lunes, 26 de julio de 2021

El Juego (suerte + inteligencia vs la vida que toco')

Yo era pobre. 
No muy pobre, solo pobre.
Mis momentos de solaz eran caminar por las calles hasta llegar al mar. Frente a los grandes hoteles. 
La señora era muy rica. Vivía en California, pero había nacido en Cuba.
Se había marchado en 1952.
Estaba muy enferma y quería regresar a los lugares de su pasado.
A la señora le fui recomendado y así podría ayudarme económicamente también.
La señora recorrió  la Habana y Pinar del Rio.
Muchas lágrimas.
Al final de viaje la señora me ofreció  una computadora. ¿es posible enviarla?
No.
En el 2004 era imposible hasta tenerla.
Pero no importa, llegará porque vendrá de una ciudad cuyo nombre es Los Ángeles y fui recomendado por alguien en una iglesia.
Y llegó diciembre con la noticia de que Alguien vendría con una laptop.
Y llegó con ella en  un pequeño maletín en una mano y otro mas pequeño aun en la otra.
“ahora ve a tu casa, comienza a disfrutarla, puede ser un juguete o puede ser transformada en una poderosa herramienta, solo quiero que me vengas a buscar mañana temprano”.
La noche fue esplendida, explorando un pequeño objeto como si fuera Egipto, el Amazonas, el Everest. ¡tantas cosas y experiencias caben en tan poco espacio! ¡cuanta felicidad en lgo tan pequeño!
El chico se presentó temprano. ‘Alguien’ le dijo que debía cambiar el pasaje para marcharse. Solo había venido a entregar el presente.
Así lo hizo, pero antes  me puso en la mano 100 dólares. ‘ comprate algo para ti o tu familia, pero deja la mitad porque es inevitable que algo bueno traiga algo aun mejor’
Pasó escasamente una semana.
Un amigo de un amigo de un hermano de un conocido tocó a mi puerta.
Venía con una oferta: internet.
¿internet? ¿Qué es eso? Digo, ¿no está prohibido?
‘¿y? ¿lo quieres o no?’
‘Probemos’
1 hora al día por 40 dólares al mes. Toda una fortuna aun hoy.
Un mes, una hora diaria para aprender, bajar cursos, aprender a hacer una página web al menos básica, dar de alta en los buscadores de entonces y lo mas importante: tener clientes para poder pagar otro mes y. . . alimentar la familia.
El cerebro se expande ante los retos. El alma decide no tener miedo.  El reto estaba planteado y las naves se habían quemado.
Nunca mas  supe de la Sra. Ofelia de California.
Nunca mas supeo de el Sr. Evan que trajo la laptop.
Mas de 20 proveedores de internet a escondidas en todos estos años.
Y lo más relevante fue que se abrió la puerta hacia un mundo prohibido entonces, y aún desconocido. Descarga de libros digitales, música, información actualizada, contactar mentes de lugares distantes, viajar sin moverte de casa. Todo lo que entonces estaba prohibido, hoy mas común, pero aun por descubrir para el 90% de los cubanos de entonces, incluso hoy que Facebook  y sus "amiguitos " llevan a la mayoria por caminos retorcidos. 


La mejor rebelión contra el  sistema de las cosas hoy en día (cualquiera sea el sistema)  es estudiar, aprender. Sobre todo estudiar lo que el sistema no quiere que estudiemos , para así poder ser lo más libre posible. Entonces seremos capaces de poder decidir por nosotros mismos el tipo de vida que queremos llevar, aun dentro de él.  O al menos poder perdernos en nuestra mente a donde Ellos, todavía, no pueden llegar.
 

jueves, 22 de julio de 2021

OPTIMISMO

 


Un amigo me sugiere el tema del optimismo para mi blog. Es un tema tan tocado ya, a veces tan manido. ¿Qué aportar nuevo? ¿Debo mencionar lo del vaso medio lleno o medio vacío? ¿A dónde debo mirar o qué fibras tocar para que mi lector siga a partir de esta línea?

Esto sera' un poco largo, asi que pienso que es mejor leerla en una PC. Pero nada, lo siento mucho, no cabe en menos.

Quizás deba comenzar con una línea muy atrevida: el pueblo cubano es uno de los pueblos más optimistas que existe. . Espero poco a poco, y con la limitante de espacio del blog, demostrar ,aunque sea una somera idea ,de porqué lo digo. Y que conste, yo no soy una de las personas más optimistas que conocerías en Cuba. A veces sueno mas resignado que optimista.

En el mundo de hoy hay pueblos que hacen grandes proezas. Pero sus motivaciones son económicas, hacer o morir en el intento; hay pueblos que logran liberarse, pero es cuestión de supervivencia. Hay pueblos que se vuelcan sobre la imagen de una sola persona como representante de una nación entera: un futbolista, un músico, y hasta un youtuber.

Pero no hablo de eso. Quiero enfocarme en esto: en una historia de optimismo colectivo de la que solo tocaré algunos elementos de los últimos sesenta años, pudiera hacerlo incluso desde el 1900, pero ya eso sería un libro.

Tantas y tantas caídas, fracasos y seguimos siendo optimistas. Es como si reseteáramos el disco cada 10 años, y comenzáramos una y otra vez. No ha sido siempre nuestra culpa. El mundo, la política, las crisis, el duelo de potencias. Quisiera hacer un contraste con otros pueblos que han aceptado en su mayoría al mundo tal cual es, injusto en sus reglas, y esa forma del cubano de sacar fuerzas como pueblo que espero poder argumentar con éxito.

Manejar la mente en el modo “optimismo colectivo” por décadas es algo relevante. Entonces entremos en materia.

Hoy en dia Cuba tiene unos 11 millones de habitantes viviendo en la isla. En los últimos 50 años se ha duplicado la población. Y a pesar de que en la última década la tasa de natalidad ha disminuido, el hecho de tener hijos y la esperanza de criarlos y que llegaran a la madurez durante un proceso social lleno de problemas muy serios que incluso han amenazado la vida del ser humano en mi país es una muestra de optimismo. Pensar en hacer el amor (no solo tener sexo) y tener hijos cuando en cualquier momento seriamos el campo de batalla entre dos superpotencias nucleares, durante una década como la del 1970 al 1980 con grandes escaseces de alimentos y ropas, con la certeza de que nos casaríamos y tendríamos una nueva familia dentro de una casa en la que ya habitaban 3 generaciones y sin posibilidades de que eso cambiara. . . en los próximos 20 años. El pensar que tendríamos (porque lo construiríamos) un sistema de salud y exportaríamos médicos cuando se quedaron escasamente 3000 médicos de los casi 6000 que había en el 1960. Hoy tenemos mas de 75 000 dentro del país, uno cada 160 habitantes. Y ahora la joya de la corona: tasa de mortalidad infantil de 4 por cada mil nacidos vivos. Eso es trabajo duro, diario de largas horas y muchísimas veces sin recursos materiales.

El salir a los campos, por todo el país de una población de 7 millones de habitantes) a buscar atletas porque los soviéticos nos dijeron que era una buena propaganda para el socialismo tener medallas olímpicas y descubrir que era mucho más que eso. Tener una población saludable, hacer escuelas de deportes, cuando los deportistas amateurs existían y no todo era dinero fue una prueba de optimismo. Todo eso en momentos, en décadas, en que no existían escuelas de deportes (que hubo que construir), en profesores de alto rendimiento (que hubo que formar), en que no existían en el país médico del deporte. Hoy ocupamos el lugar 16 en el medallero histórico olímpico por países. Superados solamente por países desarrollados, la mayoría con mayor población y cantidad de participación. Ni mencionar que en una sola olimpiada tenemos más medallas  que todos los países latinoamericanos juntos. Y la próxima ,espero, no será la diferencia. En estos días de pandemia y con una crisis económica como nunca los cubanos mantienen el optimismo y en parques, patios, azoteas y ahora de regreso nuevamente a los gimnasios se preparan para los de Tokyo 2021.

¿Qué decir de los huracanes? Año tras años se destruyen cosechas, casas, terrenos e instalaciones. Y se vuelve a la carga. ¿Tiene que ver con el sistema social? Dejemos el tema político a un lado por un momento, concentrémonos en la fuerza interior de no aceptar las desgracias, los huracanes, y salir a resolver la vida.  Huracanes, inundaciones, epidemias naturales e importadas, la condición de isla rodeada de “enemigos” antiguos, de “amigos” en una realidad paralela y que realmente no lo son, de una economía siempre sangrante. Hablo del cubano como persona.

El querernos hacernos más educados, más cultos. Una tarea siempre cuesta arriba, y que cada década y crisis nos demuestra que la ignorancia se mantiene aún en las mentes escolarizadas. Comenzar por una alfabetización en 1960 (teníamos un analfabetismo del 23 % , que ya era la más baja de América Latina) y bajar ese número en 1961 a solo el 8%. Ir a las montañas, los valles más alejados, las costas más distantes, los puntos más oscuros de las ciudades donde vivían las prostitutas y los desclasados siendo hasta niños de 14 años los maestros. Toda una población que se movilizó, sin importar sexo, edad y condición social a enseñar a leer y escribir, ¿Cómo se llama eso sino optimismo? Un optimismo loco en que el ser humano podría ser mejor si se le daban las herramientas, de que los que vivieron aquella época serian también mejores personas si contribuían a una de las misiones más hermosas que hay: llevar la luz al cerebro oscuro de un ignorante. Sin importar que como siempre ha sucedido, sucede y sucederá a alguno de ellos les quitarían la vida. Comenzar las campañas por el sexto grado, después la del noveno grado, y que mucho tiempo después, décadas después, esos que aprendieron  en la década de los 1960s en Cuba caminaron las selvas de Centroamérica, Suramérica, África devolviendo lo que recibieron. Incluso tuvimos que crear un nuevo sistema de enseñanza llamado “Yo sí puedo” basado en números para poder enseñar a leer y escribir mediante números . ¿no es eso optimismo?, ¿no era optimistamente loco el pensar hace 40 años que tendríamos un maestro por escasamente tres alumnos en las escuelas especiales?

