martes, 20 de septiembre de 2016

Recuerdos, o un diario malogrado III

Durante muchos años toda la vida del piso 10 acababa a las cuatro y media cuando se cerraban las puertas del departamento de ama de llaves y las camareras bajaban esos diez pisos para irse a casa.
Todo un piso del largo y ancho del hotel quedaba vacío cada noche. E incluso por el día solo un tercio era utilizado, y a veces ni eso.

Ventanales y ventanales , entre veinte y veinticinco , mayormente de dos hojas que se abrían unos hacia la ciudad y otros hacia el mar. Otros solo dejaban pasar la luz pues eran de un cristal opaco que en el medio tenia como unos entramado de alambre en forma de colmena que supongo era para en caso de huracanes y posible rotura no se rompiera en mil pedazos que volarían desde una altura increíble como proyectiles sobre la ciudad y caerían sobre las casas vecinas, sus patios, las aceras. Es un edificio de diez pisos que equivaldrían a veinte de los de hoy en día.
En todo ese paraíso de luz y olor a mar , pues el hotel se encuentra a solo dos cuadras del océano y sin obstáculos entre ellos, había un área que siempre estaba oscura y cerrada. Yo le decía el almacén, aunque en verdad no lo era desde el punto de vista del trabajo del hotel en si mismo.
Así que una vez despachado el día comenzaba la magia.
Es decir, las camareras para sus pisos con sus enormes bultos de ropa limpia: sabanas, fundas y toallas  impregnando de olor a nuevo y limpio los elevadores.  Los reportes de habitaciones entregados para poner en pequeñas casillas y mediante números la historia de la noche en cada habitación, en cada piso. Las supervisoras ya buscando los errores de alguna camarera descuidada y ellas mismas tratando de escapar del calor o el frío del día refugiándose en una limonada o un té tempranero en la cocina, donde estaba El guajiro, un cocinero tosco y vulgar, pero con un cuerpo que valía la pena admirar a través de su uniforme blanco como la masa del coco.
Entonces el décimo piso quedaba con solo dos empleadas: el Ama de Llaves y la encargada de la ropería. Y yo. Y los ruidos que solo se podían percibir en el silencio de las alturas.
Durante años ese silencio estuvo interrumpido algunas veces por personajes, o personas que no sabia decir si eran reales o no. Es decir, entraban poco tiempo, hacían algo por allí y se marchaban como habían llegado, desde la nada. Quizás con muchos de esos personajes sucedió como con la lámpara de la historia infantil, cuando uno frotaba alguno de los objetos que pertenecieron a ellos entonces de alguna manera alguien nuevo para mi, pero en cierta forma siempre presente en el hotel se hacia visible e interactuaba quizás por ultima vez con alguien de este mundo, de esta época.
Y es que era muy difícil ignorar todos esos tesoros tirados en el almacén del piso 10. Allí se habían puesto y cada año aumentaban las pertenencias de todos aquellos que habían fallecido en el hotel, o que se habían marchado y dejaban muchas pertenencias detrás sin decir si algún día retornarían por ellas. Y también había muchas cosas del hotel, los recuerdos de un  lujo ya ido para siempre.
Vajillas de porcelana holandesa, con amplios platos llanos y hondos tan blancos que incluso en la semi oscuridad de aquel lugar cuyas ventanas estaban permanentemente cerradas le daban la bienvenida alegremente a cualquier rayo de luz, natural o artificial y respondían con un destello puro, aunque breve. Algunas de ellas tenían paisajes de mar todo en azul y todas tenían un número en el la parte del fondo que se ponía sobre la mesa. Siempre me pregunté como es que los empleados y empleadas no se llevaban esos platos en una época en que ya faltaban en Cuba tantas cosas de las tiendas, para no decir vajillas, ni tan siquiera habían platos. Ya la mayoría de las casa tenían solo los platos exactos de acuerdo a la cantidad de miembros de la familia y se trataban con mucho cuidado para que no se rompieran. Vendrían tiempos peores en que serían sustituidos por platos plásticos. Pero supongo que la carga de honestidad era bien fuerte y en general la gente no tocaba lo que no les pertenecía.
Pero se acercaba una época cuando todo esto cambiaria.
Entonces era difícil escarbar entre tanta losa pesada, cajas y cajas que iba moviendo poco a poco, para que no se dieran cuenta de que yo exploraba y buscaba un posible tesoro.
Aprovechaba cualquier resquicio, cualquier espacio entre caja y caja y metía mi mano de niño de 7 años y sacaba siempre algo interesante. Ajeno por entonces  a palabras como diamante, diadema, perla, terciopelo, satín, rubí, brazalete , tiara,  las cosas eran solo bonitas o feas, brillantes, doradas y plateadas.

Así que poco a poco  se iba formando en mi mente un mejor cuadro del ambiente de ese hotel. Ese hotel que fue construido para una gente muy diferente a la que me rodeaba, no solo por el tiempo, sino también por muchas otras cosas. Sus pertenencias me remitían  a una época en que el hotel estaba lleno d personas elegantes, que comían con cubiertos de plata y en porcelana holandesa sobre manteles de hilo. Sus muebles eran de caoba y ébano, sus amplios baños estaban cubiertos de azulejos blancos como la luna en primavera y que venían de tierras distantes. En el bar del hotel escuchaban de seguro esa música que muchos años después estaría prohibida no solo allí mismo sino en toda Cuba.  Y aunque como alguna gente dice el pecado siempre ha existido de seguro las relaciones entre los seres humanos eran menos directas. Habían otras prohibiciones y otras maneras de escabullirse entre las reglas y la moralidad de aquel momento.
Aquellos pasillos largos y luminosos en la época del socialismo por la falta de cortinajes fueron de seguro atemperados  y mas reservados en las primeras décadas del siglo. Las alfombras no permitían que el taconeo de los zapatos de una mujer infiel o liberada de las ataduras la denunciara en su camino al elevador o de allí a la habitación.
Todavía habían restos de pétalos de flores secos en algún que otro jarrón que en cada habitación estaba sobre la mesita que siempre frente a la ventana permitía llenar el aire con aroma de rosas o violetas, o una mezcla de ellos al entrar el aire e impulsarlo hacia adentro. Siempre se prefería eso a los aun toscos y fuertes aromas químicos que olían a pino. Los búcaros que más me gustaban eran los de un cristal verde y transparente. Brillan particularmente en la penumbra, dándole un aire esmeralda a la habitación. Los había altos y esbeltos que supongo por los golpes de viento y lo delicado de su porte solo quedaban dos en aquel almacén oscuro, y los había mas bajos que siempre me parecían como sombreros de ala ancha puestos al revés. De esos había 3 tamaños, medianos, pequeños y grandes. Para pétalos de flores y bombones, para las esencias y pequeños jabones, y para arreglos florales o memorabilia.

Aun recuerdo, cuando ya tenia unos 15 años,  y ya era hora de cerrar el hotel para una reparación total, que el administrador socialista le daba a los trabajadores la posibilidad de llevarse los restos de aquella época que aun quedaban en el hotel porque los consideraba sin valor. Fue como un zafarrancho y toda aquella gente con ya mas de 20 años de necesidades y hogares escasamente montados la emprendieron a martillazos sobre los azulejos de los baños y los pasillos, arrancaban de las paredes adornos de porcelana que se desmoronaban en aquellas manos que para nada comprendían la delicadeza de aquellas piezas que fueron hechas y transportadas con cuidados esmerados para deleitar los sentidos de personas que debían sentirse como en casa, e incluso lograr que convirtieran el hotel en su casa y no se fueran en mucho tiempo. . .o nunca mas.
Aquellos trabajadores de los servicios que ya no eran escogidos por un Ama de Llaves exigente, ni tenían que presentar una hoja de servicio o una recomendación de empleadores anteriores sino mas bien estaban en la escala mas baja del socialismo de los 1980’s se abalanzaban sobre lo que era mas importante para ellos: azulejos, piezas de los baños, herrajes, picaportes de puertas hechos de cristal, espejos enormes que había en cada puerta de cada closet de cada habitación. Y en esa locura de trabajadores recorriendo piso tras piso, desmantelando en un fin de semana el trabajo de años de cientos o quizás miles de hombres y mujeres  iban destrozando los detalles que hacían del hotel un lugar especial aun tantos años después y el abandono de un sistema que quería ignorar y denigrar al mundo burgués de antaño.
Entré en una de las pocas habitaciones que había estado cerrada y solo atiné a tomar entre mis brazos los tres búcaros verdes, uno dentro del otro encajaban perfectamente, y apartarme a una esquina de la habitación cerca de la puerta. Pegado a la pared, para no ser atropellado, iba acercándome a la puerta y cuando ya estaba a un paso sentí una mirada posándose sobre mí. Sonriendo de manera condescendiente me pasó su brazo sobre los hombros y me llevó hasta el pasillo. “Llévatelos, no te preocupes, y esto también” me dijo mientras arrancaba un picaporte color lila.
Mi mirada le hizo mil preguntas , e inclinándose me respondió mis mil porqués: ‘ si esto te parece horrible, es preferible que sea así. Me costó mucho lograr que le dieran a los trabajadores esta posibilidad. Las bestias de la demolición de interiores llegaran en unos días. De todos modos es bueno saber que alguien tendrá una cosa linda en una casa (dijo esto mirando los búcaros entre mis brazos), o tendrán un baño azulejado, o podrán hacer sus necesidades en una taza decente sin peligro de rajarse de arriba abajo’ 

Recuerdos I:  http://habana-havana.blogspot.com/2016/09/recuerdos-o-un-diario-malogrado-i.html


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Recuerdos, o un diario malogrado II

Cada mes, cada año , habían cosas nuevas e increíbles para un chico. Eran los tiempos en que seguramente el dinero de los soviéticos llegaba por tuberías. Tenia que ser así porque no se explica que 30 años después todo eso haya desaparecido sin dejar rastro cuando debió dar paso a nuevas y mas excitantes cosas.
 Para solo mencionar algunas cosas al vuelo:

.carreras de motos. Se hacían en el medio del Vedado, por todo el malecón.  Yo no sabía qué hacer , si mirarlas desde el piso 10 o desde el área de estar en la planta baja. Allí mismo en la esquina se hacia una de las curvas mas peligrosas hacia una de las rectas mas largas en el medio de la ciudad. Trajes brillantes, olor a aceite quemado,  bólidos que no podían mantener el control y salían disparados hacia los grandes cuadrados de paja que se ponían al borde la calle, antes de llegar al contén y que eran colocados en los lugares que  mas o menos se calculaba la trayectoria de una caída. 
¡La televisión a colores! Pequeñito, pero aun lo recuerdo. Siempre se ha dicho que ya antes del 1959 en Cuba se había ensayado la televisión a colores, pero claro después se paralizó todo. Y entonces los juegos olímpicos de Montreal y la tv en colores. Solo en los hoteles y en algunos lugares específicos. Y allí estaba yo en el verano del 1976 sentadito con mucho tiempo de antelación en la mañana, en una esquinita del lobby, sobre el piso, porque los asientos eran para los huéspedes solamente, que en ese momento eran los chilenos refugiados del golpe de estado de Pinochet. Pero solo duró en el lobby durante los juegos olímpicos, después lo pasaron para el bar del hotel y el otro que trajeron lo pusieron en una sala de reuniones en el décimo piso para ciertos momentos en que los representantes del gobierno se reunían con los chilenos.  Creo que lo único que no hacían era ver televisión juntos, pero en fin, allí estaba.

