas finas y blancas en toda Cuba y no solamente en Varadero y una historia fascinante... Por eso La Habana se una de las siete maravillas del mundo en términos de ciudad.

Sólo en La Habana tendrá la impresión de vivir en un mundo distinto, un mundo paralelo. ¿Qué está esperando?

HUMBERTO. Guia y maestro in Habana. WhatsApp+53 52646921 

Instagram: humberto_habana