Hemos creado cientos de escuela de arte. Las escuelas de música en los años 1990s daban clases de instrumentos de cuerdas. . . sin cuerdas. Pero no se faltaba a clases ni alumnos ni maestros y hoy ya ganan premios internacionales. Tenemos la única escuela de ballet con características propias y de América Latina, y con categoría de Escuela Cubana de ballet en un país machista y comunista donde los bailarines cubanos hacen cátedra en las mejores compañías del mundo. ¿no es eso optimismo? Pues claro, pero para llegar al ballet hay que pasar por las congas, la rumba, el son y la salsa, los carnavales donde el optimismo se viste de colores y baila.

Reconstruinos los cascos históricos de las principales ciudades en la década del 1990 cuando cayó el muro de Berlin y no había un centavo propio. Aceptamos el guiño soviético y pusimos un hombre negro campesino y de origen humilde en el cosmos. Logramos traer a 3 Papas, y este ultimo 3 veces. Logramos traer a los Rolling Stones a la Habana a hacer un concierto gratuito. Mis padres sobrevivieron la época de Kennedy y la crisis de los misiles, la época de Nixon y su invasión a Viet-Nam y amenaza de invadir a Cuba, mi generación sobrevivió a Reagan, los dos Bush, Obama y sus siete invasiones en el tercer mundo y ahora pasamos horrores con Trump.

Sabíamos que los tiempos más oscuros de la política, la gente lanzada al mar con la esperanza de llegar a la otra costa pasarán, y que poco a poco volveríamos a estar conectados con el mundo, que llegarían los turistas, y algo parecido a internet y superior a la onda corta se crearía, teníamos la certeza de que todo el mundo no era oscuro y terrible como los soviéticos nos quisieron hacer creer, sabíamos que nos reuniríamos con las familias que estaban en Estados Unidos y la gente circularía primero tímidamente y después en masa en ambas direcciones. Todo esto lo imaginamos y deseamos tan ardientemente que se hizo realidad, ¿no es eso optimismo? Y sé que hay gente que me dirá que solo fueron cosas que pasaron o que inevitablemente pasarían, pero hubo gente que las pensó, dieron los primeros pasos aun sabiendo que no serían ellos los que verían los resultados, y así y todo continuaron porque no podían aceptar que así terminarían las cosas: con odio y separación. Y aun hoy la tarea continúa y los que fabrican los puentes son los optimistas. Y aun cuando los tiempos nos regresan oscuros y terribles cada cierto tiempo nos ponemos los brazos en jarras y nos decimos: ¡estamos vivos y hay que vivir!

Y llega la pandemia. Nos teníamos que enfrentar con todas nuestras fuerzas. Unos nos decían que no lograríamos salir pues somos demasiado pobres, otros nos decían que no existe y no hiciéramos nada. Pero la vida es lo importante y por si acaso nos lanzamos con lo que teníamos. Y no hablo de política, nuevamente quiero mantenerla fuera, hablo de nosotros: de optimismo, de inteligencia y raciocinio, de solidaridad, y seguramente vendimos hasta la ropa interior por usar una frase popular para poder comprar lo que se debía. Hoteles cerrados, aeropuertos cerrados, la gente sin trabajar y en casa por meses. Y nos lanzamos ante el más grande reto del momento: la Vacuna.

Con esto cierro. Sabemos quiénes harán la vacuna. Sabemos quiénes la comprarán porque tienen el dinero para pagar diez veces el precio. Sabemos cómo funciona el mundo, y aun teniendo amigos las cosas pintan feo y a la hora de un momento terrible no podemos pedirle a otro gobierno que nos ayude estando ellos mismos en problemas. Y nos lanzamos a hacer nuestra propia vacuna. En silencio. Es necesario que funcione porque nos daría soberanía sobre lo que se haga y cómo se haga en el mundo de hoy donde un país rico secuestra medicamentos destinado a otro país en un aeropuerto. ya tenemos tres candidatos vacunales. Ojalá funcione alguno de ellos. Nos lo merecemos. ¿no es eso optimismo?

Humberto.

p.s. perdonen la enorme carga de chovinismo y lo largo de este blog. Lo escribí con una sonrisa porque pensaba hablar de tristezas y resultó en una especie de canción dedicada a nosotros mismos, estos cubanos incorregibles. Y que conste, estoy consiente de los otros, de los pesimistas, de los que rompen los puentes, de los que se rinden, de los que se duermen, de los que solo se quejan, de los que odian los esfuerzos ajenos, que de todos tenemos.

LEYENDO EL PERIODICO EL PAIS

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CONFESIONES DE UN CUBANO

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MEDITACION CON SARCASMO

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KABUL-HABANA UNA LECCION DE HISTORIA

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martes, 20 de julio de 2021

CORTA LECCION DE HISTORIA, CON UN POCO DE IRONÍA

La relación Histórica negativa entre Cuba y Estados Unidos no es de 60 años, comenzó minimamente en 1895.

 Así es la Historia. Depende de quien la cuente, depende de quien la sufre, depende de si estás del lado del vencedor o del vencido, de la oficial o la de la calle, cambia toda la perspectiva y el análisis. Las sombras salen a la luz y esta a su vez se convierte en oscuridad. 

Hace mucho, y tanto que solo queda en el recuerdo de algunos ancianos y en los libros de historia, las calles de la Habana eran su felicidad. Una de las capitales del nuevo mundo, una de las que más futuro tenía. En las noches el centro se llenaba de prostitutas y no solo cubanas sino también traídas de otros países latinos, e incluso desde España, aprovechándose de la miseria. Los fines de semana llegaban los ferris desde la Florida, llenos de americanos a inundar la ciudad con hombres sedientos de alcohol  y con ansias de sexo. Durante décadas había sido así, lo prohibido allí permitido acá. Y por otro lado la maravillosa policía local, que cada año se tornaba más represiva, con todas las variantes, tanta sangre e injusticia le hacían  al mal degustar el sabor de la muerte y la infelicidad, tan antiguo como el hombre mismo.

Pero se rebelaron.

¿Cómo era posible que esa gente en una isla los retara?

Es decir, en realidad no los retaba, sencillamente querían cambiar las cosas para que funcionara igual de bien para todos, pero ellos lo entendieron al revés y cometieron errores. . .

Presionaron, chantajearon, trataron de invadir, sabotearon, y finalmente bloquearon, y con esto atrajeron al otro gigante a las puertas de su propia casa, un gigante tan ambicioso politicamente como ellos mismos y con las mismas armas, uno que no le temía y solo necesitaba una leve invitación a la fiesta en el otro continente. Y por primera vez tuvo que dar un paso atrás. La guerra siempre había sido lejos de casa, esto era otra cosa.

COSAS QUE HACEMOS POR AMOR A ALGO MAS GRANDE QUE NOSOTROS MISMOS

Fueron tiempos difíciles , décadas , para el mal en la isla nación. Se repartieron tierras, se repartieron casas, los pobres llegaron a la universidad, se hicieron campañas de alfabetización y de vacunación, se abrieron nuevas universidades, se enviaban a los pobres a estudiar a otros países, aumentó la natalidad .

Y para colmo se enviaron hombres a apoyar a otros pobres por el mundo, y no solo hombres- soldados, también hombres-maestros, hombres-médicos, hombres- deportistas, hombres- científicos. La fiesta estaba perdiendo su encanto.

 Había que hacer algo. Y se hizo. Menos mal que siempre hay oídos receptores, almas dispuestas. Lograron separar a las familias y así divididas comenzaron a odiarse de una orilla a la otra cuando en realidad las dos partes deseaban en esencia lo mismo para su país. Los hizo sordos y  ciegos. Logró minar la confianza de algunos y crear la división interna. La esperanza estaba en los jóvenes que no tenían memoria histórica, que les gustaba lo nuevo y brillante.

EL MAR

Nuestra única frontera. Bello desde la orilla, terrible a solo unos cientos de metros adentro. El Mal necesitaba hacer algo para que los hombres de la isla se lanzaran hacia el azul y sacrificaran lo más preciado que hay: sus vidas.

Fue tan fácil que casi moría de la risa mientras manipulaba las cuerdas. Era lógico pensar que en un pueblo hambriento de comida y de objetos después de más de dos décadas de aislamiento el estrago que harían los visitantes del norte sería un espectáculo magnifico de observar.

Cada cierto tiempo  y atraídos como mariposas nocturnas por las luces del consumo, de las luces de las grandes ciudades del norte, los habitantes de la isla comenzaron a lanzarse al mar. ¿Cuántos llegaron y cuántos murieron? Fue algo que duró décadas. Pero no me agrada hablar así de todos, algunos se fueron persiguiendo un sueño, otros ya estaban cansados después de tantas batallas y años y solo deseaban paz en sus vidas. Para cada uno de ellos valía la pena jugarse la vida de una vez a morir en vida poco a poco esperando un mañana próspero y feliz que nunca llegaba como el horizonte mismo que nunca se puede alcanzar.

SE GANA O SE MUERE 

Los dos gigantes se enfrentaban por tierras y recursos, pero más aún, por las mentes de los hombres. Uno de los gigantes era demasiado joven y murió joven porque el otro estaba en plenitud, solo tenía 400 años y al mismo tiempo lleno de experiencia.