Mas adelante regreso a los chilenos.

Otra cosa fascinante era el bar. Un lugar oscuro, en la planta baja, el único lugar en Cuba que yo supiera donde había ginger ale, esa bebida ni dulce ni amarga, que venia en unas botellitas verdes de cristal semi transparentes y que de vez en cuando el barman me llevaba escondidas en su chaqueta de uniforme. El bar estaba detrás del restaurante, conectado con él por una puerta dorada grande , de corredera; y con el lobby con una puerta mas bien pequeña y ciertamente estrecha. Me llamaba la atención que los músicos que trabajan en el bar, y que iban llegando por las tardes tenían que entrar sus instrumentos por el restaurante porque no cabían por la puerta hacia y desde el lobby.

¡Los músicos!, que gente tan interesante para los niños, bueno, para mí que era el único que por mucho tiempo circulaba por cada recoveco del hotel. Mi primer recuerdo es de solistas, mas bien pianistas y guitarristas. Unas veces me sentaba en una butaca muy cerca de la puerta del lobby, o a veces a los pies del cajero en la puerta que comunicaba la cocina con el bar. Me llegaba al ritmo de los camareros que entraban o salían, o cuando intencionalmente me las arreglaba para dejar entreabierta la puerta que iba hacia el lobby. Pero siempre había alguien al que le molestaba ese hilillo de claridad y cerraba la puerta desde dentro. Quizás en mi casa había un radio en aquellos años, no lo recuerdo, pero aquello ciertamente era diferente, eran notas que llegaban en vivo, que tenían un alma, que volaban desde unas manos, rebotaban en las paredes del bar, chocaban con los espejos y las luces de baja intensidad, se volvían como locas tratando de buscar la salida para finalmente escapar por las puertas. Y allí estaba yo en algunas tardes, como dormido pero realmente atento, tratando de entender por qué aquello me emocionaba tanto.

Y las cosas se pusieron mejor, pues aquellos intérpretes solitarios un día se convirtieron en grupos. Para facilitar las cosas y no tener que trasladar los instrumentos pidieron permiso a los administradores del hotel y ensayaban en mi reino, es decir, el décimo piso. Cada sábado era una fiesta.
Me movía en silencio, me sentaba en un rincón, y escuchaba por horas. Al principio me decepcioné un poco. Se detenían mucho, conversaban de esto y de aquello. Discutían. Repetían fragmentos una y otra vez, pero con el tiempo les cogí la vuelta: no había que ir muy temprano, mas bien sobre las tres de la tarde, y entonces ya todo estaba perfilado, listo para ser lanzado al mundo.

Y allí en el décimo piso , rodeado de ventanales que daban al cielo azul sobre la ciudad, al mar, hacia las nubes o la lluvia en dependencia del día, volaba la música. No me interesaba en realidad ver a los músicos tocando. Solo me ponía de espaldas a ellos y me quedaba mirando hacia el infinito que entraba desde los ventanales. Allí estaba el horizonte azul que parecía ser lo máximo a los que los cubanos estábamos resignados y con permiso para percibir y soñar. Pero yo viajaba mucho mas lejos, solo que no recordaba nada  mas allá de la sensación de haber estado en otros lugares,  nada mas. 


Pero claro, era muy poco el tiempo que tenia para disfrutar de ellos. Entre una cosa y otra los ensayos se extendían y solo hasta eso de las dos o las tres de la tarde era que tocaban algunas piezas completas. Ya para esa hora mi mamá estaba casi terminando de trabajar, y ya saben, después venía esa competencia de las mujeres cubanas por los últimos rayos del sol de la tarde antes de que el día se fuera y muy posiblemente llegara la oscuridad mas absoluta por el apagón casi diario. Y eso era cundo estaba en vacaciones, porque cuando estaba en clases bueno, solo podía disfrutar de todo ese mundo del hotel los fines de semana, o mas bien los sábados.

No obstante era un placer que venia a mi de vez en vez. Porque no solamente era algo inusual, por decirlo de alguna manera , el poder vera un grupo ensayar y tocar en vivo, sino aun mas importante lo que tocaban. Era una música diferente, al menos del grupo que mas recuerdo. Una música de aire suave que cuando por fin los músicos llegaban a dominarla los hacia cerrar los ojos y dejarse llevar hacia algún lugar que solo ellos podían decir. Pero supongo que era muy cerca de donde yo me transportaba en ese momento. Quitecito, muchas veces con las rodillas recogidas y mi frente apoyada en ellas, tratando de contener el aliento para ni tan siquiera interferir  una nota esa música nos dominaba a todos. Creo que por aquellos años no era muy bien vista porque muchas veces se habló de tocarla en la noche y hasta donde recuerdo nunca se pusieron de acuerdo en hacerlo.

Jazz.
Que efecto tan increíble provoca esa música. A veces algún músico llegaba temprano y comenzaba a practicar, a calentar con algunos acordes de jazz. Después llegaba otro y se le iba sumando al primero, y después otro, y después otro y así hasta que todos estaban como interpretando un mensaje que solo ellos podían y sabían leer. A veces era un frenesí. Supongo que mezclaban, improvisaban, porque se reían, y se preguntaban en voz alta, ‘ ¿¡Cómo hiciste eso!?’ , ‘ ¡sígueme si puedes!
Todo eso duró un tiempo , pero un día ya no vinieron mas. Me resultó muy extraña esa mañana de sábado que se extendió en solitario. Cada vez que la puerta del elevador parecía abrirse salía corriendo desde la terraza a saludarlos. Pero no, no llegaron. Mi mamá me dijo que se comentaba que tocaron una música ‘en ingles’  fuera de programa y estaban pendiente de si le autorizaban o no seguir tocando allí. Lo que mas me asombró fue lo de la música en ingles porque realmente nunca los oí cantar. Además, había un pianista que tocaba también allí desde hacia muchos años y a mi entender también tocaba esa música, solo que para piano únicamente. Digo, era claro para mi que era el mismo tipo de música y nunca le paso nada. Quizás porque era un ciego y mayor.

En todo caso llego el silencio nuevamente al décimo piso y tuve que regresar al almacén, ese espacio entre el departamento de Ama de Llaves en la parte de atrás del piso diez y el salón de baile en la parte de alante. Ese espacio tenia una puerta hacia cada lado. En el lado del salón , muy pegados , estaban los elevadores. Creo que en ese rincón era donde se refugiaban los recuerdos del hotel, su memoria silenciosa que a veces se manifestaba en ruidos extraños, susurros o risas., y a veces en una tristeza o angustia que se podía respirar. Yo creo que por eso tantas personas se suicidaron en ese hotel. Te atraían con una fascinación retro y lograba embargarte de melancolía. Pero no a un chico que corría tanto y reía por todo.

Recuerdos I: http://habana-havana.blogspot.com/2016/09/recuerdos-o-un-diario-malogrado-i.html

Recuerdos III: 
http://habana-havana.blogspot.com/2016/09/recuerdos-o-un-diario-malogrado-iii.html

lunes, 19 de septiembre de 2016

Recuerdos, o un diario malogrado I

El Vedado es un lugar agradable para vivir. Es decir, es un lugar con muchos parques y árboles frondosos en las aceras que permiten caminar  largos tramos sin fatigarse mucho en los días de agosto llenos de sol. Ese sol que lastima los ojos, quema la piel y victimiza a las plantas durante el día. Esos árboles mantienen una temperatura fresca, y hacen circular una brisa muy agradable durante casi todo el día.
Es un barrio también donde todo lo que uno necesita está a la mano. Tiendas, escuelas, hospitales, restaurantes, cines, teatros. Y al ser un barrio donde vivía la burguesía cubana de las décadas de los 1930’s  hasta principios de los 1960’s las instalaciones de agua, gas y electricidad eran excelentes. Tanto es así que muchos años después aun vivimos con ellas.
Así que es muy difícil que alguien se mude del Vedado a no ser que sea de los nuevos afortunados, o quizá debería decir los nuevos ricos, que tienen la posibilidad de conseguir algo en las dos únicas zonas similares o quizás superiores al Vedado: Miramar o el Nuevo Vedado.
Pero por aquel entonces Miramar parecía un lugar distante, un proyecto que casi se logró pero que parecía abortado. Tenia casas muy buenas, pero había que tener auto para llegar y salir. Todo estaba muy distante y para nada podía competir en infraestructura con el Vedado.
En todo caso eso cambió con el tiempo, pero antes debieron ocurrir muchas cosas.
Entonces cuando la gente comenzó a irse del país a principios de la revolución mi padre logró que le dieran un pequeño apartamento en los confines del Vedado, casi llegando a Miramar, es decir, en la frontera. A solo unos metros del túnel que despedía al Vedado y le daba la bienvenida a Miramar.
Quizás porque fuera muy pequeño , pero lo que recuerdo es una cuadra lúgubre. Era la época de largos apagones nocturnos y todas las mujeres trabajadoras literalmente corrían todo el tiempo para aprovecharlo antes de que cayeran las noches. Noches que inevitablemente serían oscuras y aburridas.
La vida parece haber cambiado poco en esos niveles básicos, en esos lugares periféricos. Todavía un farol en la calle, quizás dos. Siempre que hay crisis de algún tipo son los lugares donde hay apagones, donde quitan el agua, donde hay recortes de gas. Parecen mas bien pueblecito de campo insertados en la capital por algún azar del destino. Aun recuerdo que la única vez que los edificios fueron pintados fue en el 1978, siendo yo muy pequeño, cuando se fue a celebrar en La Habana el festival de la juventud y los estudiantes. Y al igual que en otros tantos barrios se demoraron tanto tiempo que cuando llegaron a la cuadra ya el festival comenzaba y dejaron los edificios a medio pintar. Aun hoy , si se va por allí se puede notar. Es decir, que nunca después del 1959 esos edificios fueron pintados hasta el 1978. 20 años. Y se quedaron inconclusos, sin pintura, sin mantenimiento hasta ahora, casi 35 años mas.
Realmente me siento afortunado de haber escapado de allí.  Aun cuando todo esto no lo pensara en aquellos años, y esa era la vida “normal” para casi todos. De cualquier modo teníamos un auto que nos permitía escapar a otros lugares los fines de semana y las vacaciones. Eso fue algo importante y creo que mi espíritu sobrevivió intacto por ese y otros dos o tres azares.