Y esa isla que todavía resistía. . .pero en fin, ya son tantos los que desean que caiga que a veces se duda. Y en caso de que suceda habrá seguramente una gran fiesta para ver a sus habitantes sumergirse en el mundo real de mucha riqueza para algunos, de drogas al alcance de todos, del regreso de la prostitución en masa (no solo de unas cuantas), de cárteles y pandillas, después de todo son los últimos que quedan, ya no les queda nadie a quien recurrir y nadie realmente quiere ayudarlos, los que llegan solo van hacia allí para estar sentados a la mesa cuando el banquete se sirva. 

Bienaventurados los ricos, los hermosos, los sanos, los inteligentes. De ellos será el reino de los cielos en la Isla si se salieran con la suya.


NUESTRO SUFRIMIENTO NO TE HACE VENCEDOR

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UNA CANCION QUE PUDO SER SUBVERSIVA SI . . 

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UNA BELLA CUBANA

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lunes, 19 de julio de 2021

UNA CANCIÓN QUE PUDO SER SUBVERSIVA.

. ¿Qué tienen en común LA INTERNACIONAL y la canción IMAGINE de John Lennon? Todo. Y si hay alguien que todavía se deja llevar por el camino que la canción es solo un himno a la paz pues debería prestarle más atención. 

La canción nos dice:

Imagina que no hay paraíso, es fácil si lo intentas, tampoco infierno. Sobre nosotros solo el cielo. Imagina a todos viviendo solamente el presente. Imagina que no hay países, no es difícil, que no hay nada por lo que matar o morir. Y tampoco religión.

Imagina a todos la gente viviendo en paz, puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único y espero que un día te nos unas y el mundo será uno solo. Imagina que no hay posesiones, me pregunto si podrás. Sin tener necesidad de acumular, ni hambre, solo la hermandad de los hombres, e imagina a todos compartiendo el mundo.

Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único, espero que un día te nos unas y que el mundo viva en unidad.

Es decir, imagina un mundo sin religión, sin infierno ni paraíso, un mundo ateo. Imagina un mundo sin países, gobernado por una sola autoridad mundial donde no haya ideologías que nos inciten a matar o a morir. Imagina que no hay posesiones (por lo tanto no hay propiedad privada), que no hay necesidad de acumular, que no hay hambre y reina la la hermandad y solidaridad entre los hombres.

Y finalmente nos dice que espera que nos unamos a ese movimiento. Siempre me viene a la mente el lema: ¡Proletarios de todos los países uníos!

Es decir, si esa canción hubiera sido compuesta en la Unión Soviética o Cuba (con ritmo de marcha claro está)   y no por un músico de clase media de Inglaterra que vivía en New York sería un himno de la gente progresista, de los comunistas y otros movimientos de izquierda del mundo. Pero el mundo tal cual es hoy devora, procesa todo lo que promueve diferencias e inquietudes sociales y regurgita la versión suave, light, y que suena muy bien escuchada en una noche estrellada, con una Coca-Cola en una mano y una MacDonald en la otra, mientras se piensa en lo injusto que es el mundo.

Nada, una consideración de la vida tal cual se lleva hoy en dia y los poderosos diluentes que blanquean nuestras mentes si no estamos alertas. 

 

Imagine there's no heaven, It's easy if you try, No hell below us, Above us, only sky, Imagine all the people Livin' for today

Imagine there's no countries,  It isn't hard to do, Nothing to kill or die for

And no religion, too.

Imagine all the people, Livin' life in peace,  You may say I'm a dreamer

But I'm not the only one. I hope someday you'll join us, And the world will be as one.

Imagine no possessions, I wonder if you can, No need for greed or hunger

A brotherhood of man, Imagine all the people Sharing all the world

You may say I'm a dreamer, But I'm not the only one, I hope someday you'll join us And the world will live as one


viernes, 16 de julio de 2021

ENTREVISTA 3 (A LOS OTROS CUBANOS): ABEL

 ABEL

Ya sabes, mi nombre es Abel.  Salí de Cuba en el año 2000 cuando recién me graduaba de economía. Realmente aguanté hasta el final de la carrera a duras penas. Ya no resistía tantas escaseces, tanto calor en todas partes, tanto marginal en todos los niveles. Gente vulgar y fea. La fealdad era como una sombra funesta que conquistaba cada vez más terreno. Quería irme a un país rico y donde la mayor parte del tiempo hubiera frio, o al menos hubiera aire acondicionado en todas partes. Asocio el calor con la pobreza. El sudor, los olores fuertes, el desgaste ante cualquier esfuerzo aunque sea mínimo. Y en Cuba sobra todo eso. Lo de país rico era para llegar a un lugar donde ya todo estuviera hecho y no en perpetua y estéril construcción .

Llegué a Canadá y el único trabajo que encontré fue limpiando pizzerías en la madrugada. Tres pizzerías cada noche. Así por casi dos años, hasta que una tarde de un día libre conocí a Paul enseguida nos llevamos bien y nos fuimos a vivir juntos al mes. Le conté mis sueños de un día llegar a Cuba como un hombre rico y restregarles a todos los comunistas de mi cuadra mis éxitos. Le prometí llevarlo a Cuba por todo lo alto.

De manera corta: me consiguió un trabajo en la compañía donde trabajaba. Me fue tan bien que en un año me enviaron a un curso en España para nuevas técnicas de administración y su relación con los bancos. Al terminar el curso presenté una solicitud en el Banco Interamericano de Desarrollo que estaban buscando empleados para sus oficinas en Haití. ¿Haiti? Pues sí, pero allí aprendí que en todas partes (menos en Cuba posiblemente) había grandes supermercados, edificios imponentes de bancos, clubes para los ricos y un mundo separado por clases. Mucha comida basura para los pobres, mucha comida buena para los que podían pagarla. Si al menos en Cuba fuera así. En fin, tremendo salario y por poco pierdo la vida porque a los seis meses ocurrió un terremoto que dejó   al país más en ruinas aún, si fuera posible. Me pagaron una buena compensación y me enviaron a trabajar a Perú. Allí estuve tres años, en Méjico tres más, y desde entonces en Miami y Houston. Ya sabes, mucho dinero. Saque’ de Cuba a mi madre, mis dos hermanos y a mi abuela. A mis hermanos les busqué buenos trabajos, a mi madre y a mi abuela las hice viajar por los cinco continentes. Otro día te cuento. Pero Cuba no se me quitaba de la cabeza, es decir tenía algo pendiente.

No, no era cuestión de ninguna venganza, al menos no de ese tipo, es que quería tener ciertas satisfacciones. Después que murió mi abuela vendí mi apartamento en Canadá, me separé de Paul y me instalé definitivamente en Miami.  Me gusta, excepto por los cubanos de allí, es la misma escena patética de Cuba, pero en un espejo invertido. Mucho ruido, juegos de dominó y políticos viejos encadenados en el pasado que arrastran a los que llegan a cumplir la vendetta política.

Regreso a mi vida. Viajé nuevamente a La Habana en el 2015. Muchos sentimientos encontrados, pero ya sabes, tenía mis convicciones y mis sueños. Para colmo el gobierno cubano mostraba signos de debilidad, es decir, ellos decían construir puentes a los emigrados para que colaboraran de cualquier manera o regresaran a Cuba. Tontos, es como entregarle la pala al sepulturero. Parece mentira que no nos conozcan. Y es cierto lo que dices de que tu sufrimiento no nos hace vencedores , pero también es cierto que la venganza es un plato que se come frio.

Compré dos apartamentos en La Habana. Para rentar habitaciones a turistas que yo mismo traería de manera indirecta a Cuba. Le vendería lo mejor del país, y como debe ser, la mejor parte para mí. A los tres años me aburrí porque hasta para conseguir papel sanitario era un problema, muchas cosas las traía de Miami, y con esa intuición que Dios me dio decidí vender los apartamentos. Además, no sé por qué, pero hay cada vez más negros, eso no puede traer algo bueno, al final habrá un problema serio con eso, seguramente quemaran cosas en las calles y se meterán en las tiendas. Creo que será la venganza del comunismo en Cuba para el futuro sin ellos.

En todo caso, quise encontrarme contigo para despedirme. Quizás algún día nos veamos por alguna parte del mundo. No regreso a Cuba más, ni aun sin el comunismo, no vale la pena, esto siempre será lo mismo, por lo menos en el tiempo que me resta de vida, se lo digo a una prima que me queda por acá, me tiene harto con que ama a Cuba, solo le envío dinero por mi madre, que si no se conformara con lo que dan por esa libreta de racionamiento. Todavía me pregunto cómo has podido no solo sobrevivir aquí , sino mantenerte cuerdo.

¿mi patria? Ese es un concepto del pasado, atrasado, ya el mundo es casi uno solo, es una apariencia de tantas cosas incluidos esos conceptos de soberanía, patria, independencia. Pero no te pongas triste, el mundo va en esa dirección cada vez más y en dos décadas, pues nada.


ENTREVISTA 1: RAFAEL

ENTREVISTA 2 (A LOS OTROS CUBANOS): SONYA

 SONYA

Las madres cubanas, igual que todas las madres latinas, son muy posesivas con sus hijos. Nunca comprenden que son solo un vehículo por el cual llegamos los hijos. Recuerdo que cuando tenía más o menos nueve años y recién fallecido mi papá se lo dije a mi madre. Le peinaba sus rizos negros en los que ya asomaban unas canas, le dije que no me quedaría a verla envejecer. Que partiría tarde o temprano de la casa. Quería vivir sola, no quería tener hijos. Sus ojos, que ya estaban cansados, me miraron fijamente y decidieron no creerme. Al menos eso pensé en ese momento, después comprendí que realmente había decidido no dejarme partir, costase lo que costase.

Fue la primera persona que se equivocó de plano conmigo. No sé  por qué creen que mi aspecto de chica linda no contiene una voluntad de hierro. . . o quizás la falta de un corazón sensible. Quieren imponerme reglas, quieren seducirme y atraparme en relaciones. Aunque tengo que reconocer que mi madre me llevó por un camino expedito y sin obstáculos por el sistema de educación, tuve ropas y zapatos en una Cuba llena de escaseces, celebraba los cumpleaños en las piscinas de hoteles de la Habana, compró  a médicos que emitieron certificados para que no fuera a las escuela en el campo. Y así  llegué a la universidad.

Siempre quise estudiar derecho. Ya sé lo que estás pensando. Lo mío no era lo de juicios, presos, defender a ladrones o corruptos. Lo mío era lo de las relaciones internacionales, las corporaciones, el derecho internacional.

¿En Cuba?

Solo espera. Recuerda que fuiste mi maestro, que lo que serían clases por cinco años lo fueron por dos. Tenía planes de otros idiomas y que mientras esperaba para matricular en la Alianza Francesa me diste clases de alemán. Y así cuando entré en la universidad ya tenía un tramo andado.

Así fue que la chica de ojos azules intensos, cabello muy negro con cuerpo de sirena, que tocaba el piano y la guitarra, que sabía tres idiomas además del suyo y que no salía con nadie pasó por los tres primeros años de la carrera. Tenía calificación perfecta, pero como no era participativa en la política sabía que las posibilidades de un buen trabajo directo al graduarme estaba al borde del precipicio. Solo una oportunidad de oro podía salvarme porque hay sacrificios que no estaba dispuesto a hacer. Esas marchas, esos juegos deportivos universitarios, esos sudores interminables solo eran una última opción y siempre a ser evitados.

Y me puse a esperar. En estos dos años que faltaban tenía que aparecer algo importante y debía estar preparada. Y así  fue.

Llegaron unos abogados de un importante bufete de Canadá. Venían a dar un curso de negociación. En aquellos años en la universidad había un plan piloto de idioma francés y los abogados comenzaron su clase hablando en francés. Tímidamente se levantó un brazo. Era la jefa de los jóvenes comunistas: ¿no pudiera hablar en español?

El profesor se bajó las gafas hasta la punta de la nariz, ¿Cómo? A mí me dijeron que ustedes hablaban fluidamente el francés.

El silencio y alguna que otra risa nerviosa fue la respuesta. OK, dijo el profesor, solo se quedan los que puedan hablar fluidamente el francés y el inglés.

Nos quedamos ocho. Y fue brillante. Ocho mentes muy parecidas a la mía, aunque con menos ambición, en el sentido positivo de la palabra. Al final del curso nos dieron una tarjeta de presentación para si quisiéramos contactarlos cuando “visitaramos” Canadá. Todos rieron ante la imposibilidad de ese pensamiento. Todos menos yo, pues hacia mucho que esa posibilidad estaba en el libro de planes de mi vida.

Mi tesis de graduación fue sobre Marcas y Patentes. Principalmente sobre la Coca-Cola en Cuba. ¿Recuerdas que te puse en los agradecimientos? Si, uno de los tres , solo tres. Y en menos de un año estaba en Canadá visitando a mis “amigos”. Realmente aproveché la oportunidad de un evento internacional al que nos enviaron a  un compañero de trabajo y a mí. Al día siguiente me le perdí y fui al bufete. El canadiense a duras penas me reconoció, pero finalmente lo hizo y me ofreció trabajo. Fueron tres años gloriosos, de aprendizajes y de economía. El mundo anglosajón gira alrededor del dinero. Pero yo no gastaba mucho porque había algo que no me dejaba quieta. Era tan ridículo y lo probé todo para quitarme la nostalgia, pero me faltaba Cuba.

¿mi madre? No resistió mi partida. Es decir, ella pensaba que habría retorno de aquel viaje y cuando la llamé para decírselo me amenazó con matarse. No pensé que lo haría, pensé que sería solo uno de esos chantajes, pero lo hizo. Agradezco mucho a los vecinos que la enterraron. Lo que no pudo lograr mi madre lo hizo la nostalgia por cosas que aun hoy no entiendo.

Regresé como representante de compañías canadienses en Cuba. No pude recuperar mi apartamento, pero tengo otro, y otras cosas que la gente llama prosperidad. Lo importante para mí es el reto y estar libre de ataduras, sobre todo sentimentales. ¿Cuba? Está en un punto crítico , no se le perdona ciertas cosas. Y miro a los cubanos caminar hacia la luz y otros hacia el precipicio. Sobre todo ese coqueteo que tienen los artistas e intelectuales con ese enemigo histórico de Cuba. Si yo, que me encanta la sociedad de mercado y sus ventajas me doy cuenta, ¿Cómo ellos no?.Los tontos del cuento que después estarán llorando por los rincones, pero si hay que vivirlo, hay que vivirlo.

Me gusta de Cuba  el clima, sus playas, su energía intrínseca, pero los cubanos en su mayoría no. Pero hay algunos que pueden hacer la diferencia, es una pena que hayas decidido mantenerte al margen de tantas cosas, pudieras hacer la diferencia, pero quizás en ese aspecto pienses como yo, o como diría un amigo: pensar que sus votos valen igual que el mío. Ese es el gran error en mi opinión.

ENTREVISTA 1: RAFAEL

ENTREVISTA 1 (A LOS OTROS CUBANOS) : RAFAEL

 RAFAEL

Siempre me gusta estar bien temprano en la oficina. Me acostumbré desde que comencé a trabajar con firmas europeas. Las reuniones eran más o menos a las cuatro de la mañana en La Habana. Después de un buen café me siento a mirar el mar, o la piscina del hotel de al lado del edificio. Ese resplandor del amanecer en el agua me calma y me da energías. Ver a la gente corriendo para alcanzar el transporte al trabajo para comenzar el día cuando el mío ya lleva casi cinco horas. Me gusta descalzarme y dejar que el calor del café me recorriera el cuerpo. Por eso siempre llevo mocasines, me encantaba descalzarme y estirar las piernas, disfrutando de ambientes relajados.

“¿Qué me preguntabas? “ Ah , sí, soy de Cienfuegos. Estudié en la universidad de Santa Clara. Ingeniería. Fueron años muy felices. Pero estudié mucho. Lo tenía claro desde el comienzo, sobre todo cuando regrese a casa después de graduarme. De alguna manera mi madre se enteró de que soy gay. A la mañana siguiente me botó de casa y tomé un autobús para La Habana. Ella era muy católica.

Tenía un conocido aquí en La Habana y tenía poco tiempo. En una fiesta esa semana conocí a Gabriel. Me llevaba más de 30 años, pero era agradable y profesional, había viajado por Europa y me sentí cómodo con él . Tenía casa. Y me consiguió trabajo. Cinco años después mi vida había cambiado totalmente. Siempre me habían gustado los idiomas y sentarme por las madrugadas a leer, pero si era a estudiar mejor. Aprender algo útil es más práctico. Ganar dinero con conocimientos que otros no tienen me hace sentir bien. En esos cinco años entré en todos los cursos del Ministerio de Comercio Exterior, pulí mi francés y mi alemán. El inglés era ya pan comido hacia mucho. Soy de esos que tuvo que aprender desde el Windows 95 hasta un Doctorado en Economía.

¿Qué si me gusta el dinero? Muchísimo. Me he esforzado mucho para tenerlo. Y no, no veo la contradicción entre vivir en Cuba y tener dinero. Sé que hay gente que se va a los dos extremos. Pero yo estoy en el centro. He tenido y tengo un buen trabajo, tengo dos apartamentos, uno de ellos alquilado a un diplomático que una vez fue mi amante. Tengo auto, una casa en la playa, visa para Estados Unidos por diez años y con ella obtuve la de Méjico por el mismo tiempo. Mis abuelos españoles que no conocí me dejaron la posibilidad de su ciudadanía y pasaporte. Y al mismo tiempo me encanta trabajar para mi país y su gente. Sé que la realidad para muchos es difícil, pero yo he creado la mía, y si yo pude ellos pudieran. Además, quizás tengamos las mismas metas solo que vamos por carriles diferentes. No veo la contradicción entre gustarme las cosas buenas de la vida, las sutiles, el rechazar el ruido y los carnavales y al mismo tiempo trabajar lo mejor posible y defendiendo los intereses de mi país. Realmente hace mucho que no le dedico tiempo a pensar en esas cosas.

¿mi mejor experiencia? Mi viaje a Paris, exactamente mi primer viaje a Paris. Y dentro de ese viaje la visita al museo de L’Orangerie o la llamada Capilla Sixtina del Impresionismo. Allí están los grandes murales de los Nenúfares, pintados por Monet al final de su vida. Desde la primera vez que entré  allí se me saltaron las lágrimas .Es una habitación oval  con varios murales de un lago con nenúfares en diferentes momentos del día. Desde el diseño de la habitación hasta los asientos en el centro, las paredes blancas y contrastantes los murales con azules intensos, reflejos de un agua hechos con grandes trazos de pincel que más que reflejar sugieren un mundo de belleza, un mundo mejor. Ese es el espíritu del mundo que le deseo a Cuba.

Es bueno estar acá mirando los reflejos del sol en la piscina del hotel de al lado. Pronto se inaugura uno nuevo en malecón y creo que pediré alquilar una suite para oficina allí, frente al mar, sin vista a la ciudad, solo el mar. Pararme en el centro de la habitación y ver solo el horizonte.