Dos de ellos fueron importantes. Uno es que mi mamá trabajaba en un hotel, que aun cuando estaba en el Vedado estaba bastante céntrico. El hotel Presidente, y como consecuencia de esto fui a una escuela muy cercana al hotel, es decir, lejos de donde vivía y sobre todo era el único chico que pasaba la mayor parte del día fuera de la cuadra 
El hotel Presidente fue esplendoroso. Cuando yo lo conocí solo quedaban en él fantasmas del pasado y sus pertenencias. Todo el lobby, la terraza del 10mo  piso, y muchas de las habitaciones tenían cubiertas sus paredes hasta un metro y cincuenta centímetros con azulejos sevillanos. Todos los muebles eran de caoba, cedro y ébano. Sus ascensores eran de puertas de rejillas y con maniguetas de madera. Era muy divertido manejarlos. Había que calcular por la cantidad de personas que estaban en esos momentos en el elevador para así quedara el nivel del piso en el que se paraba con el del elevador mismo, sino la puerta principal  no se abría. Cuando no se tenia practica era un sube y baja hasta quedar bien alineado. Recuerdo que había una ascensorista que cuando le sucedía  eso comenzaba a reírse nerviosamente y mientras mas se reía menos atinaba a poner bien el condenado elevador y de paso su risa era contagiosa y aquello terminaba en una risotada colectiva hasta que algún huésped perdía la paciencia y comenzaba, primero solo a quejarse entrecortadamente  y después gritándole a la ascensorista que parase de jugar. En fin, que había que ser ascensorista de precisión.
A esa ascensorista la pasaron después al ascensor de carga y por la mismas razones terminó despachando los tickets de almuerzo y merienda de los empleados, cobrando el sindicato, marcando las tarjetas de entrada y salida mientras se tuvo un reloj y cuando ese se rompió entonces el libro de asistencia.
Sí, eran los tiempos en que  no se despedía a nadie de los trabajos.
A mi me encantaba manejar esos elevadores. Eran dos. Y en los días en que no habían muchos huéspedes se dejaba funcionando solo uno y a veces me dejaban  “ayudar”  subiendo y bajando el servicio a las habitaciones. Esos momentos siempre fueron especiales. Me sentía un poco como el maquinista de un tren antiguo, pero también me sentía como si subiera y bajara por niveles de vida y muerte.
Allí, en esos cajones de diez pisos de los antiguos coincidían todos los ruidos del hotel. Una conversación en el piso 2 sonaba como un susurro fantasmagórico, casi inteligible en el piso 8 o mas alto. Una risa unos pisos mas abajo o mas arriba podía llegar como llanto desesperado.  Un suspiro como un gemido. Unas pisadas leves como pasos justo detrás de nuestras espaldas. Porque claro, eran elevadores de dos puertas, es decir, dos paredes y esas dos puertas en el décimo piso se abrían por los dos lados.
Como a mi nunca me echaron miedo con fantasmas esos ruidos nunca me inquietaron en demasía. Pero con los empleados era otra cosa. Distaban mucho los empleados de servicio de aquellos años de tener buen nivel educacional. Cuba se había cerrado al mundo , por lo menos al mundo capitalista y los hoteles no demandan mucho de sus empleados. Nada de idiomas, ni de tener al mas de  12 grado. Así que la ignorancia y la superstición abundaban mucho por aquellos años.
Eran buenas personas, pero al mismo tiempo muy crédulas y temerosas del mundo no visible. Es curioso cuando miro atrás y recuerdo a esas personas.
 Hoy en día nos asustamos de los agujeros negros, de los cometas de hielo, de la capa de ozono, de las crisis económicas, de perder el empleo. Por aquellos años los miedos fueron por décadas. Quizá uno o dos cada diez años: las invasiones yanquis, las crisis de los misiles, las epidemias contra el tabaco y los cerdos, la guerra en Angola , la guerra en Centroamérica, estas dos ultimas porque era la primera vez en la historia de Cuba que sus hijos eran enviados en masa a luchar, morir, sufrir y muchos nunca regresar desde tierras lejanas.
Lejos de casa casi todo el día y casi todos los días mi mundo era diferente , al menos en apariencia, al resto de los chicos de mi cuadra. Y todo gracias a ese hotel. 

Hotel Presidente, uno de esos dias en que el mar unido' muchas cuadras

Recuerdos II:  http://habana-havana.blogspot.com/2016/09/recuerdos-o-un-diario-malogrado-ii.html


Recuerdos III: http://habana-havana.blogspot.com/2016/09/recuerdos-o-un-diario-malogrado-iii.html

jueves, 1 de septiembre de 2016

¿Sin salida o salida fácil? El sexo.




Un día , hace unos cinco años , vino a la Habana un turista muy rico.
Al estilo de la Habana se encontró una muchacha preciosa en el malecón, paseando con una amiga, comiendo una pizza, totalmente despreocupada o como se dice: sin equipaje para el camino.
Quedó tan deslumbrado por aquello senos sin sujetadores cuyas formas se marcaban a través de una camiseta de tejido muy ligero que se le aproximó e hizo la pregunta tonta:
 ¿has estado en Europa porque tu cara me es familiar?
La risa y mirada inteligente de la chica le respondió sin palabras y le hizo despertar, regresar a la realidad.
La invitó a los mejores restaurantes disponibles.
 Contemplaron el siempre presente mar desde la terraza del Hotel Nacional , y después de la compras de rigor logró tener sexo con ella. Definitivamente, según sus propias palabras, fue maravilloso.
La chica resultó ser muy económica. Y virgen. La pregunta es cómo una chica virgen puede ofrecer un sexo maravilloso, o quizás fuera eso, la certeza de ser el primero.
Para lo que decían de Cuba era raro lo que le había sucedido. Incluso la chica vivía con su madre.
Cinco cenas, dos perfumes, dos pares de zapatos, un mp3 que ya traía en su equipaje.
A la chica nadie le había advertido que el amor no viaja frecuentemente en avión.
 Es el medio de transporte que usualmente usa la lujuria.
Nadie tampoco le advirtió de todos los que vienen buscando sexo barato para cubrir su falta de afecto. Y aunque resulte extraño viajan muchos kilómetros para eso. Y lo hacen frecuentemente cuando quedan inoculados con el virus de la apariencia de amor.
Entonces, en aquellos años, comenzó su lección de conservación personal. Una de tantas.
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¿Cómo comenzó todo este desastre?
Con la pobreza por supuesto, pero en un país donde la educación tiene bastante nivel, las chicas en general están bien alimentadas y con acceso a la salud en todos los niveles y gratuitamente, es una garantía, y además son lindas. . . y eran ingenuas.
Y la cuestión es que también en un discurso oficial y al ver que era un fenómeno casi irreversible, se dijo que al menos en Cuba las chicas tenían un alto índice de escolaridad. En otras palabras, que se puede hablar con ellas después del sexo. Ese discurso fue publicidad gratis a nivel mundial

Ya eso ha cambiado un poco ,lo de la conversación que ya es una perdida de tiempo a no ser que el cliente lo amerite, pero en todo caso los hombres que vienen a Cuba buscando sexo es porque en sus países es mas caro y además, las mujeres casadas o para casarse son sencillamente  complicadas: quieren tener hijos, quieren fidelidad, gastan mucho dinero.
Sus mujeres aspiran  al éxito. Las de acá o no saben qué es eso, o tienen una idea diferente al respecto.
Así que seguimos viendo por las calles de la Habana chicas del brazo de hombres gordos, sudorosos, con malos hábitos. Inequívocamente es un signo de que esos hombres tienen dinero.

Las jineteras tienen cierto poder sobre estos hombres, al menos cuando están en Cuba, pero no  el poder de las esposas. Es decir, son reinas de un espacio-tiempo, e incluso a veces son “afortunadas” al permitirse una mirada al mundo material de los viajeros por sexo.
En general esos viajeros, cuando regresan, dejan detrás mucho del mundo en el que viven y que por unos días transportan con ellos a esta Cuba luchadora. . .y muy atrasada en lo que al consumo, las modas y la tecnología se refiere.

Después de algunos años me surge la pregunta si son los extranjeros una amenaza para el amor en Cuba, para el amor entre algunos cubanos.
Respuesta difícil de dar, pero ciertamente el cubano ha comenzado a pensar diferente en relación al sexo y el amor desde que aviones llenos solo de hombres aterrizaban en los 1990’s

Corrimos el horizonte, como dice una amiga, para darle cabida a otro mundo de cosas que no cabían en el panorama de la otra Cuba, en ese panorama donde se desarrollaban nuestras vidas antes del 1990, donde los ideales  se distinguían más nítidamente y no diluidos en el confort, la tecnología de punta y los viajes de vacaciones.

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recorridos de ciudad.

lunes, 29 de agosto de 2016

!Viva la Vida! ,canción, y enigma para algunos



Hace algún tiempo un amigo me comentó que , sobre todo en lengua inglesa, habían canciones que se habían hecho populares y que realmente la gente nunca entendió de qué iba la cosa, de qué  trataban.
Me dio una carpeta con algunas de estas canciones y es cierto, algunas son o misteriosas, o parecen encriptadas, o sencillamente hechas con palabras que riman al azar.