Sí , con esto del COVID todo se hace más difícil. . .para ellos. Me apena y espero que pronto termine, ya es demasiado tiempo para la gente pobre del mundo, incluido los cubanos. Extraño las tardes en los jardines del hotel Nacional. Tomarme algo con algunos amigos o solo, esperar a mi pareja antes de irnos a casa o a comer en cualquier lugar.

No, no tengo muchos amigos o conocidos en el gobierno más allá de lo estrictamente laboral. Ellos necesitan a gente como nosotros, trabajo duro y muchas horas pero la política y sus empleados mientras más lejos mejor. No tenemos mucho en común, ya te dije que me gustan los silencios.

Lo que más disfruto: mis paseos en Kayak. Llevo mi mochila y en ella un mantel de cuadros rojos y blancos, varios sándwiches y una botella helada de vino blanco. Llegamos a la ensenada cerca de la casa de la playa y allí lejos del mundo compartimos momentos y la caída del sol en este mar maravilloso que nos rodea y que cada vez son menos los que se detienen a mirarlo.

Sí, lo sé , llevo una vida mejor, pero no me lo han regalado.

¿preocupado? Para nada, los que vienen detrás están drogados en dopamina dada por internet y Disney. Hay oportunidades, y las que están por venir son mejores aun.

Claro, puedes perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos, pero, ¿Dónde no?

ENTREVISTA 2: SONYA




lunes, 28 de junio de 2021

BELLA CUBANA: CATALINA DE LASA



 CATALINA, una y otra época 

Catalina de Lasa fue considerada una de las mujeres cubanas más hermosa de todos los tiempos. Ganadora de los concursos de belleza de la aristocracia cubana en los años 1902 y 1904. Desde su mausoleo Art Déco hecho por René Lalique en el cementerio de Colón de la Habana con cristales de Murano y esmeraldas nos incita a recordar una Cuba que ya no existe, su vida glamorosa y sus viajes que aun hoy serían considerados extraordinarios. Ella y su segundo esposo, catorce años mayor, fueron el centro de atención de un escándalo a principios del siglo XX, antes de que existiera el divorcio en Cuba y que conmovió a toda la alta sociedad. 

Esa mujer, de la aristocracia cubana, Matancera, que abandonó a su esposo por irse con otro que era el rey de la crónica amarilla en la Habana, Juan Pedro Baró. A la que le quitaron sus hijos y a donde quiera que se presentaban todos abandonaban el lugar, como aquella vez que con el Teatro Nacional lleno toda la platea abandonó la sala y entonces ella se quitó sus joyas y las lanzó al escenario para que cantaran y tocaran solo para ellos. De familia noble y con muchos miembros que participaron en la lucha por la independencia de Cuba se unió a un hombre cuya familia se hizo rica con la trata de esclavos. Con el tiempo hubo cierta admiración por la mujer que rompió las convenciones sociales, quizás  la belleza ayude a perdonar, o al menos comprender.

Eran tan ricos que su casa de la Avenida Paseo en la Habana fue considerada en su momento la más hermosa de toda América Latina. Y aunque hubiera sido solamente la más bella de Cuba ya era un gran mérito, considerando la gran cantidad de casas de esa época que aun hoy, cien años después, conservan esplendor y sueños por vivir. Nada fue dejado al azar. Nada de alfombras que ocultaran aquellos gloriosos pisos con dibujos en mármoles importados de colores diferentes. Casi sin cuadros para que apreciara el trabajo perfecto del estucado de tradición veneciana, ocre, rosa y azul, los muebles, las lámparas, lucetas y apliques de Lalique en vidrio malva de Murano, especialmente diseñados para cada lugar preciso de la casa. La casa de tono rojizo por sus mármoles y la arena roja de cierta parte del desierto del Zahara (todavía están en el sótano sacos para futuras reparaciones). Nada al azar salvo ellos dos. 

Hasta el 1962 perteneció a la familia y entonces se convirtió en una de esas incongruencias que marca el socialismo tropical , la Casa de la Amistad Cuba-URSS. Con el tiempo, la evolución típica de la teoría de la ventana rota (de ella hablare’ pronto en otro blog): las habitaciones se convirtieron en cafetería, restaurante, los jardines alquilados para fiestas de pioneros, nada muy diferente a la historia de otras mansiones abandonadas por sus dueños, poniendo tierra por medio “hasta que los americanos paren en seco a esos barbudos comunistas” y las cosas volvieran a ser como antes.

Ella y su familia fueron representantes de una mezcla de aristocracia mezclada con burguesía rica y con prestigio patriótico. Como ella misma decía , sus apellidos fueron la mejor dote que llevó a sus matrimonios , aunque los contemporáneos decían que  más valiosa era esa especial belleza que varias mujeres de esa familia heredaron.

Por supuesto que tenían que conocerse en Paris, una ciudad que conocían mejor que La Habana, que por otro lado ya casi no vivían los herederos de fortuna, pero a la que siempre se regresa por razones inexplicables y siempre muy propias. Por supuesto que compraron una de las mejores casas del París de la época, y que después fue la casa de los Onassis.

¿Qué hubieran dicho o cómo habrían actuado si hubieran vivido solo unas décadas más cuando el triunfo de Fidel Castro? Esa burguesía que formó parte de la alta jerarquía del ejército que luchó por la independencia de Cuba, eran en definitiva burgueses nacionalistas. Como muchos que sí coincidieron con los comienzos de la revolución al principio les resultaban simpáticos esos jóvenes rebeldes, pero pronto hubo un cambio, se sentía la frialdad, y se podía entender, ellos perdían sus posesiones y un mundo conocido y amable donde ya eran triunfadores o candidatos seguros, donde iban perdiendo amigos y parientes muy cercanos y todos perdían, muy conscientemente, un futuro que antes parecía moverse  por caminos prefijados. El mundo volaba en pedazos y parecía que no iba a parar. Era una revolución, que se asfixia y muere cuando deja de moverse, como pasa con los tiburones, que aunque a veces estén muertos parecen que se mueven porque la corriente los arrastra y siguen asustando a los bañistas que solo ven la aleta dorsal fuera del agua. Esto se ha cumplido siempre hasta ahora, y ya lo sabemos, es quizás solo una cuestión de tiempo.

Catalina representa una época que siempre está presente en La Habana. Sus calles, sus edificaciones, su espíritu es lo que da el carácter principal de La Habana hoy en dia. Es lo que atrae al turismo, es lo que hace suspirar de nostalgia a muchos cubanos por una época perdida en décadas atrás y que parecía mágica, llena de igualdad y abundancia, llena de detalles que el socialismo rechaza o sencillamente elimina a golpe de mandarria o porrazo. Los palacetes y casas de esa época, las historias de sus vidas sumerge a la desigualdad, el expolio y la explotación en tipos de leyendas urbanas que las nuevas generaciones ya no están dispuestas a creer. Ellos y gente como ellos son el sueño de muchos hoy en Cuba, que aun viniendo de familias muy humildes o francamente pobres de aquellos años  también, los que trabajan y daban las riquezas a Catalina y los suyos, creen que ese mundo debería regresar, aunque sea para mirarlo desde las aceras como hacían sus abuelos u hoy en dia desde Facebook e Instagram.

Humberto

Guia de Ciudad y Maestro

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EL PERFUME.

 Agradecimiento a mi amigo Ismael. Cuando nos conocimos me abrió un océano de fragancias nuevas y por lo tanto de mundos que no conocía. El olor del chocolate de primera calidad, las especias que conocía solamente por libros, pero nunca había probado u olido. Las fragancias de perfumes o colonias que parecían ser del paraíso, de un mundo vetado. El olor del cuero noble, de vinos , de las cosas nuevas y sus envolturas que me sorprendían desde antes de descubrir los tesoros que me había traído como regalos. El olor de comidas que nunca antes había probado y que con su paciencia budista en cada viaje de miles de kilómetros disfrutaba regalarme de restaurante en restaurante, de paladar en paladar  cada noche, literalmente cada noche, y con conversaciones que parecen no tener fin. Y todo esto sin pedir nada a cambio, solo por el placer de hacer despertar los sentidos dormidos de alguien en una isla lejana y con mala fama a la que nunca pensó regresar, de hacer un nuevo amigo que se merece lo mejor, aunque viva en el otro lado de la Historia y del mundo.



ANTES DE 1990

Al poco tiempo del 1959 ya teníamos en Cuba problemas con los artículos de aseo y limpieza. Toda la materia prima provenía de Estados Unidos y la historia ya la conocen.

Una década más tarde teníamos un solo tipo de jabón de lavar, dos tipos de jabón de baño y más tarde solo uno, dos tipos de champú (uno para cabello riso y otro para cabello lacio). Dos tipos de colonias que fueron después cuatro y dos perfumes en la década del 1980s. Dos tipos de desodorantes, uno en crema para los negros y otro en barras sólidas para los blancos. Olores intensos al estilo ruso, nada de sutilezas. Talco sin olor para después del baño, y creo que eso fue todo. No nos enteramos que en otras partes se habían creado y  usaban champús para cabellos grasos, secos, dañados, teñidos, igualmente que habían entrado en el mercado acondicionadores, mascarillas capilares, suavizadores, detergentes para ropa de color, detergentes con bacterias que devoraban la suciedad, desodorantes para todo tipos de pieles y con decenas de fragancias nuevas cada año.

La vida era simple para nosotros, los olores eran naturales, la ropa de cama olía a sol y a almidón . No había mascaras ni cremas en rostros ni fragancias artificiales en la piel. Pero tampoco había magia. Nadie entraba ni salía de Cuba y por lo tanto no sabíamos.

Mi mamá guardaba un pequeño frasco vacío, con una delgada capa parda sólida de esencia seca en el fondo de un frasco de Chanel número 5 que de alguna manera llegó a sus manos, y alguna que otra vez la veía en la ventana destapar cuidadosamente el frasquito y oler por unos segundos aquel aroma que durante unos minutos la transportaba a otra época cuando era joven y unas gotitas detrás de las orejas y en las muñecas era como llevar un arma mortal para conquistar el mundo.