Pero es curioso lo que me sucedió con una de ellas. Las estaba escuchando en mi mp3 en una sala de espera de una oficina gobierno. Frente a mi había una foto muy grande de Fidel Castro colgando de una cuadro, algo muy típico en esos lugares. En esa foto ya estaba mayor, y estaba la foto tomada de un ángulo que parecía mirarme fijamente, como diciéndome algo.

Y comenzó la canción “Viva la Vida” del grupo ‘Coldplay’ .
Que bien que pueda entenderlas en el original, y al comenzar a traducirla es como si Fidel Castro me estuviera hablando.
Así que será un misterio para los angloparlantes, pero para mí está claro que trata sobre hombres como él.
Lo mas paradójico es el titulo. Nada que ver con el texto, y sobre todo porque en el original esta’ así en Español.

Aquí está mi ‘interpretacion-traduccion’ , y díganme si no se ajusta bastante:

“Viva la vida”

Yo gobernaba en el mundo
Los mares se elevaban cuando lo ordenaba
Ahora en la mañanas duermo solo y
Barro las calles que antes eran de mi propiedad.

Yo era el que tiraba los dados
Veía el miedo en los ojos de mis enemigos
Y ahora escucho a las multitudes cantar:
“¡El viejo Rey ha muerto, larga vida al nuevo Rey!”

Yo tenía las llaves de la ciudad y,
Un minuto después las murallas estaban cerradas para mí,
Descubrí que mis castillos estaban construidos sobre pilares de sal y de arena

Escucho las  campanas de Jerusalén 
Los coros de caballería Romana cantando:
“Sé mi espejo, mi espada, y escudo,
Mis misioneros en tierras extranjeras”
Por alguna razón que no puedo explicar
Una vez que te has ido nunca mas habrá una palabra honesta
Pero así era  también cuando yo gobernaba en el mundo

Fue un viento salvaje y embrujado
El que hizo caer los portones y me dejó entrar
Rompió en pedazos las ventanas y resonó los tambores
El pueblo no podía creer en lo que me había convertido

Los (contra)revolucionarios esperan
Para servir mi cabeza en una bandeja de plata
Son solo marionetas

Oh, ¿Quién en estos tiempos quisiera ser rey?

Por alguna razon que no puedo explicar
Se' que San pedro no dirá mi nombre
Nunca mas una palabra honesta
Pero asi eran las cosas cuando yo gobernaba el mundo

jueves, 11 de agosto de 2016

CUMPLEAÑOS ( MAS ALLÁ DE REGALOS DE METAL Y PLÁSTICO)

Mi cumpleaños .

Hace muchos años , cuando las cosas en Cuba comenzaron a ponerse realmente  feas, casi sin 
comida, los cubanos comenzamos a cambiar. Al principio imperceptiblemente, no fue d e repente.
Faltaban muchas cosas para la mayoría y otros comenzaban a prosperar basado en el dinero que sus 
familias les enviaban del extranjero o por trabajar en el turismo. Al pasar de los años la realidad ha 
cambiado aún más pues ha llegado el mundo material a infiltrar muchas mentes.

En aquellos años conocí a alguien por no mucho tiempo. En esos días era mi cumpleaños  y no 
obstante no había nada que se pudiera regalar pues cada cosa que teníamos representaba el valor de 
un tesoro, me hizo uno de los regalos más importantes de mi vida: uno d esos que abren las puertas 
de la comprensión de algo profundo  e importante. En una hoja de papel, enrollado como en los 
viejos tiempos y con una cinta negra me regaló esta historia que comparto:


Richard Bach

Ningún Lugar Está Lejos

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¡Rae! ¡Gracias por invitarme a tu fiesta de cumpleaños!
Tu casa está a miles de kilómetros de la mía, y viajo sólo si tengo una buena razón...
Una fiesta para Rae es la mejor razón y ansío estar contigo.
Inicié mi jornada en el corazón del colibrí al que tú y yo conocimos tiempo atrás.
Fue tan cordial como siempre, pero cuando le dije que la pequeña Rae estaba creciendo y que yo iba a su fiesta de cumpleaños con un regalo, quedó perplejo.
Volamos largo rato en silencio; por fin él dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que vayas a la fiesta.
- Por supuesto que voy a la fiesta - respondí -. ¿Acaso es tan difícil de entender?
Calló, y cuando llegamos al hogar del búho, dijo:
-¿Es que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos?
Si quieres estar con Rae, ¿no estás ya allí?

- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dijo el búho.
Tuve una extraña sensación al decir voy de esa manera, después de hablar con el colibrí, pero lo dije así para que el búho comprendiese.
También él voló en silencio largo rato. Fue un silencio amistoso, pero cuando me depositaba a salvo en el hogar del águila, dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es que llames pequeña a tu amiga.
- Por supuesto que es pequeña - respondí -, porque no ha crecido.
¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El búho me miró con sus profundos ojos ambarinos, sonrió y dijo:
- Piénsalo.


- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dije al águila. Tuve una extraña sensación al decir voy y pequeña después de hablar con el colibrí y el búho, pero lo dije así para que el águila comprendiese.
Juntos volamos sobre las colinas, y remontamos los vientos montañeses.
Por fin dijo:
- Entiendo muy poco de lo que dices, pero lo que menos entiendo es esta palabra cumpleaños.
- Por supuesto, cumpleaños - respondí -.
Vamos a celebrar la hora en que empezó Rae, y antes de la cual ella no era. ¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El águila curvó sus alas diestramente y aterrizó con soltura, posándose en la arena del desierto.
-¿Un tiempo antes que empezara la vida de Rae? ¿No te parece más bien que es la vida de Rae la que empezó antes de que existiera el tiempo?

- La pequeña Rae está creciendo y voy a su fiesta de cumpleaños con un regalo - dije al halcón -. Tuve una sensación extraña al decir voy y pequeña y cumpleaños después de hablar con el colibrí y el búho y el águila, pero lo dije así para que el halcón comprendiese.
Debajo de nosotros, a lo lejos, se derramaba el desierto, y al fin dijo:
- Mira, entiendo muy poco de lo que me dices, per lo que menos entiendo es crecer.
- Por supuesto, crecer - respondí -. Rae está más cerca de ser adulta, un año más lejos de ser una niña- ¿Acaso eso es tan difícil de entender?
El halcón aterrizó por fin en una playa desolada.
-¿Un año más lejos de ser una niña?  ¡Eso no suena como crecer!
Y elevándose en el aire, partió.


Yo sabía que la gaviota era muy sabia. Mientras volaba con ella pensé con sumo cuidado y elegí las palabras de modo que, cuando hablara, ella supiese que yo había estado aprendiendo.
- Gaviota - dije por fin -, ¿por qué vuelas conmigo a ver a Rae, cuando en verdad sabes que ya estoy con ella?
La gaviota descendió sobre el mar, sobre las colinas, sobre las calles, y suavemente aterrizó en su azotea.
- Porque lo importante - dijo -, es que tú sepas esa verdad. Hasta que la sepas, hasta que verdaderamente la comprendas, puedes mostrarla sólo de maneras más pequeñas, y con la ayuda externa de máquinas, personas y aves.
- Pero recuerda - agregó -, que el ser desconocida no impide a la verdad ser verdadera.
Y partió.
Ahora es tiempo de abrir tu regalo. Los obsequios de latón y de vidrio se gastan en un día y desaparecen. Pero yo tengo un regalo mejor para ti.
Es un anillo para que lo uses. Centellea con una luz especial y nadie puede quitártelo; no se lo puede destruir. Eres la única en el mundo entero que puede ver el anillo que hoy te entrego, tal como yo fui el único que pude verlo cuando era mío.
Tu anillo te otorga un nuevo poder. Usándolo puedes elevarte en las alas de todas las aves que vuelan...
Puedes ver a través de los dorados ojos, puedes tocar el viento que sopla por entre sus aterciopeladas alas, puedes conocer el júbilo de llegar muy alto sobre el mundo y todas sus preocupaciones. Puedes permanecer cuanto quieras en el cielo, después de la noche, durante la salida del sol, y cuando tengas ganas de bajar otra vez, tus preguntas tendrán respuestas y tus angustias habrán desaparecido.
Como cualquier cosa que no se puede tocar con las manos ni ver con los ojos, tu regalo se torna más poderoso a medida que lo usas.,
Al principio podrás usarlo solamente cuando estés al aire libre, observando al pájaro con el que vuelas.
Pero más tarde si lo usas bien, funcionará con aves a las que no puedes ver, y al final comprobarás que no necesitas anillo ni pájaro para volar sola sobre el silencio de las nubes.
Y cuando ese día te llegue, debes dar tu regalo a alguien que sepas que lo usará bien, y que pueda aprender que las únicas cosas que importan son las que están hechas de verdad y alegría, y no de latón y vidrio.
Rae, ésta es la última fiesta que celebraré contigo, después de haber aprendido lo que me enseñaron nuestros amigos, los pájaros.
No puede ir a estar contigo porque ya estoy allí.
No eres pequeña porque ya has crecido, jugando entre los momentos de tu vida como lo hacemos todos, por la diversión de vivir.
No tienes cumpleaños porque siempre has vivido; jamás naciste y nunca morirás.
No eres la hija de las personas a quienes llamas madre y padre, sino su compañera de aventuras en una luminosa jornada para comprender las cosas que son.
Cada regalo de un amigo es un deseo de felicidad, como este anillo lo es para ti.