Todo hasta el 1990 cuando cae el muro de Berlín y el campo socialista de Europa del Este. Y entre las cosas que cambiaron fue la llegada de los turistas, con un mundo moderno, oloroso y atrevido en fragancias en sus equipajes.

 

EL ANCIANO DE “EL ENCANTO”

A Ricardo lo conocí durante el periodo especial cuando todos los cubanos hacíamos colas de varias horas para conseguir algo de alimentos. Nunca lo había visto antes, pero nos llevamos bien inmediatamente. Fueron esos días donde todos nos volvimos un poquito contrarrevolucionarios y culpábamos al gobierno por todo lo que nos estaba pasando y entonces Ricardo me contaba de su época de juventud. Fue jefe de piso en la tienda mas elegante de la Habana, y por lo tanto de America Latina: El Encanto.

Otro día escribo sobre ella, pero lo importante ahora es mencionar que este hombrecito diminuto fue el jefe de piso donde se encontraba la perfumería. La Habana era el lugar donde se probaban los perfumes franceses que venían a América, si gustaban seguían para las grandes urbes del continente:  New York, Ciudad Méjico, Buenos Aires.

Ricardo aun en los años 1990s se vestía como si estuviera activo, aun cuando la tienda fue victima de un sabotaje en 1961 y él se jubiló en los años 1980s. Camisas de mangas largas, pantalones de pliegues en la cintura y hasta de vez en cuando zapatos de dos tonos. Colores claros en el verano y oscuros en el invierno.

Pero con el periodo especial desaparecieron los artículos de limpieza. Lavábamos la ropa con agua y sal; y la cabeza con flores de mar pacifico, y mientras pasaba esto Ricardo se iba apartando en las colas, se mantenía distante y ya no conversábamos. Hasta que un día coincidimos y casi que lo acorralé en una esquina del portal de la bodega donde comprábamos. . .lo que podíamos. Y ante mis preguntas me hizo a su vez otra: ¿no las ves? ¿no lo sientes?, me dijo mientras me hizo notar pequeñas moscas que llamamos en Cuba guasasas que revoloteaban sobre su cabeza, “ a donde quiera que voy vienen hacia mí. Ya no puedo más con este olor, esta falta de higiene, se me cae la cara de vergüenza”

A Ricardo lo dejé de ver por un tiempo. Murió por una sobredosis de Valium que no sé de donde lo sacó porque escaseaba tanto como el jabón. Decían que estaba muy deprimido por todo lo que pasábamos, pero yo creo que lo hizo por vergüenza de tan solo pensar que era rechazado por el mal olor característico que tienen  los ancianos desprotegidos.

 

 

CLASES PRIVADAS

Me he puesto unos audífonos para escribir esta parte. Escucho música Caribeña, alegre y colorida, para espantar los sentimientos negativos. Es curioso, en aquel entonces me sentía muy feliz de llegar a casa con el resultado del trabajo de todo un mes y por “el sabor del peligro” en los labios.

Pero el tiempo cambia las cosas, la visión de las cosas. Ahora siento un poco de desánimo y vergüenza. Y no sé bien porqué, en definitiva hice lo mejor que pude y con las herramientas que tenía: mi mente y mi conocimiento.

La historia comienza así. En la esquina de mi casa hay un hospital. En aquel entonces era un hospital ginecobstétrico, es decir, atendía mujeres y sus dolencias propias, y embarazadas. Toca a mi puerta una mujer de unos 35 años, elegante y perfumada, con sortijas de oro y perfume un poco fuerte. Me pregunta si soy Humberto. Ella, Elsa,  la jefa del departamento de microbiología del hospital. La cuestión era que ella y unas amigas querían dar clases de Inglés.

Hasta ese momento yo no había dado clases privadas. Y realmente ni había pensado en ello, pero ya mi padre comenzaba con el cáncer en su garganta y era el año1998 y no había manera de conseguir alimentos baratos. Acepté. No sería lejos de casa, a solo 20 minutos. Las clases en su casa o, en caso de que la clases coincidieran con su horario de trabajo en algún momento se podían dar en la casa de una de las chicas, justo al lado de la de ella. Perfecto.

Seré breve. Casas preciosas, pero algo me llamó la atención inmediatamente. Elsa de 35 años con esposo (director del hospital) de 70. Las muchachas mucho más jóvenes, escasamente 18 años. En total 5. El pago pudiera ser de dos maneras: en efectivo o en especie. En pocas palabras: Elsa era una madame, las chicas sus prostitutas, jineteras, y como estaban con extranjeros podían comprar en las tiendas de los hoteles y por lo tanto podían pagarme con lo que ellas comprarían. Una de ellas era la hija de un teniente coronel que vivía en la casa de al lado, y todo debía ser muy en secreto, incluidas las clases de ingles.

Cada mes ellas me preguntaban sobre si efectivo o mercancía. Siempre fue mercancía. Cada fin de mes yo regresaba feliz con mi botella de champú, dos jabones, algo de detergente, pasta dentífrica, un desodorante y un poco más porque me pagaban 3 dólares por 3 clases de una hora a la semana. Fueron casi dos años hasta que mi padre empeoró y durante un tiempo no pude dar clases de ningún tipo.

Pero durante ese tiempo fue la época que la gente lavaba con sal, el señor Ricardo murió quizás de vergüenza, y la gente se lanzaba al mar en búsqueda de una mejor vida, y yo , al menos durante un tiempo no tuve esa preocupación. Tampoco eran productos buenos, lo importante era la cantidad, y tampoco remedié lo de los alimentos, pero al menos estábamos limpios.

Con el tiempo ese recuerdo me oprime el corazón. Y no sé exactamente la razón. O sí la sé, y es que quizás las cosas no han cambiado mucho.

LA LIBERTAD DE OLER BIEN

Es quizás la más menospreciada de las libertades. Muchos la califican de superficial. Pero a los cubanos nos brinda mucha información. Las fragancias nos dicen si tu jefe, tu amigo, tu cliente o simplemente la persona que tienes delante han viajado recientemente, si se asea diariamente o solo cubre la mugre con perfumes. Nos dice si tiene dinero, si es coqueto o coqueta por el brillo del cabello. Los hombres y mujeres cubanos nos alteramos las hormonas con solo sentir que alguien pasa a nuestro lado recién bañado oliendo a jabón de calidad, a crema sobre la piel. Unos cabellos mojados oliendo a champú y suavizador nos transportan a unos minutos atrás a una ducha donde muchas cosas pudieran pasar.

Pero además, el poder comprar, escoger, disfrutar de productos de aseo es un signo de libertad para los cubanos. De que no solo quieres sino también puedes cuidar de ti, de que nadie te puede limitar y tenga poder sobre ti.

Puede parecer un razonamiento superficial, pero después de tantas décadas marca la diferencia. Y tanto es así que siempre me sonrío (soy de esos maestros que se vuelca sobre los alumnos para revisar sus ejercicios mientras lo hacen en clases) y ellos dicen que soy “el teacher que huele a yuma”


Humberto

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jueves, 6 de mayo de 2021

CARLOS ACOSTA, ASI SOMOS LOS CUBANOS

 Hace algún tiempo quería escribir algo sobre nosotros los cubanos. Quería escribir algo amable, que diera una mejor idea de quienes somos los cubanos que nos interesa Cuba como Patria, como el hogar de lo mas valioso que tenemos en nuestras vidas. Pero buscaba y buscaba las palabras y todas me parecían huecas, tomadas de rehenes por los políticos y demagogos desde hace mucho tiempo y por lo tanto me sonaban vacías, eran como telas desteñidas  que trataban de vestir mi alma, pero dejaban ver que fueron usadas muchas veces y no lograban cubrir el mas ligero de mis pensamientos.

Después buscaba entre  compatriotas ejemplos que mas que sentirnos orgullosos de ellos nos dejaran ver esa cualidad humana que tenemos todos, de todas partes del mundo, pero en este caso alguien que fuera  de Cuba que nos recordara que hay mas que revoluciones, partidos políticos, que nos dejara ver que en Cuba hay seres humanos extraordinarios en su diario vivir que un día tienen la suerte o no de ser ricos, o famosos, pero siguen siendo ante todo bellos cubanos.

En fin, ha sido una búsqueda de largo tiempo, y aunque he encontrado varios me he decidido comenzar por alguien muy especial.

Aunque sea ocioso recordarlo, valga: el cubano Carlos Acosta ha sido uno de las mas, sino el más grande bailarín del mundo, y en ese podio sólo lo acompañan dos mitos: Nijinsky y Nureyev.  Acosta acaba de publicar su autobiografía No way home. A Cuban dancer’s story

Fue Carlos quien demostró que un príncipe del ballet podía ser negro.

Carlos Acosta, ¡escritor! No hay que asombrarse. Acaso porque Acosta es también coreógrafo, experto en contar una historia. Su vida es la vida de muchos cubanos que han luchado contra las circunstancias de los imperios y el hambre de los años 1990’s

 pero hacía falta talento para convertirlo en leyenda: un nacimiento humilde en Los Pinos, la decisión del padre camionero de que fuese bailarín, su rechazo inicial a ello, el advenimiento de la vocación y el momento en que “Air Acosta” inició el vuelo.

 El libro nos ofrece esa historia detallada, precisa y catártica:. Era también su manera de exorcizar vicisitudes –entre ellas, varias tragedias familiares– y los entuertos que llegan con la fama. El fundamental entre éstos ha sido el color de su piel. Porque fue Carlos quien demostró que un príncipe del ballet podía ser negro.