Vuela libre y dichosa más allá de los cumpleaños y a través de la eternidad, y nos encontraremos alguna que otra vez, cuando lo deseemos, en medio de la celebración que jamás puede terminar.

















martes, 19 de julio de 2016

UTOPIA : EL ENCUENTRO CON SERES EVOLUCIONADOS

UTOPIA O EL ENCUENTRO CON SERES EVOLUCIONADOS

Hace muchos años, cuando en Cuba los libros costaban entre 0.75 centavos hasta un máximo de 10 pesos (que pocos estaban dispuestos a pagar) y por supuesto no haba best sellers de escritores contemporáneos capitalistas, me lei un libro llamado 'La Nebulosa de Andrómeda ‘, de un escritor soviético.
Un libro fascinante que trataba , entre otros temas, de un amor imposible de un terrícola por una extraterrestre de un planeta de la Nebulosa de  Andrómeda. El fondo o contexto: la sociedad comunista mas de 5 siglos después de hacerse realidad. Ya el capitalismo y la historia anterior eran solo posibles en libros, y es mas, ya no era necesario ni aprender de ellos. Nada de todas esas formaciones económicas pre-comunistas era no solo valido sino ni tan siquiera ligeramente importante en el terreno práctico.
Hace ya tanto tiempo y siempre me ha quedado la imagen que se describe en aquel libro sobre ese planeta lejano y muy avanzado que había logrado hacernos llegar a la Tierra imágenes maravillosas de seres y civilizaciones avanzadas.
¿Cómo serían las civilizaciones más avanzadas del universo sobre todo en comparación con nosotros?
Si, nosotros, egoístas y autosuficientes, represivos, y como civilización en general ciegos y sordos ante el dolor de la mayoría. Sobre todo en estos últimos tiempos “decadentes”, como diría un amigo muy querido.
Claro, la idea que tenemos de otras civilizaciones es casi siempre la hollywoodense: civilizaciones terribles que vendrían a destruirnos. Pero como todos los que han estudiado Arte  sabemos  que éste es un reflejo de la  época y la civilización que la produce, y no es nada asombroso que una como la nuestra, plagada de invasiones y guerras considere que todos los seres son como nosotros.
Pero en fin, yendo al punto:  ¿Cómo imaginaríamos  serían los seres de una civilización  realmente elevada y avanzada?
De seguro son superiores en todas las formas: tecnológicamente, políticamente, socialmente, espiritualmente. Físicamente y psicológicamente.
De seguro no tendrían nuestra inclinación e insistencia por las comparaciones y su necesidad constante de caracterizar algo como “mejor” o “peor”, “superior” o “inferior”, “bueno” o “malo”  que demuestra lo mucho que hemos caído en la dualidad, qué tan profundo nos hemos sumergido en el separatismo que nos lleva a cometer actos terribles a “los otros” .
Toda la vida en nuestro planeta se construye en el separatismo; consideramos que somos familias o clanes separados, reunidos en vecindarios o estados separados, reunidos en naciones o países separados, formando un mundo o planeta separado.
Muchos imaginamos que nuestro mundo es el único mundo habitado en el universo. Imaginamos  que nuestro país es la mejor nación de la Tierra. Imaginamos que nuestro estado o provincia es el mejor en el país y que nuestra familia es la más maravillosa en el estado y finalmente, pensamos que somos mejores que cualquier otra persona en nuestra familia.
Aseguramos que no pensamos nada de esto; sin embargo, actuamos como si lo pensáramos, y estos pensamientos  se reflejan cada día en las decisiones sociales, en las conclusiones políticas, en las determinaciones religiosas, en las decisiones económicas y en las elecciones individuales de todo, desde la amistad, hasta los sistemas de creencias
El mecanismo es la negación.  Y la negación es más insidiosa cuando es auto negación.
Ya sería bastante triste que limitáramos nuestras negaciones de cosas menos personales, como la disminución de la capa de ozono, la deforestación con árboles de muchos años, nuestro  tratamiento horrible a la juventud. Sin embargo, no nos contentamos con negar  todo lo que vemos a nuestro alrededor, sino también todo lo que vemos en nuestro interior.
Vemos bondad y compasión y la negamos. Vemos sabiduría y sin embargo la negamos. Vemos posibilidad infinita en nuestro interior y la negamos. Vemos y experimentamos a Dios (podemos llamarlo energía o con cualquier otro nombre) en nuestro interior y lo negamos.
Gran parte de nuestro mundo demostró más compasión hace setenta años, que en la actualidad.
De seguro  los seres evolucionados controlarían mejor el clima que parecemos no ser  capaces de controlar. Por lo tanto, estamos  sujetos a sus caprichos. De seguro pensamos  que la temperatura en un planeta es producto de su distancia de su sol, de su atmósfera, etcétera y no hay nada que hacer, pero en realidad esos hechos solo establecen los parámetros. Dentro de esos parámetros, pueden hacerse muchas cosas, como por ejemplo controlar el medio ambiente, creando o dejando de crear ciertas condiciones en la atmósfera.
No es sólo una cuestión de donde estamos en relación con el sol, sino de lo que coloquemos entre nosotros  y nuestro  sol.
Hemos colocado  las cosas más peligrosas en la atmósfera y retiramos algunas de las más importantes. Supongo que todas las personas con sentido común se preguntan ¿por qué les toma tanto tiempo a los gobiernos firmar los tratados de protección a la atmosfera y al planeta en general?.
La respuesta es simple:  porque detener el envenenamiento costaría mucho dinero a muchas de las compañías principales, porque a muchas personas individuales les costaría sus conveniencias,  porque durante años, muchas personas y países eligieron negar (necesitaban negar) la evidencia, para proteger su interés en el status quo; para mantener las cosas como están.
Sólo cuando aumentó en forma alarmante el porcentaje de cáncer de la piel, sólo cuando la temperatura empezó a elevarse y los glaciares y la nieve empezaron a derretirse y los océanos se calentaron más y los lagos y los ríos empezaron a desbordarse empezaron a prestar atención. En otras palabras, sólo cuando su  propio interés personal lo exigió, comprendieron la verdad que las mejores mentes habían colocado ante nosotros durante años.
De seguro  en otras culturas y sociedades en diferentes planetas, la definición de “interés personal” es mucho más grande que en el mundo nuestro. Para las criaturas elevadas (incluso aquí en la Tierra) es muy claro que lo que lastima a uno, lastima a muchos y que lo que beneficia a pocos debe beneficiar a muchos o, decididamente, no beneficia a nadie.
Sin embargo, a veces en nuestro  planeta da la impresión de que es justamente lo contrario. Lo que lastima a uno, la mayoría lo ignora y lo que beneficia a pocos, se le niega a la mayoría.
Esto es porque nuestra definición de interés personal es muy estrecha y apenas si alcanza a pasar del ser individual a nuestros seres queridos y eso, si cumplen con su parte.
Realmente debe  hacerse lo que es mejor para nuestro interés personal siempre y cuando se comprenda  que eso es lo que también es mejor para el mejor interés de los demás, porque nosotros y los demás somos Uno.
Es muy rara la sensación que a veces provoca el ver a los grandes centros de poder  hablar de tecnologías avanzadas y de nada vale el  tener tecnologías avanzadas de alguna forma que beneficie, sin contar con el pensamiento avanzado. La tecnología avanzada, sin el pensamiento avanzado, no crea avance, sino desaparición.
Nuestra  evolución tecnológica está tan adelantada a la evolución espiritual que termina convirtiendo a la tecnología en Dios. La gente adora la tecnología y todo lo que ésta puede crear y proporcionar. Incluida la destrucción en masa.
Y regresando a esos otras posibles civilizaciones, ¿qué otras cosas marcan a una sociedad como “primitiva” o “avanzada”?
Muchos creen que una sociedad debe llamarse primitiva o avanzada basándose en lo elevadas que son sus comprensiones. Sin embargo, ¿qué tan buenas son las comprensiones más elevadas, si no las llevamos a cabo? La respuesta es que no solo no son buenas sino incluso peligrosas.
Estamos al punto de que  la tecnología amenaza con superar nuestra habilidad para emplearla sabiamente. Nuestras sociedades  están a punto de convertirse en un producto de nuestra tecnología, en lugar de que la tecnología sea un producto de la sociedad.
Es curioso que muchas veces pensamos que el universo es caprichoso cuando en realidad lo que vemos nos demuestra su estructura y su leyes aceptablemente estables bajo ciertos parámetros. La ironía es que una vez que conocemos ese método, una vez que empezamos a comprender cada vez más cómo funciona el universo, corremos el riesgo de ocasionar una falla. De esta manera, la ignorancia puede ser dicha.
El universo es en sí una tecnología. Es la mayor tecnología. Funciona a la perfección, por cuenta propia. Sin embargo, una vez que intervenimos y empezamos a meternos con los principios y las leyes universales, se arriesgan a descomponer esas leyes y  usarlas de manera egoísta e irresponsable (siempre me vienen a la mente las bombas atómicas, la guerra bacteriológica, la creación de virus, en fin, si continúan proliferando las  armas de destrucción masiva, de la misma manera que lo han estado haciendo, muy pronto estaremos en manos de alguien que tenga al mundo como rehén o que lo destruya, tratando de hacerlo.
Muchas veces el mundo científico  luce como esos padres irresponsables que le dan fósforos  a los niños y esperan que no quemen la casa.
Es demasiado esperar que una sociedad primitiva se desarme a sí misma. Por lo tanto, el desarme, nuestra única solución duradera, parece fuera de cuestión.  Somos una raza de seres singularmente incapaces de controlarnos.
El primer principio guía de las civilizaciones avanzadas es el reconocimiento de de lo sagrada que es toda la vida. Lo que encontramos en todas las sociedades elevadas es que bajo ninguna circunstancia un ser quitará la vida a otro ser de su propia especie contra su voluntad.
Y esto nos lleva a los filmes de ciencia ficción donde salvo ET y otros pocos ejemplos siempre nos atacan esos seres de otros mundos.
Si una especie muy evolucionada fuera atacada por otra, es una garantía que el atacante sería el menos evolucionado. En realidad, el atacante sería esencialmente un ser primitivo, porque ningún ser evolucionado atacaría a nadie. Los seres muy evolucionados del universo nunca “matarían” a otro ser sensible, no terminarían con la experiencia corporal de ningún otro ser, sin el permiso de ese ser. En tercer lugar nunca se sentirían “atacados”, incluso ni siquiera desde el exterior de su propia sociedad o especie, porque para sentirte “atacado”, tienes que sentir que alguien te está quitando algo (tu vida, tus seres amados, tu libertad, tu propiedad o tus posesiones... algo). Un ser elevado  nunca experimentaría eso, porque dicho ser  daría simplemente lo que otro piensa   que necesitaba tanto y  que estaba dispuesto a tomarlo a la fuerza, incluso si eso costara la vida corporal del ser evolucionado, porque el ser evolucionado sabe que puede recrear todo de nuevo. Con naturalidad daría todo a un ser inferior que no supiera esto.
Los seres muy evolucionados no son mártires ni son víctimas de la “tiranía” de nadie.
Seguramente el ser evolucionado no sólo sabe con claridad que puede crear todo de nuevo, sino que también sabe que no tiene que hacerlo. Sabe con claridad que no necesita nada de eso para ser feliz o para sobrevivir. Comprende que no requiere de nada exterior a él y que el “él” que ahora es no tiene nada que ver con lo físico.
Las razas y los seres menos evolucionados no siempre saben con claridad esto.
El ser muy evolucionado comprende que él y sus atacantes son Uno. Ve a los atacantes como a una parte herida de su Yo. Su función en esa circunstancia es sanar todas las heridas, para que el Todo en Uno pueda de nuevo conocerse como realmente es. Los seres elevados , si existen y aparecen por acá, lo compartirían todo, con todos. Ningún ser elevado  deja de compartir. Todos los recursos naturales de su mundo, de su medio ambiente de seguro se dividen equitativamente y se distribuyen entre todos.
Por supuesto que no  considerarían que una nación o un grupo o una cultura “posee” un recurso natural, simplemente porque ocupa el lugar físico donde ese recurso se encuentra.
El planeta (o planetas) que un grupo de especies llama “hogar” se entiende que pertenece a todos, a todas las especies de ese sistema. En realidad, se entiende que el planeta o grupo de planetas en sí es un todo. Se considera como un sistema total, no como un puñado de partes pequeñas o elementos, cualesquiera de los cuales pueden eliminarse, diezmarse o erradicarse sin daño al sistema en sí.  No es sólo la ecología ,sino también la relación de los habitantes con ellos mismos, mutuamente y con el medio ambiente.
En nuestro planeta, los deseos y las necesidades de algunas especies tienen que subordinarse a los deseos y a las necesidades de otros o no podríamos experimentar la vida como la conocemos. Y estamos acercándonos  peligrosamente al tiempo cuando no podremos experimentar la “vida como la conocemos”, precisamente porque insistimos en subordinar las necesidades de la mayor parte de las especies a los deseos de sólo una: La especie humana.
Los seres humanos haremos  lo que estamos haciendo (a nosotros mismos mutuamente) hasta que comprendamos que ya no es para nuestro mayor interés. Ninguna cantidad de discursos cambiará eso. Si los discursos cambiaran las cosas, las religiones habrían sido mucho más efectivas desde hace mucho tiempo
Ningún miembro de una especie  elevada o evolucionada  podría quitar o quitaría algo a otro simplemente porque “él lo tuvo primero” o porque es “su posesión” o porque “escasea”. La dependencia mutua de todas las cosas vivientes se reconoce y se respeta
Todavía los terrícolas estamos en la etapa  de que tenemos  el derecho de poseer personalmente todo sobre lo que ponemos nuestras  manos. Esto incluye esposas y niños, la tierra y la riqueza de la tierra. La “materia” y toda “materia” que su “materia” podía proporcionarles es propiedad también.  Los humanos estamos obsesionados con este concepto de la “propiedad ¡ incluso hablamos de los “derechos sobre el aire”!
Por el contrario, debeos comprender plenamente que el planeta físico bajo nuestros pies no es algo que pueda ser poseído por ninguno de nosotros. En una sociedad equilibrada , a una corporación nunca se le permitiría saquear la tierra para obtener una ganancia, porque con claridad se vería que la calidad de las vidas de cada persona que posee o trabaja para la corporación está resultando irrevocablemente dañada
Otra cosa, de seguro los seres evolucionados viven mucho tiempo, y de seguro también todo es cuestión de equilibrio. Primero, porque no contaminan su aire, su agua y su tierra. No ponen sustancias químicas en la tierra, por ejemplo, que después las absorben las plantas y los animales y llegan al cuerpo mediante el consumo de esas plantas y animales.
Es muy posible que nunca consumirían un animal, mucho menos llenarían con sustancias químicas la tierra y las plantas que come el animal, para luego llenar al animal con sustancias químicas y luego consumirlo.  Supongo que  en todas partes del universo  esto que hacemos en la Tierra  se consideraría correctamente como una práctica  suicida.
Por lo tanto, civilizaciones más avanzadas  no contaminan su medio ambiente, su atmósfera y sus propios cuerpos , como lo hacemos los seres humanos. Sus cuerpos son creaciones magníficas, hechos para “durar” infinitamente más que lo que nosotros le permitimos a los nuestros durar.
Es muy posible que los miembros de una civilización avanzada nunca se preocuparían  (nunca comprenderían el concepto humano de “preocupación” o “estrés”). Tampoco “odiarían” o sentirían  “ira” o “celos” o “pánico”. Por lo tanto no producirían reacciones bioquímicas dentro de su propio cuerpo, que lo desgasten y lo destruyan.
Ellos seguramente comprenden que todas las cosas son perfectas, que hay un proceso en el universo que funciona y que todo lo que tiene que hacerse  es no interferir con éste.  Esto es algo que ya muchos seres humanos lo tienen  en este planeta, aunque algunos no creen tenerlo y otros, simplemente, no eligen ejercitarlo. Los pocos que hacen un esfuerzo, viven mucho más tiempo, suponiendo que las sustancias químicas y los venenos atmosféricos no los hayan matado y, suponiendo también, que no se hayan envenenado voluntariamente de otras maneras. Como es sabido comemos venenos, bebemos venenos y muchos inhalan y fuman venenos
Para un ser muy evolucionado, esos comportamientos son incomprensibles. No pueden imaginar por qué deliberadamente introducimos en nuestros cuerpos sustancias que sabemos que no nos hacen ningún bien. Un ser elevado disfruta la vida en el cuerpo y no puede imaginar hacer algo que sabe anticipadamente que podría limitar o terminar eso o hacerlo doloroso.
Claro, muchos  de nosotros no creemos que comer carne roja en cantidad, beber alcohol o fumar plantas limitará o terminará con nuestras vidas o las hará dolorosas y eso esto es porque nuestras  habilidades de observación son muy malas. Necesitan agudizarse.
Un día, hace ya algún tiempo me leí un libro muy interesante llamado ‘Voces en el Desierto’ de una experiencia de una doctora americana con indígenas en Australia. Ellos, los indígenas le decían a la doctora que no entendían el afán del hombre blanco (mutantes, en su idioma) por los juegos de competencia y la competencia en el deporte, por ejemplo. Donde hay un ganador hay un perdedor y eso inevitablemente hace que la mitad de la ecuación (de la gente, de los fans, del mundo que observa) tenga sentimientos negativos. El juego es placer, la competencia donde haya perdedores no tiene placer.
Los seres evolucionados no compiten.
Comprenden que cuando uno pierde, todos pierden. Por lo tanto, no crean deportes ni juegos que enseñan a los niños (y se perpetúa en los adultos) el pensamiento extraordinario de que si alguien “gana”, mientras otro “pierde” es entretenimiento.
Los seres evolucionados comparten lo que tienen, lo comparten todo. Cuando otro necesita algo, nunca soñarían en conservar o acumular algo que tienen, simplemente porque escasea. Por el contrario, ése sería el motivo por el que lo compartirían.
En nuestras sociedades modernas  se eleva el precio de lo que escasea, si es que llegamos a compartirlo. De esta manera, aseguramos que, si vamos a compartir algo que “poseemos”, al menos nos enriqueceremos haciéndolo.
Los seres muy evolucionados se enriquecen también compartiendo las cosas que escasean. La única diferencia entre ellos y los seres humanos es como definen “enriquecerse”. Un ser elevado se siente “enriquecido” al compartir todo libremente, sin necesidad de tener una “ganancia”. En realidad, esta sensación es la ganancia.
Hay varios principios guía de nuestra cultura contemporánea y ya mundial, que producen nuestros comportamientos, uno de los más básicos es: la supervivencia del más apto.
Abarca todo lo que nuestra  sociedad ha creado: nuestra economía,  política,  religiones, educación y  estructuras sociales.
Sin embargo, para un ser muy evolucionado, el principio en sí es  auto contradictorio. Puesto que para ellos el Primer Principio Guía es Todos Somos Uno, el “Uno” no está “apto”, hasta que el “Todo” esté “apto”.
A eso lo llaman de manera  despectiva comunismo (recuerden que soy cubano y por acá ese término no suena tan mal)  . En nuestro planeta, hemos rechazado de antemano cualquier sistema que no permita el avance de un ser a expensas de otro.
Si un sistema de gobierno o económico requiere un intento de distribución equitativa, para “todos”, de los beneficios creados por “todos”, con los recursos que pertenecen a “todos”, dicen que ese sistema de gobierno viola el orden natural. No obstante, en las culturas muy evolucionadas, el orden natural es compartir equitativamente.
¿Incluso si una persona o grupo no hizo nada para merecerlo? ¿Incluso si no ha habido contribución para el bien común? ¿Incluso si son malos?
El bien común es la vida. Si estamos vivos, estamos contribuyendo al bien común de una manera u otra.
Para una civilización  avanzada no sería posible dejar de compartir. Tampoco sería posible pensar en “cobrar precios” cada vez más exorbitantes, mientras más escaseara UN PRODUCTO. Sólo las sociedades sumamente primitivas harían esto. Sólo los seres muy primitivos verían escasez de lo que se necesita comúnmente, como una oportunidad para obtener mayores ganancias.