Carlos ha otorgado a su historia una parte importante de sí mismo, para contar hechos pasmosos, en los que se siente la mano del destino. Como cuando siendo todavía estudiante de la Escuela Nacional de Ballet, Acosta tuvo que partir al Ballet del Teatro Nuovo de Turín, en Italia. Era su primera salida al extranjero, pero la visa no llegó a tiempo. El adolescente se desploma, derrotado, pero el padre  le recuerda, impertérrito: “Mijo, lo que sucede, por malo que sea, conviene”. De haber llegado la visa, Acosta hubiese tomado el avión de Cubana de Aviación que se dirigía a Roma… aquel que nunca despegó porque se incendió con sus pasajeros en la pista del aeropuerto de Rancho Boyeros.

De manera semejante podemos leer la historia de la invitación del Houston Ballet, justo cuando Acosta se sentía deprimido en el Ballet Nacional de Cuba, al que se había incorporado luego de haber sido principal en el English National Ballet. Fue en el English National Ballet donde Ben Stevenson lo vió. En la compañía cubana, Acosta, ya ganador de dos Grand Prix, el de Lausanne y el de París –los más prestigiosos–, no fue aceptado sino como “solista”, cuatro categorías por debajo de la que ostentaba en la agrupación inglesa. Reponen Edipo Rey, y Carlos ingenuamente espera que le adjudiquen el rol titular que había hecho célebre a Jorge Esquivel. Pero bailó –es un decir– el papel del viejo que debe matar a Edipo. Envejecido por el maquillaje y el vestuario, los demás bailarines lo chiquearon diciéndole que se parecía a Celia Cruz. Carlos se sintió humillado. Lo peor: sabía que pasarían muchos años hasta que pudiese bailar Giselle. Entonces, pensaba, ya sólo podré ser Albrecht con mi corazón y no con la plenitud de mis piernas. Tres semanas después –mientras tanto, había bailado un Espectro de la rosa en el que la malla rosada lo hacía lucir como the Pink Panther–, recibe la carta de Stevenson. Enseguida lo llamó, y una semana más tarde Stevenson aterrizaba en La Habana.


Ya en Houston, la crítica no demoró en reconocer al fenómeno: “el cubano volador”, “el paracaídas”, “el arma letal”… Carlos comenzó a entender que era una estrella, una celebridad. “El mundo será mío, el mundo será mío”, se repetía para hacer desaparecer el dolor físico producido por el sobre entrenamiento al que se sometía, que agravaba una lesión en el tobillo. 

Sus éxitos crecían, y Carlos hubiera querido llamar por teléfono a su familia para contárselo. “Pero eso habría significado mirar atrás, y yo le había prometido a mi padre no hacerlo”. Es la relación entre Carlos y sus parientes lo que lo ha definido. El temible “Papito” –lo amenazaba con el machete que guardaba debajo de la cama– no cesa de amonestar al hijo cada vez que flaquea –como cuando se hiere el tobillo en Londres, porque no podía concentrarse en un salto pensando en la familia o siempre que insiste en regresar a Cuba. “Tu lugar no está aquí, entre nosotros. Vete a hacer tu carrera afuera”, le espeta.

En uno de sus intempestivos regresos a la isla, la novia Estefanía –se había convertido en una aliada del padre. En el rencuentro, Carlos padece una erección incontenible, pero Estefanía es una ducha de agua fría: “¿Cuándo te vas de nuevo?, ¿y qué hay de tu carrera?”. Carlos insistía en que olvidase el asunto, pero Estefanía era implacable: “¿Qué vas a hacer aquí? ¿Por qué tú piensas que la gente se está lanzando al mar en balsas?”. La erección se fue, y Estefanía también.

Carlos había sido expulsado de la Escuela Provincial de Ballet en L y 19 por suspender los exámenes. Pero ese año muchos estudiantes no habían aprobado, y el Ministro de Educación permitió, como medida excepcional, que varios de ellos (entre los cuales estaba Carlos) continuasen sus estudios. Entonces los profesores, hartos de ese niño díscolo, lo enviaron en venganza a la escuela de Santa Clara. Fue “Papito” quien lo llevó: había sido un engaño de los maestros, pues el nivel de Carlos no existía en esa escuela. De vuelta a casa (luego de dormir en los bancos de la estacin de ómnibus), la madre fue presa de la indignación, pero esta vez fue el colérico Pedro Acosta quien calmadamente profirió: “Mañana será otro día”. Y al siguiente tomó de la mano a su hijo, rumbo a la escuela de Pinar del Río. Carlos cuenta que nunca volvió a ver a este hombre tan orgulloso comportarse de la forma en que lo hizo, rogando que su hijo fuese admitido. 

¿Cuál fue el día mas feliz de vida?. Fue uno del 2003 cuando pudo tener a su madre Maria y a su padre Pedro sentado en uno de los mejores restaurantes de Londres, en Soho. Estaba celebrando muchas cosas, la premier de su propia espectáculo que daba una visión  sentimental del ambiente de pobreza de los barrios marginales de la Habana donde nació. 

Su historia personal es la de muchos cubanos, solo que la suya termina en Victoria, al menos profesional a diferencia de la de muchos que quedaron en el camino o ahora solo respiran y comen por las calles. Él es un hombre en búsqueda de su propia alma. Por un lado expone sus problemas, pero por otro no busca excusas, o culpables y en el proceso se revelan las características que definen a un ser humano luchador de la honestidad y el esfuerzo y no a ese “luchador” de la delincuencia  de la Cuba de hoy que quiere escudarse en esa palabra para no ser llamado bandido, ladrón, corrupto.

Carlos nació en 1973 y en su familia vivir sin dinero era casi un modo de vida. Un día un raro aroma que salía del espacio de la cocina (vivían en 2 habitaciones) saludó al joven Carlos cuando regresaba de la escuela. Su madre había puesto en la mesa los restos asados de sus mascotas: dos conejitos. Nunca mas en su vida ha comido conejo.

Como muchos chicos de su edad estaba obsesionado por el fútbol, , pero cuando tenia nueve años su padre se enteró que los dos hijos de su vecino habían escapado de la pobreza asistiendo a una escuela de ballet local. Carlos se horrorizó. ¿Qué pensarían los amigos del barrio?  !Todos dirán que soy gay! Su padre lo tomó de la mano, lo llevo a un lugar apartado y le dijo: “escucha, eres el hijo de un tigre, y el hijo de un tigre hereda las franjas de su padre. Si alguien te dice que eres gay le partes la cara entonces.

Mucho tiempo después Carlos Acosta nos traería de regalo a la Habana: el Ballet Real de Londres como un regalo para su gente, su Cuba amada. No para que los funcionarios de siempre lo vieran en sus cómodas butacas , sino para los que estamos en los corazones de los que aun, estando lejos no dejan de ser cubanos.

Y en fin, historia seria demasiado larga. Pero me gusta, y mucho. Porque muchas veces fallan las fuerzas. Muchas veces, todos los días tenemos que enfrentarnos al mensaje de que no somos nada realmente, tenemos que enfrentarnos al hecho de pensar en partir de nuestro país para poder ayudar a nuestras familias, que nuestros sueños son disparates burgueses o sencillamente egoístas. Tenemos que enfrentarnos a la opción de delinquir para poder llevar algo decente de comer a nuestras casas. Y entonces, entre otras muchas cosas buenas que hay en el mundo, pensamos que quizás alguien algún día nos verá realmente como somos, o nuestra tenacidad será recompensada, o las calles volverán a ser nuestras, llenas de gente tranquila y decente aunque no tengan ropa de marca y que algún niño no pierda su mascota para salvar una cena una noche cualquiera. 






Humberto

Guia de Ciudad y Maestro

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HOLA HERMANO CUBANO

 Hola hermano. Nunca creas que no he comprendido las notas que escribes con rabia unas veces, con desconsuelo otras. También comprendo tu interés en marcharte y comenzar una vida nueva, o más bien, como me dices, comenzar realmente a vivir. Sí, creo que ya es hora. Hay circunstancias y países que son difíciles de vivir. Solo quieres ser feliz lejos de los problemas.

Quería que a estas alturas fuera mayor la cantidad de dinero que hubiéramos tenido, pero ya sabes, siempre todo ha sido difícil. Créeme que he hecho el mayor de los esfuerzos.

Pero así y todo solo me ha alcanzado para comprarte lo necesario sin que tengas que humillarte, y parece ser que no lo suficiente para que logres tus sueños. Sé que quizás vayas a una batalla por la existencia, pero sin darte cuenta siempre te he preparado para un momento así, al menos te vas con una educación, aunque siempre tuve la esperanza de que no tuvieras que hacerlo. Ya eres fuerte y grande, y da lo mismo que tengas 17 que 50 no te quiero ver infeliz, pensativo por los rincones. Y aunque no llorarás porque no es de hombres el andar jimiqueando, según tus propias palabras, de seguro sí  tomarás cartas en el asunto y no quiero que te plantees las soluciones que le han costado la vida a tantos.

Serás feliz.

Estoy seguro, porque te lo mereces. Todos lo merecemos

Pero mientras llegas a esos países lejanos y que posiblemente no te comprendan, mientras no tenga noticias, y aun después, no tendré vida. Es que tenía en mente luchar nuestras batallas juntos, superar los obstáculos y construir nuestra propia abundancia. 

Y cuando vivas en las afuera de la ciudad que has soñado, sobre esa colina donde el silencio y la noche se mezclarán para darte la paz  que te guiará hacia la prosperidad es entonces que llorarás. Estoy seguro que así será, pero es el precio que hay que pagar hermanito. Y claro, existe el riesgo de que nos comiences a querer menos. Y si las cosas siguen como van demorarás mucho en conocer a los nuevos miembros de tu familia pequeña, la propia, y la grande, la de tu patria, en persona, y ellos no transitarán por ese maravilloso puente hacia tu alma que es tu sonrisa y calor.