Esto es parte de un sistema que los humanos aseguramos contribuye a nuestra calidad de vida y al bien común. Sin embargo, desde el punto ventajoso de un ser muy evolucionado, nuestro sistema viola el bien común, porque no permite eso que es bueno que se experimente en  común .
Ésta es seguramente la comprensión espiritual que apuntala todas las estructuras sociales, políticas, económicas y religiosas de todas las culturas muy evolucionadas  y simplemente el no observar estas enseñanzas , comprenderlas y vivir dentro de ellas, crea toda la discordia de nuestra experiencia en la Tierra.
Entonces, ¿Cómo experimentar la experiencia de realización o de logro?
Ciertamente no a través de la construcción de un sistema elaborado de valores alrededor de la “competencia”, “ganar” y “perder”, como se hace en la mayoría de las sociedades y actividades humanas, incluso (y especialmente) en las escuelas, sino a través de una comprensión profunda de lo que el valor real es en una sociedad y de una verdadera apreciación de éste. El logro se debería  definir como “hacer lo que proporciona valor”, no “hacer lo que produce "fama" y "fortuna", ya sea o no de valor”.
Los humanos hasta hoy en día vemos un mayor beneficio en lanzarle una pequeña pelota blanca a un hombre con un bate o en quitarse la ropa en una gran pantalla, que en dirigir a los hijos para que recuerden las mayores verdades de la vida o en proporcionar el alimento espiritual de la sociedad. Por lo tanto, honramos y pagamos más a los jugadores de pelota y a las estrellas de cine, que a los maestros.
En una sociedad de seres evolucionados seguramente  nadie vive en el fondo de la degradación a la que hemos  permitido que caigan muchos seres humanos. Nadie moriría de hambre, como los 400 niños por hora y las 30.000 personas al día que mueren de hambre en nuestro planeta. No existe una vida de “desesperación callada” como existe en las culturas de trabajo humanas.
La consciencia humana de insuficiencia (de “no suficiente”) es la principal causa de toda preocupación, de toda presión, de toda competencia, de todos los celos, de toda la ira, de todo el conflicto y, finalmente, de toda la matanza en nuestro planeta.
Siempre hay quien diría que se destina un porcentaje del PIB de los países ricos para ayudas y muchas otras fundaciones y demás, pero no lo estamos haciendo bien (además que no es cierto). Si lo hiciéramos, compartiríamos los recursos más equitativamente. En este momento, una quinta parte de la población del mundo está utilizando cuatro quintas partes de los recursos mundiales y no mostramos  señales de cambiar esa ecuación.
Hay suficiente para todos, si dejamos de derrochar todo esto entre las pocas personas privilegiadas. Si toda la gente empleara sabiamente los recursos, usaríamos menos de lo que utilizamos y menos personas los utilizarían imprudentemente.
Y es curioso que a pesar de los cataclismos anunciados del encuentro entre nuestra civilización y otra alienígena, también hay quienes  esperan que algún día van a aparecer en la Tierra para “salvarnos”, y nos rescatarán de nuestra propia locura, trayéndonos nuevas tecnologías para controlar las polaridades del planeta, limpiar nuestra atmósfera, aprovechar la energía de nuestro sol, regular el clima, curar todas las enfermedades y traernos una mejor calidad de vida en nuestro planeta.
Pero esa quizás no sea la solución. Quizás esa intervención sólo nos subyugaría a ellos, convirtiéndolos en nuestros dioses, en lugar de los dioses a los que en la actualidad estamos subyugados. Sería una tarea titánica la que enfrentarían si decidirían compartir su tecnología. Estás nos las  darían en cierta forma y cantidad que nos  permitieran reconocer nuestros propios poderes y potenciales y no convertir en dioses a los maestros.
Por otro lado, ¿Qué hay de niveles sutiles de la sociedad que nos dejan tan atascados en el atraso como los grandes desvaríos errores?
¿Qué tan importante es para nosotros el abrir nuestros corazones?  Los seres evolucionados seguramente  considerarían autodestructivo y, por lo tanto, incomprensible, ocultar los sentimientos y luego quejarse de que nadie comprende lo que sienten.
Los sentimientos son el lenguaje del alma y los seres muy evolucionados comprenden esto. El propósito de la comunicación en una sociedad es conocerse mutuamente en verdad. Por lo tanto, no entenderían  el concepto humano llamado “mentir”.
Para un ser evolucionado, lograr comunicar una mentira sería una victoria tan vacía, como no lograr ninguna victoria, sino una derrota total.
Los seres elevados  seguramente no “dicen” la verdad, pues son la verdad y  aprendieron desde hace mucho tiempo, en una época más allá del recuerdo, que la mentira no da resultado.
En nuestro planeta, gran parte de la sociedad se basa en la reserva. Muchos creen que lo que nos ocultamos mutuamente y no lo que nos decimos mutuamente es lo que hace que la vida funcione. Así, la reserva se ha convertido en nuestro código de ética. Esto no es verdad respecto a todos y  muchos individuos en la sociedad actual se han negado a adoptar estos comportamientos.
Sin embargo, los gobiernos se rigen por este código, nuestros  negocios lo aceptan y muchas de nuestras relaciones lo reflejan. Mentir (acerca de cosas grandes y pequeñas) ha llegado a aceptarse por muchos, que incluso mienten respecto a mentir.
Por ejemplo, expresar los propios sentimientos con honestidad a menudo lo califica la sociedad humana como “incorrecto”.  Y esto es algo incorrecto  puesto que el conocimiento preciso de los sentimientos facilita la vida en cualquier comunidad o grupo
Donde existe un amor profundo, las palabras son virtualmente innecesarias. Lo contrario de este axioma es también verdad: mientras más palabras tengan que emplear mutuamente, menos tiempo dedican a interesarse uno por el otro, porque el cariño crea comunicación y toda la comunicación real es acerca de la verdad y la única verdad real es el amor. Por ese motivo, cuando está presente el amor, también lo está la comunicación. Cuando la comunicación es difícil esto es una señal de que el amor no está plenamente presente.
Ahora bien, ¿una civilización tecnológicamente avanzada es una civilización evolucionada? Creo que no.  Una civilización evolucionada  que se nos presentara no sería un peligro,  principalmente porque un ser muy evolucionado comparte todo lo que tiene .Hace esto debido a su conocimiento de que todo pertenece a todos y que él siempre puede crear más de lo que “dio”, si en realidad lo desea.
Si nos dejáramos llevar por la imaginación y los deseos  veríamos que la diferencia entre la sociedad evolucionada  y la sociedad humana diferiría en un elemento muy simple, que llamaremos observación verdadera.
En las sociedades elevadas, los seres reconocen todo lo que ven. En las sociedades humanas, muchos niegan lo que ven.
Ven que la televisión arruina a sus hijos y lo ignoran. Ven que la violencia y la “pérdida” se utilizan como “entretenimiento” y niegan la contradicción. Observan que el tabaco daña el cuerpo y pretenden que no es así. Ven a un padre que es borracho y abusivo y toda la familia lo niega y no permiten que nadie diga una palabra al respecto.
Observan que durante miles de años sus religiones no han logrado cambiar el comportamiento de las masas y también niegan esto. Ven con claridad que sus gobiernos hacen más para oprimir que para ayudar y lo ignoran.
Ven un sistema de cuidado de la salud que en realidad es un sistema de cuidado de la enfermedad y gastan una décima parte de sus recursos en prevenir las enfermedades y nueve décimas partes en atenderlas y niegan que el motivo de la ganancia es lo que detiene cualquier progreso real para educar a la gente sobre cómo actuar, comer y vivir, de una manera que promueva la buena salud.
Ven que comer carne de animales que han sido sacrificados, después de haber sido obligados a alimentarse con comida que contiene sustancias químicas no es bueno para su salud y, sin embargo, niegan lo que ven.
Y hacemos mucho mas de este tipo de cosas y comportamientos.
¿estaremos siendo estudiados? ¿nos mandaran algún mensaje algún día?
Soñemos otra vez, si fuera posible realmente estarían en una disyuntiva . Porque realmente los seres humanos no tenemos claro nuestros objetivos en este planeta.
Entonces sería como escribir en un pizarrón con las siguientes consideraciones que quizás (y solo quizás ) le prestaríamos atención :
Si el objetivo es vivir una vida de paz, alegría y amor, la violencia no da resultado
Si el  objetivo es vivir una vida de buena salud y gran longevidad, consumir carne muerta, fumar carcinógenos conocidos y beber gran cantidad de líquidos que matan a los nervios y dañan el cerebro no da resultado.
Si el  objetivo es criar hijos libres de violencia e ira, colocarlos directamente frente a imágenes de violencia e ira durante años no da resultado
Si el objetivo es cuidar la Tierra y aprovechar sus recursos, actuar como si esos recursos fueran ilimitados no da resultado.
Si  el objetivo es descubrir y cultivar una relación con un Dios amoroso, para que la religión pueda hacer una diferencia en los asuntos de los seres humanos, entonces, enseñar sobre un Dios de castigo y retribución terrible no da resultado.
El motivo lo es todo. Los objetivos determinan los resultados. La vida procede de acuerdo con la  intención. La verdadera intención se revela en las acciones y las acciones las determina la verdadera intención. Al igual que todo en la vida (y la vida en sí), la vida es un círculo.
Los seres evolucionado de seguro tienen una visión más o menos así, ellos ven el círculo. Los seres humanos no lo vemos.
Ellos  responden al porqué de las cosas; los seres humanos lo ignoramos.
Ellos  dirían  siempre la verdad. Los seres humanos mentimos a menudo, a nosotrosmismos y a los demás.
Los seres elevados dicen una cosa y hacen lo que dicen. Los seres humanosdecimos una cosa y hacemos otra.
Muy en el fondo sabemos que algo está mal. Vemos  las contradicciones en nuestro comportamiento .
Si ellos nos están observando, aquí en la Tierra,  eso  es lo que observarían, de seguro nosotros somos su pasado, donde ellos estuvieron hace milenios o millones de años atrás.

¿La raza humana es inherentemente buena o inherentemente mala?
Esta es la encrucijada a la que hemos llegado. El futuro de la raza humana depende del camino que sigamos
Si creemos que somos inherentemente buenos, tomaremos decisiones y crearemos leyes que afirmen la vida y sean constructivas. Si creemos que somos inherentemente malos, tomaremos decisiones y crearemos leyes que nieguen y destruyan la vida.
Las leyes que afirman la vida son las que  nos  permitirán ser, hacer y tener lo que deseemos. Las leyes que niegan la vida son leyes que evitan que seamos, hagamos y tengamos lo que deseamos
Verdad. Alegría. Amor.
Éstas tres son intercambiables. Una conduce a la otra y no importa en qué orden aparezcan.

El amor entre un terrícola y un ser evolucionado de otra Galaxia nos parece tan imposible como la paz entre en los hombres de hoy en día. Sin embargo , a mediados del siglo XX enviamos una nave que hoy ya salió del sistema solar. En ella va un mensaje de amor que quizás algún día sea leído por unos ojos maravillados y una mente altamente evolucionada que a partir de ese día perdido en el tiempo futuro comenzará a soñar con ese hombre hermoso de la Vía Láctea que lo redactó. Todos somos ese hombre. Y si ese camino ya está comenzando a ser transitado no será  imposible que tengamos la paz en la Tierra y que podamos por fin, después de habernos puesto erectos y bajar de los árboles , viajar desde nuestra alma a lo infinito del universo, sea “El Universo” lo que cada cual entienda y desee para si mismo.




lunes, 30 de mayo de 2016

El Vientre Maldito de Lucia (II)

El Vientre Maldito de Lucia (II)
Germán.
¿Pero por qué se tenia que hablar de Lucia en las reuniones del Partido? Por sus hijos ciertamente.
 Pero vayamos por parte.
Nos mudamos para casi enfrente a casa de Lucia por el año 1994. Terrible año en verdad.Cada mes de ese año era peor que el anterior: menos comida, menos electricidad, menos de todo. Y cada vez mas nerviosismo social, todo preparado para una revuelta de descontento y solo hacia falta una chispa. Pero de eso se habla en otro momento, que hay que hacerlo con cuidado.
La cuestión es que lo primero que me llamó la atención de los vecinos de enfrente (recuerden, las casas unas al lado de las otras) era un joven muy delgado que se pasaba gran parte del día trabajando sobre unas telas colgadas en unos tendederos. Las cuerdas estaban bien pegadas la unas a las otras y por lo tanto había que moverse con mucho cuidado entre ellas y vigilar para que el viento no las pegara. Al terminar el dia y cayendo la tarde (y esa fue la parte que mas me llamó la atención ) el joven recogía las telas y con cada una de ellas sobre su cuerpo hacia como algo parecido a una danza, a un ballet,  para probar , supongo, la caída sobre el cuerpo, el movimiento al viento, etc. Sí, porque después me enteré que lo que hacía era teñir las telas durante el día (por cierto , con diseños increíbles) y ponerse a cocer en las noches para poder hacer un dinero porque había perdido su trabajo.
Uhm!, que pena, seguramente su empresa cerró por la crisis general que ya cubría casi a toda Cuba.
No, no era eso. Lo quitaron por no ser confiable.
¿Confiable? Si, claro, ¿no notaste que es gay?
Uhm…¿y?
Pues nada, que no pasó la verificación.
En otras palabras, vinieron a la cuadra a averiguar sobre él y alguien, muy posiblemente el presidente del CDR dio malas referencias.
Y es que un papel importante en lo que le sucedió a esta típica familia cubana tiene que ver con un presidente, ya sea del CDR, o del núcleo del partido, o de cualquiera otra organización.
Nuestro Presidente
Nuestro presidente del CDR es un caso muy serio. Literalmente dio un golpe de estado para lograr el cargo. Yo fui testigo de la reunión  donde dio el golpe final. Fue una batalla de varios meses contra Yolanda que había sido una heroína de la clandestinidad (guerrilla de la ciudad) contra él ,que venia de la guerrilla de la montaña, y había bajado de la Sierra Maestra con las barbudos. . .y se había quedado en La Habana.
 Lamentablemente para él  las cosas en su vida, fuera de la política, no salieron como debían.
Ya en el año 1994 su hijo estaba preso por ladrón y su hija ya tenia un historial de jinetera o prostituta. Y esos chicos de enfrente, esos maricas y sus hermanas desviadas, todos ,trabajaban y ganaban buen dinero. En su mente retorcida no era justo.
Y todo comenzó por Germán.
Perdió su trabajo de diseñador, el sueño de su vida. Se puso a teñir  sus tejidos y cocer sus ropas. Y aparecieron los inspectores pidiendo los papeles de las telas, de los tintes, de las ventas. Y tuvo entonces que tomar LA decisión.

Continuará . . .

sábado, 28 de mayo de 2016

El Vientre Maldito de Lucia (I)

El Vientre Maldito de Lucia (I)
Cuando yo me fui a vivir a ese barrio ya Lucia y sus hijos vivían allí, en esas construcciones típicas del Vedado del 1910. Toda una cuadra de casas d dos plantas iguales y separadas por unos muros en los patios centrales y en los altos por unas barandas de hierro forjado, bellistas y que hoy en día cuestan una enormidad el poder conseguirlas.
Su casa estaba en el centro de la cuadra y en la planta alta. Todas esas casas de los altos tenían unas terrazas bastante amplias y separadas por una rejas de un escaso metro de alto, algo simbólico , o como se le puede llamar en Cuba “un guarda vecino”.
Dato curioso: ese tipo de hilera de casas siempre se construían en la ‘acera de la sombra’ , es decir, en la acera donde no da el sol en las tardes, y por lo tanto perfectas para reuniones de familia y encuentro de vecinos. Claro, con el tiempo, sin los dueños originales y con la llegada de los CDR lo que fue una ventaja se volvió un peligro pues todos estaban muy expuestos a los ojos  y oídos de cualquier curioso.
Lucia era divorciada, o mas bien abandonada como supe después, y tenia cuatro hijos ya grandes cuando yo la conocí. Dos chicos y dos chicas.

Los dos chicos eran gays. Una chica era lesbiana y la otra sencillamente necesitaba un hombre en su cama todos los días. Evidentemente Lucia no tenia los hijos que la nueva sociedad deseaba para construir el futuro revolucionario. Y por eso,  en las reuniones del partido comunista y otras organizaciones por el estilo se le conocía, para diferenciarla de otras con el mismo nombre, como Lucia la del vientre maldito.

domingo, 8 de mayo de 2016

Sin Titulo (o unas pocas palabras despues que los muros han caido)

Ya hay varias generaciones de cubanos que nacimos después del 1959. Algunos nacimos en tiempos difíciles, algunos incluso en tiempos de las bombas y las guerras. Muchos de los entonces niños nunca mas vieron a sus padres por los sabotajes, por los viajes de escape por mar, por las guerras en Africa, en America Latina, en Asia, por ser maestros y medicos asesinados en otros paises mientras hacian sus trabajos y llevaban luz y amor al corazon de la oscuridad en lugares intrincados y olvidados.
Todos hemos sido los hijos de tiempos de sacrificios. Los hijos de la guerra ideológica, de la guerra fría. Todos fuimos a la escuela para aprender a servir al Estado, a aprender las nuevas reglas y seguirlas al pie de la letra si queríamos seguir viviendo en la tierra de nuestros padres.
A pesar de la música y el color del caribe la vida de muchos cubanos fue cada vez mas triste, sobre todo después de los 1990s cuando los rusos se fueron en búsqueda de si mismos y nos dejaron solos nuevamente.
Pero algunos descubrimos lo que inevitablemente estaba escrito en el universo: nuestro destino. Y el mio era enseñar. Y hay pocos placeres mayores que ver la maravilla en los ojos de niños y jóvenes.  Ya llevo dos cursos de mis primeros alumnos que se han graduado en la universidad. Ni ellos ni yo tuvimos que vivir los años de guerra y misiles nucleares. Nuestras batallas fueron por alimentos y por aprender rápido y eficientemente. Muchos de ellos se están marchando de Cuba, y yo estoy acá. Insistiendo.
Los muros siguen cayendo, pero no nos llega aun la briza del exterior.
Por otro lado ahora nos llegan personas de todas partes del mundo. Muchos se convierten en amigos. Es bueno mirarlos cara a cara. Esperamos que se sientan bien, y que al mismo tiempo nos traigan buenas noticias y les den un poco de alegrías a los que puedan y como puedan.  A veces un fuerte abrazo es invaluable.

En mi caso nunca habría imaginado que buenos amigos me estaba perdiendo hasta que ellos llegaron a Cuba, a mi vida. Para no mencionar la sonrisa que ponen en los labios de los chicos a los que de una manera u otra he vinculado mi vida.

GUIA LOCAL Y MAESTRO  EN LA HABANA 
+5352646921 whatssap & telegram 
Humberto Linares 

Algunos cubanos





Algunos cubanos se quedan detrás de la puerta escuchando las voces que pasan  aun cuando es solo cuestión de girar el picaporte. Solo esperan que las voces se vayan y todo regrese al cómodo silencio de antes. Pero ese pasado ya no existe, el futuro les aguarda y solo hay que mirarlo de frente y no temer lo que traiga.
Otros le temen a las nuevas relaciones  y al mismo tiempo se sienten muy molestos por el papel de tontos que han hecho todos estos años. Ya no tienen fe y como no escuchan no están abiertos a las nuevas verdades. Verdades difíciles, no siempre agradables, pero que son como ladrillos que construyen nuestra esencia.
Los comprendo. Ya tienen mas de 60 años y solo tratan de protegerse a si  mismos y a los suyos. Ya fueron lastimados y convertidos en seres humanos pobres y dependientes. Y solo les queda elevar la mirada en espera de las decisiones sobre sus vidas que otros tomaran por ellos. Pero los que siempre han tomado las decisiones ya estan muriendo y no nos quedara' otro remedio que tomar nuestras riendas.
Ojala surgiera alguien que pudiera restaurar la fe.
Algunos cubanos como yo mismo nunca fuimos jóvenes. Siempre miramos a través de ojos 40 años mas viejos. Solo espero que como yo he sanado otros lo puedan hacer también.
Muchos cubanos dicen que no creen en las nuevas promesas de ninguno de los bandos. Son solo voces que prometen cosas desde la oscuridad, cosas que no pueden cumplir. Y lo dicen porque recuerdan esas mismas promesas dichas muchas veces antes.
Algunos y cada vez mas cubanos se van para otros países con la esperanza de vivir mejor en sociedades cómodas y donde recibir ayudas que corresponden a los que han trabajado y luchado en esas sociedades.
Otros cubanos parecen pensar que es mas fácil odiar.

Sé que no nos escuchamos, que las voces significativas se pierden entre tantos gritos e ideas “brillantes”, que nos viramos la espalda en cuanto podemos, pero también sé que si sobrevivimos cuidaremos de ellos, y sobre todo de sus hijos para que no repitan los mismos errores .
Les enseñaría a sus hijos que de las batallas no se debe escapar, y claro se debe ir a ganar, pero no  a cualquier costo, sobre todo si es humano.  Porque si hay en juego las vidas de otras personas, su futuro y sus sueños es preferible esperar a dañar un hombre o una mujer inocente.
Los cubanos debemos resurgir de nuestra historia, sin ser mártires o preferir la muerte como siempre se dice en los lemas oficiales. Y por eso comprendo a los mas jóvenes que con sus simplezas solo están diciendo que no desean estudiar tanto para solo  averiguar donde comenzó el  infarto y reproducirlo cada 10 años.

¿creer en milagros o dejar las cosas como están? 
Lo que si es cierto es que no debemos sentarnos y dejarnos morir, por dentro quiero decir.