Todos nos amamos tremendamente, y si es verdad lo que dicen, nada puede salir mal.

Un abrazo

Tu hermano .






Humberto

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miércoles, 5 de mayo de 2021

HISTORIA DE MUJERES Y CHICAS CUBANAS

 

En el trascurso de todos estos años, sobre todo desde el 1990 hasta la actualidad, hay algunos intelectuales, principalmente escritores, que al marcharse de Cuba, se han dedicado a escarbar en la Historia y en la vida de personajes de ésta buscando los momentos y facetas más oscuras.

Los que estamos en la isla , y repito, sobre  todo en la década de los 1990s, devorábamos  esos libros que llegaban a escondidas, con caratulas de otros libros. Me recordaban a esos cubanos que viajaban en los 1970s y traían los discos (long plays) de los Beatles, Rolling Stones y Deep Purple dentro de las fundas de discos de música cubana para evitar el decomiso en la aduana.

Incluso yo mismo traduje uno para mis amigos (lo siento, no puedo decir el titulo) que había sido publicado solamente en inglés. Lo hice en una pequeña máquina de escribir marca Remigton. Algunos capítulos y solo algunas partes que parecían interesantes. Fue como una censura bien intencionada. Algo mejor que nada.

Pero al tiempo comenzamos a notar que las historias eran cada vez más oscuras y sórdidas. Como si para poder quedarse en los países donde pedían asilo político tuvieran que escribir un manifiesto político, publicar las historias más sórdidas, denigrar a sus compatriotas sin pudor y casi indecentemente. El vocabulario soez y vulgar dominaba y los personajes de un mundo subterráneo y desconocido por la mayoría en Cuba se convirtieron en los reyes y reinas de una Cuba desconocida, ajena, marginal.

Uno de estos libros que me alarmó tremendamente, me entristeció hasta el tuétano de los huesos, y me dejo sin aliento fresco durante meses fue uno titulado: “Habana Babilonia”, la historia de la prostitución en Cuba.

Narraba ,¿o era un estudio?  Desde la época de la colonia hasta la actualidad pasando por la llamada pseudo república, es decir, la época de la presencia americana en Cuba. Y claro, el renacer de ese mundo cuando Cuba se abrió al turismo. ¿lo que más me llamó la atención? Que un libro de casi 400 páginas, menos de la mitad fuera la historia de 500 años, y más de la mitad de una década, del 1990-2000. Historias oscuras, terribles, escritas al detalle, con morbo y para ensuciar todo lo que se pudiera, para manchar la reputación de personas e instituciones de esta época. ¿El error?, que nos hizo sentir sucios, depravados y permisivos con cosas como la pedofilia aun a personas que no teníamos nada que ver son ese mundo. Libros que se escribían como manifiestos y vías de escape, libros que cerraban las puertas de un país pobre y acorralado,  y así poder tener argumentos para quedarse en otros, coincidentemente ricos y prósperos.

Nunca he sabido si esas historias pueden ser verdad o no. Si fueron generalizadas o solo algunos casos aislados magnificados por los medios e incluso convertidos en películas, por supuesto de poca monta.

La cuestión es la siguiente: como mis amigos saben, además de mi trabajo como maestro, llevo algunos años, desde el 2002, dedicado a trabajar con turistas en lo de las casas de renta y como guia de ciudad haciendo recorridos de ciudad (city tours para los puristas). Puedo contar muchas historias o anécdotas con chicas que buscaban a extranjeros o eran usadas por proxenetas. Puedo hablar de mujeres, ya mas centradas, muchas profesionales, que se cruzaron en la vida de turistas, personas de otros países que trabajaban en Cuba y se vincularon sentimentalmente o interesadamente con ellos. Pero siempre las vi y las traté como siempre lo he hecho con las mujeres, con respeto y plan de igualdad. La vida dispone, no yo.

Puedo hablar de Eloísa, la chica de Camagüey que se fue para Alemania con un hombre que la encadenó desnuda a una cama y la aisló en una habitación y cobraba euros por verla y que desde Cuba pudimos llamar (una amiga y yo , con mi idioma Alemán) a la policía y lograla traer a Cuba de vuelta. Y Eloísa volvió a la carga y se fue con otro Alemán, enorme y feo,  pero bueno, y hoy es camionera por toda Europa con su marido.

Pudiera hablar de Lelé, la madre de un alumno que pertenecía a un grupo de mujeres que se parecían a estrellas de Hollywood de los años 1950s y se vestían y maquillaban como ellas. Era bellísima, una Audrie Herburn tropical.  Un dia me la tropecé en la avenida 23 tomando un taxi y se sorprendió tanto que solo atinó a acercarse y susurrarme al oído: otro día le explico. Usualmente llevaba un bolso sobre, y dentro de él un labial, su identificación y un cuchillo pequeño y puntiagudo para en caso de que el cliente no quisiera pagar. “No sabes nada de la vida” , me decía, “ a veces mientras mas dinero tienen son peores”. Muchas veces le hice largas cartas, donde entre palabras tiernas pedía cientos de euros como prueba de amor. Hoy vive en Suiza con su hijo, mi alumno, que ya tiene 25 años.

Pudiera hablar de Rosa, mi alumna de 16 años recién cumplidos que en el malecón de la Habana conoció a un chico irlandés “precioso” y que le prometió matrimonio tan pronto se lo dijera a sus padres en Dublín. Hoy el pequeño, nacido del “accidente” tiene ya 13 años.

Pudiera hablar de Manelis, la chica negra de 18 años corredora que corriendo el maratón de La Habana de repente vio a un “Señor”  mayor blanco como la leche corriendo detrás de ella y con una tarjeta de presentación en la mano. Aminoró el paso, era una tarjeta de una casa de renta, tuvieron una relación en Cuba de cuatro años, se casaron, viven en California, y hoy en día trabaja para Benetton en un país del Medio Oriente. “!ay, Humberto, ellos valoran el dinero más que nada y nunca su familia me aceptaría, así que mi regalo de bodas fue una matrícula en la universidad, lo que tengo en mi mente no me lo podrán quitar!”.

Pudiera hablar de las gemelas Blanco, dos mulatas preciosas, diseñadoras y artistas que durante tres años fueron enamoradas por dos gemelos suecos que venían cada seis meses hasta que por fin las convencieron, se enamoraron y hoy viven en Italia y en Estados Unidos y trabajan en importantes firmas de diseño.

En fin, muchas y muchas historias, pero inevitables en un mundo donde hay grandes diferencias de recursos y de oportunidades. Pero nada comparable con la trata de blancas, nada comparable con las prostitutas en el mercado de la carne de Europa y del mundo.

Aunque también en Cuba la idea de “normalidad” de algo así ha ido permeando la sociedad, todavía seguimos creyendo que no tiene que ser vulgar o denigrante. Siempre será una opción, pero muy posiblemente con educación y oportunidades iremos disminuyéndolo, hasta que algún día, de manera natural se reduzca a un mínimo. Muchos podrán decir que es un camino fácil, pero no tiene que ser un indicador de un país, de una realidad que para la mayoría sigue siendo de trabajo y subsistencia. El amor existe, el deseo existe, el oportunismo existe, en fin, la vida misma en cualquier lugar del mundo. Pero si sucede en Cuba se magnifica, repercute de manera extraña en periódicos y revistas, en telediarios, creando una imagen de los cubanos como voraces depredadores de extranjeros.

Cuando en estos días de COVID hemos visto en la TV que la mayoría de los médicos e investigadores científicos, e incluso de los que dirigen centros importantes de hematología, biomoleculares, medicina tropical y demás son mujeres y muchísimas son jóvenes me hace respirar con alivio. Me hace creer que no todo se perdió en aquellos años de oscuridad y confusión incluso en estas décadas de penuria que parecen eternas.

Cuando vemos tantas mujeres en el ballet, maestras, ingenieras de todas las especialidades, doctoras en ciencias incluso en universidades prestigiosas fuera de Cuba, de atletas olímpicas, de cantantes y pintoras, escritoras, recuerdo casi con desdén aquellos libros que tanto me inquietaban pensando en un barco que se hundía.

Pero denigrar, mancillar a tu gente de manera intencional para vender un producto, sea un libro o una película, con el objetivo de enriquecerte y/o beneficiarte políticamente es caer bajo. La familia, tus amigos, tu país deben ser protegidos de la humillación , aunque contemos historias verdaderas, aunque nos digamos verdades que no nos gusten escuchar.

Y como he hecho últimamente, unas palabras de un cubano ilustre del siglo XIX:

 ¿Se prepara mi niña a la vida, al trabajo virtuoso e independiente de la vida, para ser igual o superior a los que vengan luego, cuando sea mujer, a hablarle de amores, a llevársela a lo desconocido, o a la desgracia, con el engaño de unas cuantas palabras simpáticas, o de una figura simpática? ¿Piensa en el trabajo, libre y virtuoso, para que la deseen los hombres buenos, para que la respeten los malos, y para no tener que vender la libertad de su corazón y su hermosura por la mesa y por el vestido? Eso es lo que las mujeres esclavas, -esclavas por su ignorancia y su incapacidad de valerse, llaman en el mundo «amor». Es grande, amor; pero no es eso. Yo amo a mi hijita. Quien no la ame así, no la ama. Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento, y respeto.




ROJO, AZUL Y BLANCO: 

HISTORIA DE UNA FAMILIA CUBANA A TRAVES DE LA HISTORIA DE CUBA

Humberto

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